Lenin (La coherencia de su pensamiento) – György Lukács
«Al año siguiente de la publicación de Historia y conciencia de clase, muere Lenin.
Inmediatamente Lukács redacta este nuevo libro, más pequeño, que ahora presentamos. Lo hace en una clara continuidad con Historia y conciencia de clase. Lo titula Lenin (La coherencia de su pensamiento) y lo publica en Viena.
Su tesis central defiende la actualidad de la revolución frente a quienes la pretenden postergar para un inalcanzable, lejano y difuso día de mañana, separando la táctica de la estrategia, dejando a la crítica social sin política, aislando las reivindicaciones puntuales de todo proyecto de transformación global de la sociedad, divorciando la ciencia de la ética y escindiendo, en definitiva, el objeto del sujeto.
En el lenguaje de nuestros días, lo que aquí Lukács está poniendo en discusión es precisamente la fragmentación del rechazo del capitalismo en múltiples nichos inconexos (mientras se reclama un imposible capitalismo con rostro humano) y la maniobra de postergar para pasado mañana o vaya uno a saber para cuando la perspectiva socialista de otro mundo posible.
En estas cortas y afiebradas páginas Lukács, el más brillante, el más erudito, el más refinado de los filósofos marxistas, intenta aferrar entonces el pulso vivo e imperecedero de Lenin. Desde ese ángulo sintetiza al dirigente bolchevique de la siguiente manera: un pensamiento enteramente vertido a la praxis. De manera sumamente similar al intento de Gramsci presente en los Cuadernos de la cárcel, Lukács ubica en Lenin (La coherencia de su pensamiento) al revolucionario ruso como un pensador de la filosofía de la praxis.
En un balance maduro sobre aquel ensayo juvenil de 1924, Lukács vuelve sobre sus pisadas y se interroga nuevamente sobre Lenin. Así dice, en enero de 1967, que: Durante toda su vida Lenin no dejó, pues, de estudiar, siempre y en cualquier lugar, fuera la lógica de Hegel o el juicio de un obrero sobre el pan. El estudio permanente, el dejarse instruir siempre de nuevo por la realidad, es un rasgo esencial de la absoluta prioridad de la praxis en la línea leninista de conducta. Ya esto, pero sobre todo su manera de estudiar, abren un abismo insondable entre él y todos los empiristas y «políticos realistas». Esa actitud que Lukács encuentra y subraya en Lenin tan alejada de las modas, de las frivolidades del mercado (de las ideas), del último grito promocionado por los monopolios editoriales y sus industrias culturales es la que nos está haciendo falta en nuestros días. Hoy se vive, se palpa, se respira y se siente una sed de teoría, de teoría política viva, no de paper académico ni de best seller mercantil. Por eso vale la pena releer estás páginas de Lukács ante Lenin». (de la introducción de Néstor Kohan)