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Palos, palas, amenazas y fotografías

Salvador López Arnal

A propósito de una información sobre enfrentamientos entre colonos judios y ciudadanos palestinos

Público, 2 de enero de 2010, sábado [1]. Con la compra del diario, se adquiere El Estado y la revolución de V. I. Lenin. El manuscrito se interrumpe en las primeras líneas del capítulo VII, el último del índice: “La experiencia de las revoluciones rusas de 1905 y 1917”. Las siguientes son las palabras finales a la primera edición escritas por “el autor” el 30 de noviembre de 1917, en “Petrogrado”, la hermosa ciudad que llevará su nombre durante más de setenta años:

Este folleto fue escrito en los meses de agosto y septiembre de 1917. Tenía ya trazado el plan del capítulo siguiente, el del VII, “La experiencia de las revoluciones rusas de 1905 y 1917”. Pero, fuera del título, no me fue posible escribir ni una sola línea de este capítulo: vino a “estorbarme” la crisis política, la víspera de la revolución de octubre de 1917. De “estorbos” así no tiene uno más que alegrarse. Pero la redacción de la segunda parte del folleto (dedicada a “la experiencia de las revoluciones rusas de 1905 y 1917”) habrá que aplazarla seguramente por mucho tiempo; es más agradable y más provechoso vivir la “experiencia de la revolución” que escribir cerca de ella.

Desgraciadamente no es este el tema que se desarrolla en la página 13 de la edición referenciada de Público dedicada a “Mundo”. Aunque, bien pensado, alguna relación existe con esa experiencia de la revolución a la que había referencia el autor de los Cuadernos filosóficos.

Seis noticias componen la página del diario. Una destacada habla de una matanza en un estadio de Pakistán; una segunda, también remarcada, da cuenta de unas declaraciones de Mir Hossein Musaví; una tercera informa de unas riadas que han asolado Río de Janeiro; una cuarta habla de una petición de libertad de la Eurocámara de unos detenidos políticos en la Nochevieja moscovita y, la siguiente, da sucinta cuenta, en apenas 9 medias líneas, de una nueva matanza (al menos 18 guerrilleros fueron asesinados, 13 más fueron detenidos) del “defensivo” Ejército colombiano. La última noticia de la página exige ser descrita y comentada.

Se compone de una fotografía y de una breve columna. La fotografía, de France Press, firmada con las siglas H.B., lleva una pie de foto: “Un colono judío y un palestino se enfrentan ayer”. Se enfrentan ayer, no se enfrentaron. “Ayer” remite al 1 de enero de 2010. En la fotografía que se muestra puede verse a una persona que blande una pala, no un palo, con base metálica, que bien puede ser un colono judío, y un ciudadano de espaldas, desarmado, corpulento, que levanta a media altura su mano derecha, con el puño cerrado. No se observa su rostro, probablemente indignado.

Detrás de ellos, tapado por el probable ciudadano palestino, alguien, que parece filmar lo que está sucediendo, lleva una piedra mediana en su mano izquierda, y en el fondo puede verse también un hermoso olivo.

¿Permite esta fotografía el pie “Un colono judío y un palestino se enfrentan ayer”? No parece, o acaso exige algún matiz complementario.

La fotografía, como indicamos, se acompaña de una breve columna. Su titular: “Israel. Colonos y palestinos se enfrentan a palos”, no con palas. No se especifica ahora que sean colonos judíos y el término “Israel”, enrojecido, y sin más aclaración, puede dar pistas geográficas falsas. El comentario bajo el titular:

Hebrón. Colonos judíos se enfrentaron ayer con palos y a puñetazos a seguidores del movimiento palestino Fatah, que trataban de plantar olivos en territorio ocupado por Israel para conmemorar el 45 aniversario del comienzo de la lucha contra la ocupación. Los enfrentamientos ocurrieron cerca de dos asentamientos

Asentamientos, por si fuera necesario, de colonos judíos en territorios ocupados militarmente por un Estado cuyo embajador, el señor Raphael Schutz, parece desear de estricta identidad judía [2].

Sabemos que, usualmente, una imagen no vale más que 1.000 palabras y que a veces una sola palabra, o si se quiere un enunciado, vale más que 5.000 imágenes retocadas o preparadas, pero a veces las imágenes muestran y, en esta ocasión, la fotografía de la noticia lo que muestra es la agresión de un individuo, que puede ser por su indumentaria un colono judío, contra un ciudadano no armado. No un enfrentamiento entre uno y otro como señala el titular, y no mediante palos y puñetazos, como señala el texto, sino la agresión, insisto, de alguien que lleva una pala con base metálica, no un palo y no sólo su puño agitado, contra alguien que no lleva ningún objeto de ataque o defensa

Así, pues, dejando un lado el pie de foto, nada afortunado ciertamente, aquí, una vez, la inconsistencia entre lo que se muestra y lo que se apunta en texto es tan obvia como correcta es la finalidad de los ciudadanos palestinos resistentes: plantar olivos, plantar vida propia, en un territorio usurpado que legítimamente pertenece a la ciudadanía de la que ellos son miembros activos.

Notas:

[1] Público, 2 de enero de 2010, p. 13.

[2] Véase Público, 30 de diciembre de 2009: “Israel, Estado judío”.

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