Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Notas, traducciones, conferencias, textos y artículos de Manuel Sacristán (1925-1985) publicados en la revista mientras tanto

Salvador López Arnal

Fueran varias las referencias y reflexiones de Manuel Sacristán (1925-1985) en torno a una revista, heredera de Materiales, esencial para las izquierdas españolas (y no sólo españolas) durante muchos años, décadas incluso.

Él mismo ayudó a fundarla (también la dirigió hasta su fallecimiento) en 1979, junto con su esposa Giulia Adinolfi y otros compañeros y amigos. Inicialmente: Rafael Argullol, María José Aubet, Miguel Candel, Antoni Domènech, Paco Fernández Buey y Ramón Garrabou. En el tercer número se sumaron Ezequiel Baró, Enric Pérez Nadal, Víctor Ríos y Eduard Rodríguez Farré. Pocos números después se incorporarían, entre otros, Juan-Ramón Capella, Albert Recio o Miguel Angel Lorente. También compañeros más jóvenes. Enric Tello, Jorge Riechmann o Ernest Cañada por ejemplo.

Un primer ejemplo de las observaciones [1] del traductor de El capital sobre la revista. En diálogo con la publicación mexicana UnomásUno:

  1. P. Hay algunos temas actuales que se abordan desde el marxismo: la ecología, la crítica a una ciencia económica y a una práctica política alejadas de la solución de la crisis general del capitalismo…

    R. Soy director, en Barcelona, de una revista que se llama mientras tanto, de la que han salido doce números. La redacción de la revista es un grupo de personas de pensamiento marxista radical, en su mayoría procedentes del Partido Comunista y que principalmente se proponen trabajar la integración de los nuevos problemas de la civilización industrial en el pensamiento de la tradición socialista revolucionaria. En la práctica abordamos esa tarea en colaboración con los pequeños partidos marxistas revolucionarios, con grupos anarquizantes, con grupos ecologistas y antinucleares y con movimientos alternativos, como feministas, etcétera.

La segunda ilustración. Entrevistado (¡vale la pena releer la entrevista!), también en 1983, por Naturaleza, una revista mexicana de temática científica y ecologista, señalaba:

P: ¿Cómo surge la idea de fundar la revista comunista ecologista mientras tanto?

R: Surgió por el deseo de contribuir a que en la izquierda española se acogiera y se elaborara los nuevos problemas civilizatorios a los que nos hemos estado refiriendo. El colectivo de la revista procede casi en su totalidad del partido comunista, de las juventudes comunistas y de otros partidos comunistas menores, pero hoy ya el ámbito de sus colaboradores y lectores se extiende por ambientes ecologistas de varios tipos, anarquistas, feministas y, en general, contraculturales.

El tercer ejemplo. Conversando con Gabriel Vargas Lozano y otros compañeros para la revista de filosofía marxista Dialéctica (en la que seguramente fue la mejor entrevista que se le hizo, junto con la de Antoni Munné y Jordi Guiu para El Viejo Topo en 1977 y la realizada por Mohedano para Cuadernos para el diálogo años atrás, en 1969, sobre la invasión de Praga por las tropas del Pacto de Varsovia):

En el primer plano, en el centro de las cosas que estoy haciendo -no sólo yo, sino todo un colectivo-, está la revista mientras tanto, con la cual intentamos, muy modestamente -pues nunca hemos vendido más de 3.500 ejemplares de un número-, preparar el camino para pensar desde un punto de vista socialista problemas nuevos de la civilización contemporánea: problemas no previstos -y acaso no previsibles- por los clásicos y determinados por el desarrollo de ciertas fuerzas productivodestructivas modernas, en particular tecnológicas. Nuestros intentos proceden por dos caminos: como redacción de la revista, trabajamos esos problemas analítica y teóricamente; como colectivo, procuramos acercar a las alas más sensibles de los sindicatos, principalmente de Comisiones Obreras, a la preocupación por estos nuevos problemas y a los grupos de cultura alternativa: comités antinucleares, agrupaciones ecologistas, grupos feministas, en general, grupos contraculturales que no sean a priori irracionalistas y antisocialistas. Hay que decir que en España no existe prácticamente un pensamiento alternativo de derecha. En España el pensamiento predominante en los grupos alternativos, a diferencia de lo que ocurre en Alemania y en Francia, es casi exclusivamente socialista en sentido amplio, es decir, marxista o anarquista. Por lo tanto, el trabajo que nos hemos propuesto no tendría que ser imposible. De todos modos, es difícil, y no sólo por dificultades ideológicas, sino también por la fuerza de la crisis económica en toda Europa. Las dos cosas juntas -la crisis reforzando la influencia del modo de vida burgués en la clase obrera- hacen a menudo muy difícil el planteamiento en la izquierda de problemas en sí mismos decisivos para el futuro…

El colectivo de la revista mientras tanto trabaja, pues, analítica y políticamente (y dentro de la modestia de sus medios) en este campo.

Justo es recordar también la carta de la redacción del primer número de la revista, un texto discutido colectivamente y escrito finalmente por Sacristán:

Lector, lectora: En la información acerca del nacimiento de mientras tanto que puedes leer en el Apéndice a este número 1 decimos que “la orientación de la revista es sustancialmente la misma que mantuvo Materiales, aunque con la clarificación y la sedimentación debidas a la evolución de ciertos problemas durante estos dos últimos años.” La evolución no ha sido para mejorar, y ha llevado a una situac monarquías más antiguas del occidente europeo, que se está debilitando la legitimación del estado burgués, o de la Edad Moderna, precisamente en las tierras en las que nació.

Pero por otro lado, la gestión de aquella crisis estaba dando pie a un proceso de recomposición de la hegemonía ideológico-cultural burguesa.

La contradicción es tan áspera que resulta paradójica. Sin embargo, nos parece que tiene una explicación bastante sencilla: esta profunda crisis básica capitalista, además de afectar a los países del socialismo que se llama a sí mismo “real” en la medida, mayor o menor, en que éstos son elementos parciales y todavía subalternos del sistema capitalista mundial, coincide con una crisis de la cultura socialista (en el amplio sentido ochocentista de esta palabra, que incluye el anarquismo), confundida por la crisis de una civilización de la que no se distancia suficientemente (caso de los grandes partidos obreros), o reducida a una marginalidad casi extravagante y, a menudo, funcional al rasgo del sistema que Herbert Marcuse llamó “tolerancia represiva”.

El mal momento de la cultura socialista tenía, además, una consecuencia de particular importancia: la incapacidad de renovar la perspectiva de revolución social.

Y precisamente porque la crisis de la civilización capitalista es radical, la falta de perspectiva socialista radical facilita la reconstitución de la hegemonía cultural burguesa al final de un siglo que asistió por dos veces a su resquebrajamiento por causa de las guerras mundiales que desencadenó. Lo que es crisis de la economía y la sociedad capitalistas se ve superficialmente como desastre de la forma más reciente de ese sistema social, su gestión keynesiana y socialdemócrata. La identificación de la gestión socialdemócrata del capitalismo con el socialismo facilita un rebrote ideológico capitalista, a veces financiado discretamente por alguna gran compañía transnacional.

Sin réplica material ni ideal, proseguía Sacristán, de un movimiento obrero cuyas organizaciones mayoritarias estaban tan identificadas con muchos valores capitalistas como lo estaba la parte de las clases trabajadoras a la que representaban

las clases dominantes pasan a una ofensiva llena de confianza (y no meramente represiva) que nadie habría previsto hace diez años. Esa ofensiva arranca de la esfera de la producción material, con una política económica de sobreexplotación y un programa de fragmentación y atomización de la clase obrera en nuevos dispositivos industriales, se articula en el plano político con éxitos perceptibles (el más importante de los cuales, la despolitización, se está logrando con la colaboración tal vez involuntaria, pero, en todo caso, torpe hasta el suicidio, de las organizaciones obreras), se arropa con el florecimiento de una apología directa e indirecta del dominio, la explotación y la desigualdad social por parte de intelectuales que vuelven a hacerse con una orgullosa autoconsciencia de casta, y tiende a eternizarse mediante una “solución” final de las luchas sociales, a saber, el incipiente aparato represivo de nuevo tipo justificado por el gigantismo del crecimiento indefinido (cuya manifestación más conocida, pero en absoluto única, son las centrales nucleares) e instrumentado por los ordenadores centrales de los servicios policíacos de información.

Con estas hipótesis generales intentaban entender la situación y orientarse en el estudio de ella.

El paisaje que dibujan es oscuro. Pero, precisamente porque es tan negra la noche de esta restauración, puede resultar algo menos difícil orientarse en ella con la modesta ayuda de una astronomía de bolsillo. En el editorial del nº 1 de Materiales habíamos escrito que sentíamos “cierta perplejidad ante las nuevas contradicciones de la realidad reciente”. Aunque convencidos de que las contradicciones entonces aludidas se han agudizado, sin embargo, ahora nos sentimos un poco menos perplejos (lo que no quiere decir más optimistas) respecto de la tarea que habría que proponerse para que tras esta noche oscura de la crisis de una civilización despuntara una humanidad más justa en una Tierra habitable, en vez de un inmenso rebaño de atontados ruidosos en un estercolero químico, farmacéutico y radiactivo. La tarea, que, en nuestra opinión, no se puede cumplir con agitada veleidad irracionalista, sino, por el contrario, teniendo racionalmente sosegada la casa de la izquierda, consiste en renovar la alianza ochocentista del movimiento obrero con la ciencia. Puede que los viejos aliados tengan dificultades para reconocerse, pues los dos han cambiado mucho: la ciencia, porque desde la sonada declaración de Emil Du Bois Reymond -ignoramus et ignorabimus, ignoramos e ignoraremos-, lleva ya asimilado un siglo de autocrítica (aunque los científicos y técnicos siervos del estado atómico y los lamentables progresistas de izquierda obnubilados por la pésima tradición de Dietzgen y Materialismo y Empiriocriticismo no parezcan saber nada de ello); el movimiento obrero, porque los que viven por sus manos son hoy una humanidad de complicada composición y articulación.

La tarea se podía ver de varios modos, según el lugar desde el cual se la emprenda. Consistía por ejemplo en conseguir que los movimientos ecologistas, que se cuentan entre los portadores de la ciencia autocrítica de este fin de siglo, se doten de capacidad revolucionaria; consiste también, por otro ejemplo,

en que los movimientos feministas, llegando a la principal consecuencia de la dimensión específicamente, universalmente humana de su contenido, decidan fundir su potencia emancipadora con la de las demás fuerzas de libertad; o consiste en que las organizaciones revolucionarias clásicas comprendan que su capacidad de trabajar por una humanidad justa y libre tiene que depurarse y confirmarse a través de la autocrítica del viejo conocimiento social que informó su nacimiento, pero no para renunciar a su inspiración revolucionaria, perdiéndose en el triste ejército socialdemócrata precisamente cuando éste, consumado su servicio restaurador del capitalismo tras la segunda guerra mundial, está en vísperas de la desbandada; sino para reconocer que ellos mismos, los que viven por sus manos, han estado demasiado deslumbrados por los ricos, por los descreadores de la Tierra.

Todas esas cosas se tenían que decir muy en serio, concluían Sacristán y sus compañeros, la risa venía luego, cuando se comparaba la tarea necesaria con las fuerzas disponibles.

Las nuestras alcanzan sólo para poner cada dos meses noventa y seis páginas a disposición de quien quiera reflexionar con nosotros acerca de todo lo apuntado. Quienes de verdad tienen la palabra son los movimientos potencialmente transformadores, desde las franjas revolucionarias del movimiento obrero tradicional hasta las nuevas comunidades amigas de la Tierra. Sólo cuando unas y otras coincidan en una nueva alianza se abrirá una perspectiva esperanzadora. Mientras tanto, intentaremos entender lo que pasa y allanar el camino, por lo menos el que hay que recorrer con la cabeza. Cordialmente, La Redacción.

Veamos ahora a las contribuciones de Sacristán.

Un primer intento bibliográfico sobre su obra lo publicó el profesor Juan Ramón Capella en el número 30-31, un número especial de mientras tanto de 1987. Nuevas aportaciones suyas pueden verse también en el número 63 de la revista y alguna matización menor en números posteriores. Ni que decir tiene que el minucioso trabajo del traductor de Simone Weil y autor de una biografía política de Sacristán ha sido esencial para los estudiosos y lectores de la obra de éste. Mi caso por ejemplo.

No hay que olvidar tampoco las aportaciones de Miguel Manzanera en tu tesis doctoral (que estudió a fondo los archivos del PSUC, del PCE y de Francesc Vicens (1927-2018)), así como las nuevas aportaciones de Giaime Pala, José Sarrión, Pere de la Fuente, Manel Pau, Jordi Mir Garcia y María Francisca Fernández Cáceres.

Yo mismo intenté una bibliografía actualizada (no conseguida finalmente por los plazos de edición) en mi contribución a un volumen editado por Jacobo Muñoz (compañero y amigo de Sacristán recientemente fallecido) y Francisco José Martín: Manuel Sacristán Luzón. Razón y emancipación. Madrid, Biblioteca Nueva, 2017.

El objetivo ahora es otro. Se pretende dar cuenta aquí, revisando de nuevo los números publicados (del 1 al 122-123, desde diciembre de 1979 hasta diciembre de 2014, 35 años en total), de todas las aportaciones del autor de “Panfletos y materiales” -notas, artículos, cartas de la redacción, reseñas, citas, traducciones, conferencias- a una revista que, como se indicó, Sacristán dirigió y ayudó a fundar a finales de 1979. Fue, muy probablemente, la revista que más hizo suya. Más que Laye, más que Materiales, incluso tanto o más que Nuestras ideas, Veritat, Nous Horitzons, Realidad o Nuestra Bandera, las revistas teórico-políticas del PSUC y del PCE en las que también colaboró. He añadido también los artículos y notas suyos publicadas en la revista por los editores tras su fallecimiento en agosto de 1985. Y también, en un segundo apartado, los escritos publicados sobre su vida y su obra en la revista.

La estructura de las referencias es la siguiente: número de la revista, fecha (no siempre completa en la edición de la publicación) y relación de las aportaciones al número del traductor de El capital, del también traductor -¡la lista de sus traducciones impresiona: más de 30 mil páginas!- de Engels, Gramsci, Labriola, Adorno, Marcuse, Zeleny, Lukács, Korsch, Markus, Heller, Quine, Schumpeter, Papandreou y Platón.

  1. Aportaciones de Manuel Sacristán a mientras tanto

Número 1, noviembre-diciembre de 1979

“Carta de la redacción”, pp. 5-7 (Firmado: “La Redacción”).

“Comunicación a las Jornadas de Ecología y política de Murcia, 4-5-6- de mayo de 1979”, pp. 19- 24.

“A los lectores y suscriptores de la revista Materiales”, Barcelona, julio de 1979 (firmada por Giulia Adinofi, Rafael Argullol, María José Aubet, Miguel Candl, Antoni Domènech, Paco Fernández Buey, Ramón Garrabou, Manuel Sacristán Luzón).

Traducción cita de Walter Benjamin, p. 111.

Cita de la contraportada.

Número 2, enero-febrero de 1980

“El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia”, pp. 61-96.

Traducción de Erich Fried, “Discurso en el duelo por Rudi Dutschke”, pp. 27-32.

Cita de la contraportada.

Número 3, marzo-abril de 1980

“En la muerte de Jean-Paul Sartre, con un recuerdo de Heidegger”, pp. 3-4.

“Sobre el caso Brückner”, pp. 16-18.

Nota a pie de página (1, p. 19) de Giulia Adinolfi, “Esquema sobre el trabajo doméstico”, pp. 19-21. Traducción de la cita de Karl Marx, El capital, Libro II, cap. 2, III, pp. 137-138.

Cita de la contraportada,

Número 4, mayo-junio de 1980

“Contra la tercera guerra mundial”, pp. 7-9

“Réplica a la comunicación de Vicenç Fisas”, pp. 33-36.

Traducción de Karl Marx, Manuscritos de 1857-1858 [MEGA2, II, 1.1. pp. 94 y 95], p. 125.

Número 5, 1980

“Realismo progresista”, pp. 3-5.

Traducción de E.P. Thompson, “Protesta y sobrevive (I)”, pp. 33-54.

Traducción cita de la contraportada.

Número 6, 1981

“A propósito del congreso del PSUC”, pp. 3-9 (firmado La redacción).

“Seguridad ciudadana”, pp. 9-11.

Traducción de “Protesta y sobrevive (y II)”, pp. 85-107.

Traducción de Karl Marx, El capital, libro I (1867) [cap XIII, OME 41, págs 141-142] pp. 119-120.

Número 7, 1981

“En muchas partes cuecen desencantos”, pp. 16-19

Traducción de la cita (Bertolt Brecht, “Techo para una noche”), p. 127.

Número 8, 1981

“Una conversación con Wolfgang Harich y Manuel Sacristán”, pp. 33-52, mayo de 1979. “Hambres, huelgas, huelgas de hambre”, pp. 3-7, 20 de mayo de 1981.

Número 9, 1981

“Intoxicación de masas, masas intoxicadas”, pp. 3-7 (20 de septiembre de 1981).

“La ecodinámica de K.E. Boulding”, pp. 47-63.

Cita. Traducción de Karl Marx, El capital, libro I, cap. VIII [OME 40, pp. 269-271], pp. 125-126 (también contraportada).

Número 10, diciembre de 1981

“La relación entre la sociedad y la naturaleza en la filosofía de las ciencias sociales (Un esquema de discusión)”, pp. 23-34.

Cita de la contraportada (de la Carta de Redacción del número 1 de la revista).

Número 11, abril de 1982

“Trompetas y tambores”, pp. 11-16.

Traducción de la cita de Walter Benjamin, pp. 137-138.

Cita de la contraportada (de la “Carta de la Redacción” del número 1 de la revista).

Número 12, junio de 1982

“Realismo fantasmogórico”, pp. 3-5.

Número 14, febrero de 1983

Traducción de la cita de Karl Marx, El capital, libro I, cap XII [OME 40, pp. 388-389], p. 151

Número 16-17, agosto-noviembre de 1983

“Carta de la Redacción”, pp. 5-7 (firmada “La Redacción”).

“Karl Marx como sociólogo de la ciencia”, pp. 9-56.

“¿Qué Marx se leerá en el siglo XXI?”, pp. 127-127-132.

“Entrevista con Manuel Sacristán (Dialéctica)”, pp. 195-211.

Número 18, marzo de 1984

“La polémica sobre el crecimiento tiene dos caras”, pp. 17-20.

“Otra página del diario filosófico de Filóghelo. El extremista discreto”, pp. 151-152.

Traducción de Folker Fröbel, Jürgen Heinrichts, Otto Kreye, “¿Qué caminos sacan de la crisis económica?”, pp. 61-79.

Número 20, octubre de 1984.

“La salvación del alma y la lógica”, pp.16-22.

“La viga en el ojo propio”, pp. 22-24.

Número 21, diciembre de 1984.

“¿Realmente fueron tan malos los telegramas de CCOO?”, pp. 16-19.

“Algunos atisbos políticos-ecológicos de Marx”, pp. 39-49.

Selección y traducción de la cita de György Lukács, p. 137 (también contraportada).

Número 22, febrero de 1985

“El fundamentalismo y los movimientos por la paz (Nota a la correspondencia entre J. Sabata y E.P. Thompson”, pp. 43-48.

Número 23, mayo de 1985

“Los avatares de la Liberación”, pp. 3-4.

“La reunión de los suscriptores de mientras tanto”, pp. 12-14 (firmado La Redacción).

“Los partidos marxistas y el movimiento por la paz”, pp. 45-48.

Traducción de Rosa Rossi, “Consideraciones sobre la biografía de Juan de la Cruz”, pp. 109-126.

Número 25 ½, febrero de 1986

“La OTAN hacia dentro, pp. 123-125 (Publicado en Liberación, 2-12-1984).

Número 38, primavera 1989

Correspondencia entre Manuel Sacristán y Félix Novales (agosto de 1985), pp. 155-160

[La última carta de Sacristán: pp. 159-160].

Número 40, primavera de 1990

“Sobre el estalinismo”, pp. 147-157 (transcripción de Juan-Ramón Capella).

Traducción de “A los por nacer” de Bertolt Brecht, pp. 170-172.

Número 42, septiembre-octubre de 1990

Presentación de la edición española de “Sigma. El mundo de las matemáticas (1968)”, pp. 195-197.

Número 44, enero-febrero de 1991

Traducción de la cita de Gramsci, pp. 137-138 (de su Antología, México, Siglo XXI, 1970).

Número 59, otoño 1994.

Cita de la página 129: “De la intervención de Manuel Sacristán en un coloquio con W. Harich celebrado en el Centre de Treball i Documentació de Barcelona el 10 de mayo de 1979.

Número 63, otoño 1995

“Personalismo”, pp. 47-54. “Weil, Simone”, pp. 55-58.

“Sobre los problemas de las organizaciones de intelectuales, especialmente en Barcelona”, pp. 65- 76.

“El pasillo”, pp. 89-102.

“Tres notas sobre choques de culturas y genocidio”, pp. 103-114.

“Entrevista con Manuel Sacristán. Por Jordi Guiu y Toni Munné”, pp. 115-129.

Número 66, verano-otoño de 1996

“¿A qué “género literario” pertenece El Capital de Marx?”, pp. 33-38.

Número 84, otoño de 2002

“Libertad”, pp. 45-57.

Número 87, verano 2003

Cita (también en la contraportada), p. 149.

Número 91-92

Cita p. 229 (de la Carta de reacción del n.º 1 de mientras tanto)

Número 114, 2010

“Ponencia a las jornadas intelectuales comunistas en Barcelona (diciembre 1968)”, pp. 7-10. “Introducción a un curso sobre los nuevos movimientos sociales (julio de 1985)”, pp. 11-35. Responsabilidad de la transcripción Juan-R

II. Sobre su obra (tras su fallecimiento en agosto de 1985)

Número 24, septiembre 1985

“Último adiós al amigo inolvidable”, pp. 3-5 (FFB, firmado Mientras tanto).

“La largueza del pensamiento”, pp. 7-9 (Miguel Candel, 28.09.1985).

“Condolencias”, pp. 135-137.

“¿Por qué no te fuiste?”, pp. 139-140, 28 de agosto de 1985 (Joan Martínez Alier)

Número 25, diciembre de 1985

“Condolencias II”, pp. 131-132.

Número 30-31, mayo 1987

Artículos sobre su vida y su obra de Joaquim Sempere, Víctor M. Vassallo (partitura), Rosa Rossi, Juan Carlos García Borrón, Francisco Fernández Buey, M. Vázquez Montalbán, Josep Fontana, Toni Domènech, Javier Muguerza, Jesús Mosterín, Adolfo Sanchez Vázquez, José María Ripalda, Miguel Candel, José María Valverde, María Rosa Borràs, Félix Ovejero, Ernest García y Juan Ramón Capella.

Noticias de la exposición sobre su obra (organizada y diseñada por Vera Sacristán y Albert Domingo), p. 225.

Número 40, primavera de 1990

Presentación de “Poesía practicable”, p. 169 (firmado “La redacción”).

Número 46, septiembre-octubre de 1991

“Labriola y la cultura marxista en España”, Francesco Aqueno, pp. 93-109.

Número 63, otoño 1995

“Manuel Sacristán, Simone Weil y el personalismo: unos textos inéditos”, por Laureano Bonet, pp. 29-46

“La práctica política científicamente pensada” por Miguel Manzanera [MM], pp. 59-64.

Notas a pie de página de Miguel Manzanera de “Sobre los problemas de las organizaciones de intelectuales, especialmente en Barcelona”, pp. 65-76.

“Relación de textos de Manuel Sacristán en los archivos documentales”, por Miguel Manzanera, pp. 77-87.

“El marxismo crítico de Manuel Sacristán”, por Paco Fernández Buey, pp. 131-154.

“Bibliografía de Manuel Sacristán Luzón: Addenda”, por Juan-Ramón Capella, pp. 155-159.

Poesía practicable.

“Palabras provisionales en la muerte de Manuel Sacristán”, por Miguel Suárez, pp. 161-162.

Número 66, verano-otoño de 1996

Reseña de Lógica elemental, por Salvador López Arnal, pp. 137-146.

Fe de errores de las Bibliografías de Manuel Sacristán (las publicadas en el número 63), p. 149 (sin firma, probablemente Juan-Ramón Capella).

Número 83, primavera 2002

Cita p. 21 (Nota editorial de Juan Ramón Capella, “La educación de mañana”, pp. 21-23)

Número 84, otoño de 2002

“Un artículo inédito de Manuel Sacristán” por Laureano Bonet, pp. 37-44.

“Nota edición del artículo ‘Libertad”, por Juan-Ramón Capella, p. 45.

Número 85, invierno 2002

“Para realizar una película-documental sobre Manuel Sacristán”, pp. 163-164 (sin firma).

Número 89, invierno de 2003

“La obra de Manuel Sacristán: lecturas actuales”, por Juan-Ramón Capella, pp. 15-16 (firmado “La redacción”).

“La filosofía según Manuel Sacristán”, por María Rosa Borràs, pp. 17-37.

“Marx, Das Kapital y Manuel Sacristán”, por Alfons Barceló, pp. 39-48.

“Epílogo”, por Óscar Carpintero, pp. 49-60, septiembre de 2003.

“Leer a Manuel Sacristán en el crisol de un nuevo comienzo”, por Enric Tello, pp. 61-101, enero de 2003.

“Lecturas de Breviario”, por María Rosa Borrás, pp. 159-168 (reseña de Manuel Sacristán Luzón, M.A.R.X. Máximas, aforismos, reflexiones con algunas variables libres, edición de Salvador López Arnal, con prólogo de Jorge Riechmann y epílogo de Enric Tello. Barcelona,El Viejo Topo, 2003). Número 90, primavera de 2004 “Nota de la redacción”, p. 21.

Número 96, otoño de 2004

“Sobre el camarada Ricardo’. El PSUC y la dimisión de Manuel Sacristán (1969-1970)”, por Giaime Pala, pp. 47-76.

Número 100, otoño 2006

“Carta de la redacción”, pp. 5-6. Número 104-105

“Los comunistas ante la transición”, por Josep Fontana, pp. 23-37.

Número 114, 2010

“A los 25 años de la muerte de Manuel Sacristán Luzón”, por la redacción de mientras tanto, JuanRamón Capella, pp. 5-6.

“La obra de Manuel Sacristán: sugerencias de lectura” por Juan-Ramón Capella, pp. 37-39 (septiembre de 2010).

Número 118, 2012

“La recepción del pensamiento de Gramsci en España (1956-1980)”, por Giaime Pala, pp. 39-50.

Número 122-123, diciembre de 2014.

“Carta de la redacción”, pp. 5-9 (Firmado “La redacción”, probable autor Juan-Ramón Capella).

Un apunte final. Hay varias conjeturas sobre el nombre de la revista: mientras tanto. ¿Por qué mientras tanto? ¿Mientras tanto, mientras llegasen tiempos mejores para la lucha política directa por la emancipación social? Tal vez. En todo caso, unos versos lorquianos pudieron inspirar a los fundadores. De “Grito hacia Roma” (Miguel Poveda: https://www.youtube.com/watch? v=RrqltjZtaYA)

Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,

los negros que sacan las escupideras,

los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los

directores,

las mujeres ahogadas en aceites minerales,

la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,

ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,

ha de gritar frente a las cúpulas,

ha de gritar loca de fuego,

ha de gritar loca de nieve,

ha de gritar con la cabeza llena de excremento,

ha de gritar como todas las noches juntas,

ha de gritar con voz tan desgarrada

hasta que las ciudades tiemblen como niñas

y rompan las prisiones del aceite y la música,

porque queremos el pan nuestro de cada día,

flor de aliso y perenne ternura desgranada,

porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra

que da sus frutos para todos.

Porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra/ que da sus frutos para todos. ¿No se trata de eso, no es eso la esencia del comunismo democrático, ecofeminista y libertario?

Notas. 1) Las referencias: 1. “Entrevista con UnomásUno”, S. López Arnal y Pere de la Fuente, Acerca de Manuel Sacristán, Destino, Barcelona, 1996, p. 184. 2. “Entrevista con Naturaleza” , Pacifismo, ecologismo y política alternativa, Icaria, Barceloba, 1987, p. 136. 3. “Entrevista con Dialéctica”, Acerca de Manuel Sacristán, ob cit, 1996, pp. 195-196. 4. “Carta de la redacción “, mientras tanto, n.º 1, diciembre de 1979, pp. 5-7.

Fuente: https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=8202

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