Un punto de encuentro para las alternativas sociales

¿A quién pretende engañar el Sunday Times de Londres?

Gilad Atzmon

¿A quién pretende engañar el Sunday Times de Londres?

Gilad Atzmon. Palestine Think Tank

Traducido para Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala por Manuel Talens

En 2003 escribí lo siguiente: “Si de verdad nos preocupa la paz del mundo debemos alcanzar un equilibrio de poder y, para ello, los pueblos oprimidos han de tener acceso al armamento más avanzado… El equilibrio de poder es la única vía para la paz.”

Hoy, cuando Israel y los grupos de presión que lo apoyan están haciendo todo lo posible por arrastrarnos a una tercera guerra mundial, creo necesario repetirlo. La única manera de librar al Oriente Próximo y al mundo entero de otro ciclo sangriento es dejar que los iraníes obtengan su juguete nuclear. Pero la cosa va incluso más lejos, pues la única manera de salvar al Estado judío de su feroz exhibición de omnipotencia beligerante es permitir que Irán entre lo más pronto posible en el club nuclear. Lo único que puede enfriar el genocida entusiasmo sionista es un abrumador poder de disuasión iraní.

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Los iraníes saben que no hay nada peor que una guerra. Entrevista a Nazanin Amirian

Salvador López Arnal

“Los iraníes saben que no hay nada peor que una guerra”

Entrevista con

Salvador López Arnal

El Viejo Topo, diciembre 2007

Nazanin Amirian es una escritora e investigadora iraní afincada en Barcelona. Su último libro publicado Irak, Afganistán, Irán: 40 respuestas al conflicto del Oriente Próximo, Lengua de Trapo, mayo 2007- contiene, con sus propias palabras, “un montón de información alternativa a las perversas mentiras de los los yanquis & company”. La entrevista se realizó durante la primera semana de noviembre de 2007.

– Iran tuvo ya planes nucleares durante el régimen del Sha pero la opinión “occidental” era entonces muy distinta. El doctor Kissinger, premio Nobel de la Paz y entonces secretario de Estado norteamericano, afirmó que el programa iraní era muy conveniente para el desarrollo del país y para evitar su dependencia energética. ?

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Reflexions desprès d’una estada a Palestina

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1. EL NOM. De bon principi aclareixo que amb el nom de Palestina em voldria referir sempre a tota una regió, no gaire definida, que ha estat escenari de fets que una part gran de la Humanitat consideren importants: la terra a la que va anar Moisès des de Egipte, però també on va viure i morir Jesucrist, l’ascensió temporal al cel de Mahoma (tan discutible com alguns fets narrats sobre Moisès i sobre Jesucrist). .. Abans l’imperi romà i posteriorment la invasió musulmana (molt poc després de Mahoma), les Creuades europees, la invasió i presència otomanes, el mandat anglès ….

Cal dir que amb aquest nom (Palestina) designaven també els mateixos jueus, en bonics cartells publicitaris no masses anys abans de constituir el nou estat, el lloc on demanaven que emigrèssin els jueus de tot arreu.

I no vull renunciar a somiar (un somni no irrealitzable del tot, encara que cada cop més difícil), que podria arribar a ser el nom d’un únic estat laic, amb presència i militància musulmana, jueva, cristiana … (i budista i atea …).

A més, un bell nom ( “… el teu nom, Palestina”, que repetia Lluis Llach a la seva cançó) que no hauria de molestar a ningú pel seu origen.

En canvi el nom Israel està molt més escorat cap una religió: procedeix d’un passatge bíblic, per donar sobrenom al patriarca Jacob, pare de les dotze tribus. El curiós origen d’aquest sobrenom i el seu sorprenent significat el podèu llegir al Gènesis, el primer llibre de la Bíblia (Génesis, 32 : 28-30).

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Ruptura (en silencio) de todas las reglas

Salvador López Arnal

Es sabido aunque cueste aceptarlo: la única instancia que, actualmente, parece regir en política internacional es la fuerza militar. Lo dijo recientemente una voz tan poco sospechosa como la del Ministro hindú de Exteriores: el gobierno de Estados Unidos sólo escucha, y desde luego, sólo negocia, cuando cree o sabe que detrás del interlocutor hay armamento atómico. Y quien dice Estados Unidos, dice Estados Unidos y sus aliados más próximos y fieles.

Tenemos una prueba más de que esa aseveración no es un dislate ni un desvarío izquierdista con el ataque a Siria por la aviación israelí a principios de septiembre,”intervención” que contaba desde luego con el beneplácito americano.

Efectivamente, el día 6 de septiembre, sin que mediara ataque alguno por parte de Siria, sin que hubiese amenaza inminente de ataque, sin que hubiese declaración alguna de ningún organismo internacional autorizando la intervención del Ejército, sin que pueda hacerse ninguna referencia a alguna norma del Derecho internacional violada, sin nada de todo ello, ese 6 de septiembre, decía, se produjo una incursión de la aviación israelí en territorio sirio. Ni una palabra se escuchó a los políticos israelíes sobre lo acontecido en aquel ataque; tampoco a los dirigentes usamericanos. Fueron las autoridades sirias quienes dieron cuenta de la agresión. Con escaso éxito: apenas se dijo nada en la prensa internacional. No existió lo que aconteció, no existe lo que no se difunde.

Benjamín Netanyahu, lider del Likud, la conocida organización de la extrema derecha israelí, irrumpió días después en el escenario, probablemente por cálculos electorales, rompiendo o aparentando romper un estudiado pacto de silencio que empezaba a perder su vigencia. Reconoció que apoyó el ataque después de ser informado por el primer ministro Ehud Olmert, quien en unas declaraciones había comentado, al ser preguntado por la incursión aérea, que no sabía de qué se le estaba hablando, que le dejaran tranquilo, que se dejaran de invenciones y de hacer el juego a los enemigos del Estado de Israell y de Estados Unidos.

Eso sí, objetivamente, con el ataque, el Estado israelí recuperaba parte de su capacidad de disuasión, mermada tras el ataque al Líbano de 2006 y su derrota posterior, y acaso agrupaba tras esa acción a sectores importantes de su población.

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La gran muralla verde de China

Rafael Poch

«Está claro que el país no puede meter en ciudades a sus 800 millones de campesinos sin ocasionar un desastre social y ambiental.»

La Insignia*. España, mayo del 2007.

Es como un inmenso zigurat, aquellos templos-observatorio mesopotámicos que inspiraron el mito bíblico de la torre de Babel. O como una pirámide maya. Pero es una montaña. Aunque también es monumento; al trabajo, continuado y desesperado, de centenares de generaciones de campesinos chinos. En la meseta de loess del curso medio del Río Amarillo (Huanghe), apenas hay lugares que no hayan sido trabajados. Hasta donde alcanza la vista, terrazas y campos divididos por muros de tierra apisonada. La gente trabaja las laderas y los barrancos más inverosímiles y hasta vive en ellos: para unos cuarenta millones de habitantes de esta meseta, los "Yaodong", unas casas-cueva excavadas en los barrancos, son morada.

La región es algo mayor que España y comprende trozos de las provincias de Shanxi, Gansu, Shaanxi y la región autónoma de Ningxia. Durante siglos, los campesinos abonaron con sus huesos este paisaje inmenso y anciano, una de las zonas agrícolas más antiguas del planeta y matriz de la civilización china. Su secreto es el loess, una arcilla muy fina formada por polvo de roca que, transportada por los vientos se fue asentando aquí durante milenios. Del loess resulta una tierra fértil, pero frágil. Siglos de deforestación, excesiva población y pastoreo, resultaron en un ecosistema desertificado. Cualquier lluvia fuerte hace que la tierra sea violentamente arrastrada por los torrentes de esta región, que, vista desde el avión, es como un millón de pequeños cañones del Colorado. El agua fluye por sus ramblas, cruelmente secas la mayor parte del año, hasta alcanzar el gran río o sus tributarios. Hace 1500 años que el Huanghe ya se llamaba "Amarillo", como el Mar en el que desemboca, y no por capricho. Si los grandes ríos europeos llevan una media de 50 gramos de tierra por medio metro cúbico de agua, el Amarillo puede llegar a transportar hasta 300 kilos. Es un río de fango amarillo cuyas avenidas costaron la vida a millones de campesinos y hacían variar hasta mil kilómetros, el lugar de su desembocadura, bien cerca de Pekín, bien cerca de Shanghai. "Es como si el Rhin desembocara ahora en Hamburgo, y ahora en Cádiz", explica la profesora Dolors Folch en su libro, La construcción de China.

El agua es oro aquí. Las peleas sangrientas entre comunidades por el agua, a veces con aspecto de pequeñas guerras civiles locales, eran endémicas, como la miseria. En zonas de Shanxi, el saludo habitual campesino en el norte de China -que no es "¿qué tal?", sino un "¿has comido?"- se transformaba en un "¿has bebido?", pues la dieta básica solía ser una sopa de gachas de maíz, que aun hoy es el alimento básico invernal del campesino norcoreano. Y esa comida, más que comer, se bebe. Hasta el punto de que un comentario elogioso sobre alguien, se refiere a que se alimenta de algo más que gachas en remojo y puede sonar así de rústico; "es un buen tipo, come alimento seco y caga sólido".

La tierra de loess es dura como el cemento. Los primeros emperadores chinos construyeron con ella el sector de la gran muralla que transcurre por el norte de esta región, marcando la frontera histórica entre tierra cultivable (China) y la gran pradera de los pueblos de la estepa de tradición nómada pastoril. Pero esa tierra dura se convierte en liviana cuando por ella ha pasado el arado del campesino en primavera. Es entonces cuando los vientos de la estación se encargan de levantarla en nubes amarillas y llevársela hasta Pekín, Corea o Japón en forma de devastadoras tormentas de arena.

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¿Quien está perdiendo la brújula en el matadero afgano?

Sergio Cararo

¿Quien está perdiendo la brújula en el matadero afgano?

Sergio Cararo*

Si alguno pensaba que escondiendo la cabeza entre los hombros conseguiría dejar pasar por alto el matadero de Afghanistan, éste ha impuesto a la agenda politica todo su dramatismo y su urgencia de soluciones claras en una dirección u otra.

El final del secuestro del periodista Daniele Mastrogiacomo si ha resuelto con la liberación del rehén, pero en torno a ella hay temas complicados que deben resolverse, o mejor, deberían ser afrontados con decisión.

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Judíos no sionistas Árabes no islamistas..

             Como es sabido, la tragedia de las Torres Gemelas tuvieron lugar en un mundo occidental que se “aburría”  en su autosatisfacción, en el que todas las advertencias críticas –incluyendo las de signo ecologistas que ponían en cuestión la misma continuidad de la sostenibilidad del planeta– caían en saco roto para resultar una preocupación exclusiva de Greenpeace y de otras benditas ONG. Lo que aconteció en su más exhaustiva repetición y minuciosidad  –una ofensiva de signo terrorista, que como en la más imaginativa de las películas, destruía hasta los cimientos del poder made in USA–, marcó el inicio del siglo XXI, un siglo que nacía bajo el signo unilateral del imperialismo norteamericano sitiado además bajo la hegemonía política de la extrema derecha republicana, del triunfal-capitalismo (Mandel).

           Esta situación ha sido explicada por los intelectuales orgánicos como un nuevo punto en la historia mundial, como un "choque de civilizaciones" en la que, como en las más convencionales películas de Hollywood, a Norteamérica le corresponde enfrentarse al "Eje del Mal", y restablecer su democracia en el mundo, una democracia en la que las libertades conquistadas por siglos de lucha social resultan cada vez más limitadas, y en las que las posibilidades de opción no existen cuando afecta a la política y a la información.

           En estos tiempos en los que hay que luchar por lo más evidente, por restablecer las verdades más elementales, algo que se pude decir de El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, Yihad y modernidad, obra del escritor y ensayista anglopakistaní Tariq Alí (Traducción de María Corniero,  Alianza. Madrid, 2002), y que aparece como un verdadero regalo para la gente que trata de responder a las agresiones y que busca comprender las claves de una historia tan lejana y tan deformada como la islámica, situada como trasfondo de dicho "Eje del Mal", y caracterizada unilateralmente de fundamentalista, como sí no existieran muchos otros fundamentalismos, comenzando por el más peligroso de todos: el que es capaz de justificar hasta el mayor desastre ecológico por las leyes del Dios Mercado cuyo opio actual ya no es, al menos únicamente, la religión, sino el consumismo despilfarrador.

             Como el inolvidable Edward W. Said, Tariq Alí (1943, Lashore, Pakistán), reúne unas capacidades  preciosas para ofrecernos el contrapunto de esta nueva "leyenda negra". Creció en el seno de una familia de la burguesía ilustrada en la que las tradiciones musulmanes estaban siendo acompañada por el desarrollo de un pensamiento crítico iluminado por el marxismo. Al tiempo que pudo conocer de primera mano los ritos y tradiciones de dicha religión, Tariq tuvo una educación atea.  En los años sesenta sobresalió como uno de los portavoces más reconocidos de las movilizaciones estudiantiles británicas, y fue militante de la Cuarta Internacional (servidor recuerda sus poderosas dotes polémicas y su presencia imponente en el IX Congreso de la Internacional celebrada en Rimini en 1969 bajo el paraguas de “Congreso Internacional de Sociología), discípulo de Ernest Mandel y de Isaac Deutscher, al que se refiere ampliamente en el libro, sobre todo por su condición de marxista y de judío laico y antisionista. Escritor, es autor de una serie de novelas históricas congregadas bajo el título de El quinteto del Islam,  ya ha publicado sus tres primeras entregas, A la sombra del granado (que transcurre en la Granada musulmana), El libro de Saladino y La mujer de piedra.

           Personaje inquieto donde los hayan, Tariq Alí también es realizador de cine, autor de guiones cinematográficos, y uno de los redactores de la prestigiosa New Left Review, de la que existe una versión castellana (Akal). En sus libros, Tariq no efectúa una defensa de la religión sino de una cultura árabe extraordinariamente rica de la que aquí mediáticamente se ofrece una versión reduccioncita, la de los fundamentalistas, que es, al decir de Tariq, como sí la historia del cristianismo se limitara a la Inquisición. Esta capacidad de explicar la historia a través de la percepción personal, el tono intimista para enfocar grandes acontecimientos, la actitud del que quiere saber, confieren a esta obra un valor añadido ya que permite que el lector profano quede prendado de la narración y absorba este ensayo como sí se tratara de una novela.

            Con una sinceridad a prueba de bombas, Tariq va desmenuzando las hipótesis de los intelectuales pentagonistas. Sostiene en su argumentación que lo que está ocurriendo no es otra cosa que una espantosa variante del retorno de la Historia. La llamada "guerra contra el terror" en nombre de la cual se arma a los tiranos y se bombardea a los pueblos, no es más que un "choque entre dos fundamentalismos"; de un lado, el religioso musulmán, producto de numerosas derrotas de las izquierdas en los países árabes, y de otro, el imperialista, que esconde sus propósitos de dominación proclamando que "Dios está con nosotros" (uno de los lemas preferidos por los nazis), y cantando aquello de "Dios bendiga a América", reforzando la tradición mesianista norteamericana según la cual Estados Unidos ocupa el lugar de Israel como el pueblo elegido y premiado por el Dios del Sinaí, al parece Wall Street compró las Tablas de la Ley a un comerciante de rifles llamado Moisés (Charlton Heston). Cada uno de estos fundamentalismos posee unos inveterados  rasgos distintivos, uno se reclama de yidads, otro de la modernidad tecnológica, y distan mucho de estar en pie de igualdad.

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Colapso y catástrofe en Irak

Robert Fisk

Queríamos darle a esta gente los frutos de nuestra civilización, pero no nuestra civilización en sí. COLAPSO Y CATASTROFE EN IRAK Altercom* Robert Fisk*

10 de diciembre de 2006

«El imperio romano esta cayendo». Ésto es, en una frase, lo que dice James Baker en el informe que el miércoles entregó al presidente de EEUU, George W. Bush, respecto a la marcha de la ocupacion de Irak y de Oriente Medio. El documento viene a constatar el fracaso de Estados Unidos en una region que ha llenado de odio y muerte.

«El imperio romano esta cayendo». Ésto es, en una frase, lo que dice el reporte Baker. Las legiones no lograron imponer su mandato en Mesopotamia. Craso perdió los estandartes de sus legiones en los desiertos de Siria e Irak, y lo mismo le ha ocurrido a George W. Bush. No hay ningún Marco Antonio que recupere el honor del imperio.

La política «no está funcionando». «Colapso» y «catástrofe», palabras que se escucharon en el senado romano en muchas ocasiones, estaban incrustadas en el texto del reporte Baker. ¿Y tú, James?

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