Quince tesis para la construcción de una izquierda europea de alternativa
Fausto Bertinotti
1. Sabíamos hasta que punto la crisis de la política era una de las consecuencias específicas de la globalización capitalista. Sabíamos, además, que en ella confluía el desenlace de la gran y dramática contienda del siglo XX. Sobre ese conocimiento hemos fundamentado la idea de la refundación.
2. El análisis crítico de las nuevas formas concretas de alienación y de explotación del trabajo asalariado, de su modificaciones y de la ampliación del campo en que ellas operan nos ha llevaron a comprender el sentido más radical de la “refundación comunista”.
3. Las nuevas formas de organización del poder a escala mundial toman el puesto de los estados nacionales, de las antiguas soberanías, de los sistemas de alianzas, de los ordenamientos mundiales herederos de la victoria contra el nazi-fascismo y de la guerra fría. Estos no han sido cancelados sino transfigurados por la nueva cadena de comando que alcanza el mundo entero. El problema de la transformación de la sociedad capitalista no se puede poner más que en el ámbito mundial. Ese es el fundamento para el renacimiento de la política.
4. El nacimiento y el desarrollo del movimiento de crítica a la globalización origina un fenómeno de valor estratégico. Ese fenómeno reclama ser interpretado también a la luz de un relanzamiento del conflicto social y de trabajo y de otras experiencias de participación conflictiva. La refundación comunista tiene aquí su principal recurso. Ese recurso, sin embargo, no es infinito.
5. La guerra infinita e indefinida encuentra en la doctrina Bush su orgánica y terrible declaración de intenciones y en el gobierno norteamericano el eslabón de arrastre de la cadena de poder del nuevo ordenamiento imperial. Así mismo, la guerra de civilizaciones se transforma en la máscara del pleno despliegue de la globalización capitalista y de su carácter intrínsecamente regresivo.
6. El nuevo movimiento por la paz debe saber ponerse el objetivo de derrotar la guerra de la globalización capitalista, combatiendo todo el sistema de guerra a escala mundial. El carácter extremo de esta guerra produce muchas oposiciones, resistencias y disensiones incluso en el ámbito de los estados y de los gobiernos. El movimiento debe relacionarse activamente con esas contradicciones sin atribuir a éstas la posibilidad de parar el proceso. Sólo el crecimiento cuantitativo, cualitativo, social, político y cultural del movimiento tiene esa posibilidad. Ese crecimiento puede desvelar el nexo entre el modelo social neoliberal y guerra de la globalización y, por tanto, trabajar para una alternativa de modelo de sociedad. El renacimiento de la política pasa por la lucha contra la guerra y por la paz. Si no hay paz sin justicia, no puede haber justicia sin paz.
7. En el interior de la política mundial, Europa es, para nosotros, la dimensión mínima necesaria para el renacimiento de la política de las clases subalternas. Su destino y la posibilidad misma de ejercer un protagonismo pasan por la participación en la construcción de la vía de salida de la crisis de la política. La conquista de la paz y la transformación de la actual sociedad capitalista serán los terrenos relacionados, de esta empresa. Europa es su teatro mínimo, inseparable del mundo.
8. Europa es, sin embargo, solo un caso de la más general globalización capitalista. Europa no existe políticamente. No es una autónoma realidad geopolítica ni una original experiencia de democracia y de gobierno. El fundamento de este estado ( que es tal a pesar de las cultura que lo han enriquecido y a pesar de su extraordinaria experiencia de la política como de expresión del conflicto de clases) reside en el modelo social modelador de la globalización y por eso cada vez menos europeo. Pero las antíguas culturas europeas y las extraordinarias experiencias políticas de Europa revelan aún hoy una posibilidad. Estas pueden y deben ser puestas en relación con un movimiento que marca nuestro tiempo. El salto de tigre es posible y necesario.
9. Sabíamos que la dos ondas largas y contrapuestas de los nuevos procesos mundiales, una la de la globalización capitalista y la otra la que propone otro mundo posible ( y necesario) ponen en crisis dramáticamente la hipótesis reformista (aunque no necesariamente las formaciones que se refieren a ella). La quiebra de la última tentativa reformista, la del centro-izquierda, en los USA como en Europa ha contribuido a la elección, en la segunda globalización a las derechas como fuerzas de gobierno.
10. La crisis, como la guerra, son parte constituyente de la segunda globalización. La precariedad y la incertidumbre no sólo asaltan al trabajo y a la vida de la poblaciones, también afectan a la economía y al desarrollo capitalista. La inestabilidad y la incertidumbre son la clave del cuadro general y de clase del capitalismo de nuestro tiempo. La curso breve de la crisis de la política se confronta al curso largo de la crisis de civilización, marcada por la tendencial separación entre la innovación y el progreso social. En este cuadro se profundiza la crisis de la democracia.
11. Debemos temer en cuenta que la crisis de la izquierda reformista en Europa occidental, evidenciada en el ciclo global de las elecciones y está su pleno desarrollo y no viene sola. Ella se profundiza y en lugar de encontrar salidas de la crisis, en Europa como en todos los países, se produce una divergencia: por un lado la tesis de la gobernabilidad propone un orden neo-centrista que persigue la globalización y el modelo americano, por otra parte la búsqueda de un nuevo recorrido reformista pone en tensión crítica esta tesis con aquella tendencia de fondo. La inestabilidad y la incertidumbre asaltan a la izquierda reformista. Ella no puede ser considerada como una realidad sustancialmente inmodificable.
12. Debemos temer en cuenta que la crisis de la izquierda reformista y socialdemócrata destruye cualquier posibilidad para las fuerzas comunistas de definirse en relación con ella. La idea de que fijada una identidad histórica heredada del pasado, se puede construir una fase de transición en la búsqueda de una alianza de gobierno con los reformistas ha sido golpeada de muerte en este ciclo. Pero la salvación no se alcanza tampoco del contraste con la socialdemocracia. En realidad lo que venimos aprendiendo es que a la crisis de la izquierda reformista, frente a la globalización después de la derrota del 900, se une la crisis de las formaciones comunistas tradicionales. Simula stabunt, simul cadent. Sabíamos que la refundación es necesaria para reconstruir una perspectiva revolucionaria. Ahora nos damos cuenta de que es necesaria para existir.
13. La palanca para el cambio es, por tanto, la construcción de un nuevo movimiento obrero. Europa es uno de los lugares encargados de esta nueva construcción del sujeto de la transformación de la sociedad capitalista del 2000. Es obligatoriamente, nuestro lugar prioritario de acción.
14. La construcción en Europa de una izquierda de alternativa como protagonista política del nuevo ciclo, es cuestión decisiva para el desenlace general de la confrontación. El carácter plural de los movimientos exige un sujeto político capaz, por su propia composición, de entrar en dialéctica con ellos en el marco del proyecto de construcción de “Otro mundo posible”. La crisis de la política requiere salir de ella a través de la fundación de un nueva relación entre la política de izquierda, el conflicto social y la sociedad civil. Rifondazione Comunista es condición necesaria, pero no suficiente de ésta última redefinición. En el marco de la construcción de una izquierda alternativa europea la refundación comunista puede ganar un nuevo horizonte impulsor y contribuir al nacimiento de la subjetividad política necesaria para hacer creible el objetivo de otra Europa. Una Europa autónoma, puerta hacia el sur del mundo, portadora de un modelo social y político diferente del de la globalización.
15. Las fuerzas representadas en el GUE y las fuerzas políticas que se colocan en Europa a la izquierda de la Internacional Socialista están llamadas a este tarea para salir de la minoridad. Pero la izquierda de alternativa no puede nacer sobre una discriminante de geografía política. Sus discriminantes son la radical oposición a la guerra y el abandono de las políticas neoliberales. Su colocación prioritaria es en el interior de los movimientos de lucha de nuestro tiempo con el fin de construir una alternativa de sociedad. Su razón de ser es la reforma de la política si quiere devolver la eficacia a la acción colectiva y hacer renacer la política. Por eso, en la nueva subjetividad europea deben poder convivir en igualdad partidos, organizaciones sociales, políticas y culturales diferentes de los partidos. La izquierda de alternativa para operar la transformación debe transformar su propio modo de ser en la dirección de la participación, del pluralismo, de la valorización de las diferencias y del autogobierno.
(traducción Joan Tafalla)
©EspaiMarx 2003 Artículo incorporado el 4 de Marzo de 2003.