Un punto de encuentro para las alternativas sociales

La PAH. Apartidismo no es sinónimo de anti-partidismo ni de apoliticismo

Albert Pons, Xosé Domingo

La pluralidad natural es una de las características más importantes en la PAH.
Esta pluralidad se refleja en la diversidad de orígenes, religiones, ideologías e incluso identificaciones políticas. Y sin embargo se trata de un movimiento político. Sencillamente por la naturaleza y características de su lucha, eso es, el enfrentamiento contra la actitud bancaria amparada por la legalidad vigente, concentraciones para evitar desahucios en las puertas de los domicilios, escraches, lucha a través de ILP para cambiar legislación, etc.
En resumen la práctica de la desobediencia civil colectiva y organizada.
Un planteamiento claro y bien definido, radicalmente contrario a las políticas defendidas por el poder establecido. No hay duda entonces del contenido político de esta lucha.
Hay que dejar claro, además, que desde su creación La PAH es un movimiento político, y que la voluntad inicial de que los afectados se organicen y en su desarrollo se conviertan en activistas tomando progresiva conciencia política convirtiéndose en sujetos activos, es evidente, independientemente de los debates que ello ha generado y genera en el interno de las PAH’s.

Decimos además que “y sin embargo se trata de un movimiento político” pues el rápido crecimiento de una organización tan plural cuyo elemento que une a sus componentes es “solo” la experiencia de afrontar la perdida de la vivienda sin ningún elemento de inquietud política que una, conlleva, lógicamente, a la ausencia de una visión política consciente y colectiva del problema.
De hecho podríamos hacer un paralelismo, en lo que se refiere a la formación y crecimiento organizativo entre la PAH y las Comisiones Obreras originales de los 70 (recordando la unión autónoma de asambleas de un movimiento socio-político que sin duda fue progresivamente determinante en la lucha política)

Decimos, podríamos pues hay una sustancial diferencia, mientras que esa experiencia de los años setenta se da en el contexto de una considerable conciencia política en la sociedad, la formación y crecimiento de la PAH se da en un contexto de sociedad despolitizada (este apoliticismo social lejos de tener su origen en un razonamiento individual es promovido estratégicamente por el neoliberalismo)

Debido a todo lo expuesto, en el interno de la PAH hay sectores que defienden y mantienen “la esencia Apolítica” de la organización, confundiendo y mezclando el principio apartidista que acertadamente debe primar en un movimiento social. Apartidista sí, apolítico no. No son conceptos sinónimos.

Esta realidad dificulta que sepamos diferenciar, como organización, que opciones políticas están con nosotros y que opciones son las que nos han llevado hasta aquí. Y dificulta tender puentes para sumar con movimientos sociales o organizaciones políticas que luchan decididamente contra el Neoliberalismo en concreto y contra el Capitalismo en general
Tenemos que ser independientes y apartidistas, sin duda, pero a la vez tenemos que saber mantener vínculos más o menos estrechos con quienes desde otros ángulos o escenarios de lucha son nuestros aliados potenciales y mantienen explícitamente, y en algunos casos antes de la aparición de la PAH, sus mismas reivindicaciones.

La PAH, en su acertada prudencia a no ser ni manipulada ni teledirigida, no puede valorar con el mismo listón a todos los partidos y organizaciones políticas.

Las propuestas y acciones de las organizaciones políticas de izquierdas antineoliberales no pueden verse con los mismos recelos que las que provienen de los partidos culpables de la política inmobiliaria. El apartidismo no consiste en eso, eso es antipartidismo.Y tampoco son conceptos sinónimos.

El apartidismo hay que defenderlo como premisa para proteger la independencia y soberanía de la PAH. Pero jamás debemos confundirlo con antipartidismo y apoliticismo.

Desde el sindicato Co.bas, desde los afiliados que somos parte de la PAH, no cesaremos en la lucha por la independencia de la PAH, pero tampoco en nuestra labor de generar conciencia política.

El apartidismo nos fortalece, el apoliticismo nos debilita.

Septiembre 2013

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