Gestos mediáticos, cambios de ubicación y poder político.
Salvador López Arnal
Lo sucedido, desgraciadamente, ha sido y es tan frecuente que probablemente sólo requiera un breve nota.
La señora Rosa Aguilar, la hasta ahora alcaldesa de Córdoba, alcaldía que alcanzó en las listas de IU y con los votos de los ciudadanos que apoyan esa organización política (yo mismo la hubiera votado, por ejemplo; no a ella concretamente, claro está, sino a la lista en la que figuraba), ha aceptado el ofrecimiento del nuevo presidente de la Junta de Andalucía, el señor José Antonio Griñán. Formará parte del gobierno andaluz como consejera de Obras Públicas y Transportes. Según ella misma ha señalado el talante humano que el señor Griñán imprime a su actuación política le ha conmovido y le ha acabado de convencer.
La señora Aguilar, que ha presentado su renuncia a la Alcaldía, ha declarado que entrará como «independiente» (sic) en el gobierno y que dejará sus cargos, todos sus cargos, en IU. Ha desarrollado con esfuerzo un profundo argumento sobre este punto: «sabía que la decisión de decir sí a Griñán significaba la desvinculación formal de IU porque no se puede estar en la oposición y en el Gobierno». Curiosamente, hasta ahora, no se ha dado de baja en la formación. Se trata, supongo, de provocar su expulsión para desgastar un poquito más a IU . ¡Qué brutos, que estalinistas, que dogmáticos que son! ¡Expulsan a Aguilar por aceptar un carguito en el gobierno! ¡Qué hay de malo en ello!
Todas estas declaraciones, no hace falta que lo indique, las ha realizado la señora Aguilar en una entrevista con la Cadena SER.
¿Recuerdan lo sucedido en las últimas elecciones legislativas? La señora Aguilar, entonces dirigente, no sólo militante, de IU, dijo públicamente, en un gesto mediático aireado a derecha e izquierda, que había votado a la lista del PSOE para el Senado. ¿Pasaba algo, comentó con coraje, orgullo político y decisión? No pasaba nada. Criticar su decisión, y el estudiado gesto mediático que la acompañó, hubiera sido una descortesía, una muestra de inflexibilidad.. Ella, como todos, hace lo que quiere. Nadie le tose. Punto y rompamos la discusión trasnochada sugerida por los dogmáticos sobre posiciones políticas y votaciones electorales.
¿Han escuchado sus intervenciones en la gran cadena del SER en el programa dirigido por la señora Nierga en los últimos tiempos? Repásenlas si pueden y analicen sus contenidos. Vean también, casualidad de casualidades, como son premiados políticamente algunos de los contertulios. Todos ellos, claro está, sinceros, modernos, muy majos, críticos de la derechona, muy comprensivos con el gobierno cuando es necesario y es “razonable”. Largo etcétera.
Sugerir que ese gesto, esas intervenciones, parecían transitar por un estudiado camino de cambio de ubicación y de aspiración a mayores cotas de poder, suena mal, suena a crítica infundada. A mirar el pasado con los ojos del hoy. Será eso. Pero cuesta entender que alguien que ha sido durante, pongamos, 25 o 30 años dirigente del PCE e IU, mano derecha del proyecto de Julio Anguita apenas diez años, uno de los dos principales cargos institucionales de IU en la actualidad, asesora áulica de Gaspar Llamazares durante años, pase a formar parte de un gobierno que no es fruto de ningún pacto con la fuerza política en la que milita sino continuador renovado de un proyecto hasta ahora fuertemente criticado, que forma parte además de un proyecto global que tiene a señores como Sebastián, Garmendía, Fernández de la Vega et alteri en posiciones dominantes, que tiene en el señor Belloch un curiosa alcalde opusdeísta, por no hablar de un presidente de gobierno que cuando empiezan a extenderse los ecos de las crisis el primer gesto que realiza es entrevistarse y dejarse fotografiar con el señor Botín, según personas informadas el máximo delincuente financiero de este país en cuya Jefatura máxima figura alguien que no está muy alejado de él en ese vértice.
«Cambio de actividad pero no de compromiso» ha afirmado la señora Rosa Aguilar. Será eso. Pero si ese es el caso, y parece ser el caso viniendo la afirmación de quien viene, ¿qué compromiso se ha mantenido hasta ahora? ¿Obran mal, no se enteran acaso, los militantes de base de IU y de EUiA cuando desconfían de los intelectuales, de los piquitos de oro, de los que llevan años y años en el ámbito institucional de la política cambiando de lista y ubicación? ¿Son tan burros, antiguos y dogmáticos como se suele decir?
PS: Hablando del grupo PRISA. He leído recientemente en rebelión, en un artículo de David Brooks publicado en La Jornada, que Andrés Oppenheimer, columnista del Miami Herald y, si no ando errado, también articulista de El País en el pasado y/o en la actualidad, ha escrito el siguiente comentario sobre Obama, Chávez, Galeano y Las venas abiertas de América Latina. Lean con atención, pongan sus cinco sentidos críticos, no se pierdan detalle: “Cuando Chávez le entregó un ejemplar en español del libro del autor uruguayo Eduardo Galeano, Las venas abiertas de América Latina, una diatriba cuyo tema de fondo es que la pobreza latinoamericana es causada por el imperialismo de Estados Unidos, Obama lo aceptó con una sonrisa. Cuando al presidente estadunidense le preguntaron más tarde los reporteros qué le parecía el regalo de Chávez, sonrió y dijo que ‘fue un gesto bonito… soy un lector’. Fue una respuesta curiosa, dado que el gesto de Chávez era el equivalente de regalarle Mein Kampf, de Adolf Hitler, a un presidente israelí”.
Los énfasis son míos. No hace falta que les diga que no creo que el señor Oppenheimer haya leído el inolvidable libro de Eduardo Galeano pero sí me atrevo a decir que una frase, una comparación de esa índole, aparte del sionismo de siempre y de la defensa encubierta del Estado sionista anexionista, es un insulto de tal tamaño, de tal abyección, de tal indignidad, que merece pasar a la historia universal de la infamia. ¿Lo guardamos en ese archivo?
