Matrimonio: 100 historias sobre el ritual favorito en India
Devdutt Pattanaik
Fragmento del libro de Devdutt Pattanaik Marriage: 100 Stories Around India’s Favourite Ritual. Calcuta, Rupa, 2021.
En los templos hindús, los dioses y las diosas se casan. El matrimonio es un rito de paso tanto divino (samskara) como humano. Marca la unión de la materia (prakriti) y el espíritu (purusha). La materia, porque trae nuevas riquezas, estatus, placer, seguridad y abre paso a la siguiente generación, que puede heredar el nombre de la familia y su hacienda. El espíritu porque obliga a la pareja, a la familia y a la comunidad a acomodarse a nuevas ideas, nuevas emociones, nuevos problemas y nuevas soluciones.
El matrimonio se describe como shubh, mangal, kalyan –lleno de buenos auspicios, bienes y fortuna– y no como un mero contrato. Hay que estar vigilante (savadhan) cuando sucede, porque marca un punto de inflexión en la vida y en el mundo.
Pero las cosas no son tan sencillas. Hay dioses y diosas que no se casan, y su energía se usa para matar demonios y proteger la comunidad. Hay dioses que se casan con muchas diosas, diosas-esposas a las que se les permite encontrar su dios-marido en muchos hombres, parejas divinas que se pelean, se separan y se reconcilian.
Hay dioses que escogen vestirse como madres, y diosas que se visten como guerreros, dioses que llevan anillos en la nariz y diosas que llevan bigote, dioses que prefieren la compañía de hombres y diosas que prefieren la compañía de mujeres.
Luego están las cuestiones más prácticas: ¿quién se puede casar con quién? Hay límites creados por la sangre, la religión, la edad, el género, la casta, la clase y los caprichos de padres y madres. ¿Quién se puede volver a casar? ¿Cuántas veces te puedes casar? ¿Tienes que satisfacer a todas tus esposas? ¿Qué hacer si la esposa es insatisfactoria? ¿Es necesaria la fidelidad para tener un buen matrimonio? ¿Pueden ser felices los maridos y esposas siendo plenamente conscientes de que el otro tiene muchos amantes? ¿Los niños pueden ser criados por hombres solos, mujeres solas, grupos de mujeres, grupos de hombres? ¿Qué constituye una familia?
Preguntas como estas se plantean a lo largo de las historias que se encuentran en los Vedas y Puranas: ¿Quién es Bhisma, que no tuvo hijos, considerado su abuelo por los Pandavas y los Kauravas? ¿Por qué se casó Ganesha con un banano? ¿Por qué la necesidad de contar historias en las que el célibe Hanuman se convierte en el padre de Makaradhwaja? ¿El ancestro de la dinastía lunar de reyes, Sudyumna-Ila, debería ser llamado padre o madre, marido o esposa, porque tiene ambos géneros? ¿Cómo dar razón del cuento de Oghavati, en el que la infidelidad es tolerada, y de la respuesta de Jabala sobre la misteriosa paternidad de su hijo; y de la solución de Kunti cuando su marido no puede dejarla embarazada?
Los rituales de boda hindúes contienen muchas verdades agregadas desde los tiempos de la civilización de Harappa y los Vedas, hasta las que llegaron con los griegos, los sakas, los kushan, los hunos, los turcos, los afganos, los persas, los árabes e incluso los europeos. El sindoor [polvo rojo con el que las mujeres casadas marcan la línea de división del peinado] y los brazaletes se originaron en la civilización harappa mientras el mangal sutra tiene raíces dravídicas. El ‘ritual de los siete pasos’ procede del Rig Veda, pero entonces el ritual se empleaba para todas las formas de acuerdo, no solo para la unión en una boda.
El ritual de ‘kashi-yatra’ evoca los miedos de los brahmanes a que sus hijos se vuelvan monjes budistas o jainitas. El ‘baraat’ procede de la historia puránica de las hordas salvajes de Shiva que lo acompañaron a la casa de Himavan para ir a buscar a su novia. El ‘sehra’ del novio montado a caballo, practicado también por los musulmanes, procede de la costumbre de Asia central de impedir que el ‘mal de ojo’ caiga sobre el joven y guapo novio cuando va a buscar a su novia.
Mientras el ‘haldi’ (ritual con cúrcuma) tiene raíces hindúes, el ‘mehendi’ (ritual con henna) las tiene islámicas. La popular ‘ceremonia sangeet’, antes una práctica del norte de la India, llena de canciones obscenas, es ahora en todo el mundo algo familiar con canciones y danzas, gracias a Bollywood. El ‘anillo de compromiso’ es una idea cristiana. El ‘certificado de boda’, aunque parezca secular, tiene sus raíces en ideas judeo-cristiano-islámicas que valoran lo escrito sobre lo hablado.
La capacidad de India de agregar verdades procede de su creencia en el renacimiento. Ninguna verdad puede ser reemplazada para siempre, pues los indios reconocen la necesidad de diversas respuestas para contextos diversos. No hay un concepto de verdad absoluta como en la Cristiandad y el Islam. Mientras la fe de Abraham rechaza los ‘falsos dioses’, el hinduísmo no tiene este concepto. En el hinduísmo, todos los dioses son limitados (devata) y contribuyen a la búsqueda de lo ilimitado (bhagavan).
Dios, en el hinduísmo, no es un juez. Es solo un contable, asegurándose de que paguemos siempre nuestras deudas acumuladas en nuestras vidas anteriores –a nuestros antepasados, nuestra familia, nuestra alma, la sociedad, y la naturaleza en general–. Y la forma ‘dharmik’ de hacerlo es creando un hogar, dice Manusmriti.
En India, hay ceremonias de boda durante el día y ceremonias de boda durante la noche, bodas que implican girar alrededor de un fuego y bodas que implican atar un hilo, bodas que se centran en el papeleo y bodas en la que solo importan los rituales. Bodas en templos que tienen lugar en segundos y bodas en casas que pueden durar días.
A veces el novio viene a buscar a la novia, y otras veces, la novia y el novio se encuentran en una sala de banquetes. Algunos novios llegan montados en yeguas, algunos cubren su cara con velos, algunas novias salen con una sonrisa, otras con una lágrima. Algunas bodas suponen dote, otras, caridad. Algunas bodas son silenciosas y solemnes, otras llenas de canciones, bailes y juergas de borrachos.
Aunque todo el mundo ve la diversidad de los rituales de matrimonio, raramente vemos la diversidad de las creencias sobre el matrimonio.
En los templos de Shiva, la pareja divina se mantiene muy unida. En los templos de Vishnu, las diosas tienen su propio santuario separado. Rama es fiel a una única esposa; Krishna adora muchas esposas, pero en los templos está solo, o con Radha, que no es su esposa, al menos no en el sentido terrenal mundano. Las diosas en los templos visten como novias pero no hay ningún marido a la vista. Son llamadas vírgenes (kumari) pero también madres (mata). Nadie está seguro de si eso significa que no las ha tocado ningún hombre o que son solteras, sin vínculos con ningún hombre, puro o soberano.
Durante siglos, India tuvo ascetas y cortesanas que nunca se casaron pero interpretaron un papel fundamental en la formación de la cultura India. Solo porque no tengas sexo, o tengas sexo con mucha gente, no significa que no tengas compañeros y parejas que te amen y se preocupen por ti, niños que te importan y a los que importas, propiedades que heredas y legas, familias de elección, sin vínculos de sangre y ley. Esto se reconocía en las historias sagradas: en el amor de Radha por Krishna, en el vínculo entre Matsyendranath y Gorakhnath y en las familias colectivas de Kritikas, Matrikas y Yoginis.
Al intentar convertir el hinduísmo en una religión bajo la presión colonial, ha habido una prisa desesperada por homogeneizar y estandarizar los diversos rituales y creencias hindús. La gente se guía por el principio monoteísta hegemónico: no puede haber falsos dioses, solo un dios verdadero. Y así el certificado de matrimonio proporcionado por el estado se convirtió en la práctica en el verdadero dios, negando el poder del ritual sagrado que en tiempos anteriores impactaba al corazón y la mente. Los rituales de boda se han reducido hoy a una actuación en escena llena de diversión para los fieles.
El estado asume simplemente que la heterosexualidad, la monogamia y el patriarcado son la norma, como los amos coloniales de antaño. Los británicos que usaron el dharma-shastra para hacer que las leyes indias ignorasen el hecho de que el dharma-shastra estaba pensado principalmente para los brahmanes y la élite poseedora de tierras. Nunca fue para todas las comunidades. Los rishis [sabios, santones] siempre valoraron las prácticas locales: diferentes dioses para diferentes gentes. Se nos dice a menudo que el divorcio no es indio, pero hay muchas comunidades indias en las que el divorcio era común. De modo que cuando el estado indio lo adoptó, no estaba importando ningún valor ajeno. Se nos dice que el que las viudas vuelvan a casarse no es común, pero era común en muchas comunidades.
Había comunidades en las que solo se permite una nuera en el hogar para impedir la ruptura de la propiedad, comunidades en las que la propiedad no se pasa al hijo mayor sino a la hija menor, o al hijo que se haga cargo de sus ancianos padres. Hay comunidades en las que el sexo no es una parte necesaria del matrimonio, y en las que casarse con una planta, un animal, una roca o un dios, no es raro.