De la política educativa y la cosmovisión pedagógica del conseller catalán de Educación.
De la política educativa y la cosmovisión pedagógica del conseller catalán de Educación.
Dos argumentos más en torno a una dimisión no anunciada.
SALVADOR LÓPEZ ARNAL, JOAQUÍN MIRAS, JOAN TAFALLA Y JORDI TORRENT BESTIT.
Rosa Cañadell, la admirable y admirada portavoz del sindicato de enseñanza USTEC-STEs, ha dado cuenta[1] de los motivos que vertebran la convocatoria de huelga en la enseñanza pública en Catalunya el próximo 19 de marzo[2]: la inadecuada e incluso inadmisible política educativa del gobierno de la Generalitat, bajo la dirección del conseller Ernest Maragall, y, más en concreto, la nueva Ley General de Educación catalana. Cañadell apunta igualmente lo que es un clamor generalizado en el mundo educativo catalán: la petición-exigencia de dimisión del señor conseller. Además del muy negativo balance de sus planes y actuaciones, suele señalarse, con informados y contrastados argumentos, de su usual estilo autoritario: la nueva ley de educación, según han destacado irritados representantes políticos autorizados de los otros dos grupos que forman parte del gobierno tripartito catalán (ERC y ICV-EUiA), no fue consensuada ni siquiera discutida con esas fuerzas políticas aliadas, y esas mismas organizaciones han anunciado, por convicción, presión de sus bases o cálculos electorales ad hoc, la presentación de numerosas enmiendas al proyecto de Ley durante su tramitación parlamentaria, iniciativa que, desde luego, no garantiza modificación sustantiva alguna
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