Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Una herramienta estratégica del MST

Roberto Aguirre

UNA HERRAMIENTA ESTRATÉGICA DEL MST Roberto Aguirre* Cuando las multinacionales se apropiaron de los recursos naturales y proponen una agricultura transgénica en manos de unos pocos, el MST plantea otro camino. El gobierno de Noruega está construyendo una de las reservas de semillas más grandes del mundo, con la intención de preservar la biodiversidad frente a la amenaza cada vez mayor de los cultivos transgénicos. Geoff Hawtin, miembro de la Asociación Global para la Diversidad de Cosechas, encargada del proyecto, explicó a la BCC que se trata de una “cámara acorazada para el día del juicio final”, ubicada en el archipiélago de Svalbard, a 996 kilómetros del polo norte. Mientras el país escandinavo se embarca en esta millonaria inversión digna de una película de Hollywood, en América Latina las cosas son un poco distintas. En el sur de Brasil en los asentimientos de Hulha Negra y Candiota, ubicados en Rio Grande do Sul, funciona desde hace diez años la Red Bionatur de Semillas, un proyecto encabezado por el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) que apunta a preservar semillas agroecológicas en búsqueda de un modelo de agricultura alternativa. El MST nació hace más de veinte años, con el objetivo de ocupar y recuperar tierras para el sustento de sus familias. Su causa se fue expandiendo, convirtiéndose en el movimiento social más importante de Brasil y poniéndose a la cabeza de la lucha por la reforma agraria. Actualmente, mantienen más de 100 invasiones, al tiempo que negocian con el gobierno de Luis Inacio Lula Da Silva, una política agraria más inclusiva y sustentable. El tiempo y la ubicuidad del sistema les mostraron que la ocupación de tierras no era suficiente. Por eso se armaron de una red institucional para reproducir su modelo alternativo, que incluye a la Red Bionatur, formada en 1997. Su principal objetivo es luchar contra la privatización de la tierra y los recursos naturales, de la misma forma que contra las alteraciones genéticas y el modelo agrario imperante. En Brasil lo conocen como el agronegocio y es consecuencia de las políticas neoliberales que azotaron a América Latina en la década del ‘90. No alcanzó con la concentración de tierras, la precarización y expulsión de los campesinos. El mercado se lo deglutió todo. En pocos años hasta las semillas pasaron a ser un bien codiciado por las empresas internacionales, que mediante la alteración genética produjeron nuevas especies. Actualmente, las multinacionales Monsanto y Sygenta manejan casi el 100 por ciento del mercado de semillas transgénicas. Mediante un intrincado sistema de patentes, obligan a quienes usan sus productos a pagar por un bien que debería ser natural. Esta privatización de las semillas trae consigo varias consecuencias graves. En principio ecológicas, ya que se atenta contra la biodiversidad, y al interrumpirse ciclos naturales se producen sequías y agotamientos de las tierras. Según la FAO (Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) se perdieron tres cuartos de la diversidad de plantas alimenticias. Al mismo tiempo se produce una concentración de la tierra y del negocio del agro en pocas manos. Un caso paradigmático es el de Argentina y la soja, donde la introducción de la semilla RR (Roundop Ready) alterada por Monsanto, generó una expansión de la oleaginosa. La actual caja del “oro verde” no deja lugar a pequeños productores, que se ven aplastados por las grandes empresas exportadoras. Al mismo tiempo, Monsanto (de capitales estadounidenses) hace su fabuloso negocio: la particularidad de la soja RR es que tolera el glifosato, un potente agroquímico que mejora rendimientos y que la misma empresa fabrica. Finalmente hay una tercera consecuencia, que es la de la Soberanía Alimentaria. Hace varios años la FAO alentaba los cultivos transgénicos por su potencialidad de acabar con el hambre del mundo. Hoy se ve que no es así, sino que algunos alimentos pierden parte de su calidad nutritiva. Así lo demostró un análisis realizado por el Instituto Técnico de Educación e Investigación Agraria (ITEPA) del MST, otra de sus instituciones que busca poner a la ciencia al servicio de su causa. Este panorama llevó al MST a crear la Red Bionatur y el banco de semillas naturales, denominadas criollas. El “informativo do MST, campaña sementes año 2005” aclaraba que la red es “un instrumento fundamental para la construcción de un nuevo modelo de agricultura, pautado en la agroecología, reconstrucción del paisaje, promoción de la seguridad y la soberanía alimentaria de los pueblos, y recuperación de la capacidad productiva de los suelos”. Como se ve, no se trata sólo de un proyecto de acumulación de semillas para su preservación, sino de reproducción de las mismas para la vuelta a una agronomía ecológica. El sistema funciona repartiendo esas semillas a los campesinos, que a la vez aprenden a aprovecharlas luego de la siembra para volverlas a recoger. Como bien aclara el documento anteriormente citado, la red intenta “promover y cultivar libremente la biodiversidad del planeta, oponiéndose a toda y cualquier forma de patentamiento de la vida.” El MST es ambicioso; ya no se trata de un objetivo individual sino universal. Para cambiar el agronegocio por el modelo agroecológico hace falta la posesión de semillas no alteradas genéticamente, cosa cada vez menos frecuente. Y no poder construir un gran freezer cerca del polo norte, no los aleja de tal empresa. El banco del MST es “en vivo”, esto quiere decir que las semillas se mantienen en condiciones naturales, con humedad y temperatura controladas y no congeladas. Al mismo tiempo se intenta depender cada vez menos de la agricultura artificial, los químicos y el monocultivo. Se siembra y se cosecha a mano y no se rotan los cultivos, sino que se plantan especies asociadas que se benefician entre ellas. Tampoco se utilizan pesticidas artificiales, sino que se fomenta el control biológico. Esto ayuda a descontaminar las tierras y reduce el peligro de intoxicación, muy frecuente en las precarias condiciones en que trabajan los campesinos. Actualmente Bionatur está presente en diversos municipios de Río Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná, Minas Gerais y en fase de implementación en Mato Grosso, Goiás, Distrito Federal y Sergipe. Como dato de referencia, en la zafra 2004 se obtuvieron aproximadamente siete toneladas de semillas totalmente ecológicas de más de 90 variedades de plantas. Sin duda un éxito en la lucha del MST, que entendió que cuidar el patrimonio biológico y no dejarlo en manos del capital es una forma de empezar a cambiar las cosas. No en vano el coordinador nacional del movimiento, João Pedro Stedile, afirmó durante el festejo del 20 aniversario del movimiento: “Si perdemos el patrimonio de las semillas, de nada servirá que conquistemos la tierra y el capital”. (*) El autor de esta nota es alumno del Seminario “Periodismo en Escenarios Políticos Latinoamericanos” que actualmente dicta la Agencia Periodística del Mercosur (APM) en la Facultad de Periodismo y comunicción Social de la UNLP.

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Alocuciones radiales de Salvador Allende en la mañana del 11 de septiembre de 1973

Salvador Allende

Alocuciones radiales del 11 de Septiembre de 1973. Las primeras emitidas por Radio Corporación. La última por Radio Magallanes.

7:55 A.M. RADIO CORPORACIÓN

Habla el Presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.

En estas circunstancias, llamo a todos los trabajadores. Que ocupen sus puestos de trabajo, que concurran a sus fábricas, que mantengan la calma y serenidad. Hasta este momento en Santiago no se ha producido ningún movimiento extraordinario de tropas y, según me ha informado el jefe de la Guarnición, Santiago estaría acuartelado y normal.

En todo caso yo estoy aquí, en el Palacio de Gobierno, y me quedaré aquí defendiendo al Gobierno que represento por voluntad del pueblo. Lo que deseo, esencialmente, es que los trabajadores estén atentos, vigilantes y que eviten provocaciones. Como primera etapa tenemos que ver la respuesta, que espero sea positiva , de los soldados de la Patria, que han jurado defender el régimen establecido que es la expresión de la voluntad ciudadana, y que cumplirán con la doctrina que prestigió a Chile y le prestigia el profesionalismo de las Fuerzas Armadas. En estas circunstancias, tengo la certeza de que los soldados sabrán cumplir con su obligación. De todas maneras, el pueblo y los trabajadores, fundamentalmente, deben estar movilizados activamente, pero en sus sitios de trabajo, escuchando el llamado que pueda hacerle y las instrucciones que les dé el compañero Presidente de la República.

8:15 A.M.

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Roque Dalton, intelectual integral, palabra integral

Luis Alvarenga

Una de las herencias más poderosas —y menos atendidas— que nos deja Roque Dalton, cuando faltan apenas treinta años para su centenario, es su talante de intelectual integral. La cuestión de la integralidad intelectual de Dalton se puede explorar a varios niveles.

En primer lugar, hay que definir qué es lo que se quiere decir con integralidad. Su opuesto es la fragmentariedad. El intelectual contemporáneo suele ser fragmentario, especialista en un área determinada del pensamiento. Aunque se hable mucho de interdisciplinariedad, de saber «holístico», la práctica intelectual es monologante. No hay un diálogo, una incursión en otras disciplinas. El artista contemporáneo no suele ambicionar más que lo que persigue un «especialista». Más allá de eso, suele haber también una pérdida de contacto entre la interpretación de la realidad que puede ser el pensamiento y la poesía, y esa realidad que constituye el sustrato del artista y el intelectual.

Dalton es, pues, no solamente el artista que cultivó la poesía, el periodismo, la narrativa, el ensayo y el teatro. Fue también el intelectual que estuvo abierto a los problemas sociales y políticos de su tiempo. En este tiempo de especialistas y monologantes, la política se deja en las manos poco confiables de los políticos profesionales. La sociedad deja, pues, de ser un problema del que ocuparse, pues su destino se toca en el ámbito de esos profesionales. Para Dalton no es así. Su trabajo intelectual está sustentado por un proyecto político de país. De ahí que este poeta aparezca actuando en política, en vez de dejar esto en manos de los supuestos profesionales. Con esto, recupera el sentido originario de política: la preocupación del ciudadano por el destino de su polis; por tanto, la política es algo constitutivo del ser humano. Este es un primer nivel del análisis.

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El desafío de Roque Dalton

James Iffland

A los treinta años de su asesinato, Roque Dalton sigue desafiando. El desafío mayor es determinar la verdadera naturaleza de su legado. ¿Cuál es y qué hacemos con él?.

Hay muchos peligros que tenemos que afrontar en nuestra tarea. Por un lado, Roque puede fungir sólo como figura invocada dentro de la agitación política -un nombre para ser blandido en vez de un autor para ser leído-. Por otro, Roque puede ser asimilado por la maquinaria de la cultura institucionalizada como piedra angular de un incipiente canon literario centroamericano. Sí, Roque pertenece ahora al canon, pero resistiría hasta más no poder el ser convertido en “monumento”.

Para las dos tendencias señaladas, es fundamental la condición de Roque como asesinado. Su asesinato la derecha para socavar a la izquierda. Otro peligro que enfrentamos es el de “Roque como leyenda”. Roque circula por la imaginación colectiva de manera rocambolesca. Es cierto que su vida estuvo llena de percances insólitos. Pero esa condición de “leyenda” puede fomentar la tendencia de convertirlo en simple materia prima de divertidas anécdotas en cocteles de intelectuales y académicos.

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Entrevista a Felipe Quispe, el Mallku

Jorge Beinstein

Esta entrevista fue realizada a fines del año pasado, desde entonces algunas cosas han cambiado en Bolivia. El gobierno dispone ahora de una legitimidad popular de origen inexistente en ese país en las última décadas. Sin embargo los intereses económicos dominantes no han sido desplazados, sobre todo aquellos que ascendieron o se consolidaron durante la era neoliberal iniciada a mediados de los años 1980. Fue contra ese régimen que a lo largo de la década actual se desató una sucesión de rebeliones populares coincidentes con la decadencia de la dirigencia política tradicional, además el aparato militar demostró su impotencia para aplastar o frenar la revueltas. Entonces fue abierta la puerta a lo que los medios de comunicación denominan “alternativa progresista”, su encarnación fue el MAS bajo la conducción de Evo Morales, cuya estrategia se basaba en la realización de reformas a través del sistema institucional existente. Y que en consecuencia rechazaba las inclinaciones insurreccionales de las organizaciones que habían estado a la cabeza de las rebeliones, entre ellas la CSUTCB (central sindical única de los trabajadores campesinos de Bolivia) liderada por Felipe Quispe,  el “Mallku”. Su nombre es símbolo de rebeldía para  sectores muy extendidos de los pueblos originarios andinos pero también objeto de repudio virulento, visceralmente racista, por parte de las elites bolivianas. Para ellas él expresa como pocos al demonio social que buscan exorcizar de una vez por todas. No lo pudieron lograr con la represión, ahora creen que podrán conseguirlo por medio de un complicado juego gatopardista que desarticule, desmovilice, desmoralice a las bases y sus estructuras. Mientras Evo Morales arranca con su previsto vaivén reformista esperanzando a unos, desconcertando a otros, irritando a muchos, lanzando gestos mediáticos, dirigentes como el Mallku confían superar el embrollo progresista afirmándose en la realidad profunda de su tierra.

Cuando concreté la entrevista que ahora publicamos faltaban pocos días para las elecciones que consagraron al Evo Morales. El Mallku demostró en una conversación previa su total escepticismo respecto del camino institucional que estaba por emprender el MAS, antítesis de sus aspiraciones revolucionarias, decidimos de común acuerdo centrar nuestra conversación en algunos temas estratégicos sin poder ello dejar de tocar la actualidad.

Si leemos el discurso pronunciado por Evo Morales en Tiwanaku, durante la ceremonia montada el día anterior a su asunción como presidente, no dejará de llamarnos la atención que allí un solo dirigente boliviano es mencionado con nombre y apellido: Felipe Quispe, el Mallku. Y lo hizo para pedirle que se una a su gobierno (1), la reacción negativa del líder indígena no se hizo esperar, considera que el proyecto “progresista” de Evo Morales está destinado al fracaso y que en realidad forma parte de la estrategia de gobernabilidad de las elites dominantes. Se trata de dos personalidades diametralmente opuestas, Evo Morales es un componedor, cultivador de gestos mediáticos, de origen político confuso y que salvo en la entronización de Tiwanaku, nunca se postuló como dirigente indígena sino como un conductor “social” o como un “político boliviano”, Mallku por el contrario es un dirigente histórico indígena que ha hecho del indigenismo el fundamento de su vida, su trayectoria  no tiene zigzagueos, rechaza al sistema institucional existente, descree de las veleidades “reformistas” de Evo Morales y afirma una y otra vez que la única alternativa viable para  los de abajo es la revolución. Los medios internacionales de comunicación han focalizado sus expectativas en el actual presidente ignorando al Mallku. Incluso la curiosa mención de Evo Morales en Tiwanaku no mereció ningún comentario en los medios.

 

Jorge Beinstein (Director de la revista “Enfoques Críticos”, Buenos Aires)

 

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Dinero y fusiles «rehaciendo» a la sociedad argentina

Daniel Campione

ALAI AMLATINA, 23/03/2006, Buenos Aires.-  A treinta años del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, una de las preguntas que debe plantearse es acerca de las razones que impulsaron a las FF.AA y sus aliados, no sólo a dar el golpe, sino a desarrollar el tipo de políticas que pusieron en práctica.   Sin duda una vía de comprensión se encuentra en el contexto mundial de la época. En los últimos años 60 y primeros 70, tocaba a su fin un cuarto de siglo signado en el mundo capitalista por el crecimiento económico sostenido, por la vía del desarrollo del mercado interno y los altos salarios. Los empresarios tenían obstáculos crecientes para seguir incrementando la productividad frente a sindicatos unificados y poderosos; y masas trabajadoras que habían aprendido a convertir los condicionamientos del "fordismo" en medidas para la defensa de sus intereses. La universalización de las prestaciones sociales comenzaba a ser vista como una amenaza para la rentabilidad de las empresas…  

El incremento explosivo de los precios del petróleo desencadenado por la "cartelización" de los proveedores tercermundistas del fluido, y el déficit de la balanza comercial norteamericana contribuyeron a hacer más complejo el panorama.   La segunda posguerra había sido marcada por sucesivas victorias de movimientos de liberación nacional, muchos de ellos definidos luego como socialistas; de China a Argelia, pasando por Cuba. Esa tendencia se había acentuado en los sesenta y primeros setenta (el que se sintetiza como el "Mayo Francés"), para culminar con un movimiento que si bien no desembocó en un proceso revolucionario triunfante, sacudió las bases políticas y culturales del orden social tradicional en el mismo centro del poder capitalista, y alentó una renovación en el campo de la izquierda mundial.  

Las usinas de pensamiento del poder mundial comenzaron a movilizarse buscando el sendero para una contraofensiva que sacara al orden capitalista de su situación de crisis cada vez más integral, de su pérdida de prestigio en todos los órdenes. Desde los teóricos militares que delinearon la estrategia de "guerra contrarrevolucionaria" poniendo énfasis en las batallas en el terreno de la cultura, pasando por las doctrinas económicas que sólo años después comenzarían a llamarse "neoliberalismo", y las concepciones de Samuel Huntington en cuanto a la necesidad de "restringir" los límites de la democracia de modo de socavar las bases de movimientos contestatarios, germinaba una respuesta que pretendía restaurar a pleno la vigencia de los postulados originales del capitalismo, al tiempo que infligir una derrota estratégica a quienes militaban por una revolución socialista.  

En América Latina se vivía ese momento histórico con particularidades y tiempos diferentes. En Chile y Uruguay; dos procesos que parecían marcar la posibilidad de una transición socialista por vía pacífica dieron lugar a golpes militares que triunfaron, sin enfrentar resistencias eficaces, e impusieron dictaduras sanguinarias. Las guerrillas de los 60′ habían terminado casi todas en derrotas sangrientas.  

En Argentina el proceso de radicalización estaba vigente, pero dando síntomas tanto de debilidad propia, como de la decisión y carencia de límites por parte de sus enemigos. La Doctrina de la Seguridad Nacional estaba alcanzando un nuevo estadio de aplicación, con EE.UU alentándolo, consciente del riesgo de catástrofe. El "estado de bienestar", las políticas dirigistas de tipo keynesiano, y más en profundidad, toda la organización "fondista" de la producción y el consumo empezaban a ser cuestionadas, aún en la versión precaria y periférica que habitaba a países como Argentina.  

Tampoco puede comprenderse la dictadura iniciada el 24 de marzo, sin tomar en cuenta sucesos desencadenados durante el gobierno anterior. Se marchaba a una confrontación cada vez más abierta entre proyectos diferentes; que se simplifican y radicalizan en la medida que el encarnado en José Gelbard y el propio Perón, de retomar la senda de crecimiento relativamente autónomo emparentada con el primer peronismo aparece como inviable y buena parte de sus sostenedores se pliegan a una perspectiva regresiva y represora. La "misión" Ivanissevich y el rectorado de Ottalagano en la UBA fueron, ya en 1974, el preámbulo de las políticas educativas y culturales de la dictadura. Los planes económicos de Celestino Rodrigo y luego de Adolfo Mondelli, señalaron el comienzo de los intentos de imponer la "economía de mercado", que Martínez de Hoz llevaría a cabo poco después, ya en dictadura. La Triple A y otras organizaciones paramilitares iniciaron una masacre de militantes populares que el decreto del presidente interino Luder disponiendo la "aniquilación" de los "subversivos" convirtió en política pública.  

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Argentina no puede ni debe pagar la deuda externa

AcciónDeudaExtJul03 * jgambina@rcc.com.ar

El FMI consideró adecuado el cumplimiento de los compromisos acordados con el gobierno argentino entre enero y agosto de este año, y habilita así el inicio de nuevas negociaciones para establecer un nuevo acuerdo por tres años. Allí se renovarán las cláusulas de ajuste fiscal establecidas a comienzo del 2003 y quizá agravadas. Si la meta fiscal requería un superávit de 2,5% del PBI, la intencionalidad del organismo internacional intentará acercarla a 4,5%, presionando a la disminución del gasto público y a una mayor apropiación de la capacidad de recaudación verificable en el último tiempo. Pero también reincidirá en fijar metas de cambios estructurales que agudizarán los problemas de fondo que sufre la mayoría de la sociedad argentina. En primer lugar la salida del "default" con inversores internacionales y la restauración de pagos a los organismos multilaterales de crédito. En segundo lugar la recomposición de las tarifas de los servicios públicos privatizados, congelados por la Ley de Emergencia desde comienzos de 2002 y prorrogada hasta fines del 2004. Tercero, la reestructuración del sistema bancario, incluyendo algunas de las tantas pretensiones de enajenar los subsistentes bancos oficiales. Además, las consabidas pretensiones de reforma tributaria y disciplinamiento fiscal de las provincias para asegurar capacidad estatal de pago a los acreedores de la deuda externa. Se debe sumar a ello la sempiterna demanda de seguridad jurídica para los inversores internacionales.

Por un lado están los reclamos del FMI, coincidentes con los acreedores externos y las clases dominantes que actúan en la Argentina, a quiénes solo les importa la recreación de condiciones para sus negocios. Nada les importa la problemática social derivada de esa voracidad concentrada en la acumulación de ganancias, riqueza y poder. Por eso les suena bien que el Financial Times pondere la "recuperación económica" de la Argentina, ya que ello genera mejores condiciones para cobrar "que hace un año". Del otro lado está el gobierno argentino y sus propósitos en materia de política económica. El presidente Kirchner le manifestó al ministro de economía francés que reclamaba por los intereses empresarios de Francia en nuestro país, que su preocupación eran 35 millones de argentinos. Eso supone anteponer las necesidades e intereses de la mayoría empobrecida, más del 50% de la población, y que vive "para y del" mercado interno, tales como los trabajadores, pequeños y medianos productores y empresarios, algo así como el 90% de la población. ¿Pero, esas necesidades insatisfechas de ciudadanos afectados por el desempleo, bajos ingresos provisionales o carencias de salud, educación e incluso crédito para la reactivación de economías regionales y desarrollo de pequeñas y medianas empresas y productores, se compadece con un superávit entre enero y mayo 2003 de 5.100 millones de pesos? La proyección para todo el año alcanza a los 10.000 millones. Es cierto que hasta mayo gobernó Duhalde y desde fines de ese mes inició su turno la gestión Kirchner, aunque claro, ambas administraciones con el mismo Ministro de Economía y encargado de negociar con acreedores y FMI.

Eso es lo que está en juego en las negociaciones con el FMI, y las autoridades argentinas deben optar por atender el pliego de condiciones del poder económico, o decidirse firmemente por resolver las necesidades socio económicas mayoritarias de la población. No se puede navegar en la indecisión de esa opción. El ejemplo es la salida de la convertibilidad. Se cambió el régimen cambiario pero se mantuvo la apertura de la economía facilitando la salida de capitales, estimada por el INDEC en más de 7.000 millones de dólares durante el 2002 y continuada en el presente año. Se afirma que las privatizaciones están para perpetuarse, ya que se revisan los contratos, pero si es necesario habrá nuevas convocatorias de privatización. La inserción internacional subordinada se confirma con el periplo por los países capitalistas desarrollados y los encuentros con sus presidentes y reafirmaciones de fe en el capitalismo y la posibilidad de construir un país normal o serio. Apertura de la economía, subsidiariedad del Estado e inserción mundial subordinada al capitalismo desarrollado fueron las banderas enarboladas por la dictadura genocida y lamentablemente sostenidas con vigencia constitucional.

Un camino alternativo supone modificar radicalmente las prioridades de política económica y colocar en primer lugar la demanda de empleo y reactivación del mercado interno. En ese marco, la deuda externa no debe ni puede pagarse. Los acreedores de la deuda externa pública de Argentina deberán aceptar que oportunamente asumieron un elevado riesgo voluntario con tasas de interés usurarias que nuestro pueblo no debe ni puede pagar. Es cierto que hay sectores populares que recibieron bonos compulsivos y son acreedores involuntarios y pueden ser afectados por una política de no pago de la deuda. Para esos casos debe resolverse un fondo especial financiado por los beneficiarios de grandes créditos pesificados y los principales apropiadores de la renta nacional en los recientes 90, e incluso desde el origen del "modelo", asociado al terrorismo de Estado. Deuda externa y crimen organizado desde el Estado son parte de una misma herencia a desterrar para superar la crisis argentina.

Buenos Aires, 27 de julio de 2003.

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Balance de un gobierno democrático y popular

Entrevista con Miguel Rossetto, vice-gobernador del Gobierno del Estado de Rio Grande do Sul (marzo de 2.000)

Llegando a la capital de Río Grande del Sur, el viajero mínimamente informado busca las señales, los detalles y expresiones del gobierno “democrático y popular” en este Estado brasileiro, las concreciones de una política “revolu-cionaria”. Caminando por las calles y plazas de Porto Alegre, uno encuentra realidades ya vistas, situaciones, incluso, peores a las de los países del llamado “Occidente” o “mundo desa-rrollado”. Por si fuera poco, en esos primeros días de marzo, era imposible no tener conocimiento de una pro-longada huelga de profesores de Secundaria por mejoras salariales.

Pep Valenzuela.- ¿Qué revolución es ésta? ¿Dónde y cómo se materializa el famoso presupuesto participativo (OP)? ¿Qué balance hacen ustedes de esta experiencia de algo más de un año en el gobierno del Estado?

Miguel Rosseto.- Nuestro grande y primer desafío, que fue en la Administración de Porto Alegre, donde ya gobernamos hace casi 12 años, es la experiencia de gobierno del PT más amplia, compleja y rica en Brasil. Tú vas a encontrar los resultados de esta gestión (administración) de izquierda cuando visites la ciudad, cuando visites una escuela municipal, un puesto de salud municipal; cuando encuentres las políticas de habitación, cuando convivas en los parques, con toda la recuperación del medio ambiente para la población, con todo un ambiente cultural distinto en la ciudad. El grande trabajo que nosotros realizamos en estos últimos años en Porto Alegre, fue preservar una referencia política de gestión pública radicalmente distinta del modelo de destrucción del Estado, de privatización del Estado, de concentración de renta y de poder político.

PV.- ¿Es eso posible en el marco de un país como Brasil, con un gobierno totalmente alineado con el modelo neoliberal y, peor, dependiente de los dictados del FMI y de los EE UU?

MR.- Es evidente que ese proceso en una ciudad, en un Estado como el nuestro, guarda enormes limitaciones en relación con el gobierno nacional. Por eso es importante y revolucionario lo que nosotros conseguimos comprobar: que es posible gobernar de una forma diferente. Es posible gobernar sin ampliación de la exclusión, sin ampliación de la concentración del poder económico, del poder político, sin ampliación de la violencia social en todos los sentidos. Tanto en Porto Alegre, como en Caxías y otras experiencias que estamos desarrollando.

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