Nosotros, el pueblo : una historia socialista de los Estados Unidos – Leo Huberman
«Gran parte del material original de este libro se publicó primero en el año 1932, justo antes de la elección de Franklin Delano Roosvelt como trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos. Los quince años transcurridos desde esa fecha, señalan el comienzo de una nueva era en la historia de nuestro país.
En realidad, la antigua era no concluyó en 1932, sino en 1929 cuando sobrevino el derrumbe. Desde sus primerísimos albores hasta 1929, Norteamérica fue la Tierra Prometida, donde fluían el acero y el petróleo al igual que la leche y la miel. Era una tierra de riquezas hacia la que se encaminó el pobre de Europa en busca de opulencia. Era una tierra de libertad hacia la cual volaron los esclavizados y los oprimidos.
He tratado de escribir la historia que compulsa la medida en que la promesa resultó -y no resultó- cumplida.
La primera parte, que comprende los capítulos I a XIV, cubre el periodo más largo abierto por las exploraciones iniciales y cerrado por el auge de 1929. Constituye un emocionante relato acerca de la forma en que se construyó una nación a través de los esfuerzos de hombres, mujeres y niños de valiente corazón, frente a grandes contrariedades. Es la historia de una tremenda expansión económica bajo el dominio de la forma corporativa de empresa comercial. Es la saga de los Grandes Negocios en Norteamérica, su localización más congenial. Es la narración del ascendente poder del monopolio.
Lo cual no quiere decir que este poder no haya sido desafiado. De los granjeros y de los obreros industriales derivó una oposición Se incluye la historia de esta oposición. Y, al propio tiempo, una relación de las aventuras en el extranjero de los Grandes Negocios norteamericanos, que los convirtieron, a fines del siglo diecinueve, en una fuerza mundial.
La segunda parte, capítulos XV a XX, consta de material nuevo. Da cuenta de la bancarrota, del terror, de las angustias, y de una desvalida búsqueda a tientas, tras la luz que se apagó. Comienza con la estrepitosa quiebra de 1929 y se ocupa ampliamente de las tentativas del New Deal por reparar el daño y volver a poner en funcionamiento los engranajes. Pero, siendo que el inevitable derrumbe de 1929 provenía de una crisis que no se había producido dentro del sistema, sino que era una crisis del sistema, el New DEal forzosamente debía fracasar. Esto es, no obstante, precisamente lo que torna tan importante la clara comprensión del New Deal y de sus desesperados esfuerzos en procura del Socorro, de la Recuperación y de la Reforma. Porque el New Deal ayudó a educar a millones en cuanto a los buenos resultados y los malos resultados de todo el sistema. Empezaron a aprender que la mera buena voluntad, tal como la representaba el New Deal, no bastaba; que lo que hacía falta no era una nueva mano sino un nuevo mazo de cartas.
«Norteamérica derramaba promesas». Pero dichas promesas se cumplieron, en los años recientes, sólo en lo que atañe a los hombres de la cúspide. En estos momentos es de crucial importancia que el cumplimiento de las promesas toque a todos nosotros. El sueño norteamericano puede volverse realidad. A nosotros nos corresponde llevar a la realización esa transformación -pronto- porque la historia no aguardará». (del Prólogo a la edición revisada de 1947 escrito por el autor)