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El Pico del petróleo está aquí: la visión desde Barbastro

Ugo Bardi

Cuando empecé a trabajar sobre el pico del petróleo, alrededor de 2001, era un juego intelectual que jugaba con otros interesados en el mismo tema. Listábamos recursos y reservas, hacíamos modelos, dibujábamos curvas, extrapolábamos datos y cosas así. Pero el pico estaba siempre en el futuro. Algunos modelos lo planteaban en unos cuantos años, otros en una década o más. Es cierto, nunca se trataba de un futuro remoto, pero tampoco era en el presente. Sabíamos que el pico traería un montón de problemas, pero realmente no podíamos visualizarlos.

Luego descubrimos que el petróleo no era el único recurso destinado a llegar a un pico. Descubrimos que el mecanismo de llegar a un cénit es muy general y afecta a todo lo que se puede sobreexplotar. Había el pico del gas, el pico del carbón, el pico del uranio y -en su momento- el “pico de minerales” que fue el origen de mi libro “Extracted“. De alguna manera, el pico del petróleo retrocedía hasta ser uno de los muchos picos esperados en el futuro. Todavía importante, pero no tan fundamental como habíamos pensado al principio. Nunca perdí el interés en el pico del petróleo, pero es como si se hubiese movido desde una posición central al fondo de mis intereses.

Pero las cosas cambian, y cambian rápido. Dos días de conferencia en Barbastro fueron un duro recordatorio de que el petróleo sigue siendo el recurso más importante del mundo. En la conferencia, una serie impresionante de ponentes se alinearon para mostrar sus datos y sus modelos sobre el pico del petróleo. Antonio Turiel, Kjell Aleklett, David Hughes, Gail Tverberg, Michael Hook, Pedro Prieto. Por lo que dijeron, está claro que el futuro ya no consiste en discutir sobre recursos y reservas, alineando barriles de petróleo como si fueran piezas a jugar en un gigantesco tablero de ajedrez. Ya no se trata de dibujar curvas y extrapolar datos. No: se trata más bien de una cuestión de dinero. No nos estamos quedando sin petróleo, nos estamos quedando sin los recursos financieros necesarios para extraerlo.

Durante los últimos años, la industria del petróleo ha gastado cantidades enormes de dinero para llevar a cabo un inmenso esfuerzo en el desarrollo de nuevos recursos. Hasta ahora estos recursos, especialmente el shale oil y el shale gas, han bastado, creciendo lo suficientemente rápido para compensar la disminución de los recursos convencionales. Pero este éxito ha sido enormemente caro y solo puede tener una corta vida. Como dijo Arthur Berman, “La producción de shale no es una revolución: es una fiesta de jubilación“. Ahora no hay nada en el horizonte que pudiese repetir el pequeño milagro del shale oil y el shale gas, que consiguieron posponer el pico durante unos cuantos años. Es perfectamente posible que la fiesta se haya acabado.

Lo que da el juego por terminado son los datos que muestran que las inversiones de capital (“capex”) en nuevos proyectos están cayendo y que la industria se está retirando de los proyectos más caros. Es un juego que no se puede ganar: cuanto más extraes, más dinero necesitas para seguir extrayendo. Pero cuanto más dinero necesitas, menores son tus beneficios. Y cuando el poderoso mercado financiero comprende que los beneficios están cayendo, es el final del juego: no hay dinero, no hay petróleo.

Así que el pico está aquí, delante nuestro. Puede ser este año o el próximo; o quizá incluso un poco más tarde. Pero ya no es un juego intelectual abstracto: está afectando directamente nuestra vida. Mira el mundo a tu alrededor: ¿No crees que hay algo profundamente equivocado en el tejido mismo de lo que llamamos, a veces, “civilización”? Ese algo podría muy bien ser el pico del petróleo.

Empezamos a trabajar en el pico del petróleo pensando que si podíamos alertar al mundo del peligro que tenía por delante, algo se haría para resolver el problema. No tuvimos éxito: algo se ha hecho, pero demasiado poco y demasiado tarde. Ahora estamos atravesando el pico y mirando al otro lado. Lo que vemos no es muy agradable; solo podemos esperar que no será incluso peor de lo que parece ser.

Me gustaría dar las gracias a David Lafarga Santorroman y a todo el personal de UNED por su entusiasmo y dedicación en la organización de esta segunda conferencia sobre el pico del petróleo en Barbastro. Para una descripción detallada del encuentro véase este post de Antonio Turiel

Traducción: Carlos Valmaseda

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