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¿Está tambaleándose India hacia el genocicio?

Harsh Mander

Dos recientes informes internacionales nos avisan de que India se encuentra en el borde del abismo del genocidio, el más grave de los crímenes contra la humanidad. La Convención sobre el Genocidio de las Naciones Unidas de 1948 aclara que la destrucción genocida busca exterminar a un grupo nacional, étnico, racial o religioso mediante el asesinato o dañando gravemente a sus miembros, o imponiendo deliberadamente condiciones de vida que buscan «causar su destrucción física total o parcialmente». Lo que distingue al genocidio de otros crímenes violentos es que las víctimas son atacadas por el único motivo de pertenecer al grupo estigmatizado.

Uno de los que hace sonar la alarma es Gregory Stanton, director y fundador de Genocide Watch. Su voz no es una de las que se puedan tomar a la ligera: predijo la masacre de los 800.000 tutsis en Ruanda cinco años antes de que tuviese lugar en 1994, y ha previsto con precisión muchos otros proyectos genocidas desde entonces. Avisa de que se podría producir un genocidio de los musulmanes en India. Identifica muchas «señales y procesos» tempranos de genocidio en India, como el odio estigmatizante hacia los musulmanes, su deshumanización –como llamarles termitas, por ejemplo– y muchos actos dirigidos de violencia de odio.

El otro informe, aún más desalentador y urgente en sus predicciones, es del United States Holocaust Memorial Museum. Reune pruebas de que India es el segundo más probable, de todos los países del mundo, de ser testigo de asesinatos en masa pronto. (El más probable es Pakistán, y a India le siguen Yemen y Afganistán). Su umbral para asesinatos masivos es cuando 1.000 o más civiles son asesinados deliberadamente por las fuerzas armadas (ya sean gubernamentales o milicias no estatales), durante un periodo de un año o menos, a causa de su pertenencia a un grupo particular. Espera que India se hunda en el derramamiento de sangre comunal por parte de grupos privados apoyados por el estado.

¿Pero estamos escuchando? Dentro de India también, voces influyentes y respetadas claman con una agitación apasionada similar. Incluye a intelectuales, jueces jubilados, funcionarios públicos de alto nivel jubilados, maestros y estudiantes, trabajadores de derechos humanos y, tardíamente, líderes políticos de la oposición. Sin embargo, la alta dirección del gobierno y el partido gobernante sigue resuelta. Después de todo, el proyecto hindutva requiere una ruptura radical, violenta, entre los hindúes de India y aquellos de los odiados “otros” que él crea: los musulmanes y cristianos de India. Nuestros líderes están más decididos que nunca a empujar al país a este horrible camino de odio, miedo y sangre.

Muchas «señales tempranas» se ven por todas partes. Solo hace falta tener ojos para ver, y corazón para sentir. Hay un discurso de odio generalizado e increíblemente tóxico. La cadena de televisión NDTV monitoriza los discursos de odio «VIP», o los discursos de odio de los principales líderes del gobierno o los partidos políticos, y descubre un asombroso aumento de. 1.130% durante el gobierno de Narendra Modi desde 2014, comparado con el régimen precedente. Desde solo 0,3 casos de discursos de odio VIP al mes durante el gobierno UPA-2, disparados a 3,7 por mes durante los años de Modi. Como era de esperar, el BJP contribuyó a más del 80% de estos casos. Dirigidos a veces por el primer ministro,  pero de manera mucho más estridente por su ministro del interior y varios ministros principales de estados de la Unión, esta pandemia de discursos de odio estigmatizan, se mofan, insultan y a veces incitan abiertamente a la violencia contra los musulmanes de india. Describen a los musulmanes como opresores intolerantes y violentos de los hindúes en la historia, como destructores de templos hindúes; y en la época contemporánea como antipatrióticos, leales a Pakistán, terroristas, depredadores sexuales, love jihadis [absurda teoría según la cual los musulmanes seducen a chicas hindúes para convertirlas], asesinos de vacas, criadores de niños a mansalva e infiltrados. Los cristianos son presentados como gente que astutamente despliegan donaciones del extranjero para sobornar a gente pobre para que se conviertan al cristianismo bajo el manto de los servicios humanitarios.

En reuniones públicas y a través de internet, toda una serie de otros partidarios de la derecha, desde gente en túnicas azafrán a jóvenes desempleados y gurús tecnológicos, son aún más sinceros en la expresión de su odio, llamando abiertamente a asesinatos en masa, violaciones en masa, boicots y expulsiones. A veces, para cubrir el expediente, se traza una delgada línea oficial declarando distanciarse de estos elementos «frikis». Pero es ciertamente delgada porque estos traficantes de odio raramente son castigados, muchos son en cambio promocionados a cargos dentro del partido. Mi petición al tribunal supremo para que al menos se abran diligencias policiales contra los líderes del BJP que hicieron provocativos discursos de odio que incendiaron la violencia comunal en Delhi en 2020 recibió una enérgica oposición oficial y no llegó a ninguna parte. El primer ministro incluso «sigue» a algunos de los más venenosos superdifusores de odio en Twitter.

Otros signos de temor incluyen, por supuesto, la otra pandemia, la violencia de odio implacable contra los musulmanes de la India. Los brutales linchamientos por turbas en nombre de la protección de las vacas se han vuelto rutinarios. Un niño es golpeado por beber agua en un templo, un joven por atreverse a vender brazaletes a niñas hindúes, otro por vender carne, pero cada vez más personas son golpeadas solo por el único delito de ser visiblemente musulmanas o por gestionar lugares de culto cristianos.

Las más preocupantes son las acciones del estado que abiertamente tienen como objetivo a los musulmanes. Genocide Watch está preocupada en especial por el impacto potencial de la Ley de Enmienda a la Ciudadanía de 2019, estableciendo siniestros paralelos con Myanmar, donde los rohingya fueron primero declarados no ciudadanos, y luego atacados brutalmente y expulsados. La puesta en marcha del Registro Nacional de Ciudadanos Indios junto con la Ley de Enmienda a la Ciudadanía es también una pesadilla por los aterradores ecos de las leyes de Nuremberg en la Alemania nazi. Muchos gobiernos están aprobando leyes de «love jihad» que permiten a la policía criminalizar a hombres musulmanes que se han casado con mujeres hindúes con consentimiento mutuo. Un gran número son encarcelados todavía bajo leyes de seguridad nacional presuntamente por comerciar con carne de vacuno. El ministro principal de Assam lanza una campaña para limpiar selectivamente «ocupaciones» por parte de musulmanes y anuncia que estas tierras serán asignadas a personas «indígenas».

Para los partidarios del establishment gobernante es tentador desestimar las afirmaciones sobre un posible genocidio como alarmistas, maliciosas y motivadas por la interferencia «extranjera», no como esfuerzos «para alertar la conciencia nacional». Pero el informe del Holocaust Memorial Museum avisa de los peligros de esta negación. «Sabemos por el Holocausto lo que puede suceder cuando no se escuchan las primeras señales de advertencia». Nos recuerda que «el genocidio y los crímenes relacionados contra la humanidad son devastadores por su escala y alcance; en las cicatrices duraderas para los supervivientes y sus familias y el trauma a largo plazo que causa en las sociedades».

¿Escucharemos al pastor de Alemania oriental hablando con Susan Neimer de lo que otros países pueden aprender de Alemania? «Pueden aprender», declaró, «que ningún país, ninguna cultura, ninguna religión es inmune a caer en el abismo en el que nosotros caímos. Y una vez empieza, siempre habrá gente que cerrará su conciencia y se pondrá de lado del hombre fuerte.»

¿Podemos reconocer que nuestros líderes han llevado a India al borde mismo del abismo? Mi desesperada esperanza es solo que seamos suficientes los que no cierren su conciencia.

Harsh Mander es Richard von Weizsacker Fellow y presidente del Centre for Equity Studies.

Traducción de Carlos Valmaseda

Fuente: The Wire (https://thewire.in/communalism/is-india-lurching-into-a-genocide)

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