Manuel Sacristán, 25 años después
Sugerencia bibliográfica
Salvador López Arnal
No fue Manuel Sacristán alguien empeñado a publicar a toda costa ni persona adscrita a ninguna competición curricular de papers publicados en “revistas de renombre internacional”. No fue esta una finalidad básica del traductor de El Capital, del que fuera miembro del Comité Ejecutivo del PSUC en la clandestinidad. Varios ejemplos abonan esta consideración: un manual de lógica solicitado por la editorial Labor, finalmente no editado, permaneció en su escritorio durante más de dos décadas sin que Sacristán hiciera nada para su publicación (y ello tras el éxito de su Introducción a la lógica y al análisis formal); su presentación interrumpida de la Antología de Gramsci –El orden y el tiempo- estuvo a punto de ir a la papelera de los trabajos desechados, salvada de ese destino por Jacobo Muñoz, sin que tampoco Sacristán tuviera posteriormente empeño alguno en su publicación, sin olvidar de materiales escritos para compañeros suyos que aspiraban a una mejora de su ubicación académica -una situación, por cierto, que él sólo consiguió el último año de su vida- cuyo retorno o autoría nunca fue reclamado.
Como en otras ocasiones, tampoco la modestia no fingida estuvo alejada de sus consideraciones sobre su propia obra. En junio de 1985, cuando habían sido editados los primeros volúmenes de “Panfletos y Materiales”, en carta a Eloy Fernández Clemente, comentaba: “Querido amigo, estoy cascado, pero no chocheo. Con esa precisión podrás inferir que no me olvido de los amigos (al menos, todavía, y si el estar cascado no da un “salto cualitativo”, tampoco los olvidaré en el futuro). También he de protestar de que llames “magníficos” a los dos tomos aparecidos de Panfletos y Materiales. Me parece que ellos revelan bastante bien el desastre que en muchos de nosotros produjo el franquismo (en mí desde luego): son escritos de ocasión, sin tiempo suficiente para la reflexión ni para la documentación. En cambio, te agradezco mucho lo que dices de una posible utilidad mía en otras épocas. Supongo que también eso es falso, pero el hombre es débil y acepta algunas falsedades…”
Apuntado lo anterior, sin ningún ánimo de exhaustividad (los conocidos y reconocidos trabajos de Juan-Ramón Capella y Miguel Manzanera son esenciales en este nudo), dejando al margen notas, presentaciones, artículos interrumpidos, textos de Laye y de otras revistas como Nuestras Ideas, Horitzons, Veritat, Materiales y mientras tanto no incluidos en sus “Panfletos y materials”, antologías, libros proyectados [1] y escritos similares, los libros publicados hasta la fecha del traductor de Quine y Platón son los siguientes [2]:
Fundamentos de filosofía. Apuntes de las lecciones del curso 1956-1957 dadas por el profesor Sr. Sacristán. Barcelona, Universidad de Barcelona, Ediciones técnicas del S.E.U., 1956
Las ideas gnoseológicas de Heidegger, Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones científicas, 1959 [3]
Introducción a la lógica y al análisis formal, Barcelona, Ariel, 1964
Lecturas I. Goethe, Heine, Madrid, Ciencia Nueva, 1967 [4].
Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores, Barcelona, Ed Nova Terra, 1968 [5].
Sobre Marx y marxismo. Panfletos y materiales I, Barcelona, Icaria 1983.
Karl Marx como sociólogo de la ciencia, México, UNAM (Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: Serie “Teoría y Epistemología”, nº 1), 1984 (en portada figura el año 1983)
Papeles de filosofía. Panfletos y materiales II, Barcelona, Icaria, 1984.
Intervenciones políticas. Panfletos y materials III, Barcelona, Icaria, 1985.
Lecturas. Panfletos y materiales IV, Barcelona, Icaria, 1985.
Pacifismo, ecologismo y política alternativa, edición al cuidado de Juan-Ramón Capella, Barcelona, Icaria, 1987 [6].
Lógica elemental, edición de Vera Sacristán Adinolfi, Barcelona, Vicens Vives, 1996, prólogo de Jesús Mosterín
Escritos sindicales y de política educativa, edición de Salvador López Arnal, Barcelona, Ediciones Universitarias de Barcelona, 1997 [7].
El Orden y el Tiempo. Introducción a la obra de Antonio Gramsci (1891-1937), edición y presentación de Albert Domingo Curto, Madrid, Trotta, 1998.
M.A.R.X. Máximas, aforismos y reflexiones con algunas variables libres, edición de Salvador López Arnal, Barcelona, El Viejo Topo, 2003. Presentación de Jorge Riechmann y epílogo de Enric Tello.
De la primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristán Luzón, edición y presentación de Francisco Fernández Buey y Salvador López Arnal, Madrid, Los Libros de la Catarata, Madrid, 2004.
Escritos sobre el Capital (y textos afines), Barcelona, El Viejo Topo, 2004. Prólogo de Alfons Barceló y epílogo de Óscar Carpintero
Seis conferencias. Sobre tradición marxista y nuevos problemas, Barcelona, El Viejo Topo, 2005; presentación de Francisco Fernández Buey y epílogo de Manuel Monereo
Lecturas de filosofía moderna y contemporánea, edición, notas y presentación de Albert Domingo Curto, Madrid, Trotta, 2007
Sobre dialéctica, edición de Salvador López Arnal, Barcelona, El Viejo Topo, 2009, prólogo de Miguel Candel, epílogo de Félix Ovejero Lucas y nota final de Manuel Monleón Pradas.
Igualmente habría que añadir como ediciones en las que su aportación fue muy importante:
Antonio Gramsci, Antología, Siglo XXI, México, 1970, selección, traducción, cronología, notas y presentación de Manuel Sacristán
“Presentación” y “notas” de: S. M. Barret (ed), Gerónimo. Historia de su vida, Hipótesis/Grijalbo, Barcelona, 1975, reeditada por F. W. Turner III.
Demasiado sin duda para una sola digestión o para lectores que no han podido dedicar por edad o falta de tiempo horas suficiente a su lectura.
Partiendo en ello, como modesta sugerencia, acaso no muy errada, para iniciar, retomar o proseguir en la lectura ya iniciada, me permito seleccionar unos cuantos escritos, dejo al margen sus trabajos de lógica, que en mi opinión estarían entre lo más esencial de su obra. En conjunto, reunidos todos ellos, formarían un volumen de unas 600 páginas, uno de los posibles “Sacristanes esenciales”.
Entrevistas.
“Checoslovaquia y la construcción del socialismo” (Cuadernos para el diálogo), 1969.
“Entrevista con Jordi Guiu y Antoni Munné” (El Viejo Topo), 1979.
“Entrevista con Manuel Sacristán (Dialéctica)”, 1983.
Textos de intervención.
Carta de la redacción del nº 1 mientras tanto, 1979.
Hambres, huelgas, huelgas de hambre, 1981.
Intoxicación de masas, masas intoxicadas, 1981.
Realismo fantasmagórico, 1982
La salvación del alma y la lógica, 1984
La OTAN hacia dentro, 1984.
Los partidos marxistas y los movimientos por la paz, 1985.
Conferencias.
De la dialéctica, 1973.
Sobre el estalinismo, 1978
Reflexión sobre una política socialista de la ciencia, 1979.
Tradición marxista y nuevos problemas, 1983.
Sobre Lukács, 1985.
Cartas
A propósito de un proyecto de constitución de una escuela de Sociología dialéctica en Barcelona, 1968.
Carta a Mónica Guitián, 1985.
Artículos.
Libertad, 1951
Kant, 1951
En la muerte de Eugene O’Neill, 1954
Las ideas gnoseológicas de Heidegger, introducción y capítulo V: conclusión, 1959.
Tres notas sobre la alianza impía, 1961.
Una lectura del Alfanhuí de Rafael Sánchez Ferlosio, 1964.
La veracidad de Goethe, 1963
La tarea de Engels en el Anti-Dühhring, 1964.
¿A qué “género literario” pertenece El Capital?, 1967.
“El diálogo”: consideración del nombre, los sujetos y el contexto, 1968.
Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores, 1968.
La Universidad y la división del trabajo, 1970
Russell y el socialismo, 1970.
En la edición castellana del libro de Wolfgang Harich, ¿Comunismo sin crecimiento?, 1978.
El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia, 1978.
Comunicación a las Jornadas de ecología y política, 1979.
La ecodinámica de K. E. Boulding, 1981.
Sobre los problemas presentemente percibidos en la relación entre la sociedad y la naturaleza y sus consecuencias en la filosofía de las ciencias sociales. Un esquema de discusión, 1981.
Karl Marx como sociólogo de la ciencia, 1983.
Algunos atisbos político-ecológicos de Marx, 1983
El undécimo cuaderno de Gramsci en la cárcel, 1985.
Con lectura en calma, estudio, anotaciones y posterior discusión colectiva, unas 150 horas de lectura. ¡Unos tres meses, a hora diaria, de formación, instrucción, goce, probable deslumbramiento y, acaso, de conversión político-filosófica!
Un ejemplo entre muchos posibles, un texto de Sacristán de 1981, por si lector, conjetura improbable, sospecha que soy vendedor de humos: “[…] Por comprensibles que sean las emociones que inducen a la condena romántica de la operativa ciencia moderna y al aprecio de la sabiduría especulativa y contemplativa, y por valiosas que sean en muchos análisis y muchas descripciones particulares las obras de los filósofos aludidos, sobre todo las de Heidegger, la filosofía romántica de la ciencia o el desprecio sapiencial del mero conocimiento operativo o “instrumental” no es seguramente, un “vehículo” adecuado para salir de la intrincada selva de nuestros problemas. La filosofía romántica del conocimiento y de la ciencia -en el sentido muy general en que esa tradición se considera aquí- se basa en un paralogismo que daña irreparablemente su comprensión del asunto. Ese paralogismo consiste en confundir los planos de la bondad o maldad práctica con la epistemológica. Pero precisamente la peligrosidad o “maldad” práctica de la ciencia contemporánea es función de su bondad epistemológica. El querer ignorar que la maldad de la bomba de neutrones se debe a la bondad de la tecnología física y pretender que hay otro saber mejor, más profundo, del universo físico, no tendría potencialidades malas es querer ignorar el dato principal de la problemática en discusión. Este mal holismo romántico, mezcla de restos de un intelectualismo ético que se ignora a sí mismo y de emociones éticas y religiosas sin dudas buenas en sí, es un modo de huir de la percepción del trágico dilema de la cultura científica. El mito del Génesis acerca del árbol de la ciencia, al menos en la forma en que lo gustó y acentuó Kant, tiene sin duda más verdad que la filosofía romántica de la ciencia: es el buen conocimiento el que es peligroso y quizá tanto más cuanto mejor”.
Notas:
[1] Entre otros: Escritos de sociología y política de la ciencia, Sobre Gerónimo, Metodología de las ciencias sociales. Cursos 1981-1982, 1983-1984 y 1984-1985, Cursos de doctorado (“Inducción y dialéctica”, “La lógica de J. Stuart Mill”, “Karl Marx como sociólogo de la ciencia”). Esquemas y apuntes; Prólogos y presentaciones; Conferencias filosóficas,…
[2] Existe un libro, una historia sinóptica de la filosofía, que Sacristán elaboró durante sus años de estudiante de Filosofía y del cual ha dado testimonio documentado su amigo de juventud y compañero en Qvadrante y Laye, el embajador Jesús Núñez (“Pocholo”).
[3] Es la tesis doctoral de Sacristán. Fue reeditada por la editorial Crítica en 1995, con un importante prólogo de Francisco Fernández Buey.
[4] Ambos artículos incorporados al volumen IV de Panfletos y Materiales.
[5] Reimpreso en Papeles de filosofía, ed cit.
[6] En la nota de presentación señalaba Juan-Ramón Capella, el editor: “Este volumen reúne escritos de Manuel Sacristán Luzón realizados entre 1979 y su muerte en 1985. Se refieren a la temática que más le preocupó en los últimos años de su vida: la constituida por los problemas de la crisis de civilización, las amenazas sociales y políticas para la supervivencia de la especie y la crisis del movimiento emancipatorio contemporáneo…”. Efectivamente: se incluyen aquí la mayoría de notas y artículos que Sacristán publicó en los 23 primeros números de mientras tanto (también artículos publicados en Bien o en Zona Universitaria); uno de sus últimos escritos, su presentación a la traducción castellana –de Miguel Candel- del undécimo cuaderno de Gramsci en la cárcel; su conferencia de 1983 sobre “Algunos atisbos político-ecológicos de Marx”; sendas entrevistas con las revistas mexicana Dialéctica y Naturaleza de 1983, y su debatida e influyente comunicación a las Jornadas sobre ecología y política de 1979. El volumen fue reeditado el 31 de octubre de 2009 en la colección “Pensamiento crítico” del diario Público.
[7] Incluye textos, entre otros, de Francisco Fernández Buey, Guillermo Lusa, Jaume Botey y José Luis López Bulla.