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Sentido y bello homenaje al exilio republicano

Salvador López Arnal

Reseña de Vladimir Pozner, España primer amor, Barcelona, Seix Barral, 150 páginas (prólogo de Isaac Rosa)

Louis Aragon escribió sobre España primer amor: «no es tanto un libro como un cuchillo que entra directo en el corazón». Efectivamente, es eso

Hermosa, hermosísima historia de amor, en el marco del dramático exilio republicano de enero de 1939, un enero sin nombre (Max Aub). Con bellas referencias al poeta ligero de equipaje y con Argelès-sur-Mer y Colliure siempre presentes.

Léanla, no duden. Lo harán con nudos, con muchos nudos en la garganta. ¿Nos podemos llegar a imaginar el dolor, el sufrimiento, lo que pudo significar para centenares de miles de compatriotas, algunos de ellos familiares nuestros, casi desnudos, como los hijos de la mar, la huida de la España franquista en días de duro, de durísimo invierno?

Recomiéndenla. No es el autor alguien conocido entre nosotros (les hablo de él más tarde). España primer amor, magnífica, bellamente traducida por Adolfo García Ortega, no merece pasar desapercibida entre nosotros.

Nada les puedo ni debo adelantar a excepción de lo que se señala en la contraportada de la edición: «En 1939 el camino del exilio lleva a decenas de miles de españoles a cruzar la frontera de los Pirineos, donde hallan el cruel destino de los campos de concentración franceses. En Argelès-sur-Mer [allí nació el gran científico franco-barcelonés Eduard Rodríguez Farré], un miembro de una asociación humanitaria se compromete a liberar a tantos republicanos españoles como pueda. Allí encuentra a Pierre, un francés que busca desesperadamente a Pilar, una española a la que conoció en el camino. ¿Cómo ayudarlo a encontrar a este amor perdido cuyo rostro ahora se funde con el de España?».

La novela, editada por primera vez en castellano, se editó originalmente en francés, en 1965 (hay errata: se habla en la p. 6 de una edición en París, Éditions Julliard, en 1951; el propio autor la fecha en septiembre de 1964), 20 años después del final de la II Guerra Mundial, con heroico protagonismo, no siempre reconocido y muy tardíamente (un ejemplo reciente: Celestino Alfonso), de muchos de aquellos exiliados republicanos, especialmente en la liberación de París.

Un apunte sobre el autor: Vladimir Pozner nació en París en 1905. Su familia había vivido entre Francia y Rusia y en 1917 vería pasar la revolución a los 12 años bajo su ventana de lo que luego será Leningrado. En 1921 Pozner regresa a Francia. Estudia en La Sorbona, traduce a Tolstói, Dostoievski y la joven literatura soviética y decide empezar a escribir en francés: Tolstói ha muerto (1935, traducida el castellano en 2022) y Le Mors aux dents (1937). Después de un largo viaje por América en crisis publicó Les États-Désunis (1938). En 1939 trabajó por la liberación de los intelectuales españoles republicanos detenidos en los campos de concentración franceses (de cuya experiencia escribió este España primer amor). Antifascista y comunista, durante la II Guerra Mundial tuvo que exiliarse a Estados Unidos (era judío). Allí escribió guiones para Hollywood y varias novelas. Entre ellas: Deuil en 24 heures, celebrada por Heinrich Mann y Dashiell Hammett. Tras la liberación volvió a París. En 1959 publicó Le lieu du supplice, una crónica de la guerra de Argelia, debido a la cual la OAS atentó contra su vida haciendo explotar una bomba en su domicilio que le causó un prolongado trauma. Amigo de Chagall, Pasternak, Bukuel y Chaplin, falleció en París en 1992.

Son varias las obras de Pozner que no han sido traducidas al castellano.

El autor-narrador comete un error sin importancia en las páginas finales de la novela. Este: «La sardana es un corro catalán cuya cadencia solo se consigue seguir si eres catalán». Exagera también cuando afirma: «Cada paso está calculado con precisión matemática…».

Con estas palabras cierra Isaac Rosa el excelente prólogo que ha escrito para la edición española: «[…] Y, sin embargo, en uno de esos agujeros de frío y desolación se refugiará el amor imposible de Pierre y Pilar, con esa mezcla de dulzura y amargura, belleza y horror, alegría y angustia que tensa la novela entera. Es esta una novela conmovedora y llena de verdad, que tiene además una poderosa lectura contemporánea y universal: la memoria de cuando fuimos nosotros los refugiados, sometidos al mismo maltrato y abandono que siguen sufriendo hoy los refugiados en buena parte del planeta, cerca de nuestras fronteras también. Gran literatura hasta ahora inédita en castellano, debemos agradecer y felicitarnos por su rescate».

Las hago mías, ustedes también las harán suyas.

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