Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Las encrucijadas ideológicas en el gobierno y en el FSLN

 William Grisgby

SIN FRONTERAS

Hay hombres que luchan un día

y son buenos.

Hay hombres que luchan un año

y son mejores.

Pero hay hombres que luchan toda la vida.

¡Esos son los imprescindibles!

Desde hace meses yo vengo dando vueltas a un montón de ideas y finalmente este fin de semana les he logrado dar cuerpo y voy a tratar de hacer un esfuerzo por hablar con la mayor capacidad que mi cerebro dé, pero sinceramente creo que lo que me predomina es lo que siento. Y quiero hablar de la situación política del Frente Sandinista y de la demoledora ofensiva que hay para destruir al Frente Sandinista, en mi opinión. Y por supuesto, son opiniones personales, que no tienen nada que ver con posición general, ni nada de APRANIC, ni nada. Son opiniones personales.

Desde siempre, desde siempre, desde que nació, uno de los objetivos, o el principal objetivo de la reacción en Nicaragua, se llame yankis, se llame burguesía, se llame terratenientes, todos los portavoces del sistema capitalista en Nicaragua y sus más significativos representantes,  ha sido destruir al Frente Sandinista, que desaparezca el Frente Sandinista. Y estoy  hablando, del Frente Sandinista en tanto instrumento idóneo, en tanto principal instrumento hasta ahora, de los sectores más empobrecidos del país, para alcanzar la  justicia social, la igualdad, para lograr una mejor calidad de vida, y para que el país, pueda resolver sus más acuciantes problemas.

Evidentemente la historia del Frente Sandinista ha sido sumamente convulsa, la historia como organización, desde que fue fundada por ese genio de la política mundial, Carlos Fonseca, sobre la base de la herencia programática de uno de los más grandes hombres que ha parido Nicaragua, como es Sandino. Desde ese mismo momento, cuando el fundador del Frente Sandinista Carlos Fonseca,  opta por recuperar a Sandino, en primer lugar, y por asumir la lucha armada, como  el método principal para derrocar a la dictadura, desde ese mismo momento, el Frente Sandinista se coloca como el enemigo principal, a destruir por la dictadura de Somoza y por el capitalismo en Nicaragua.

Y en mi  opinión, esas cosas no hay que echarlas  al olvido. Hay que tenerlas presentes. El Frente ha atravesado numerosas crisis. La crisis por ejemplo, que se nos ha olvidado, que causó en el  Frente Sandinista, la derrota táctica en Pancasán, cuando nos acaban con gran parte de la dirección del Frente y encarcelan a casi todo el resto, y nos dejan un puñado de compañeras y compañeros en libertad, muchos de los cuales caen meses después, como Casimiro Sotelo, como  Leonel Rugama, como Julio Buitrago,  que caen por golpes de la derrota de Pancasán, y eso sume al Frente yo creo que en la peor crisis de su historia.

Y sin embargo pudo, no solo enderezarse, sino llegar  a constituirse en una formidable fuerza política de avanzada, que encabeza al pueblo de Nicaragua, y derrota militarmente, destruye militarmente, al aparato de la dictadura somocista. Infringe al imperialismo norteamericano una de sus derrotas más sonadas en América Latina.

Fíjense, después de una derrota ¡como la de Pancasán! 29 compañeros caídos en combate, echan presos a 14  compañeros, entre ellos el hoy presidente Daniel Ortega, Jacinto Suárez, Lenin Cerna, y otro contingente de compañeros que caen presos.

Y Carlos Fonseca, en Costa Rica, cae preso también. Y se hace un operativo, Carlos Agüero, con Humberto Ortega, el primer operativo fallido, cae preso también Humberto Ortega. Y después, el secuestro del avión y los ponen en libertad.

Y ahí empieza a resurgir el Frente, con la puesta en libertad, con el operativo de Carlos Agüero, que logra poner en libertad a Carlos Fonseca. Y marcha a la Habana. Ahí empieza.

Y luego vienen cuadros, que estaban estudiando en Moscú, como Henry Ruiz, como Oscar Turcios y otros cuadros que en el país tienen que asumir tareas de conducción, ante lo que ha ocurrido con los cuadros  históricos, como Ricardo Morales, por ejemplo. Se incorpora Pedro Aráuz, está José Benito, etc.

Lo que quiero decir es que ese fue el momento más aciago de la historia del Frente. Y logró recuperarse.

Y durante la Revolución no fueron pocas las crisis que hubo, la más señalada, la de 1984, cuando se discutía en el seno de la dirección Nacional a quién debía postularse como candidato a la presidencia. No quiero estar removiendo detalles de aquello, sino señalarlo.

Luego vino la crisis, la derrota de 1990 causa una crisis interna, en una organización que se había constituido en función del Estado  revolucionario, pero no como partido, la maquinaria partidaria vinculada a las masas y al mismo tiempo capaz de ganar elecciones, en el sentido clásico de la palabra, sino que era una organización fundida con el Estado  revolucionario. Eso causa una crisis monumental. Nunca había hecho un Congreso, y además causa también, lo que es  más importante que la institución como tal, causa una crisis ideológica.

Y hay un sector de los que habían estado en el gobierno, un sector importante, pletórico de intelectuales, de  profesionales muy capaces, que se separa del tronco del Frente Sandinista, con  una diferencia ideológica fundamental. Ellos escogen el camino del capitalismo reformado, es decir, la famosa disyuntiva que ya Rosa Luxemburgo nos planteaba desde 1900… del principio de 1900, Reforma o Revolución. Ellos escogen la reforma.

Y esa crisis ideológica se fue resolviendo en el 94 con el Congreso, la segunda sesión del II Congreso. Y origina  la salida de ese grupo de destacados personajes  de la política nicaragüense, que habían estado vinculados con el Frente Sandinista durante muchísimos años, incluyendo a cuadros históricos de mucha calidad, que habían sido  valientes en el combate contra la dictadura, que habían sido muy importantes en la ejecución del gobierno revolucionario, y conforman el Movimiento de Renovación Sandinista.

Y muchos otros, que lo que prefieren es alejarse de la política. Les avergonzaba mencionar su pasado sandinista. Se fueron al libre mercado, a buscar sus propios espacios, a triunfar, a buscar cómo tener un salario cómodo, a mantener a sus hijos, a buscar cómo tener su casa, las aspiraciones naturales de cualquier persona. Es decir, ellos decidieron dejar de ser revolucionarios, para pasar a ser ciudadanos comunes y corrientes. Y hubo muchos así.

Y en le Frente se fue quedando un contingente muy sólido, pero disperso. Recordemos aquellas luchas de los combatientes históricos, halaban por un lado, los ex militares halaban por otro, los sindicatos, halaban por allá. Lo cuadros departamentales,  halaban por otro lado. Era una cosa complicada.

Luego, ocurre un quiebre, finales del 97, principios del 98, un quiebre, que en mi opinión ha sido el que ha causado un  deterioro de la calidad ideológica en el Frente Sandinista. Y es el quiebre cuando Daniel acepta una alianza con el Bloque de Empresarios, cuyos intereses  obviamente eran ocupar al Frente Sandinista como su instrumento, para hacer dinero. Con un discurso dizque revolucionario. Y se hace una alianza.

De esa alianza hubo muchos partos. El pacto con Alemán, por ejemplo, la marginación de un contingente de compañeras y compañeros que tenían la posición de la Izquierda Revolucionaria, y la marginación grosera, que los sacan de la práctica de las filas del Frente Sandinista, los orillan. Y es una campaña demoledora por debajo, para acabar con el prestigio de estos compañeros y compañeras.

Entonces, todo esto desemboca finalmente en una agrupación partidaria muy frágil, muy frágil, en donde hay dos bloques claramente definidos: el bloque de los empresarios, que tienen múltiples alianzas con otros pequeños grupos y el bloque  histórico, podríamos decirlo, que está alrededor de la figura de Daniel.

Hay otro contingente de personas que están a la caza de oportunidades, de puestos públicos para hacer dinero, para ejercer poder, no para estar  al servicio de la gente. No. Para hacer dinero y ejercer poder. Y simplemente es oportunista, si le conviene estar por este lado, se va por este lado, pero para obtener ese puesto. Lo mismo se puede ir por el otro lado, si ese otro lado le  ofrece la ventaja.

Y luego está la gran masa sandinista. Que sigue adoptando la esencia del sandinismo, que tiene una intuición de clase fabulosa, que no se pierde al final, que sigue  con la conciencia de que el problema de fondo de Nicaragua es este sistema, pero que no es capaz ni de agruparse políticamente, ni de convertir esa intuición de clase, en instrumentos ideológicos.  O con instrumentos ideológicos,  convertir esa conciencia de clase, en un contingente político.

En esencia, en mi opinión,  en este momento, desde la victoria electoral del 5 de noviembre de 2006, desde ese mismo momento, y muy probablemente desde antes, estaba ya, yacía latente, estaba, la contradicción que hoy ha emergido a un primer plano.  Y es los intereses de quienes optan por la reforma del sistema, y se han quedado en el  Frente, con la caricatura de revolucionarios, pero que sus interese principales son hacer negocios y lograr puestos en el gobierno para hacer negocios, para sí mismos y para su grupo de amigos. Y no vale la pena aquí estar mencionando nombres, pero creo que ustedes, que conocen la historia de lo que estoy hablando, pueden  identificar quiénes son esas personas. Y tienen puestos actualmente en el gobierno algunos de ellos, otros han quedado fuera.

El problema es que el Frente ha cometido un error estratégico, a lo largo de los últimos 27 años, después que toma el poder el 19 de Julio. Ese error estratégico se llama formación ideológica y política de sus cuadros, principalmente de su  juventud. Y el resultado lo estamos viendo ahora.

Carencia de cuadros políticos sólidos, con firmeza ideológica y con vocación de servicio. No los tenemos. No están.  No los hay en cantidad suficiente.

Ese error estratégico, que no ha  querido ser asumido por la Dirección del Frente, en particular por  Daniel, no ha querido ser asumido por Daniel, que ese  es un error estratégico, que cuanto antes se repare mejor, y tendrá resultados a mediano plazo, para cambiar esta situación. Y no se corrige ese error: formación ideológica, formación política. No la hay.

Y entonces, cuando aparecen las contradicciones en la superficie, hay quienes pescan, quienes  llevan agua a su molino.

Evidentemente, también hay  errores en la dirección política del Frente, en el manejo de esas crisis. Este tipo de crisis, en mi opinión, no se manejan -en mi opinión- con descalificaciones. Y al caer en estos errores, se les ofrece en bandeja de plata a los enemigos históricos del Frente Sandinista como tal, para lanzar una andanada feroz, con el objetivo de extinguir al Frente.

Claro, seguramente ustedes tienen en la mente el caso del alcalde de Managua Dionisio Marenco. Yo decía el otro día, cuando hablé, -la única vez que hablé  de este caso- de que en mi opinión Nicho Marenco es el mejor alcalde de la historia de Managua. Estelí tiene sus propios mejores alcaldes, León también. Todas las ciudades tienen a alguien que  recuerdan como su mejor alcalde. Yo creo que Nicho ha sido el mejor alcalde de Managua. Pero ¿es la mejor labor posible? No, no lo es, tiene muchas debilidades la gestión de Nicho, pero en el balance, al comparar con otros, tenés la mejor gestión edilicia de la historia de Managua

¿Cuál es la debilidad principal? No es una gestión de nuevo tipo, como lo hemos señalado en otras oportunidades aquí en Sin Fronteras, antes de las elecciones, 2005-2006, es decir, no se trata de una gestión que cambie la manera de hacer política y de gobernar la ciudad, involucrando a la gente. Es decir, lo que inauguró,  la experiencia que inauguró Porto Alegre, en Brasil, hace ya 12, 15 años. El presupuesto participativo, la gestión ciudadana en su gobierno municipal. Y eso requiere una concepción revolucionaria.

Eso es una debilidad fundamental del gobierno de Nicho, pero Nicho ha tenido una gestión honrada, en primer lugar. Ya eso se agradece en  este país de ladrones, políticos ladrones, ya se agradece tener un político honrado, en la principal ciudad  del país.

Ha tenido también una  gestión que ha recuperado para la memoria histórica de los capitalinos, a sus mejores hijos, como Rigoberto López Pérez, como Casimiro Sotelo. Y ha tratado de resolver problemas cruciales de la gente, como por ejemplo, la tenencia de la propiedad. La titulación que empezó con Herty, y que Nicho ha continuado con mayor fuerza, incluso.

Ahora, claro, obviamente, aquí hay de por medio una diferencia ideológica de cómo conducir las cosas en el país, es decir, hay una fuerza dentro del Frente  Sandinista, importante, que en mi opinión encabezan Daniel y Rosario, que quiere llevar al país a una situación donde pueda continuar el proceso revolucionario. Y hay otra corriente, también muy fuerte dentro del Frente, que lo que desea es hacer un buen gobierno, dentro del sistema. Y hay otras dos  corrientes fuertes dentro del Frente, que quieren hacer del gobierno su instrumento político  para hacer negocios.

En mi opinión, y siempre lo he dicho, no es ahora que lo digo, el problema central de Nicaragua es el sistema. El capitalismo ha llevado al país a la situación en que está. Y  mientras no cambiemos el sistema, no será posible resolver los problemas de fondo.

Claro, eso es una idea, es, digamos, una meta, y a la vez un camino. Es una meta y es un camino. Pero no se puede andar ese camino, ni se puede alcanzar esa meta,  sin la gente. Sin la conciencia de la gente, sin un programa delineado, perfectamente delineado, con una adecuada táctica para cada momento.

Y me estoy enredando, me dirán. No. Sin la gente, sin la gente qué significa, sin la organización popular. Y no basta la organización popular, si la gente no tiene conciencia de que hay que cambiar el sistema y que su pelea para mejorar sus ingresos, para el pleno empleo, para tener acceso a la riqueza que produce el país, la mejor manera de hacerlo es cambiando el sistema. Sin la conciencia popular de que ese es  el camino y de que esa es la meta,  no es posible alcanzarlo ni recorrerlo.

El instrumento ideal para haberlo hecho, es el Frente Sandinista. Pero es que resulta que ese Frente Sandinista, cuya institucionalidad es nula, -no hay institucionalidad en el Frente  Sandinista- ese Frente Sandinista está copado en su mayoría, esa estructura que hace su institución, está ocupada por el contingente de compañeros y compañeras cuyo interés principal es acceder a cargos públicos, para tener  poder, para tener ingresos. O acceder a cargos públicos para hacer negocio. Y esa es la verdad, desgraciadamente. En su mayoría, yo no digo que la totalidad, salvo algunas excepciones, y muy honorables, como por ejemplo, la estructura departamental de León, que es la mejor del país.

Entonces, te encontrás en la disyuntiva, cómo hacés. Podés discutir si lo han hecho bien o si lo han hecho mal, pero la contradicción es objetiva. Entonces, de pronto, vos ves algunas  figuras del Frente que aparecen «discrepando» sobre algunas cosas que hace el gobierno, o sobre las candidaturas  para alcalde. Y te lo encubren con un lenguaje muy bonito, que vos hasta te podés casar con ese discurso, pero que en el fondo lo que subyace  es esta contradicción fundamental, el rumbo que le vas a imprimir al país, desde el gobierno, y cómo lo vas a hacer.

Y le querés dar un rumbo, para administrar el capitalismo con sus propios instrumentos. O le querés dar un rumbo de transición, para encontrar  el momento político idóneo, que te permita una transformación revolucionaria de la sociedad. Esa es la contradicción fundamental. En mi opinión. Y entonces, podés ubicar mejor las contradicciones políticas que aparecen reflejadas en los medios, con un énfasis en unas cosas o en otras.

En medio de esto, te aparecen algunas cosas importantes. Por ejemplo, los CPC, los Consejos del Poder Ciudadano. Mañana discute la Asamblea el veto presidencial a la anulación  de los CPC como instrumentos de Estado. Esa anulación de mañana es irrelevante en términos políticos. Y lo hemos dicho en otras oportunidades. No importa eso, siempre y cuando haya una voluntad política del presidente de la república -que la hay- de atender lo que esos instrumentos políticos le planteen. O sea, es irrelevante lo que va a ocurrir mañana. La derecha lo ha colocado como una batalla estratégica. Es irrelevante. Absolutamente irrelevante.

Si hay una voluntad política desde el poder, de convertir a los CPC en un instrumento de organización popular y de conciencia popular, lo demás es lo de menos. Es un espejismo lo que nos van a vender  mañana por la tarde y la noche, y la mañana del domingo, es un espejismo: Derrota del gobierno. Unida la derecha. Es irrelevante.

Porque si el presidente Ortega le dice a su ministro de Salud, o a su ministro de Cultura, o a  su ministro de Educación, o a su ministro de Hacienda, o a lo que sea, le dice: señor, mire, reúnase con los delegados departamentales, municipales de los CPC, advierta lo que le digan, pónganse de acuerdo, elaboren un plan de trabajo y cúmplase. Ya está. ¡Qué importa si está avalado o no está avalado por el marco jurídico! Es una voluntad política.

Y habida cuenta de la calamidad que ocurre en términos ideológicos y estructurales en el Frente, los CPC tienen una importancia estratégica para el Frente y para el gobierno en particular.

¿Cómo caracterizás a este gobierno? Yo no tengo oportunidad, lo he dicho, en mi opinión este es un gobierno de transición, y no sabemos si vamos a ser capaces de llevarlo a un puerto para abrir a su vez las puertas, las compuertas, de la revolución socialista, o si lo vamos a llevar, o no vamos a ser capaces, y va a continuar con el mismo modelo, esencialmente capitalista, en el país. No lo sabemos. Dependerá de la correlación de fuerzas que seamos capaces de construir.

Y no es malo recordar y recordarnos, que estamos  con un gobierno, que aún es minoría social. No es malo recordarlo. Y que el desafío  es construir la mayoría social. Eso se hace con varias cosas, en primer lugar con un buen gobierno, en segundo lugar con un gobierno que tiene una orientación popular, y en tercer  lugar, con instrumentos que le devuelvan a la gente lo que está haciendo el gobierno. Y que le digan: estamos haciendo esto y no podemos hacer estas otras cosas, si no nos ayudás, si no te involucrás.

Y aquí encontramos algunos problemas que tiene  el gobierno, que son parte, en mi opinión, que evidencian esa contradicción, que es de fondo, que te he mencionado. Y que esa contradicción de fondo, entre los que quieren administrar el sistema y los que quieren empujar el país para tener la posibilidad de romper el sistema, está presente en las estructuras del gobierno. Hay ministros que responden a uno y ministros que responden a otro. Y hay una lucha de poder.

Y hay quienes a veces ganan peleas hacia un lado y a veces ganan peleas hacia el otro lado, y ahí va la nave. ¿Qué nos corresponde a nosotros, los que tenemos una opción revolucionaria, socialista, que creemos que ese es el rumbo adecuado para que el país salga de su crisis eterna, y resuelva sus problemas eternos? Nos corresponde halar hacia la Izquierda  revolucionaria. Demoler a los que están en la administración del capitalismo. Y señalarlo por qué.

Hemos citado algunos ejemplos aquí, de la manera torpe, ingrata, anti-popular como se ha manejado el caso de los frijoles. Una barbaridad lo que ha pasado ahí, por ejemplo.

O, por ejemplo, lo que está ocurriendo con los CENI. Que Antenor Rosales, -y es el primer nombre que menciono- se da el lujo de desautorizar al presidente de la república.

El presidente de la república, llega ante la Junta Directiva de la Asamblea Nacional y solicita su respaldo para que en el presupuesto del 2008, se excluya el pago de intereses y la amortización de los CENI, por dos años, para dedicar  esos recursos, a la reconstrucción del país.  Y lo llamó moratoria. Y viene Rosales y dice que no, que aquí no hay moratoria. ¡Increíble!

O sea, Antenor Rosales, desautoriza al presidente de la república ¡y tan campante! Eso te refleja lo que hay allá adentro.

Fíjense bien, yo te voy a hacer una pregunta. En este país, en estas condiciones, con este gobierno, sumido en sus propias contradicciones, ¿la oposición sólo puede ser de derecha?  Yo creo que no. Yo creo que hay suficiente espacio para tener posiciones consecuentes desde al izquierda revolucionaria.

Que lamentablemente, a veces escuchamos opiniones de compañeras o de compañeros que asumen una posición ideológica de izquierda revolucionaria, y te los encontrás coincidiendo en la práctica, en términos políticos, con la derecha.

El caso más señalado es el siguiente. No es posible aquí que caigamos en la trampa ideológica de creernos que el andamiaje jurídico, que el aparato estatal que ha creado el capitalismo, para domesticar, para debilitar a las clases explotadas en Nicaragua… creernos el cuento que hay que defender ese andamiaje jurídico, eso que llaman el estado de derecho.

Las leyes que se han hecho en estos 17 años, ¿para quién han sido, a quién defienden, qué intereses defienden? A mí la institucionalidad burguesa me tiene sin cuidado, en tanto no sea útil para defender los intereses populares. Sinceramente lo digo, y no estoy hablando para defender grupos o sectas, no, no, no. Los intereses de la gente. Si la institucionalidad del país no  está en función de la gente, no me interesa… (cambio de casete)

…si yo fuera el presidente Ortega, yo hubiese empujado la Constituyente en Nicaragua, sinceramente lo digo, para precisamente reiniciar las cosas en muchos lados, para forzar una nueva correlación de fuerza social. Pero, bueno,  ya no se hizo, no se hizo, para qué voy a estar hablando del pasado.

Pero fijate bien, te voy a decir algo que quizás no guste, porque yo creo que hay que respaldar lo bueno del gobierno y criticar lo malo del gobierno, pero, es decir, tener una opción revolucionaria. Y desde esa opción revolucionaria, halar al gobierno a esa opción, es decir, con un respaldo crítico. ¿Por qué yo creo eso? porque creo que hay gente que tiene esa vocación y está en el gobierno.

Creo que Daniel, en fin de cuentas, termina teniendo esa opción. Con todo y su  manejo, y sus quiebres, y que por un lado va por otro lado, y la barbaridad que se hizo contra las mujeres, con todo y eso, pero en última  instancia, yo creo eso. Es mi opinión, repito.

Te lo voy a poner de otra manera. Si este gobierno fracasa, si el gobierno del Frente Sandinista, de Daniel  Ortega, fracasa, ¿qué creés vos que va a ocurrir? ¿vos creés que va a ser la izquierda revolucionaria la que va a tomar el poder, que va a haber una revolución popular, una insurrección de masas, que va a hacer que cambie el  gobierno? ¿vos creés que eso es lo que va a ocurrir, vos creés que esa es  la alternativa? ¿vos creés que eso es lo que está en la agenda? Yo creo que no.

¿Sabés lo que está en la agenda? La extrema derecha. Montealegre representa la extrema derecha, ese es. Vos creés que si la gente se desencanta y termina censurando la acción  del gobierno del Frente, en las elecciones municipales o en las generales  del 2011, no importa en cuál, y termina dándole el voto a una fuerza opositora, vos creés que va a ser la fuerza opositora de izquierda?  Nooo, la extrema derecha. ¿Y vos sabés lo que nos cae encima en este país, con la extrema derecha mandando?

Quiero que… el otro día, leí no recuerdo a quién, que decía que Daniel tiene  ahora un problema, que ya no es dueño de la Policía y el Ejército. Sí, ¿sabés por qué? Es al revés ¿sabés cuál es la realidad? Que ya, la burguesía ya no es la dueña del Ejército ni de la Policía, porque la habían privatizado, sobre todo a la Policía -aunque también al Ejército- y estaban ya en función de los intereses de la oligarquía y del capital financiero  en Nicaragua Y a los hechos me remito.

Y la gestión de este gobierno, ha permitido que la Policía recupere su identidad, recupere su independencia, que ya la había perdido. La Policía ya era un instrumento más del neoliberalismo. Y si no, recuerden lo que  pasaba con los desalojos, recuerden las masacres de estudiantes, recuerden la manera de operar contra la delincuencia, matando. Es al revés, sí, probablemente Daniel no es dueño de la Policía, -y qué bueno que no lo sea- pero ya tampoco la Policía es instrumento del neoliberalismo, y sólo eso, ya se agradece, como gestión de gobierno. Con sólo eso. Si sólo eso hubiese sido la obra de Daniel en estos 11 meses, si sólo eso fuese, ya se agradece.

Y la depuración que ha iniciado en el Ejército, porque de que hay mandos corruptos, los hay y el ejemplo más visible, Adolfo Chamorro, que ya  no es del Ejército.  Pero hay otros.

Y esa es una tarea crucial, se quiere avanzar en la sociedad? Se tiene que tener las fuerzas armadas, realmente al servicio del país, de los intereses del país, y de la gente, puesto que son dos fuerzas  que provienen del instrumento revolucionario llamado Frente Sandinista.

Repito. Un mérito de este gobierno, haber desprivatizado la Policía y el Ejército. Algo que se nos escapa, a veces.

Entonces, yo creo que los rumbos del gobierno no los puede determinar, porque no es posible así, la voluntad nada más, los rumbos del país se van a construir  con correlación de fuerza social, desde la conciencia revolucionaria. Y eso lo tenemos que construir, eso no se decreta, ni desde el poder, ni desde las organizaciones que se auto-proclaman representantes de la sociedad civil.

Se construye desde la gente, la conciencia revolucionaria, la conciencia de clase, la conciencia socialista.  Entonces, a veces resulta hasta divertido los cuestionamientos de fondo que se hacen de los rumbos, de los no rumbos, la medidas o las no medidas, pero la verdad es que lo que tenemos que hacer es construir conciencia, ayudar a despertar la conciencia revolucionaria a la gente. Y eso cuestiona nuevamente al  gobierno, y en particular a la dirección del Frente, porque no ha sido capaz de reconocer que para poder encontrar cuadros capaces y sembrar conciencia revolucionaria, se necesita formación ideológica, que no la hay, que no la hay.

Por eso es que tenemos cuadros, con cuestionamientos de corrupción, muy pronunciados y muy graves, como por ejemplo, Edgardo Cuaresma, que aparecen como relevantes y ¡choocho, hermano!… teniendo un contingente de compañeras y compañeros que pueden estar en esas posiciones, y sin embargo, tenés eso, porque no hay formación, porque no hay dirección política de los cuadros. No la hay. Y no percibo que la dirección del Frente tenga la voluntad de corregir  eso ya.

Y ese es un cuestionamiento que yo hago de fondo. ¿Hacia dónde vamos? ¿Sabés hacia dónde vamos? Hacia donde la gente, con conciencia revolucionaria, quiere que vaya el gobierno. ¿No la tiene? el gobierno no va a logar avanzar. Es así.

La batalla electoral que se avecina en el 2008, hemos  dicho en muchas oportunidades que es mucho más  que ganar o perder Managua, que el ganar o perder las cabeceras departamentales, que el repetir o perder los 86 gobiernos que ahora se detentan. ¡Es mucho más que eso! Va a ser un referendum sobre la manera de hacer el gobierno. Va a ser una  posibilidad de avanzar en la conciencia revolucionaria de la gente.

Va a ser la oportunidad de colocar los dos grandes proyectos que hay en este país: capitalismo o revolución, en el debate público.

O sea, es mucho más, es mucho más. Y la derecha lo sabe, y entonces, la derecha, que lo sabe, los yankis, que lo saben -no son tontos- que su victoria ideológica es política y electoral, y pasa por el debilitamiento, el agotamiento del Frente Sandinista en tanto instrumento ideológico y político de la gente. Y por eso echan la andanada a fondo. Van a fondo.

¿Y qué es lo que debemos hacer nosotros? ¿Nos vamos a quedar de espectadores, o vamos de pronto a abrazar, en tanto que surge la democracia partidaria, abrazar alguno de esos postulados? Aquí se ha vuelto estratégico, entonces, en mi opinión, la defensa del instrumento político que ahora se llama Frente Sandinista. Que en  algún momento, incluso, quedó agotado para hacer la revolución, pero bueno, en este momento puede ser el instrumento, debe ser el instrumento. Es el que tiene mejores posibilidades de ser el instrumento. Lo tenemos que defender.

Hay maneras de maneras de defenderlo. Una de las maneras, por ejemplo,  es recuperar su institucionalidad,  yo creo que sí, que vuelva a haber debates, que vuelva a haber asambleas, que vuelva a haber discusión, Que, sobre todo… que haya formación. Otra vez insisto. Pero hay que recuperarla.

¿Queremos de verdad salvar al Frente de la embestida de la derecha? recuperemos todos los andamiajes estructurales, incorporando a la gente, no sacándola por decreto. Incorporando, sometiendo a debate todo, sin importar lo que ocurra. Confiando en la conciencia de la gente. Confiando en la fuerza de la gente. Desatando la creatividad de la gente. Creo yo que esa es la mejor manera  de defender el instrumento Frente Sandinista.

Pero fíjense, y quiero volver a insistir y remarcar esto. Recuerden, ¿por qué destruir al Frente como instrumento? Porque está la posibilidad de que el Frente se convierta otra vez, o no que se  convierta, que recupere otra vez, su fuerza revolucionaria socialista.

Y para liquidar  esa posibilidad, hay que liquidar al Frente.

Y aquí está una batalla ideológica de por medio. Claro que sí. Claro que sí, los rumbos del país. ¿Cómo se resuelven los problemas del país, dentro del sistema se pueden resolver… con ese andamiaje jurídico, con las leyes del mercado, se puede resolver, existe posibilidad de resolverlo? Yo creo que no.

Pero no es posible tampoco decretar, ya no. Eso hay que construirlo. Y mientras tanto, hay que usar las mismas  armas del sistema, para ir sentando las bases al nuevo sistema. Eso es lo que yo creo.

Te voy a citar ejemplos. ¿Por qué será que la reforma tributaria, un año después no está lista, por qué será? Por toda la negociadera que hay con esos sectores pudientes para que no se chimen, para que no se chiveen. Y eso es crucial. Reforma tributaria es crucial.

Por lo mismo, por lo mismo, entonces, aquí no se puede seguir estando en esa negociadera, si querés de verdad sentar bases. Y tenés que sacudir en el gobierno la gente que está por esa opción. Hay que sacudir el gobierno y no tener miedo, en el sentido… no en el sentido de aprensión, sino en el sentido de consecuencia. No temer a las consecuencias. Hay que sacudir el gobierno. Y hay gente que ya anda revoloteando, alrededor de determinados personajes, que se sabe tienen cuotas de poder, para buscar el huesito, ¡pero no para  servirle a la gente! para buscar el huesito. Porque parte de la deformación de los cuadros del Frente  es eso, como hemos señalado en varias oportunidades.

He estado repasando, mañana les voy a contar por qué, algunos materiales, materiales clásicos. Y me he encontrado con algunas cosas que yo creo que nos ayudan a ilustrar todas estas cosas que les he estado diciendo, y se los quiero mencionar, se los quiero leer, y quiero solicitarles su atención yo sé que están a punto de dormirse, y más de alguno ya se durmió. Oigan qué bonita esta frase:

«En todo, sea grande o pequeño, uno siente que éstos son siempre los viejos y sobres ciudadanos de la difunta social democracia, para quienes el carnet de afiliado es todo y el hombre y el espíritu, nada. No debemos olvidar, empero, que no se hace la historia sin grandeza de espíritu, sin una elevada moral, sin gestos nobles.»  Mirá qué lindo esto, ¿Quién más? Rosa Luxemburgo.

Les doy otra de ella: «El imperialismo de todos los países no sabe de entendimientos  sólo reconoce un derecho, las ganancias del capital, sólo conoce un lenguaje, la espada. Sabe sólo de un método, la violencia. Si los representantes de los proletarios de todos los países, pudiesen  sujetarse las manos bajo la divisa del socialismo con el fin de hacer la paz, entonces,  la paz se conseguiría en unas pocas horas, entonces no habría disputas acerca de la orilla izquierda del ring, la Mesopotamia, Egipto o las colonias. Entonces sólo habrá un pueblo, los esforzados seres humanos de todas las razas y lengua. Entonces sólo habrá un derecho, la igualdad de todos los hombres. Entonces sólo habrá un objetivo, prosperidad y progreso para todos.

La humanidad enfrenta la alternativa: disolución y caída en  la anarquía capitalista, o regeneración a través de la revolución social. Ha llegado la hora de decidir si creen en el socialismo, ahora es el momento de demostrarlo en los hechos. Si son socialistas, ahora es el momento de actuar.»

Lo escribió Rosa Luxemburgo, firmado también por Karl Liévenich, Clara Septin y Frances Merin (?). Clara Septin, la que creó el Día Internacional de la Mujer, a finales  de 1918, a propósito de la Primera Guerra Mundial. Pero fíjense, hace 70 años, 80 años, 90 años ¡y qué actualidad!

Y ahora, ¿se acuerdan que les decía lo de la institucionalidad burguesa y todo eso? oigan esto. Esto no es de Rosa, es de Lenin.

«Una de esas hipocresías burguesas, es la creencia de que la escuela puede mantenerse al margen de la política. Ustedes saben muy bien qué falso es esto. La burguesía misma que defendía ese principio, hizo que su propia política burguesa fuera la piedra angular del sistema educacional, y trató de reducir la enseñanza,  a la formación de sirvientes dóciles y eficientes de la burguesía, de reducir incluso toda la educación de arriba abajo, a la formación de sirvientes dóciles y eficientes de la burguesía, de esclavos e instrumentos del capital. Jamás pensó en hacer de la escuela un medio para desarrollar la personalidad humana. Hoy resulta claro para todos, que todo esto sólo pueden realizarlo las escuelas socialistas, que tienen vínculos  indisolubles con todos los trabajadores y explotados y apoyan de todo corazón» (la política soviética) Lenin, 18 de enero de 1919.

Y esto, que a mí me encanta, a propósito de la igualdad de la mujer, dicho en 1919.

«La democracia burguesa, es la democracia de las frases pomposas, de las palabras solemnes, de las promesas liberales, de las consignas grandilocuentes sobre libertad e igualdad, pero en la práctica todo esto  oculta la falta de libertad y la desigualdad de la mujer, la falta de libertad y la desigualdad de los trabajadores y explotados. La democracia soviética o socialista,  arrolla con esas palabras pomposas pero falsas, y declara una guerra implacable a la hipocresía de los demócratas, terratenientes, capitalistas  o campesinos ricos, que hacen fortunas vendiendo a precios de especulación sus excedentes de cereales a los obreros hambrientos.

Abajo esa infame mentira, no puede existir, no existe ni existirá jamás, igualdad entre opresores y oprimidos, entre explotadores y explotados. No puede existir, no existe ni existirá jamás verdadera libertad, mientras las mujeres se hallen trabadas por los privilegios legales de los hombres, mientras los hombres no se liberen del yugo del capital, mientras los campesinos, trabajadores, no se liberen del yugo del capitalista, del terrateniente y del comerciante.

Que los hipócritas y los mentirosos, los necios y los ciegos, los burgueses y sus secuaces, traten de engañar al pueblo con discursos sobre la libertad en general, la igualdad en general, y la democracia en general. Nosotros decimos a los obreros y los campesinos, arránquenles la careta a esos mentirosos, abran los ojos de los ciegos, pregúntenles ¿existe una igualdad entre un sexo y otro? ¿Existe igualdad entre una nación y otra nación, entre una clase y otra clase? ¿Libertad de qué yugo, o del yugo de qué clase? Libertad ¿para qué clase?

Aquel que habla de política, de democracia y libertad, de igualdad, de libertad de socialismo, sin plantear estas cuestiones, sin darles prioridad, que no luche contra su ocultamiento, encubrimiento y disimulo, es el peor enemigo de los trabajadores, un lobo con piel de oveja, feroz adversario de los obreros y los  campesinos, un lacayo de los terratenientes, de los zares y los capitalistas.

Instrucción, cultura,  civilización, libertad, todas estas  palabras altisonantes van acompañadas en todas las repúblicas capitalistas burguesas del mundo, por una serie de leyes increíblemente infames, repugnantemente sucias, bestialmente burdas,  que establecen la desigualdad de la mujer en el matrimonio y el divorcio, que establecen la desigualdad entre los hijos nacidos fuera del matrimonio y los legítimos. Y que otorgan privilegios a los hombres y humillan y degradan a la mujer.

El yugo del capital, la opresión de la sagrada propiedad privada, el despotismo de la necedad filistea, la  codicia del pequeño propietario, éstas son las  cosas que han impedido a las repúblicas más democráticas  abolir esas leyes infames y repugnantes.» Vladimir  Illich Lenin, 6 de noviembre de 1919.

Y la última, es una frase nada más, para cerrar este Sin Fronteras.

«Paz a las chozas y guerra a los palacios».

Paz a las chozas y guerra a los palacios.

¡Buenas noches!

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