La ideología socialista soviética por Fernando Hugo Azcurra
La obra que prologamos, “La ideología Socialista Soviética”, es el resultado de su profundo y sistemático estudio de Marx y de Lenín, sus reflexiones sobre la abolición del trabajo asalariado y del socialismo inexistente en la URSS. Su propósito es refutar, desde la propia ideología soviética y su práctica, que lo construido en la URSS desde sus inicios fuera una sociedad con un sistema de producción comunista, lo cual, ni siquiera, estaba en la agenda del Partido Comunista de la Unión Soviética; que lo construido fue un capitalismo de Estado, con el control del PCUS. En primer lugar, estudia las ideas sobre socialismo soviético, mediante una revisión del 11 discurso en las distintas etapas, desde el comunismo de guerra, 1917‐1921 hasta la etapa de la economía oficialmente llamada “socialista”, a partir del año 1945, considerando los autores fundamentales: Lenín, Trotsky, Bujarín, seguidos por Preobrajensky, Lapidus, Ostrovitianov, Stalin.
En segundo lugar, realiza una comparación entre el modelo capitalista y el socialismo soviético, donde se verifica que el llamado socialismo soviético fue un modo de producción con relaciones sociales específicamente capitalistas: trabajo asalariado, propiedad estatal de los medios de producción administrados por el PCUS‐Estado, personificación del capital, decidiendo sobre la inversión del capital estatal y de los usos del plusvalor (trabajo no pagado) generado por el trabajo asalariado.
En la ideología soviética, lo necesario se convirtió en suficiente para ser considerada una sociedad donde se construía el socialismo. Para la transición hacia el socialismo, era necesario inexorablemente alcanzar una victoria aplastante sobre la burguesía y el capital privado erigiendo una nueva economía y una nueva sociedad superior al capitalismo a partir de la consolidación del proletariado en el poder del Estado, de la planificación estatal y de la socialización de los medios de producción.
Esto era el capitalismo de Estado teorizado por Lenín y que fue tomado como lo central del “tránsito” al socialismo. Lo ocurrido fue que lo transitorio, el capitalismo de Estado, se convirtió en permanente y suficiente para ser asumido como socialismo, afirmando que la clase trabajadora había tomado el poder, la propiedad de los medios de producción eran estatales, por lo tanto, había desaparecido la explotación. Por ello, se argumentaba que había desaparecido 12 el salario, el capital, la ganancia y la plusvalía. En la realidad el poder del Estado lo ejercía el PCUS y las relaciones sociales de producción prexistentes a la toma del poder permanecieron, adquiriendo especificidades soviéticas. Los miembros del PCUS asumieron de hecho el estatus de clase dominante, ejerciendo la dictadura del proletariado en su nombre.
Las técnicas del capitalismo son necesarias, en tal sentido, Lenín afirmaba que “… el socialismo es imposible sin aprovechar las conquistas de la cultura y de la técnica alcanzadas por el gran capitalismo” El desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo se expresaba en los avances en la organización científica del trabajo del taylorismo, conocidos por Lenín antes del año 1917, el cual había permitido aumentos en la productividad en las economías capitalistas de los EEUU, Francia, Alemania e Inglaterra. Sin embargo, Lenín, máximo exponente de la ideología soviética, vinculó el sistema taylorista con la dirección centralizada y jerárquica, aun cuando el taylorismo por su naturaleza no está reñido con la democracia sindical y obrera. La dirección colectiva de las empresas para Lenín implicaba enorme gasto de fuerzas y no satisfacía la precisión requerida por la gran industria centralizada.
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