Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Los otros trabajos lógico-filosóficos de Manuel Sacristán. El oficio de traductor y tareas complementarias

Manuel Sacristán Luzón

  Para Francisco Fernández Buey, por su magisterio.  

1. Las aportaciones clásicas.

Al estudiar la obra lógica de Manual Sacristán, suelen citarse usualmente[1] los siguientes trabajos:

1) “Lógica formal y filosofía en la obra de Heinrich Scholz”. Convivium, año II,  nº 1, 1957[2].. Se trata de una cuidada y sentida aproximación a la obra lógica y a las posiciones filosóficas centrales del que fuera fundador[3] del Instituto de Lógica Matemática y de Investigación de Fundamentos de la Universidad de Münster, centro de enseñanza e investigación en el que Sacristán siguió cursos de posgrado desde 1954 hasta 1956. No llegó a ser alumno de Scholz aunque pudo asistir a algunas conferencias del autor de la Metafísica como ciencia rigurosa.

2)  “La filosofía desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial hasta 1958”[4]. Suplemento de la Enciclopedia Espasa de 1957-1958,  aparecido en 1961. En total, 130 páginas, si bien el apartado II -“Neopositivismo y corrientes afines”- representa más de un tercio del artículo (unas 50 páginas). No obstante, como no podía ser de otro modo, cuando Sacristán describe otras corrientes o escuelas filosóficas sigue ejerciendo de lógico y epistemólogo. Véanse, por ejemplo, sus aproximaciones a Heidegger[5], Bernal o Gramsci (pp. 106-115, 182-186 y 186-192, respectivamente).

3. “Apuntes de filosofía de la lógica” (1962-1963)[6]. En la nota que Sacristán escribió para su impresión en el segundo volumen de Panfletos y materiales, señalaba: “El Journal of Philosophical Logic empezó a publicarse en febrero de 1973. El Journal deja anticuadas varias afirmaciones críticas de estos Apuntes”.

4. “Sobre el Calculus Universalis de Leibniz en los Manuscritos nº 1-3 de abril de 1679”[7]. Trabajo redactado igualmente para las oposiciones de lógica de 1962[8]. Años más tarde, en el margen de un ensayo sobre Leibniz, Sacristán anotaría: “Leibniz, como Marx, tiene el encanto de la oscuridad de lo que nace, de las promesas que nunca se podrán cumplir porque cuando la inspiración tenga que hacerse método, se verá que no da para tanta realización como parecía en la confusión del nacimiento.”[9]

5. Introducción a la lógica y al análisis formal[10]. Sacristán pensó, posteriormente, y en más de una ocasión, en una reedición revisada que no llegó nunca a realizar[11]. Para la elaboración de este manual, interrumpió su actividad militante en el PSUC-PCE, como también hiciera durante la elaboración de su tesis doctoral sobre Heidegger[12].

6. “Lógica formal”[13].  Breve entrada, escrita en 1967, para la Larousse. Para esta misma enciclopedia, Sacristán escribió las voces “Materialismo” y “Karl Marx”[14]. En la bibliografía de la voz, Sacristán citaba el manual de Ferrater y Leblanc; los Elementos de lógica teórica de Hilbert y Ackermann y Los métodos de la lógica de Quine, amén de su propia Introducción.

7. “El principio de los indiscernibles de Leibniz”, trabajo de 1979, que se ha difundido entre círculos de amigos del filósofo pero que ha permanecido inédito hasta la fecha[15].

8. Lógica elemental. Texto de 1965, escrito para la sección de lógica de una enciclopedia proyectada por la editorial Labor y que no llegó a editarse, que ha sido publicado en 1996 por Vera Sacristán Adinolfi. Sacristán lo conservó entre sus papeles, sin revisiones ni actualizaciones posteriores, y, como era frecuente en él, no hizo denodados esfuerzos para añadir a su curriculum otra línea más[16].

Hasta aquí, pues, las referencias usuales. Empero, para construir una aproximación más ajustada y completa a las aportaciones y reflexiones lógicas de Sacristán acaso no deberían olvidarse otros trabajos, de orden e importancia diversos, sobre todo si tenemos en cuenta que el autor de “La Universidad y la división del trabajo” fue expulsado de la Universidad barcelonesa en 1965 y que, desde entonces, y hasta 1976, se ganó la vida como traductor y colaborador editorial; que una gran parte de sus clases y seminarios de metodología de las ciencias sociales, en los que las cuestiones lógicas no ocuparon un lugar secundario, siguen inéditos; que una faceta nada marginal de su hacer socrático tiene que ver con sus conferencias, esperados y auténticos acontecimientos ciudadanos, algunas de ellas sobre temas de lógica y epistemología, y que, en fin, durante su estancia en la UNAM en el curso académico 1982-1983, Sacristán volvió sobre temas de lógica al tratar de la inducción y de la dialéctica, o al aproximarse al sistema de lógica de John Stuart Mill.

2. Las otras aportaciones.

Nota: Una versión de este trabajo apareció publicado en el volumen: Salvador López Arnal, Albert Domingo y otros (eds), Donde no habita el olvido, Montesinos, Barcelona, 2005.

[17] Para una completa relación de las traducciones de Sacristán, véanse: Juan- Ramón Capella, “Aproximación a la bibliografía de Manuel Sacristán”, mientras tanto  nº 30-31, mayo 1987, pp. 197-223, y Juan-Ramón Capella, “Bibliografía de Manuel Sacristán Luzón: Addenda”, mientras tanto nº 63, 1995, pp. 155-159.

[18] Ahora en Manuel Sacristán Luzón, Escritos sobre El Capital (y textos afines). Barcelona, El Viejo Topo 2004 (con prólogo de Alfons Barceló y epílogo de Óscar Carpintero), pp. 37-41.

[19] Palabra y objeto y Desde un punto de vista lógico han sido reeditados recientemente por la editorial Paidós, este último ensayo con un nuevo (y muy elogioso) prólogo de Jesús Mosterín.

[20] Pueden consultarse en Reserva de la Universidad de Barcelona, fondo Manuel Sacristán Luzón (RUB-FMSL).

[21] Puede verse la carta de Sacristán en la nota del anejo 3 de este volumen.

[22] Pueden consulltarse en RUB-FMSL.

[23] Breves notas sobre lógica combinatoria pueden verse en M. Sacristán, Lógica elemental, op.  cit, pp. 132 y 290.

[24] Xavier Juncosa lo ha entrevistado para su documental sobre la vida y obra de Manuel Sacristán.

[25] Sobre este y otros proyecto editoriales de Sacristán, véase: Francisco Fernández Buey, “Cultura obrera y valores alternativos en la obra de Manuel Sacristán”. En: S. López Arnal (ed), Homenaje a Manuel Sacristán. Escritos sindicales y de política educativa. EUB, Barcelona, 1997, pp. 37-43. Igualmente, las notas del editor al segundo capítulo del volumen (Ibídem, pp. 61-78).

[26] En esta nota sin fecha, probablemente dirigida a la editorial Grijalbo, Sacristán manifiesta su opinión sobre la posibilidad de confección y edición de volúmenes de bolsillo tomando como base los artículos recogidos en los seis volúmenes de Sigma:

[27] Póstumamente, se ha publicado: Juan Carlos García Borrón, España siglo XX. Recuerdos de observador atento. Ediciones del Serbal,  Barcelona, 2004; prólogo de Horacio Capel y epílogo de Laureano Bonet. Magníficos páginas (son realmente unas memorias) en las que se da cuenta, aquí y allá, de interesantes aspectos de la vida y de la obra lógica de Sacristán (véase índice analítico y nominal del volumen, p. 221).

[28] Ahora en: M. Sacristán Luzón, Escritos sobre El Capital (y textos afines), op. cit, pp. 53-56.

[29] Existe el aula “Manuel Sacristán” en la citada Facultad de Económicas de la UB y un aula-seminario que lleva su nombre en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM. Además, como es sabido, significativamente, la escuela de adultos de CC.OO. lleva su nombre. Recuérdese que Sacristán impartió clases de alfabetización en la escuela de alfabetización de Can Serra (L´Hospitalet de Llobregat). Sobre esto último, véase: Homenaje a Manuel Sacristán, op. cit. Creemos que alguno de los espacios de este centro cultural lleva igualmente su nombre. Curiosamente, en alguien tan vinculado a la enseñanza preuniversitaria como fue Sacristán, no hay ningún instituto de secundaria en Catalunya ni en España que lleve su nombre. Hay que reconocer, sin embargo, que probablemente el autor de El orden y el tiempo ardería en cólera (o miraría con complicidad negativa) ante propuestas de este jaez.

[30] En RUB-FMSL, entre las carpetas cedidas por Juan-Ramón  Capella en enero de 2005 a la Universidad de Barcelona, puede verse igualmente los “Apuntes de Filosofía” de las lecciones del curso 1957-58, editados por Cooperativa Universitaria. No hay total identidad entre estas lecciones y las del curso anterior pero no constituyen entidades disjuntas. El apartado de lógica de estas notas de 1957-58 se abría con la siguiente observación: “Los temas de lógica están tratados por motivos didácticos con mucha mayor extensión de la que se exige en el examen. En examen se exige sólo conceptos generales y no detalles de los cálculos, ni demostraciones o detalles históricos. Temas de examen son por ejemplo “El concepto de cálculo lógico”, “La cuestión de los universales en la lógica formal”, “Concepto de semántica lógica”, etc.”.          Presentaba aquí Sacristán la siguiente definición de lógica formal: “La lógica es la ciencia filosófica que se ocupa de las formas o estructuras del conocimiento, especialmente del conocimiento científico” (pág. lóg 3) y en nota de la página 4 señalaba: “La tendencia a abandonar los problemas filosóficos que plantean las distintas ciencias es un fenómeno bastante general. No deja de ser, por ejemplo, insatisfactorio para el espíritu filosófico y científico en general que, al lado de su notable desarrollo técnico y matemático, la teoría económica apenas se ocupe hoy de las que fueron grandes cuestiones fundamentales de los clásicos de la economía, de un Adam Smith o un Ricardo”. Sobre la lógica tradicional y la lógica moderna apuntaba: “En el primer tratado de los que componen la lógica simbólica -en la lógica de proposiciones- no aparece en cambio para nada la teoría del concepto. De todo ello podemos inferir que una gran diferencia entre la lógica formal tradicional y la moderna consiste en que ésta presenta -presentará probablemente en su día- la teoría del concepto como uno de los capítulos más complejos de la lógica, mientras tal teoría era para aquélla la puerta de entrada en nuestra disciplina. Es posible que esta discrepancia se muestre un día llena de consecuencias filosóficas generales, que pongan en evidencia que la lógica moderna recoge más fielmente el aspecto dinámico y relacional del conocimiento que la lógica tradicional, atenta más bien a la sustancialidad de las cosas”.

[31] Las clases de 1983-1984 han sido transcritas por  el médico-científico social y alma de numerosos proyectos sobre Sacristán (y sobre desigualdades en salud), Joan Benach de Rovira. Las de 1984-1985, con un interesante y largo apartado dedicado a la dialéctica, por X. Martín Badosa y J. Muñoz Malo.

[32] Bunge ha tenido la gentileza de ser entrevistado por Carles Muntaner para el documental de Xavier Juncosa sobre Sacristán.

[33] Pueden verse algunos de ellos en RUB-FMSL, pero, con toda seguridad, debería buscarse con más tenacidad, y con casi  total garantía de éxito, en la biblioteca de la propia Facultad de Económicas de la UB.

[34] Consideraciones de Sacristán sobre su  propia actividad como conferenciante, con propósitos de enmienda afortunadamente no cumplidos, pueden verse en: M. Sacristán Luzón, M.A.R.X. Máximas,  aforismos y reflexiones, con alguna variable libre, op. cit, pp. 57-66.

[35] Sobre “el poder comunicador” del Sacristán conferenciante, véanse los testimonios de Andreu Mas-Colell, Jesús Mosterín y Javier Muguerza en Acerca de Manuel Sacristán, op. cit., pp. 548-558, 631-668 y 669-684, respectivamente. En las grabaciones que se conservan de estas intervenciones de Sacristán se nota siempre un neto interés de informar, de formar, de cultivar la razón pública, no sólo de cautivar al auditorio. Sus intervenciones nunca fueron divertidas pompas de jabón, aunque la pretensión de “coger” al auditorio, de evitar su expulsión a las tinieblas de la incomprensión, nunca fue un aspecto marginal. Se conserva, por otra parte, la filmación completa de su conferencia sobre “Tradición marxista y nuevos problemas”, impartida el 3 de noviembre de 1983, en un ciclo organizado por la Escuela Universitaria d´Estudis Empresarials de Sabadell con ocasión del centenario de Marx. Guillermo Lusa, discípulo de Sacristán, maestro de ceremonias y catedrático de historia de la ciencia y de la tecnología en la Escuela de Ingenieros de Barcelona, amén de activo ciudadano de la UCR, fue su presentador y admirable causa determinante de su intervención.

[36] Sobre este punto, véase el texto de Luis Vega Reñón incluido en este volumen.

[37] La palabra fue puesta de moda por algunos discípulos de Sacristán en las páginas de mientras tanto. Algunos amigos de la redacción de la revista solían decir, con sorna afable, aquello de “menos humos con sus humus”.

[38] Sin olvidar, una de las  consecuencia: la presencia de inquietudes lógicas y epistemológicas llevadas a la enseñanza pre-universitaria por profesores (ex-alumnos) de Sacristán, como, entre otros, Pilar Fibla, Pere de la Fuente, Francesc Xavier Pardo, Sara Estrada o Maria Rosa Borràs.

[39] Tampoco es irrelevante el puente trazado por Sacristán entre las tradiciones filosóficas marxista y analítica. Un claro testimonio de ello puede ya verse en su artículo “Filosofía” de 1958 para la Enciclopedia Espasa (M. Sacristán,Papeles de filosofía, op. cit, pp. 90-219). No deja de ser curioso, y acaso singular, que el introductor y traductor de Quine al castellano sea, al mismo tiempo, el más competente filólogo y filósofo marxista que hasta la fecha el país ha producido, a pesar de  que no siempre el campo analítico ha sido abonado por el recuerdo en este vértice. Ni que decir tiene que sectores del ámbito marxista volaron muy alto, sin apenas vislumbrar este valle. Pero algunos, no todos: es conocida y reconocida la competencia de las prolongadas incursiones de discípulos de Sacristán como Fernández Buey, Félix Ovejero, Antoni Domènech, Rafael Grasa. Enric Tello, Jorge Riechmann o Miguel Candel en ámbitos lógico-epistemológicos. Sobre este punto, véase la entrevista con Luis Vega Reñón para el documental de Xavier Juncosa sobre la vida y obra de Sacristán.

[40] De referencia  nº 7859.  Xavier Juncosa nos ha facilitado una copia de esta  conferencia. La traducción castellana, pendiente de edición, está en el generoso haber de Marisol Sacristán Luzón y de Luis Vega  Reñón.

[41] Se conserva una transcripción no revisada por Sacristán y el esquema de la conferencia. Esta anunciada su edición en Manuel Sacristán, Sobre dialéctica. Barcelona, El viejo Topo (en prensa); prólogo de Miguel Candel, epílogo de Félix Ovejero Lucas y nota final de Manuel Monleón (ed. De Salvador López Arnal).

[42] Está igualmente anunciada su publicación en M. Sacristán, Sobre dialéctica, op. c it (en prensa).

[43] Puede verse en RUB-FMSL.

[44] Impartida en la UAB en 1973, acaso sea la mejor y más completa intervención de Sacristán sobre el tema. Está incorporada, como capítulo 4.3., en M. Sacristán, Sobre dialéctica, op. cit (en prensa).

[45] Se ha recogido como anejo 2 de este volumen el índice desarrollado de esta intervención

[46] Años más tarde, en una carta de 11 de setiembre de 1972 dirigida a Juan Grijalbo, Sacristán hacía una interesante referencia a la colección Zetein y a las peculiaridades del trabajo editorial:

[47] Deducimos por exclusión: Xavier Folch, entonces director literario de Ariel, no niega rotundamente que pueda haber sido Sacristán el autor del texto; Mosterín ha afirmado que él no fue el responsable, así que, dado que no logramos concebir otra persona que pueda haber escrito en aquella época un texto tan bien documentado y con tanta fuerza, con arriesgada hipótesis sugerimos que Sacristán pudo ser su autor. Recordemos, por otra parte, la relación intelectual entre Sánchez Mazas y Sacristán, y que, por lo apuntado en la solapa de Cálculo, no es nada probable que el mismo Sánchez Mazas fuera su autor.  Sacristán conocía las líneas de trabajo de Sánchez Mazas por la carta de enero de 1965 que éste le había enviado comentando  su  Introducción a la lógica y al análisis formal.

[48] Apareció en el volumen 13 de la colección: James R. Newman, Pensamiento y máquinas. Grijalbo, Barcelona, 1975; traducción Miquel Muntaner.  En este mismo volumen se incluían sendos artículos de Von Neumann y de Claude E. Shannon. Las breves presentaciones de Turing, Shanon, Von Neumann y Newman son de Sacristán.

[49] Entre ellos, la conocida afirmación de Newton -”Yo no fantaseo hipótesis”-, la interesante sugerencia de Engels -”La peor hipótesis es mejor que la falta de hipótesis”- y el acertado comentario de Goethe: “Curiosísima exigencia ésta, presentada sin duda, alguna vez, pero incumplida siempre, incluso por los que la esgrimen: que hay que exponer las experiencias sin conexión teórica alguna, dejando que el lector, el discípulo, se formen a su arbitrio la convicción que les plazca. Pero el simple mirar una cosa no puede hacernos adelantar. Todo mirar se convierte naturalmente en un considerar, todo considerar en un meditar, todo meditar en un entrelazar; y así puede decirse que ya en la simple mirada atenta que lanzamos al mundo estamos teorizando”. El texto seleccionado de Marx era: “La cuestión de si puede llegarle verdad real al pensamiento humano no es una cuestión de teoría, sino una cuestión práctica. En la práctica es donde el hombre tiene que probar la verdad, esto es, la realidad y la fuerza, la terrenalidad de su pensamiento… Sólo se hacen hipótesis en vista de algún fin determinado”.

[50] Puede verse documentación sobre el tema en RUB-FMSL.

[51] En carta de octubre de 1972 (“Nota adjunta a los proyectos de colecciones NYS 200, Hipótesis, CIC”), Sacristán comentaba que “Los proyectos presentados en octubre de 1972 por mí no tienen valor económico si no se aceptan por la editorial o si, aceptados por ésta, no se puede emprender su realización por causas ajenas a la voluntad de los interesados”. En noviembre de este mismo año, dirigía una carta al Sr. Grijalbo sobre la colección Naturaleza y Sociedad 200: “Por mi actual situación de trabajo, tengo que suspender mi actividad al servicio de ese proyecto de colección. Habría que decidir si se suspende también el proyecto o si se busca alguien que pueda dirigir su realización”.

[52] Pueden consultarse en RUB-FMSL. Uno de ellos está dedicado a un ensayo del dirigente republicano Julio Álvarez del Vayo; otro, muy crítico, sobre Hugh Thomas: Europe the radical oportunity (“En mi opinión es un texto que se debe rechazar, por su carácter muy localista británico, por su baja calidad y por su carácter de abierta propaganda reaccionaria, que contribuiría a desdibujar la imagen posible de esta editorial”); un tercero, nada elogioso, sobre Stephen Marlowe, The man with no shadow (“El libro ha de ser respetable, en mi opinión, porque su sentido es una apología directa de Franco y de una de las posibilidades de su sucesión, a saber, la ortodoxia franquista, el príncipe, pero con un determinado equipo de políticos”); un cuarto sobre un texto, sin especificar, de Eliseo Bayo (“Puesto que uno tiene derecho a decir del todo su opinión cuando se la piden -y éste es el caso aquí-, añadiré que la eficaz utilidad de los textos de E.B. me parece máxima cuanto más periodísticos son éstos, cuanto más de alejan de modelos literarios artísticos”) y, finalmente, aparte de su reseña de Weinberg, un comentario sobre: H. Schütz, La mujer domada  (“Pero, evidentemente, ha creído que para combatir con éxito a E. Vilar y hacer el mismo negocio que ella tenía que escribir en un estilo parecido al de la mísera lengua de E. Vilar”).

[53] Se ha incluido como anejo 1 de este volumen.

[54] Sin  duda, habría que contar aquí también con un análisis más detallado de  los trabajos de Sacristán sobre dialéctica y lógica a los que hemos hecho breve referencia anteriormente. Entre ellos: 1) “Jesuitas y dialéctica” (1960). 2) En torno al Anti-Dühring : “La tarea de Engels en el Anti-Dühring “, “Nota editorial sobre OME 35 (“Anti-Dühring”)” y  Anotaciones de lectura del A-D.  3)  Una carta a propósito de un proyecto de Escuela de Sociología (1968).  4) Conferencias:  “De la dialéctica” (1970),  “Sobre el concepto de dialéctica” (1973), “Una aventura reciente de la dialéctica” (1981); “¿Es la dialéctica una teoría?” (1982), “Cinco céntimos de lógicas dialécticas” (1982?). 5)  Miradas sobre clásicos de la filosofía: Hegel, Fenomenología del Espíritu; Marx y Engels, La ideología alemana; Lenin, Cuadernos filosóficos; G. Lukács, Historia y consciencia de clase; K. Kosík. Dialéctica de lo concreto, diversos ensayos de Colletti, al igual que sus anotaciones a la correspondencia de Marx y Engels.

[55] Está anunciado un comentario detallado de Pilar Fibla sobre ambos textos en un curso dedicado a la obra de Sacristán que va  impartirse en la escuela de verano de 2005 organizada por el colegio de licenciados y doctores de Catalunya.

[56] “Sobre el uso de las nociones de razón e irracionalismo por G. Lukács” (1967; edición 1977). En: Sobre Marx y marxismo. Panfletos y materiales I, op. cit, pp. 85-114. Curiosamente, este ensayo no aparece relacionado en el índice del volumen, pero, en nuestra opinión, es uno de los mejores trabajos de Sacristán.

[57]  M. Sacristán, Panfletos y materiales I, op. cit,  pp. 317-367. El interesante coloquio que siguió a la conferencia ha sido publicado en M. Sacristán, Escritos sobre El Capital (y textos afines), op. cit,  pp. 307-326.

[58] Mundo científico nº 1, marzo 1981, pp. 106-107. Sacristán no incorporó esta excelente reseña en sus Panfletos y materiales. Pueden verse anotaciones de lectura sobre esta obra de Mosterín en RUB-FMSL. Por ejemplo, JM: “(…) sólo en nuestra actual cultura universal se ha desarrollado una cosmovisión de este tipo (MSL: científico, racional). Sólo en esta cultura puede uno plantearse la racionalidad creencial y, por tanto, también la práctica, que viene condicionada por la anterior” (pp. 57-58). MSL: Eso es demasiado, no está contenido en su definición de creencia racional más que si se toma absolutamente la ciencia de hoy y se desprecia el esfuerzo por ser sensato en otras culturas. Si la definición es consecuente, no es conveniente, porque hace irracional la conducta sensata en otras culturas.

[59] Este curso fue la base de su ensayo del mismo título publicado en mientras tanto, nº 16-17, agosto-noviembre 1983, pp. 9-56, en el centenario del fallecimiento de Marx. Domingo Curto lo ha incorporado a su anunciado volumen de textos de Sacristán sobre filosofía moderna y contemporánea.

[60] Inédito aún,  la parte dedicada a la dialéctica está incorporada en el volumen de próxima aparición: M. Sacristán, Sobre dialéctica, op. cit. (en prensa).

[61] Este añadido de agosto de 1971, escrito en momentos de delicada salud, es netamente consistente con la importancia que concedió Sacristán en los últimos años de su vida a las reflexiones del último Lukács. Una de sus últimas conferencias, impartida en la librería Leviatan de Barcelona en abril de 1985, estuvo dedicada precisamente  a la presentación y análisis de las Conversaciones con Lukács de 1966, con Abendroth, Holz y Kofler. Puede verse en ella una aproximación, amable pero nada servil, a la obra política del autor de Historia y consciencia de clase. Está anunciada su publicación en M. Sacristán, Seis conferencias. Sobre tradición marxista y nuevos problemas, El Viejo Topo, Barcelona (en prensa), prólogo de F. Fernández Buey y epílogo de Manuel Monereo.

[62] Sobre este punto véase el espléndido y densamente lógico capítulo final de conclusiones de M. Sacristán, Las ideas gnoseológicas de Heidegger, op. cit, pp. 227-248; edición a cargo de F. Fernández Buey. Emilio Lledó ha destacado -y leído maravillosamente- las palabras finales de este ensayo: “Por eso no es de esperar que el hombre interrumpa su diálogo racional con la realidad para entablar ese otro diálogo en la historia del Ser” (HW 252) cuyos personajes se niegan a declarar de dónde reciben la suya”. El 21 de julio de 1967, el profesor Orlando Pugliese escribió una carta a Sacristán expresándose en los términos siguientes sobre su tesis doctoral:             “Señor profesor Dr Manuel Sacristán.            Distinguido colega:

[63] Sobre los comentarios críticos de Sacristán a la aproximación de Lukács a la lógica formal, en el artículo citado,véase especialmente Sobre Marx y marxismo, op. cit, pp. 97-98. Puede verse, un comentario sucinto de Sacristán en torno a El asalto a la razón en la solapa de la traducción castellana de Wenceslao Roces (Ediciones Grijalbo, Barcelona 1976).

[64] En la nota previa, de 5 de enero de 1983, para el primer volumen de Panfletos y Materiales, definía así Sacristán el concepto de “material”: “Para la edición en italiano de una de las pocas cosas de estos papeles que se han traducido a otras lenguas escribí una advertencia en la que contaba al lector que aquel texto era lo que en el movimiento obrero de tradición marxista se llama o se llamaba un “material”. Un “material” en ese sentido es un escrito destinado a ser utilizado en el curso de una discusión determinada por gente a la que uno conoce, mejor o peor; o bien en una escuela de partido; en todo caso, por personas de un ambiente determinado y con las que el que escribe se comunica bastante fácilmente, por obra de cierta afinidad. Materiales son casi todos los artículos y cursillos y casi todas las conferencias en que he trabajado durante muchos años…”

[65]  Reseña del libro de Jesús Mosterín, Racionalidad y acción humana. Alianza editorial, Madrid 1978. Mundo científico, nº 1, marzo 1981, pp. 106-107. En RUB-FMSL, pueden consultarse igualmente las anotaciones de lectura de Sacristán sobre este ensayo del autor ¡Qué vivan los animales!.  Entre ellas:   1) JM: “¿A dónde vamos? ¿A dónde va la humanidad? La población humana crece anárquicamente y crece más allí donde menos se la puede alimentar. Pero no crece con una meta determinada o porque queramos que crezca. Crece al azar incontrolado de los nuevos desequilibrios creados por la incompleta racionalidad” (p. 64). MSL: Los muchos hijos son racionales en una sociedad no del todo desaparecida. No es racionalidad incompleta: es mezcla de dos racionalidades, porque no hay sin más racionalidad absoluta.

            En una conferencia de enero de 1981 sobre “La función social de la ciencia en la sociedad contemporánea”, impartida en el Instituto Boscán de Barcelona cuando M.R. Borrás era directora del centro, Sacristán señaló: “En nuestra misma ciudad, en la Universidad de Barcelona, tenemos un partidario ferviente de esta solución para el problema de la contradictoriedad de la ciencia moderna que es el profesor de lógica de la facultad de letras, Jesús Mosterín, que en su último libro -un libro muy bonito y muy recomendable para todos los aficionados a cuestiones de filosofía formal- titulado Racionalidad y  acción humana, reconoce la situación muy preocupante de crisis social, económica, de la sociedad en que vivimos, reconoce la importancia de la ciencia en esa crisis, y entonces explica que esa crisis se debe a que vivimos en una sociedad de racionalidad incompleta, una sociedad que trabaja científicamente en algunos campos, en la física, por ejemplo, o en la biología, pero, en cambio, no trabaja científica, racionalmente en otros campos, por ejemplo, en la sociedad o en la economía. Entonces la solución, dice él, es implantar el pensamiento científico en todos los aspectos de la vida; es decir, exacerbar una de las ramas. Hacer, como dice el poeta Hölderlin, que la salvación del peligro nazca de la misma fuente de la que nació el peligro”.

[66] Amén de algún otro regalo como, por ejemplo,  el último examen de Sacristán a sus alumnos de metodología de las ciencias sociales de la Facultad de Económicas. Pertenece a la convocatoria de junio de 1985 y consta de tres apartados. En el primero se pide que se exponga la estructura veritativo-funcional de unos fragmentos mediante el simbolismo de la lógica de enunciados. El primer texto seleccionado dice así: “El sistema de signos que utilizado para expresar mi pensamiento, el sistema monetario que empleo para pagar mis deudas, los instrumentos de crédito que uso en mis relaciones comerciales, las prácticas respetadas en mi profesión, funcionan independientemente del uso que hago de ellos. Si consideramos uno tras otro a todos los miembros de la sociedad, las reflexiones precedentes serán válidas para todos” (E. Burkheim, Las reglas del método sociológico). El segundo es de Merton, de La sociología de la ciencia: “Además de brindar explicaciones causales del conocimiento, las teorías atribuyen a éste funciones sociales, que presumiblemente sirven para dar cuenta de su persistencia o cambio. No podemos examinar aquí esos detalles, funcionales aunque sería muy útil un estudio pormenorizado de ellos”. El tercero pertenece al mismo Marx y su asunto no podía ser otro que el de la dialéctica: “La dialéctica fue moda alemana porque parecía transfigurar lo existente. En su figura racional es un escándalo y un horror para la burguesía, porque abarca en la comprensión positiva de lo existente también y al mismo tiempo la comprensión de su negación, de su ocaso necesario, concibe toda forma devenida en el flujo del movimiento, o sea, por su lado perecedero, no se deja impresionar por nada y es por su esencia crítica y revolucionaria” (K. Marx, El Capital )

[67]  Como se dijo, Sacristán había traducido para Labor, en 1966, Filosofía y filosofía de la ciencia.

[68] Puede consultarse en  RUB-FMSL. En la última de sus cartas, Geymonat señalaba: “Hace unos meses le había enviado una invitación para asistir a una conferencia con el grupo de investigación para la lógica matemática, dirigido por mí, sobre los fundamentos de la lógica combinatoria, pero, desgraciadamente, no me ha llegado todavía ninguna respuesta. Debido a que me resulta difícil pensar que usted haya querido ignorar nuestra invitación, me veo obligado a pensar que su carta no nos haya llegado y, consiguientemente, me disculpo si esta vez renuevo la invitación a través de una ”carta certificada”. Así pues estaremos agradecidísimos si usted, muy apreciado Profesor, nos hiciera saber si podemos contar con una conferencia suya, sobre el tema anteriormente citado, en el período de abril-mayo de este año. Nuestras reuniones se realizan en la Facultad de Filosofía de la Universidad estatal de Milán (via Festa del Perdono, 7) con la frecuencia de una reunión cada dos o tres semanas, el sábado por la tarde, a partir de las 15.30 h. Deseo sinceramente que usted pueda aceptar nuestra invitación y, en espera de su respuesta, me permito enviarle mis mejores saludos, LG”.

[69] Texto que quedó inédito y que, a petición de una periodista, Sacristán escribió para el diario Avui.

[70]  En RUB-FMSL, pueden verse anotaciones de lectura de Sacristán sobre las Tesis sobre Feuerbach de Marx. Sobre la última de ellas – “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de distintos modos; de lo que se trata es de transformarlo” – observaba: “El trasfondo de esta tesis es muy amplio. La filosofía aspira a ser un saber absoluto. Ignorando la historicidad del ser humano, hipostatiza este ser tal como lo encuentra en cada caso. Para acercarse a su ideal de absolutez, la filosofía tendría que partir de y versar sobre el hombre con su esencia realizada. Para ello hay que transformar el mundo. No obstante, la nueva realidad no podría ser absoluta en el sentido de inmutable más que si lo fueran las relaciones sociales. Y seguramente el punto decisivo es aquí saber qué serán relaciones sociales en régimen comunista. El otro fundamento de la tesis es que el mundo es también el hombre, la realidad es también acción. El proyecto es también realidad.”

 

[1] La conferencia de Luis Vega Reñón y la comunicación de Paula Olmos Gómez, ambas incluidas en este volumen, falsan parcialmente la anterior afirmación.

[2] Reimpresa en M. Sacristán,Panfletos y materiales II. Papeles de filosofía. Barcelona, Icaria 1984, pp. 56-89.  Hay un breve paso en  la introducción de este artículo que es de cita y recuerdo obligados: “Su última producción literaria está constituida por algunos artículos, parte de ellos periodísticos. Scholz -la imagen le sería grata, dado el platonismo que profesaba- no era hombre para salir de la caverna como de lugar despreciable al que jamás se vuelve; siempre estaba de vuelta en ella para tratar con sus moradores”.

[3] En una conferencia de mayo de 1979, sobre una política de la ciencia de orientación socialista, Sacristán se refirió a Scholz en los términos siguientes: “(…) En realidad, estas cuestiones que sólo se pueden resolver en la vida cotidiana dejan ver muy claramente que, contra la ilusión de una respetable tradición filosófica -entre la que cuento a uno de los pocos que considero que han sido maestros míos, que me han enseñado algo, Scholz, el metafísico y lógico protestante de Westfalia de la primera mitad de siglo-, contra  lo que ellos han esperado no existe la posibilidad de una metafísica como ciencia rigurosa”.

[4] M.Sacristán, Panfletos y materiales II, op. cit, pp. 90-219. Como señala Christian Martin Rubio en su comunicación sobre las oposiciones de 1962,Sacristán fue preguntado (o interrogado, como se prefiera) por el tribunal sobre las razones de la extensión concedida a la explicación de  las tendencias analítica y marxista. Sobre este punto, véase la entrevista con Jesús Mosterín en: Acerca de Manuel Sacristán. Barcelona, Destino 1996, pp. 631-668.

[5] Para un magnífico análisis de las repercusiones filosóficas de los estudios de lógica de Sacristán en su aproximación a Heidegger, véase: F. Fernández Buey, “Prólogo”. Manuel Sacristán, Las ideas gnoseológicas de Heidegger, Crítica, Barcelona, 1995, pp. 7-22.

[6]  M. Sacristán, Panfletos y materiales II,  pp. 220-283. Estos “Apuntes…” son una parte muy sustancial de la memoria por él presentada para opositar a la cátedra de Lógica de la Universidad de Valencia y que llevaba por título: “Exposición sobre el concepto, el método y las fuentes de la lógica. Con un programa para la enseñanza de esta disciplina”.

[7] Christian Martín Rubio da cuenta detallada de este trabajo en su comunicación. Albert Domingo Curto lo ha recogido en su edición de: M. Sacristán Luzón, Lecturas de filosofía moderna y contemporánea. Trotta, Madrid (en prensa).

[8] Sobre la relación Marx-Leibniz, hay un paso de interés en su conferencia sobre “El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia” (Sobre Marx y marxismo. Barcelona, Icaria 1983, pp. 364-365): “(…) Pero Marx mismo, para el que quiera retratarlo y no hacer de él un supercientífico infalible, ha sido en realidad un original metafísico autor de su propia ciencia positiva; o dicho al revés, un científico en el que se dio la circunstancia, nada frecuente, de ser el autor de su metafísica, de su visión general y explícita de la realidad. No de todos los metafísicos se puede decir eso ni de todos los científicos. De entre los precursores de Marx, aquél con el que éste tiene más parentesco desde este punto de vista es Leibniz, no Hegel, ni Spinoza”.

[9] Puede consultarse el ejemplar anotado de Sacristán en la biblioteca de la facultad de Filosofía de la Universidad de Barcelona.

[10] Fue editada en Barcelona, por la editorial Ariel, en 1964. Tuvo varias reimpresiones. Existe una edición (agotada) de 1990, en Círculo de Lectores, a cargo de de Vera Sacristán Adinolfi y Albert Domingo Curto, con prólogo de José Luis Abellán y presentación de los propios editores.

[11] Hubo incluso un intento de edición revisada, en colaboración con Jesús Mosterín. Sobre este punto, véase lo señalado por Mosterín en: “Sacristán filósofo (I)”, del documental de de Xavier Juncosa sobre la vida y obra de Manuel Sacristán.

[12] Véanse “Entrevista con Manuel Sacristán”, Pacifismo, ecologismo y política alternativa. Barcelona, Icaria 1987; edición de Juan-Ramón Capella, pp. 100-102, y  Manuel Sacristán Luzón, M.A.R.X. Máximas, aforismos y reflexiones con algunas variables libres. El Viejo Topo, Barcelona, 2003, pp. 57-66, presentación de Jorge Riechmann y epílogo de Enric Tello.

[13] Reimpresa en M. Sacristán, Papeles de filosofía II, op. cit, pp. 284-293.

[14] Esta última entrada ha sido incorporada por Albert Domingo Curto en el citado volumen de textos de Sacristán, en su mayor parte inéditos, sobre filosofía moderna y contemporánea. “Materialismo” fue incorporada al segundo volumen de Panfletos y materiales, op. cit, pp. 294-301.

[15] También A. Domingo Curto ha incorporado este trabajo en el volumen citado de textos de Sacristán sobre filosofía moderna y contemporánea. El mismo escribió una no olvidable comunicación sobre este ensayo: “Manuel Sacristán y el estudio de los escritos lógicos de G.W. Leibniz”. En: El valor de la ciencia. Barcelona, El Viejo Topo 1998, pp.  213-248. Véase igualmente, Jacobo Muñoz, “El reloj de Dios”, Revista de Filosofía, 3º época, vol. III (1990), nº 3, pp. 113-122.

[16] Jesús Mosterín escribió un elogioso prólogo para la edición de Lógica elemental, Vicens Vives, Barcelona, 1996, pp.  III- X. Una ajustada comparación entre los dos manuales de lógica de Sacristán puede verse en el texto de Luis Vega Reñón incorporado a este volumen. Juan-Ramón Capella (La práctica de Manuel Sacristán. Una biografía política. Editorial Trotta, Madrid, 2005,  p. 81,  nota 103) sostiene que para no repetirse Sacristán adoptó aquí un punto de vista más histórico y filosófico que en ILAF y que ”el título elegido para la publicación de este tratado es inconsistente con la terminología usada en él por el autor”. Para la noción de “lógica elemental” usada por el autor y de amplio consenso científico, puede verse Manual Sacristán, Lógica elemental, op. cit, p. 88.

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