¿Por qué Bush quiere la piel de Saddam?
«Combatiremos contra muchos enemigos porque son muchos los que tenemos alrededor. Pero si perseveramos en esta visión del mundo y si para terminar el trabajo, en lugar de confiar en la sutil diplomacia de las palabras estamos dispuestos a dirigir la guerra global, el día de mañana nuestros hijos nos cantaran cantos de gloria y de agradecimiento”. Richard Perle, hasta hace poco Consejero en jefe del gobierno de Bush.
I. Introducción.
El paradigma. Comienzo de la guerra permanente y la respuesta
La novedad de lo ocurrido con ocasión de la invasión de Irak ha sido la fuerza no prevista con la que se han enfrentado la lógica de la paz y la lógica de la guerra. La de una guerra anunciada, la de la brutalidad criminal de la agresión, de la asimetría de medios, de la mentira descarada, de la violación del derecho, de la ruptura de consensos trabajosamente construidos, de la justificación del unilateralismo, de la imposición del militarismo como estrategia de paz, de la tergiversación del sentido de palabras, de la fabricación de más armas como base para la reactivación económica, del arrogante desprecio de la opinión pública, del mesianismo, etc. Y por otro lado la de un movimiento mundial enormemente potente, que en su convocatoria y resultados ha dejado atónitos los movimientos de masas clásicos por su fuerza, coherencia en la expresión, espontaneidad y masividad. Se trata del hecho más masivo de la historia de la humanidad y el más masivo de la historia de España y Cataluña.
¿Por qué ahora y no antes, con Nicaragua, Chiapas, con ocasión de los más de un millón de muertos en los Grandes Lagos, o con Somalia o Sudán o Timor, con los de la ex-Yugoslavia o Kosovo y ni siquiera con Afganistán? ¿Qué condiciones objetivas y subjetivas se han dado ahora que no se dieron anteriormente? ¿Ha sido simplemente la gota que colma el vaso o algo más? ¿Qué ha percibido la población en esta ocasión?
Por la simplicidad de planteamientos con los que se ha intervenido, el conflicto de Irak ha tenido la virtud de actuar como catalizador de la conciencia mundial. Ha puesto transparentemente en evidencia que este modelo de desarrollo necesita robar. Y en consecuencia necesita matar para poder robar. Y los dirigentes del mundo han sido tan estúpidamente insolentes que lo han dicho y hecho sin ningún disimulo. El 11 de septiembre facilitó la coartada del terrorismo como justificación. Pero no ha colado. Se proclamó el estado de Guerra Global Permanente, el estado de excepción en el mundo entero. Los asesinos han ganado, como no podía ser de otra forma, la batalla militar. Pero han perdido todas las batallas políticas, desde la de la opinión pública a la de la legitimidad que podía haberle dado la ONU etc. Ahora la pregunta es qué traducción política e institucional tendrá el malestar colectivo, cómo continuar el movimiento, si esto ayudará a superar de una vez el divorcio entre sociedad civil y sociedad política etc. Por otra parte, el planteamiento maniqueo de Bush «el que no está conmigo está contra mí», como Dios, deja muy poco espacio a una posible «tercera vía» o socialdemocracia.
El conflicto de Irak ha sido un paradigma. Tan brutalmente evidente que tiene por ello la ventaja de ser pedagógicamente comprensible. Se trata de un conflicto global en el que confluyen todos los elementos ideológicos, culturales, económicos, políticos y estratégicos posiblemente dispersos en otros conflictos. Y la respuesta a la agresión ha tenido también y por primera vez un carácter global. Después de Seattle y Praga y Florencia y Porto Alegre las víctimas han aprendido que la lógica criminal del sistema es siempre la misma con pretextos diferentes. Han aprendido que detrás de los conflictos de Irak, Venezuela, Colombia o Chiapas, que en el tema de la deuda o en el conflicto del agua que se avecina, con el pretexto de la droga o el terrorismo etc., también el sistema “piensa globalmente y actúa localmente”. Porque lo más inquietante de la situación actual es en el fondo la ausencia de un modelo explicativo del comportamiento americano como no sea el de usar la mera fuerza bruta al servicio de la rapiña.
¿Por qué de nuevo la agresión contra Irak? ¿Por qué el sadismo martirizando todavía más a una población exhausta y ya mártir? Con misiles se “libera” a las ciudades que manifiestan no querer ser “liberadas” y se asesina a miles de inocentes para que sus “derechos humanos sean respetados”. El embargo y el uranio empobrecido del 91 han provocado un millón y medio de muertes. La OMS calcula que en el plazo de 15 años casi el 50 % de la población de Irak puede estar afectada de cáncer. La Renta per Capita ha bajado de 3500 a 800 dólares por persona. ¿No bastaba con esto? ¿Por qué esta falta de piedad ante un pueblo inerme y exhausto? Pues por la misma lógica, por la que se le atacó hace doce años: la voluntad de controlar en el mundo de hoy los recursos energéticos y de dominar el Oriente Medio. A estos se han añadido en la actual administración republicana de Bush-hijo otros dos motivos: la necesidad de superar la crisis interna, económica y moral, de EUA y un nuevo punto de partida de fanatismo, de ideología de cruzada de salvación de la civilización occidental, de fundamentalismo religioso. Pero puede ser síntoma del canto del cisne del Imperio, su principio del fin.
II. Las causas de la invasión
A- Control del petróleo
1: asegurar el abastecimiento. Guerra al desarrollo sostenible
Los expertos dicen que el petróleo, energía no renovable, se acaba. La principal fuente de energía que ha servido para construir el desarrollo occidental desde los años veinte, después de la revolución del carbón, tiene los días contados. Dicen que entre 40 y 60 años. Hoy consumimos 77 Millones diarios de barriles. En 1970 consumíamos sólo 50. Se calcula que en 20 años serán 120. Pero hoy hay todavía 2400 millones de personas que obtienen su energía de la leña y el carbón y aspiran a tener el nivel de vida que produce el consumo del petróleo. De ellos 700 millones son chinos, el país con mayor porcentaje de crecimiento económico en el mundo.
Oriente Medio tiene el 65 % de las reservas mundiales de petróleo: 25 % en Arabia y aproximadamente el 10 % en Irak, otro 10 % en Irán y otro el Kuwait. Estados Unidos produce entre el 6 y el 8% del petróleo mundial pero consume el 25% de todo lo que se consume en el mundo. Produce 9 Millones diarios de barriles pero consume 20. Necesita por lo tanto importar 11 Millones diarios, más del doble de lo que produce. Si EUA consumiera sólo su petróleo parece que sus reservas podrían acabarse en cuatro o seis años. Contando con lo que importan parece que tienen para 25 años aunque año tras año aumenta la diferencia entre producción-importación.
Esta perspectiva sólo puede tener dos soluciones: o ahorramos para distribuir mejor o es la guerra de los ricos que quieren seguir siéndolo contra los pobres que no quieren seguir siéndolo. Pero EUA, occidente y probablemente nosotros mismos, no estamos dispuestos a reducir nuestro nivel de consumo o nuestro nivel de vida. Por consiguiente, casi sin que seamos conscientes de ello, tanto EUA como nosotros exigimos la guerra.
Ha llegado el momento en que se ha cumplido la profecía que en 1948 apuntaba George Kennan, alto cargo entonces del gobierno EUA.
”Poseemos, decía, el 50% de la riqueza del mundo pero sólo somos el 6% de la población. Ante esto, nuestro objetivo en el futuro será mantener esta situación de desigualdad sin que se cuestione nuestra seguridad nacional. Para conseguirlo deberemos dejar de lado todo sentimentalismo y deberemos abandonar palabras y sueños poco realistas que hablen de derechos humanos, incremento del nivel de vida o democratización. No está lejos el día en que sólo podremos hablar en términos de poder” (citado por Chomsky en Ideologie et Pouvoir. Berchem 1991, p.17).
Esto es a lo que ha respondido el Plan Cheney de reequipamiento de energía presentado en enero del 2002 por el vicepresidente y en el que entre otras cosas en la introducción se afirma que:
“la seguridad del suministro de energía es la prioridad numero uno de la política extranjera y comercial de los EUA” y en las propuestas que “para mantener nuestro modelo de desarrollo necesitamos construir, en los próximos 20 años, entre 1300 y 1900 centrales térmicas nuevas. Una por semana” que “es necesario el retorno a la energía nuclear” que “es imprescindible el control no sólo de las fuentes del petróleo sino también de las rutas de transporte del mismo”. (ver: www.whitejhouse.gov/energy).
No es casual que EUA se niegue a firmar el acuerdo de Kyoto para reducir la contaminación ambiental, a pesar de ser el causante del 25 % de la polución.
2: control de precios. Romper la OPEP. Economía de mercado
No basta con tener garantizado el suministro. Para mantener el nivel de vida hay que tenerlo barato. Se trata de tener una posición que permita determinar las cuotas de producción y en consecuencia fijar los precios y poseer el control del destino.
Son las petroleras –y fundamentalmente las llamadas 7 hermanas (1)– las que hasta los años 60 definen los precios y los beneficios que reciben los países productores. Téngase presente que los países del petróleo reciben un ínfimo porcentaje del precio del barril. Las ganancias son para las petroleras. Ante esto, en 1960, se crea la OPEP para coordinar la producción y exportación de los países miembros. Ahora está formada por Arabia Saudí, Irán, Irak, Kuwait, Qatar, Emiratos Árabes, Argelia, Libia, Nigeria, Indonesia y Venezuela. En su mayoría países árabes, del Golfo, dos de los cuales forman parte de llamado “eje del mal”. En 1973, después de la guerra de octubre con Israel, llamada del Yom Kippur, una reducción drástica de la producción acordada por la OPEP provoca la “primera guerra del petróleo”. El precio del barril aumentó de 2 $ por barril en 1973 a 10 $ en 1974 y todas las economías del mundo occidental sufren un largo período de desestabilización. En 1999 ocurrió algo parecido aumentando de nuevo el precio de 10 a 35 $ el barril.
La dependencia de los países industrializados del petróleo de la OPEP ha bajado considerablemente debido a las nuevas prospecciones y a la fuerza monopolística que han ido adquiriendo las grandes compañías. Por ejemplo, de los 28 países de la OCDE sólo el 40 % del petróleo importado procede de la OPEP. Se ha tratado de romper a la OPEP. Uno de los objetivos de la invasión de Irak (de la misma forma que con los conflictos creados a Chávez de Venezuela) es seguir profundizando en esta fractura de la OPEP.
3: el transporte. La invasión de Afganistán
Contrariamente a lo que dijo la propaganda, la invasión de Afganistán tuvo muy poco que ver con el terrorismo, con la búsqueda de Bin Laden, con el fundamentalismo islámico y menos todavía con la defensa de los Derechos Humanos o el respeto a las mujeres.
Hasta 1989 el Caspio con toda su potencial riqueza de gas y petróleo era considerado lago interior ruso y su petróleo era sin discusión de la URRSS. La Unión Soviética había construido gasoductos y oleoductos para llevar gas y petróleo desde los Urales hacia la Siberia. Con la desmembración en 1991 el petróleo y gas del Caspio comienza a ser objeto de la codicia de occidente. La explotación y el transporte del petróleo del Caspio mueve fabulosas cantidades de dinero. Por ejemplo, en 1991 un consorcio de 11 monopolios petroleros norteamericanos y europeos adquirió el control de más del 50% de la región. El potencial de actividades en la región ha sido estimado en 4.000 MM de $. Probablemente la misma desmembración de la ex-Unión Soviética en la zona tendría algo que ver con esto.
Sheila Heslin, consejera de seguridad de EUA afirmó que: “la política americana consiste en desarrollar las reservas energéticas del Caspio. Nosotros queremos favorecer la independencia de estos países productores de petróleo y de gas para romper el monopolio ruso en la zona y para asegurar el aprovisionamiento de petróleo de occidente”.
El problema es sacarlo hacia el mar. Se proponen tres alternativas: 1.- Vía Turquía, del puerto de Bakú, pasando Azerbayán y Georgia hacia el Mar Negro. 2- Vía Irán, hacia el Sur, el Golfo y la India. 3.- Vía del Este, Turkmenistán, Afganistán y Pakistán. La primera es demasiado cara y orientada hacia mercados ya abastecidos, la segunda inviable políticamente. Las petroleras habían optado por la tercera, orientada hacia países en desarrollo. Parecía que los talibanes, amigos y financiados por EUA cuando años atrás se trataba de combatir a la Unión Soviética, aceptarían el plan. La negociación se prolongó hasta julio del 2001, dos meses antes del 11 de septiembre. Pero los talibanes dijeron que no. Y las petroleras recibieron el inmenso regalo (¿de quién?) de la caída de las torres gemelas, magnífico pretexto para invadir Afganistán. La invasión empieza en noviembre.
En 1994 EUA consideraba los talibanes buenos aliados. Dice Reuters: “Los talibanes aceptan perfectamente la estrategia americana: aislan Irán y garantizan la construcción de los oleoductos y gasoductos. Lo que, además, significará romper el monopolio de Irán en las vías de transporte” (citado por Rashid, en L’ombre des Taliban, pg.212).
Al comienzo los talibanes tienen éxitos militares pero no consiguen controlar el norte. La estabilidad del país, necesaria para garantizar las multimillonarias inversiones que exigen los oleoductos, no quedaba garantizada. EUA les exige diálogo con la Alianza del Norte para establecer un gobierno de coalición. El intento fracasa en julio del 2001. Después de la invasión Hamed Karzaï es nombrado nuevo primer ministro. Hombre de la CIA y representante de los intereses de las petroleras antes de los Taliban. El 30 de mayo del 2002 Karzaï firma un contrato con Turkmenistán y Pakistán para la construcción del gasoducto. Lo construirán Unocal y Chevron, las que ya lo habían intentado con los taliban y que financiaron parte de la campaña de Bush.
B-Control del Oriente Medio
4: Rusia, Japón y sobre todo China
Se trata, además de impedir que en un próximo futuro pueda surgir ningún competidor. Y la llave es el control del Oriente Medio: cruce de culturas y de tres continentes en los que habitan 3/4 partes de la humanidad, puerta de entrada a los gigantes de Rusia, China, Japón o la India y el depósito del 65 % mundial de energía para el futuro. Sin embargo tiene todos los ingredientes para convertirse en hogar de inextricables conflictos.
El petróleo del Oriente Medio es una arteria vital para occidente: el 30 % del que consume Europa proviene de allí, pero también el 65 % del que consume China y casi el 90 % del que consume Japón.
China es un imperio que necesita petróleo. Con casi el 20 % de la población mundial hoy consume sólo el 7 % de energía, pero con el actual ritmo de crecimiento en 2020 pasará a consumir el 17’5% y en 2030 el 30%, en 2030 su PNB habrá alcanzado el de los EUA y en 2040 será el doble.
Quien controle, pues, la producción y distribución del petróleo del Oriente Medio tiene la llave del futuro desarrollo del mundo.
Inmediatamente después de la Guerra del golfo de 1991, G.Friedman y M.Lebarnd, asesores del gobierno EUA, lo expresaron con una desagradable claridad:
“Si se tiene en cuenta el petróleo, el golfo Pérsico es mucho más que una cuestión regional. Es el centro de la economía mundial. La supremacía en esta región daría a los Estados Unidos una posición de fuerza internacional sin precedentes. En cambio, permitir que Irak o Irán tengan el control de la región y refuercen su poder excluye esta posibilidad. El tema es si los EUA están dispuestos a emprender una guerra. El éxito de la reconquista de Kuwait, expulsar de una vez del poder a Saddam Hussein y el control político definitivo de Irak darían a los EUA el control de las reservas más importantes para la producción. Que este poder sea ejercido con suavidad o por la fuerza importa poco. Los EUA obtendrían el control del sistema económico mundial. Un país como Japón, que depende casi íntegramente del crudo que pasa a través del estrecho de Ormuz, tendría una desagradable sorpresa al descubrir que su principal competidor económico –los EUA- tienen el control directo de sus importaciones de petróleo” (F.Friedman, M.Lebard. The Coming War with Japan. New York, 1991, pg. 8).
5: recolonización. Control del mundo árabe
Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad, que junto con Dick Cheney vicepresidente, Donald Rumsfeld Secretario de Defensa y su adjunto Paul Wolfowitz y Condolezza Rice representan el ala más dura y aislacionista del gabinete, en su famosa obra de 1997 “Le grand échiquier” (El gran tablero. Ed.Bayard. París 1997) reproduce la vieja visión del Imperio en la zona y la convierte en doctrina y acción política: durante la Guerra fría, el mundo árabe fue, para el Imperio, como el anillo que contenía la expansión de la URSS. Derrotada la URSS, este anillo no tiene ya ningún sentido. La zona debe ser reconquistada por el Imperio.
El objetivo no consiste tanto en instalar un nuevo régimen en Irak cuanto de remodelar todo Oriente Medio. Y eso es precisamente lo que pretende Washington. Irak es la primera pieza del puzzle. El control de Irak permitirá a EUA tener una posición más fuerte para intervenir contra Siria e Irán, para resolver el contencioso Israel-Palestina y para no depender tanto de Arabia. Y ello es posible que incluya la partición de Arabia Saudí y de Irak. Y una posible partición también de Egipto, de Sudán, de Siria y del Líbano.
La división de la zona -tratado Skyes-Picot de 1917-21- se llevó a cabo en función de las multinacionales petroleras de entonces de Francia y Gran Bretaña. Los nuevos dueños del mundo afirman que es lógico que:
“habiendo cambiado este sector tan profundamente a favor de las petroleras norteamericanas, cambie también el mapa de la zona a su favor”.
La remodelación tendrá pues por finalidad asegurar los intereses de los gigantes del petróleo. Hay que notar que en este plan de limpieza general Francia y Alemania no figuran. No es por casualidad pues que son los que más firmemente se oponen a la guerra.
6: Israel. Solución final al tema palestino
Invadiendo Irak los EUA dan luz verde a la agresión de Israel contra el pueblo palestino. Irak era de los pocos decididos defensores de la causa palestina. Su eliminación permitirá a Israel continuar su política genocida. Durante los pocos días que ha durado la intervención militar en Irak han sido casi 200 los palestinos asesinados por el ejército israelí. No se ha hecho ninguna denuncia y nadie se ha ocupado de ellos.
Nunca como en este caso hubo tan flagrantemente la política del doble rasero. Si la “Comunidad Internacional” busca armas de destrucción masiva es en Israel donde las encontrará. Israel las posee de todas clases, incluidas las nucleares. Si hay algún estado que de manera sistemática ha incumplido y se ha burlado de las resoluciones del Consejo de Seguridad es Israel. Si se busca a un estado que haya invadido territorios más allá de sus fronteras violando todo Derecho Internacional, es Israel. Si en algún estado es posible buscar dictadores feroces contra los que hay pruebas fehacientes de haber dirigido masacres, es en Israel.
La ocupación de Irak permitirá adoptar la “solución final” para este otro pueblo mártir: o se les expulsará para que en diáspora sigan viviendo diluidos en el resto de países árabes, especialmente Jordania, o se permitirá la burla de un Estado Palestino: enclaves aislados, “batustanes” sin competencias económicas, políticas o de defensa, al que se le reservará únicamente la atribución de reprimir a su pueblo y con la eliminación política –o física- de Arafat.
C- Superar la crisis interna
7: crisis económica de EUA y keynesianismo militar
La de EUA es una economía endeudada y dependiente. Arrastra un déficit comercial impresionante que de momento sólo se puede mantener porque su economía y su moneda se han convertido en el eje de las demás economías y monedas y por su fuerza militar. Sólo considerando el 2001 (http://www.census.gov/foreign-trade/balance), el déficit con algunos países es de 366 MM de $: 83 mil millones de $ con China, 68 con Japón, 60 con la UE, de los cuales 29 con Alemania, 13 con Italia, 10 con Francia. 30 con Méjico, 13 con Corea, 4 con Rusia, etc. Se trata, además, de déficit por importación de bienes de consumo agrícolas, industriales y de servicios. Ya hemos mencionado anteriormente su dependencia energética. Pero la importación de materias primas no es la causa principal de este déficit. El petróleo, por ejemplo, significa sólo 80 mil millones de su déficit. Y se da la paradoja que la primera potencia industrial del mundo depende en un 10 % de sus importaciones en bienes de equipo industriales.
La administración republicana ha confiado la superación de esta crisis en la industria militar. Para el año 2003 el presupuesto USA de defensa alcanza los 355 Miles de Millones $ y significa un crecimiento de un 12 % en relación al año anterior. Se trata de la subida más importante en 20 años. Tiene, además, como objetivo alcanzar los 451 Miles de Millones $ en 2007, lo que significa un aumento del 75 % en la década 1997-2007. Este presupuesto supera en mucho los gastos militares de Rusia, China, Japón, Inglaterra, Alemania y Francia juntas. El presupuesto militar de EUA, junto con el de los países de la OTAN significa el 63 % del gasto militar de todo el mundo y es unas treinta veces superior a la suma del presupuesto militar de los estados calificados de “terroristas” por Bush. (Irak, Irán, Cuba, Corea del N, Libia, Sudan y Siria)
La llegada de la nueva administración fue una bendición para la industria militar. Clinton había recortado el presupuesto de defensa dando esperanzas que, con el final de la guerra fría, parte de los gastos militares podrían pasar a “coeficiente por la paz y el desarrollo”. Nunca fue del todo así. Ahora sin embargo es exactamente al revés. Evidentemente este costo lo paga toda la población con los recortes en enseñanza, o prestaciones sociales, que lo aceptan, de manera incomprensible, en nombre de la libertad (2).
El terrorismo como excusa y la psicosis de inseguridad posibilitan un relanzamiento de la industria militar también sin precedentes, que a su vez actúa de locomotora hacia la militarización del resto de países. Es desde esta perspectiva que debemos ver el incremento del gasto militar de los países de la UE.
Tal militarización de la economía descansa sobre una “estrategia integral”, es decir, una estrecha red de intereses entre los sectores de energía, de defensa y de las tecnologías de la información e igual que en la Alemania de entreguerras, el crecimiento de la industria militar permite esconder momentáneamente la crisis en la que se encuentra la economía EUA.
Pero a su vez empuja a la superpotencia a la necesidad de encontrar continuamente enemigos potenciales o imaginarios sobre los que descargar su potencial. La carga mortífera descargada sobre Irak no tiene absolutamente nada que ver, ni siquiera, con los objetivos, aun ilícitos, de control del Oriente Medio. Si se fabrica armamento es para consumirlo y venderlo, no para tenerlo almacenado.
Por otra parte en la actual administración gasto público en defensa y negocio privado están muy relacionados: más de treinta secretarios de Estado y altos cargos están directamente implicados en empresas de armas y de defensa. Se ha iniciado la privatización de la guerra, la privatización de los beneficios que significa matar a otros.
Cabe recordar finalmente la crueldad del mecanismo. La crisis económica empuja hacia la militarización y el fascismo. Pero a su vez la guerra puede ser el desencadenante de un relanzamiento económico. Así lo había avanzado, con todo el cinismo, Horst Köhler, el Director del FMI:
“una acción militar corta tendrá un efecto positivo sobre la economía mundial. Hará bajar el precio del crudo y reactivará la bolsa”
8: legitimidad, corrupciones, ENRON… la burbuja financiera
El equipo Bush arrastra desde la elección la grave crisis de legitimidad. La elección la ganó, con escaso margen, Al Gore, per se nombró a Bush. En los propios EUA hay quien interpreta aquél hecho como un verdadero golpe de estado dado por las petroleras, por los trusts fabricantes de armas y los sectores más conservadores. Han sido estos mismos sectores que posteriormente se han visto involucrados en múltiples casos de corrupción, el más conocido de los cuales es el de la empresa de energía ENRON, empresa tejana a la que está vinculada la propia familia Bush y el vicepresidente Cheney. Pero también otras empresas como AOL, Woldcorn, Andersen auditorías etc. Son los escándalos de la llamada burbuja fiinanciera. Se trata de provocar una exuberancia no real en los mercados financieros a base de fraudes contables y que ponen de manifiesto que este sistema económico lleva aparejada “necesariamente” la corrupción.
Pero parece también claro que en este sistema de política-espectáculo la guerra sirve para que la población olvide pronto y convierta a los villanos en héroes. Bush ha aprendido de los últimos hechos: el 11 de septiembre le dio el reconocimiento que había robado a las urnas y la destrucción de Afganistán, aun coincidiendo con el escándalo de ENRON, le convirtió en el presidente más popular. No sólo eso. Los escándalos citados provocaron una caída del dólar y la revalorización del euro. Pero a partir de que en junio del 2000, terminada la intervención en Afganistán, anunció su decisión de atacar Irak, se produjo un repunte continuado en la cotización del dólar. Bush y el dólar necesitan la muerte y la destrucción de Irak para seguir siendo fuertes.
9: la Patriot Act, recorte de libertades y estado de excepción permanente
Sólo un mes y medio después del atentado, el 26 de octubre, se aprobaba la “Patriot Act” o ley antiterrorista. En la introducción:
“El gobierno considera que debe aplicarse esta ley con toda urgencia en una nación en estado de guerra”. Bush: “por primera vez en la historia de esta nación una parte de la batalla se juega en el interior de nuestro país”.
Tolerancia cero: restricción de los derechos individuales, ampliación de poderes a la policía, instrucciones judiciales sin testigos, prisión preventiva, registros domiciliarios y controles de las comunicaciones… criminalización de las otras etnias…Quien pretenda restituir las libertades será considerado sospechoso de colaborar con el terrorismo. Quien ponga en duda por lo tanto también la legitimidad de esta guerra, será también considerado sospechoso de colaborar con el terrorismo.
Lo sorprendente es la aceptación alegre y sumisa con que la sociedad estadounidense acepta su recorte de libertades en nombre de la libertad y seguridad.
D-Factores ideológicos
10: neoconservadurismo. Mesianismo americano. Derecho Internacional y unilateralismo
Una a una la actual administración republicana va desmontando las piezas que constituían el Orden Internacional creado después de la II Guerra Mundial. Se sitúa al margen de la comunidad internacional negándose a firmar los acuerdos de Kyoto sobre la contaminación y el efecto invernadero, el tratado ABM sobre los misiles balísticos, la creación del Tribunal Penal Internacional, el tratado de minas antipersona, el protocolo de las armas biológicas, el acuerdo de las armas de menor calibre, el tratado sobre la prohibición total de las armas nucleares, las convenciones de Ginebra sobre los presos de guerra… El rechazo a la resolución del Consejo de Seguridad, podría haber significado la amenaza de muerte de Naciones Unidas. A partir del 11 de septiembre los EUA han decidido transformarse en una máquina de guerra permanente. En septiembre del 2001 el presidente Bush anunciaba una guerra planetaria:
“A partir de hoy cualquier país que albergue o sostenga terroristas será considerado régimen enemigo” (Bush 20 sept. 2001 ante el congreso).
En total, entre cincuenta o sesenta países forman parte de objetivos potenciales: Irak, Irán, Sudán, Libia, Siria, Somalia, Yemen, Birmania, Filipinas, Corea del Norte, Cuba… (curiosamente no forman parte de la lista ni Pakistán ni Arabia Saudí, a pesar de haber sido campos de entrenamiento de terroristas).Se trata de una guerra total en la que están comprendidos todos los posibles medios, hasta los nucleares. “Todos los medios americanos, incluidos los nucleares, serán utilizados para destruir al adversario”… Esta doctrina ha quedado lamentablemente consagrada como doctrina oficial de esta administración en el documento sobre Seguridad Nacional de septiembre de 2002 presentado por Bush. La nueva doctrina puede resumirse en cuatro principios:
1. EUA se autootorga el derecho de definir quién es terrorista. Será considerado terrrorista aquella organización o estado que: a) atente contra los intereses de EUA en cualquier parte del mundo o que b) ponga en riesgo el control o suministro de las materias primas esenciales: petróleo, gas, uranio y agua.
2. EUA tiene el armamento más poderoso del mundo y con mayor capacidad “mortífera”. Y es el único que tiene derecho tenerlo. Cualquier país o grupo de países que pretendan equipararse a su capacidad de destrucción será igualmente considerado como terrorista.
3. EUA se atendrá a las decisiones de los organismos multilaterales de decisión cuando considere que sus decisiones van de acuerdo con sus intereses. En caso contrario EUA se considera con derecho de actuar por su cuenta y unilateralmente (es lo que ha ocurrido con el CS en la decisión de atacar a Irak).
4. EUA se considera con el derecho a no juzgar según hechos sino según la previsión de las intenciones de los demás. Tal actuación se considerará como actuación de legítima defensa aunque no haya habido ataque previo. Es la doctrina de la Guerra preventiva que se ha aplicado a Irak.
Se trata pues de la consagración del unilateralismo. Se da marcha atrás a siglos de lenta contrucción del pacto entre naciones. El Derecho Internacional no tiene ya razón de ser. He aquí el dictamen de Kissinger:
“El nuevo enfoque es revolucionario. El cambio de un régimen como objetivo de una operación militar rompe el Derecho Internacional instaurado después de los tratados de Westfalia en 1648. Este derecho reposaba sobre el principio de la no-intervención en los asuntos internos de los otros Estados. Pero la amenaza terrorista supera el ámbito estrictamente geográfico de un estado. Debemos por lo tanto crear una fuerza militar internacional que deberá tener la capacidad de intervención. Y en su defecto los EUA se reservan el derecho de intervenir solos” (Ver http://www.moveon.org/kissingerlatimes.html)
11: fundamentalismo religioso y cruzada antimusulmana
Es conocido el proverbial sentimiento religioso de Bush. Invoca a Dios en muchos de sus discursos, empieza con una oración sus reuniones y dedica un tiempo diario a la lectura de la Biblia. Se trata de un converso del alcoholismo que encontró en Dios y en las sectas su salvación. Su mensaje, por otra parte, está teñido de sentencias apocalípticas, morales o teológicas:
“el que no está con nosotros está contra nosotros”,“sabemos que Dios no es neutral”,“Estamos al comienzo de una intervención militar que va a ser larga. La intervención en Afganistán no es sino el comienzo de la guerra contra el terror. En todo el mundo y a lo largo de muchos años vamos a combatir a los malvados. Y estamos seguros que venceremos” (21 de nov. ante militares destinados a Afganistán. Ver http://news.bbc.co.uk/1/).
Esto convierte su acción política en particularmente peligrosa por su proximidad con el fanatismo. Poco importa que su discurso belicista haya sido condenado por la Jerarquía de su Iglesia metodista. Conecta por una parte con la tradición calvinista y por otra con el discurso de las identidades y enfrentamiento entre culturas cuyo máximo exponente es Samuel Huntington con su “Choque de civilizaciones”. Tanto Huntington como el clásico de Fukuyama de El final de la historia fundamentan sus tesis indemostrables en una especie de categorización religiosa de los pueblos, las etnias y las culturas en función del modelo ideal al que deben asemejarse, la cultura occidental y norteamericana.
El 11 de septiembre ha dado la posibilidad de identificar en el imaginario colectivo este enemigo poderoso pero escondido. Se trata del contra-modelo religioso y cultural, la personificación del mal: es el mundo árabe. La civilización occidental se encuentra amenazada por una hydra de siete cabezas, las raíces de la cual están en el mundo árabe-musulmán.
Parece que en la configuración de esta mentalidad convergen los neoconservadores con los todavía frustrados sentimientos del fracaso vietnamita. Y hoy son los abanderados de un rearme moral frente a la corrupción de costumbres. Protagonistas principales son los predicadores evangélicos alimentados de un especial iluminismo bíblico y escatológico, entre los cuales el más conocido el teleevangelista Pat Robertson.
La guerra «contra el terrorismo» revestirá caracteres de guerra santa. Los fundamentalistas, además, creen encontrar en la Biblia argumentos suficientes para sostener su ideología belicista.
12: fascismo y misión universal
El actual ejercicio del poder absoluto, sin fronteras y sin límites en su intervención es más difuso, pero más firme, eficaz y tiene una mayor capacidad de coacción que la que en el pasado tuvieron los imperios europeos y se asemeja a la experiencia histórica del nazismo en la Alemania de los años 30, con la extrema derecha al poder sostenida por el gran capital y la industria militar. Hitler considerándose el dueño del mundo arrastrando a la humanidad hacia una aventura diabólica y el pueblo alemán considerándose pueblo elegido, predestinado a dominar el mundo, el militarismo como mecanismo de superación de la crisis económica, el uso de la fuerza bruta, la mística de misión universal, el unilateralismo y destrucción de los organismos multilaterales, la aniquilación de la Sociedad de Naciones, etc.
El furor fascista es, por así decirlo, la punta de lanza y el último triunfo del capital. Los años veinte y treinta del siglo pasado nos enseñaron lo que puede ser una salida encarnizada, convulsionada, del capitalismo, para superar sus propias contradicciones. Su objetivo final es la destrucción de toda resistencia, tanto en el interior como en el exterior, combina demagogia (xenofobia, la inseguridad, los valores familiares…) con la represión y la guerra.
Cambiando el traje militar por la corbata o el paso marcial por los pies encima de la mesa el discurso de Bush es la repetición del discurso nazi de Hitler, suma de nacionalismo neoconservador y de mesianismo religioso veterotestamentario llamando a la lucha del bien contra el mal, de nacionalismo agredido norteamericano y de la derecha judía que ha cultivado la paranoia del miedo y la inseguridad. Esto ha dado como resultado un proyecto imperialista y devastador. Debido a esta componente mesiánica no se detendrá a medio camino. Afganistán e Irak han sido sólo el primer paso. ¿Estamos al comienzo de la Tercera Guerra Mundial?
III. ¿Y si fuera el comienzo del fin del Imperio?
Son ya muchos los que afirman que EUA son ya un problema para la humanidad y que su prepotencia no ha hecho más que poner de manifiesto su debilidad (3).
A-La superpotencia dependiente económicamente e innecesaria políticamente
La economía real se define más por la producción que por el consumo. Además de las debilidades mencionadas de la economía norteamericana las estadísticas indican que el flujo de capitales extranjeros hacia los EUA en la última década, sin contar los capitales dependientes de la especulación financiera, se ha multiplicado por 10: de 88 miles de millones de $ en 1990 a 865 en 2001. Pero todo lo que significa hoy de garantía en la estabilidad económica puede convertirse mañana en volatilidad. De hecho esto es lo que ha ocurrido con los capitales de Arabia Saudí depositados en los bancos estadounidenses después de las amenazas que Arabia recibió de EUA por su hipotética implicación en el 11 de septiembre. Se trata pues de un gigante con los pies de barro.
Políticamente, además, si EUA como hipotética superpotencia se autoatribuye la función de salvaguarda de la democracia en el mundo, cuando este objetivo se haya alcanzado (!) ¿Con qué otra función justificará su necesidad de mantenerse como modelo? Paradógicamente su misión en el mundo esta destinada a desaparecer y a convertirse en una democracia más.
La realidad es que en el momento presente necesita luchar políticamente y militarmente para mantener una hegemonía indispensable a su nivel de vida. El problema es como podrá mantener esta hegemonía siendo económicamente dependiente y políticamente innecesaria.
B- La superpotencia contra los pequeños
Son también muchos los que ven en el comportamiento aparentemente paranoico de la diplomacia de los EUA desde la derrota del Vietnam el reconocimiento de su propia debilidad para afrontar algo más que enanos militares(4) que previamente, para el consumo interno de una población ignorante, ha magnificado como grandes peligros: Grenada iba a extender el comunismo a toda Norteamérica, la pequeña Nicaragua iba a invadirles, Noriega era la amenaza continental y justificó la invasión de Panamá, bombardea una fábrica de armamento químico en el Congo que resulta ser una fábrica de aspirinas, mata las cabras de Afganistán con armamento de precisión, Irak era el cuarto ejército del mundo y ahora con sus armas de destrucción masiva podía alcanzar a los EUA etc. Probablemente con la misma lógica se transforma Al Quaida o a Bin Laden en una potencia estable y maléfica, se describe su capacidad mortífera, organizativa, financiera y se llenan los periódicos de cifras, organigramas de su organización y lista de atentados del terrorismo omnipresente para justificar la llamada Guerra Global.
La gesticulación americana en el Golfo se inscribe en esta estrategia que Todd ha calificado de «micromilitarismo teatral» abusándose con potencias secundarias para alimentar el histerismo de triunfo en los propios. Ha puesto bajo embargo a países incapaces de defenderse y bombardea desde 10.000 metros de altura y con medios altamente tecnificados a poblaciones indefensas y ejércitos insignificantes. Triste espectáculo del matón de barrio o ‘chulopiscina’.
Conflictos que para los EUA representan un riego militar cero y que le permiten estar presentes en todo el mundo. Se implica a fondo en potencias militares ridículas a las que previamente ha estigmatizado como estados malvados para poder manifestar su «fuerza» militar y su capacidad para «salvar» al mundo del malvado. Probablemente este militarismo teatral debe estar más orientado a lanzar un mensaje de poder a las verdaderas potencias militares.
C- La superpotencia en solitario
EUA ha hecho del unilateralismo su opción política en las relaciones internacionales. Es una situación nueva que rompe la tradición del multilateralismo y la negociación de la política internacional norteamericana y que contrasta especialmente con la de aquellos presidentes que se esforzaron en la creación de la Sociedad de Naciones de la ONU. Valorando por encima de todo su capacidad militar crea una situación de riesgo tanto para los mismos EUA como para el mundo entero. La superpotencia hoy está en solitario.
1: frente a la ONU y organismos multilaterales
Contrariamente a lo que sus dirigentes han pensado, la fuerza de los EUA hubiera venido de la autoridad moral conseguida por su legitimidad y respeto al Derecho Internacional. La confianza del mundo le hubiera facilitado un liderazgo natural. Pero hoy aparece más como un peligro para la paz que como garantía de la misma, más como el primer «Estado canalla» que como un Estado respetable.
Pero es un juego peligroso para los mismos Estados Unidos. Paradógicamente, la ONU, al no doblegarse ante sus exigencias, ha salido momentáneamente reforzada y EUA ha debido aparecer ante el mundo con toda su desnudez terrorista. Los insultos que le han dirigido desde el seno mismo de la administración republicana no son más que la expresión de esta rabia. Es ilustrativo el siguiente y reciente texto de Richard Perle calificándola como «jaula de grillos»
“El reino de terror de Sadam Husein está apunto de finalizar. Su gobierno baazista sin embargo, no se irá sólo. Naciones Unidas se está hundiendo con él. Quizá no desaparezca toda la Organización de Naciones Unidas. Las partes dedicadas a “buenas obras” (misiones de paz de bajo riesgo, o las que luchan contra el sida o la malaria o protegen a los niños) se mantendrán. La imponente jaula de grillos situada en el East River neoyorkino seguirá parloteando. Lo que ha muerto con la negativa del C.S. a emplear la fuerza para obligar a Irak a cumplir sus resoluciones sobre armas de destrucción masiva ha sido la fantasía mantenida durante décadas de que la ONU era la piedra angular del orden mundial”. (El País, domingo 13 abril 2003)
2: frente a Europa, Rusia, China, Japón, mundo árabe
Pero la opción del unilateralismo es suicida para EUA y peligrosa para el mundo entero. América sólo es una superpotencia en lo militar, pero no en lo económico ni en lo político. En el estadio actual sólo pueden aterrorizar a naciones débiles. Deberá tener presente que el militarismo teatral amedrentando a los débiles puede provocar precisamente el efecto contrario: el mutuo acercamiento de las demás potencias fuertes, de Europa, Rusia, China y Japón. Lo ocurrido en el Consejo de Seguridad en la fase inmediatamente anterior a la decisión del ataque unilateral por parte de EUA puede no ser ajeno a esta aproximación.
Debe tener presente que Europa, Rusia y China son también potencias nucleares. Que Rusia, a pesar de la humillación recibida (en mayo del 2002 Bush y Putin acordaron mantener la estrategia del terror con 2000 cabezas nucleares por ambos lados) es también potencia petrolera. Que Europa, Rusia y Japón conjuntamente tienen un potencial económico dos veces y media superior al de EUA. Que China es una potencia demográfica y es el país con el mayor porcentaje de crecimiento del mundo. Que el euro se ha consolidado y el dólar no es ya la única moneda de intercambio. Deberá tener presente que se podrá desmantelar la OPEP y robar el petróleo del mundo árabe, pero su sentimiento de cultura herida y humillada tarde o temprano será un boomerang para occidente.
3: frente a las respuestas de los pueblos
La agresión ha encontrado una respuesta mundial como no se había dado hasta ahora, la movilización más importante de la historia. Su actitud de orgullo amenazador ha puesto en marcha una ola en el mundo entero fuerte, masiva, espontánea y por ello aparentemente desorganizada, nacida de abajo. Es imposible enumerar las mil iniciativas, la creatividad, las marchas, manifestaciones, acampadas, ayunos, carteles, caceroladas, como en una marea creciente en la que todos los sectores sociales, los artistas, el joven, el jubilado, el periodista, el grupo de mujeres, el taxista, el tendero, el párroco o el alcalde encontraban su espacio para expresar su grito a favor de la dignidad.
Se ha movido por principios morales, por el sentimiento más profundamente ético de identificación con las víctimas, de generosidad, de la conciencia de la injusticia, la incredulidad de los argumentos que se daban y el rechazo a la desproporcionada brutalidad del agresor.
Impulsada desde todos los ámbitos políticos, ideológicos, culturales, religiosos, obreros y universitarios y sin que nadie pudiera atribuirse el protagonismo. Ha desbordado la iniciativa de partidos y sindicatos, y ha sabido mantener el difícil carácter unitario del movimiento y la inestimable unidad entre la espontaneidad y la presencia en él de los sectores más institucionales sin que éstos, aun sin protagonismo, tuvieran que esconder lo que representaban.
Más allá de todo esto se ha puesto de manifiesto el cansancio en nuestro mundo desarrollado por la falta de valores altruistas, ha explotado por primera vez la rebeldía de una juventud que aparentemente lo ha tenido todo y que con el ataque a Irak, vivido como agresión a si misma, experimentaba por vez primera la inflexibilidad del sistema.
Ha sido, finalmente el río en el que han confluido años de resistencia y de lucha zapatista, de las madres de la Plaza de Mayo, de las campañas por el 0’7 y contra la deuda, de solidaridad desde las ONGs., de trabajo por la paz y sobre todo de la conciencia creada por el movimiento antiglobalización y los Foros Sociales.
Se han evidenciado las posibilidades de Internet y la importancia de algunos nuevos medios de comunicación y periodistas. Y en España ha facilitado la convocatoria la inexplicable y antidemocrática actitud de Aznar.
Sin embargo las que se autocalifican ejemplos de democracias occidentales, EUA, Gran Bretaña y España han hecho caso omiso de la protesta. Pero esto no podrá durar indefinidamente. Es todavía prematuro para valorar la incidencia en el cambio cultural y político de la izquierda pero con toda probabilidad tanto en la dinámica de los movimientos sociales como en la de los mecanismos institucionales de represión habrá que hablar de un antes y un después.
* * *
IV. Epílogo
Agresión imperialista
La naturaleza de la agresión ha sido imperialista en el sentido clásico del término. En el sentido que le han dado Lenin, Rosa Luxemburgo, Samir Amin, Eric Hobswam o Gunder Frank. Se trata de la expresión máxima del capitalismo que utiliza todos los medios, incluidos los militares y la guerra, para apoderarse de los bienes ajenos y al servicio de los poderosos en la lucha de clases. Y la naturaleza de la agresión en este caso ha sido económica, geopolítica, antidemocrática, cultural y antiecológica o depredadora, operando sobre el paradigma del necesario crecimiento indefinido.
El capitalismo es un sistema dúctil, altamente dinámico y capaz de crear continuamente nuevos instrumentos para las nuevas circunstancias. En sus estrategias inmediatas el capitalismo de hoy no es el mismo del de hace cincuenta años y el imperialismo de hoy no es tampoco el mismo del de hace cincuenta años, y ni siquiera sus proyectos y expectativas de hoy son los mismos que su situación y expectativas anteriores a la invasión de Iraq. Sin embargo, pese a los cambios conserva su identidad y estructura y sigue impulsando la misma lógica de acumulación local, nacional o mundial de capital.
No es cierto que la clásica noción de imperialismo haya desaparecido. Hay quien argumenta esto por una supuesta pérdida de poder de los estados nacionales ante la globalización de la economía(5) . Pero la historia nos dice que mientras un puñado de naciones del área del capitalismo desarrollado, y especialmente los EUA, ha reforzado su capacidad para controlar los procesos de concentración de capital como no lo habían conseguido en los anteriores veinticinco años, la mayoría de países han visto profundizar su dependencia externa y ensanchar el foso que los separaba de los países centrales.
Las funciones económicas de los Estados han sido sustituidas progresivamente por la función diplomática de los mismos Estados y sus gobernantes al servicio de sus empresas. Por ejemplo, en sus viajes al extranjero hoy los gobernantes actúan casi más como representantes comerciales de los intereses de las grandes compañías privadas registradas en su territorio que como gobernantes de todos sus ciudadanos. Son quienes van a negociar contratos de ventas y a garantizar inversiones. El capitalismo ha redefinido las funciones de los estados y las ha reforzado, por ejemplo en el control y garantía de las inversiones, en las funciones represivas internas y, como en el caso de la invasión de Irak, creando una inmensa maquinaria de publicidad al servicio de sus petroleras y de sus fábricas privadas de armamento. E incluso al servicio de sus fábricas de acero y cemento como se ha puesto de manifiesto en el obsceno espectáculo en la lucha por conseguir, ya antes del bombardeo, concesiones de obra para la reconstrucción.
En el presente caso el renacimiento del sentimiento nacionalista estadounidense tiene elementos de carácter económico, estratégico, coyunturales o de política interna y culturales. Todos son igualmente necesarios para tener una visión global del componente imperialista de la agresión.
La mentira como arma de guerra
Anne Morelli en un sugerente librito comentario a un texto de 1928 de Arhur Ponsonby(6) , desenmascara la utilización de la mentira como arma de guerra. Se trata de una antología de documentos de importantes políticos y militares en tiempo de guerra. Demuestra que ante la guerra cada una de las partes, y especialmente la atacante, se reclama deseosa de la paz. «El adversario no ha respetado los tratados, nos amenaza con armas prohibidas, dice que lanzará sobre nosotros gases asfixiantes, maltrata a su pueblo y a nuestros presos, es la verdadera encarnación diabólica del mal. La nuestra es la causa de la libertad y del progreso porque nunca hemos actuado por rastreros intereses particulares, por el provecho económico o expansionismo territorial. Hemos tenido paciencia hasta el infinito, pero nuestro país, humillado en su dignidad, tiene obligación de defenderse».
Este es, siempre, el discurso del agresor. Llaman especialmente la atención, por ejemplo, los textos de Hitler y su ministro de exteriores Von Ribbentrop en el mismo 1 de septiembre del 1939 apareciendo como victimas pacíficas ante las provocaciones de Polonia. Para Hitler, la invasión de Polonia, que marcó el inicio de la II Guerra Mundial, fue un acto de legítima defensa (!):
«El Führer no quiere, nunca ha querido la guerra. Si debe decidirla lo hará contra su voluntad de paz. Pero no depende de él la decisión de la guerra o de la paz. Depende de Polonia. Porque hay algunas cuestiones vitales para el Reich a las que no podemos renunciar y por lo tanto Polonia debe ceder. Y si responde con la negativa es sobre ella exclusivamente sobre quien cae la responsabilidad de la guerra, no sobre Alemania» (Ribbentrop, 1 de septiembre de 1939).
Parece que estemos escuchando a los Bush, Cheney, Rumsfeld, Wolfowitz, Collin Powell o a los Tony Blair o Aznar en los días anteriores al ataque. Después de la II GM., y especialmente después de la del Golfo de 1990 la batalla de la opinión pública es considerada estrategia de guerra, tan importante como la misma batalla militar. Por eso al poco tiempo de nombrado presidente, Bush crea dentro mismo de la estructura militar del pentágono una oficina para la desinformación.
¿Cómo continuar? Interrogantes y las propuestas
La continuidad de la respuesta depende en gran medida del acierto en el análisis de la naturaleza de la agresión y de los aciertos y debilidades en la respuesta popular. El movimiento necesita plantear:
– cómo traducir los planteamientos éticos en los que afortunadamente ha coincidido el 90 % de la población en propuestas políticas viables
– cómo pasar del espontaneismo necesario como movimiento de masas en el que cada uno se siente protagonista de su acción a la vertebración
– cómo establecer permanentemente mecanismos de reflexión y a la vez saber traducir esta reflexión en propuestas que puedan ser ampliamente asumidas y ayuden a elevar el nivel de conciencia
– cómo superar el desgaste de la democracia asamblearia hacia mecanismos más estables sin que se pierda la frescura de lo asambleario y en los que los movimientos más estables puedan sentirse igualmente cómodos.
Entre otras, el movimiento debe responder a las siguientes cuestiones:
– ¿contra quién va orientada de manera directa la protesta: contra el lobby republicano de EUA, contra las multinacionales del petróleo, contra las fábricas de armamento, contra el FMI…? Habrá que seguir profundizando en las causas, en el análisis de los mecanismos del capitalismo
– ¿qué sujeto puede canalizar hoy esta protesta y quién puede vehicular el descontento, es decir, a quién nos dirigimos? Ante las dificultades evidentes de relación entre movimiento social y movimiento político cabe incluso preguntarse si este sujeto receptor existe o cómo habrá que reformular la función de los existentes.
– ante la realidad continuamente cambiante –por ejemplo la situación de hoy en Irak y la del movimiento son ya muy diferentes de la del día en que finalizan los bombardeos- ¿qué medios tenemos de análisis y de adecuación de estrategias?
– ¿qué actuaciones concretas deberían proponerse hoy para dar posibilidad de continuar a nivel local, nacional e internacional en relación con a) la paz y militarismo, b) el nivel de consumo y ecología, c) la multiculturalidad y la relación estable política, cultural y religiosa con otras etnias etc.?
Pero lo conseguido no debe perderse o quedar en el vacío. Por eso, para terminar planteo la posibilidad de proponer a todo el movimiento un acuerdo sobre algo en relación con la paz que quede como hito en la conciencia mundial, símbolo del resultado de esta lucha (de manera parecida a como la conquista de «el derecho a la vida», los «derechos humanos» o la «jornada laboral de las 8 horas» han sido resultado de una lucha, significaron un progreso y un hito histórico y han quedado como patrimonio de la humanidad).
Se trataría de trabajar hacia un acuerdo elemental que pudiera significar la consecución de un hito cultural y político. Quizá una sola propuesta, muy definida, concreta, entendible, fácilmente identificable. No referida a criterios filosóficos o éticos, no sobre conceptos genéricos difíciles de concretar en la práctica. Debería ser algo ante lo que no quepa la matización en las respuestas: sólo quepa la claridad del «SI» o el «NO».
Propuesta cuya respuesta se exija de manera reiterada en todas las elecciones de los países democráticos. Una propuesta en este sentido podría ser: «Para atacar a una nación o formar parte de una coalición militar destinada a atacar a una nación, será siempre necesario un referéndum».
(1) Schell, Exxon, Gulf. Mobil, Socal, Amoco, Texaco, B.P. Entre 1998 y 2000 las 7 hermanas han iniciado un proceso de fusiones reduciéndose prácticamente a tres grandes y por lo tanto con un enorme poder monopolístico. Por orden de volumen, 1º. Exxon-Mobil, 2ª, BP-Amoco-Arco y 3ª. Royal Dutch-Shell, es decir, americanas, inglesas y la Shell holandesa. Y desde ellas se ha hecho todo lo posible para diversificar las procedencias e invertir en el transporte.
(2) Michael Moore en Bowling for Columbine ha puesto con éxito estos días en pantalla esta contradicción.
(3) Entre los más conocidos mantiene esta tesis Emmanuel Todd en «Après l’Empire», (Gallimard, abril 2003).
(4) Intervenciones militares extrajeras de EUA después de la guerra del Vietnam (1961-73): Congo 1964, Perú 1965, Guatemala 1967-69, Nicaragua 1980-87, Salvador 1980-87, Grenada 1983, Libia 1986, Panamà 1989, Irak 1991-2003, Bosnia 1995, Sudan 1998, Afganistán 1998, Yugoslavia 1999, Afganistán 2001.
(5) Michael HARDT y Antonio NEGRI en IMPERIO. Paidós, Barcelona 2002. Su tesis es que el imperialismo ha desaparecido tragado por el remolino que destruyó a los viejos Estados Nacionales. La noción de imperialismo tal como fue concebida hoy ya no es posible y ni los mismos EUA pueden ser considerados imperialistas.
(6) Anne MORELLI. “Principes élementaires de propagande de guerre. Utilisables en cas de guerre froide, chaude ou tiède”. Bruxelles, Labor 2001. Comentario a “Falsehood in Wartime” texto de Arthur Ponsonby de 1928.
©EspaiMarx 2003 Artículo incorporado el 4 de Marzo de 2003.