Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Agroecología en Cuba

Carlos Valmaseda

Ya os he comentado alguna vez que en el mundo peakoilero Cuba interesa mucho porque se considera un modelo de respuesta al colapso. Ya os pasé por ejemplo, el libro de Dale Pffeifer Eating fossil fuels en el que se compara la situación de Cuba y Corea del Norte tras el hundimiento soviético, o el documental The Power of Community. How Cuba Survived Peak Oil (subtítulos en español). Esta semana, a partir de un artículo flojito en el blog The Oil Crash sobre El periodo especial cubano como modelo de declive y los habituales comentarios críticos en los que se dice que Cuba tiene que importar gran parte de los alimentos que consume, he vuelto a realizar alguna búsqueda sobre este tema. No soy ningún experto así que si alguno de vosotros me pasáis más referencias que conozcáis, lo agradeceré.

Los comentarios críticos de los que hablaba tienen una clara expresión en un artículo de Dennis Avery, ‘Cubans Starve on Diet of Lies’ en el que a partir de las declaraciones de una representante del Ministerio de Agricultura cubano en las que al parecer se decía que Cuba importa hasta el 84% de los alimentos, iniciaba una nueva campaña de acoso y derribo contra la revolución cubana. El artículo fue rebatido por tres especialistas en agricultura cubana -o más bien en agroecología- Peter Rosset, Miguel Altieri y Fernando Funes, sobre los que he centrado mi búsqueda bibliográfica: The Avery Diet: The Hudson Institute’s Misinformation Campaign Against Cuban Agriculture (PDF en inglés).

No obstante, parece ser cierto que las cosas no van muy bien en la agricultura cubana. Es verdad que las importaciones no disminuyen e incluso que la producción desciende cada año. Al menos esos son los datos que he podido encontrar en algunos artículos, especialmente los de Armando Nova, un experto cubano en agricultura de la isla:
El sector agropecuario en Cuba (PDF)
Valoración del impacto de las medidas más recientes en los resultados de la agricultura en Cuba. El Sector Agropecuario y los Lineamientos de la Política Económica Social (PDF)
La agricultura cubana y el actual proceso de transformaciones económicas (PDF) Evolución del sector agropecuario de Cuba en la última década: (escrito, creo, por estudiantes de una escuela de agricultura. Es mejor descargar original al final de la página) Un nuevo escenario en la tenencia de la tierra y el modelo agrícola cubano. Este artículo no habla tanto sobre la situación actual sino sobre los cambios estructurales que se están produciendo.

En el primero de los artículos citados, así resume Armando Nova la situación en la agricultura cubana: ‘La problemática actual del sector agropecuario se pudiera resumir en lo siguiente: desciende la producción agrícola y ganadera, se registran magnitudes importantes de tierras agrícolas ociosas, los volúmenes de importación de alimentos cada vez son más elevados, para cubrir el déficit de la producción nacional. Lo anterior se traduce en señales evidentes de que las fuerzas productivas aún se encuentran detenidas y de la necesidad de transformar las relaciones de producción de forma sistémica, y para ello resulta necesario entrar a analizar ¿cómo esta resuelto el problema de propiedad y las transformaciones necesarias para lograr la realización de la misma?’
Como vemos, la respuesta es bastante ortodoxa: la necesidad de ‘liberar’ las fuerzas productivas. No obstante desde los sectores de la agroecología las cosas se ven de de una forma algo distinta.

Empecemos con un poco de historia de la visión de los autores agroecologistas sobre Cuba:
En los años 90, Peter Rosset, experto en agricultura cubana y actualmente editor de Food First, una organización que fomenta la agroecología, publica junto a Medea Benjamin The Greening of the Revolution: Cuba’s Experiment with Organic Agriculture (descarga del libro en PDF). Recoge las impresiones de una delegación científica internacional que en una visita en 1992 analizó los pasos datos por Cuba durante el periodo especial hacia la agricultura orgánica.
Ya en los 2000, hubo una publicación en esta misma línea en la que participaba también Rosset: Fernando Funes, Luis García, Martin Bourque, Nilda Pérez and Peter Rosset (eds). 2002. Sustainable Agriculture and Resistance: Transforming Food Production in Cuba. Oakland: Food First Books.
Esta misma editorial, Food First, acaba de publicar este mismo mes otro libro sobre el mismo tema, aunque aquí ya no interviene Rosset como autor o editor: Unfinished Puzzle- Cuban Agriculture: The Challenges, Lessons and Opportunities.

De Rosset me parece también interesante este artículo publicado inicialmente en la Journal of Peasant Studies en 2011 pero que yo he leído en Links: international journal of socialist renewal -revista por cierto de las pocas en las que a veces encuentro noticias sobre la izquierda filipina-: ‘Cuba: The Campesino-to-Campesino agroecology movement: sustainable peasant agriculture and food sovereignty‘. Precisamente sobre este movimiento importado a Cuba desde Centroamérica, Campesino a Campesino, versa el que para mí es el libro más importante y clarificador sobre agroecología en Cuba: Braulio Machín-Sosa, et. al., Revolución Agroecológica: el movimiento campesino a campesino de la ANAP en Cuba (PDF) (ANAP: La Habana, 2010). Se publicó también en Rebelión. De su resumen ejecutivo: ‘Este libro sistematiza poco más de diez años de experiencia en Cuba del Movimiento Agroecológico de Campesino a Campesino (MACAC), de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), miembro de La Vía Campesina Internacional. El MACAC es un movimiento de masas promovido por la ANAP entre sus bases campesinas para transformar sus sistemas productivos a través de la agroecología. De esta manera, el sector campesino está logrando cada vez mayores índices productivos con menores costos, sobre todo en divisas. Asimismo, está contribuyendo cada vez más a la producción nacional total de alimentos y está resistiendo mejor tanto los embates del cambio climático (huracanes, por ejemplo), como el bloqueo económico estadounidense contra la isla.’ Y también: ‘CAC es una metodología dinamizadora, que coloca al campesino y a su familia como protagonistas de su propio destino; en contraste con el extensionismo clásico –estático y desmovilizador de la base campesina–, basado en el técnico como transmisor del conocimiento. El nuevo método llegado de Centroamérica desató la creatividad de la gente del campo para solucionar sus propios problemas, que son también los problemas de la sociedad cubana entera.’

Otro autor conocido sobre agroecología es Miguel Altieri, el presidente de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA). Altieri, tras un viaje a Cuba en 2009, publicó el artículo La paradoja de la agricultura cubana: Reflexiones agroecológicas basadas en una visita reciente a Cuba. En él el planteamiento es diferente al que exponía Nova en su texto. No se trataría de ‘liberar’ las fuerzas productivas sino de apostar decididamente por uno de los dos modelos que conviven al mismo tiempo en la isla. Él por supuesto apuesta por el agroecológico y critica actividades como el uso de maíz genéticamente modificado: ‘La agricultura cubana en la actualidad lleva a cabo dos modelos extremos de producción de alimentos: un modelo intensivo con altos insumos, y otro, a partir de la aparición del período especial, orientado hacia la agroecología y sobre la base de bajos insumos. La experiencia acumulada en iniciativas agroecológicas en miles de pequeñas explotaciones agrícolas y medianas empresas, constituye un valioso punto de partida en la definición de políticas nacionales para apoyar la agricultura sostenible, rompiendo con un modelo de monocultivo predominante durante casi 400 años. Además de Cuba ser el único país del mundo que fue capaz de recuperar su producción de alimentos mediante la adopción de enfoques agroecológicos en condiciones extremas de dificultades económicas, la isla presenta varias características que sirven como pilares fundamentales para ampliar la agroecología a niveles sin precedentes’.
Ya en 2012, Altieri, junto con Funes -el próximo y último autor al que me referiré más tarde- publicó en The Monthly Review un artículo que a partir de un título idéntico amplía esta visión: The paradox of Cuban agriculture (ha sido publicado también en castellano: Soberania Alimentaria y Agroecologia en Cuba: La Paradoja de la Agricultura Cubana). El artículo insiste en la idea expuesta en el anterior: ‘A pesar de los avances indiscutibles de la agricultura sostenible en Cuba y la evidencia de la efectividad de las alternativas al modelo de monocultivo, el interés persiste entre algunos líderes en los sistemas de altos insumos externos con paquetes tecnológicos sofisticados y costosos. Con el pretexto de “garantizar la seguridad alimentaria y la reducción de las importaciones de alimentos,” estos programas específicos persiguen la “maximización” de la producción agrícola y ganadera e insisten en volver a los métodos de monocultivo y por lo tanto dependiente de los insumos de síntesis química, la maquinaria a gran escala, y de riego a pesar de la ineficiencia energética comprobada y la fragilidad tecnológica.’ Según estos autores el gobierno cubano oscila entre los dos modelos de una forma curiosa. Cuando las cosas van mal, recurren a la agroecología. Cuando mejoran, vuelven a la agricultura convencional: ‘es paradójico que, para lograr la seguridad alimentaria en un período de crecimiento económico, la mayoría de los recursos se dedican a la importación de alimentos o la promoción de esquemas de agricultura industrial en lugar de estimular la producción local de los campesinos. Hay un retorno cíclico de apoyo a la agricultura convencional por los responsables políticos cuando la situación financiera mejora, mientras que los enfoques sostenibles y la agroecología, considerado como “alternativas”, sólo son compatibles con los escenarios de escasez económica. Esta mentalidad cíclica socava los avances logrados con la agroecología y la agricultura orgánica desde el colapso económico de 1990.’ Como es lógico, los autores terminan el artículo pidiendo a las autoridades cubanas, que formalmente apoyan esta evolución hacia la agricultura ecológica, que opten claramente por este modelo: ‘La voluntad política expresada en los escritos y discursos de altos funcionarios sobre la necesidad de dar prioridad a la autosuficiencia agrícola debe traducirse en un apoyo concreto para la promoción de iniciativas productivas y de eficiencia energética con el fin de llegar a las tres soberanías [alimentaria, tecnológica y energética] en el ámbito local (municipal) , un requisito fundamental para mantener un planeta en crisis. (…) El movimiento agroecológico constantemente insta a los políticos cubanos con una perspectiva convencional de revolución verde con agricultura industrial a tomar en cuenta la realidad de una nación e isla pequeña frente a un embargo y huracanes devastadores. Dadas estas realidades, abrazar los enfoques agroecológicos y sus métodos a través del país puede ayudar a Cuba a lograr la soberanía alimentaria, manteniendo su autonomía política.’

Termino con el tercero de los autores en los que me he centrado en estas lecturas, Fernando R. Funes-Monzote. Para conocer la evolución de la agricultura cubana desde el punto de vista de la agroecología, además del libro antes citado sobre el movimiento Campesino a Campesino, recomiendo muy vivamente una muy buena introducción en una conferencia (video) de algo más de una hora que dió en Palma de Mallorca en abril pasado. Es muy didáctica y toca todos los temas fundamentales. Si os interesa el tema no os la perdáis, de verdad.
Funes ha publicado además de los que ya han ido saliendo en esta nota, un par de libros también interesantes y que se pueden descargar de la red:
Agricultura con futuro: La alternativa agroecológica para Cuba (PDF) (su tesis doctoral convertida en libro) y
Innovación agroecológica, adaptación y mitigación del cambio climático.

Si por un casual habéis llegado hasta aquí, deciros que hubo un artículo en el que colabora Funes que me interesó lo suficiente como para que lo haya traducido: ‘What economic democracy for degrowth? Some comments on the contribution of socialist models and Cuban agroecology‘. [¿Qué democracia económica para el decrecimiento? Algunos comentarios sobre la contribución de los modelos socialistas y la agroecología cubana] Salió publicado en la revista Futures en marzo pasado y como su título indica, pretende analizar brevemente las posibilidades de que el modelo agroecológico cubano pueda ser un ejemplo para una transición a un decrecimiento sostenible. El artículo se divide en dos partes muy claras. En la primera se analizan tres modelos teóricos de transición socialista -la planificación participativa, el socialismo de mercado y los modelos basados en la autogestión de los trabajadores- y en la segunda parte se analiza el ejemplo cubano a partir de los cambios que se han producido en la agricultura y en la organización socio-económica en el campo cubano en los últimos años. Quizá el engarce entre las dos partes es un poco forzado, pero me ha parecido interesante y por eso lo adjunto a este mensaje.

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