Entrevista a Carlos Bravo sobre la central nuclear de Garona
Salvador López Arnal
Entrevista a Carlos Bravo sobre la central nuclear de Garona: “[…] este organismo ha aceptado conceder la prórroga pedida por Nuclenor, a pesar de que la central de Garoña ha incumplido varios de los requisitos que el CSN previamente les había exigido para prorrogarle la licencia: la substitución del cableado eléctrico y solventar los reiterados problemas de la ventilación de emergencia de la contención”
Biólogo, nacido en Madrid. Es desde 1991 responsable de la campaña antinuclear del departamento de Cambio Climático y Energía de Greenpeace España. Desde esa fecha hasta 2003 compatibilizó esa posición con la de responsable de la campaña de Desarme, período en la que se trabajó en campañas como la de la prohibición de las minas antipersonales, la campaña contra el secretismo en el comercio de armas o contra la Guerra de Irak..
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¿Podrías trazar una pequeña historia de la central nuclear de Garona? ¿Quiénes son los propietarios de la central?
La central nuclear de Garoña está situada en el paraje inigualable del Valle de Tobalina, al norte de la provincia de Burgos, a ocho kilómetros de la maravillosa ciudad medieval de Frías y a solo cinco kilómetros de Álava, territorio histórico de la Comunidad Autónoma de Euskadi. A sólo 45 kms. en línea recta de la ciudad de Vitoria y a 80 kms de Bilbao.
Esta central (un reactor de agua en ebullición, BWR en sus siglas en inglés) fue diseñada por General Electric en los años 60 del siglo pasado para operar durante 25 años. Su Autorización de Puesta en Marcha se otorgó el 30 de octubre de 1970. Fue inaugurada por Franco en 1971, y con 38 años de antigüedad, la central nuclear de Santa María de Garoña es la única de «primera generación» que sigue en funcionamiento en España (tras el cierre de Vandellós-1, en Tarragona, por un grave accidente, y Zorita, en Guadalajara, en 2006, por motivos de seguridad). Nuclenor (50% Endesa- 50% Iberdrola) es la compañía propietaria de esta central nuclear de Garoña.
Y el próximo día 5 de julio finaliza el permiso de explotación…
Efectivamente. El próximo día 5 de julio finaliza el permiso de explotación de la central nuclear de Garoña. En 1999, el Gobierno le concedió, previo informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), un permiso de funcionamiento de 10 años, el cual expira ahora.
En 2006, Nuclenor solicitó al CSN una prórroga de otros 10 años, a conceder cuando en 2009 acabara el permiso vigente. El CSN se pronunció el pasado 5 de junio de forma favorable a esa solicitud de prórroga.
Este informe del CSN es preceptivo pero, al ser favorable a la continuidad, no es vinculante para el Gobierno (los informes del CSN solo son vinculantes para el Gobierno en caso de ser negativos).
Así pues, antes del 5 de julio, el Gobierno socialista debe decidir sobre el futuro de Garoña: si asume el informe del CSN, o si cumple su compromiso electoral y ordena su cierre ahora en julio de 2009, o alguna solución distinta.
¿Por qué creéis que hay que cerrar la central?
Como se ha dicho, Garoña es de un tipo muy antiguo de reactor denominado BWR (reactor de agua en ebullición), ya desechado en las nuevas generaciones de reactores, que está “fuera de normativa”, no cumple ni siquiera con los estándares de seguridad que se exigen internacionalmente en la actualidad.
El reactor nuclear de Garoña está muy “tocado”. Su deterioro y envejecimiento son muy evidentes, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que su tecnología está obsoleta; quiere esto decir, que tanto su diseño, sus materiales, como sus procesos de fabricación no han sido los adecuados. Ya su diseñador, General Electric, en los años 70 cambió el diseño de estos reactores hasta en seis ocasiones.
Prueba de su deterioro y envejecimiento, es que el reactor nuclear de Garoña está afectado por un fenómeno destructivo denominado agrietamiento por corrosión bajo tensiones (Stress Corrosion Cracking, SCC). Este fenómeno ha producido el agrietamiento generalizado de unos elementos denominadas “manguitos”, que están soldados al casquete inferior de la vasija del reactor, formando conjuntamente una unidad estructural. Se trata de 97 conexiones, cuya función es la de soportar los tubos guía por los que se desplazan, nada más y nada menos, las barras de control de las reacciones nucleares. Del total mencionado, se tiene constancia, hasta el momento, de que 67 elementos están agrietados, por eso se considera el deterioro generalizado.
¿67 elementos dices?
Efectivamente digo bien. La prueba de que estamos ante un problema de envejecimiento muy preocupante es que el deterioro se ha producido de una manera progresiva, continuada e intensa a lo largo de sus 38 años de operación.
Los agrietamientos han seguido propagándose hasta la fecha. Se han ido detectando en las inspecciones del CSN en las paradas de 1999, 2001, 2004, 2005 y todavía, en la última inspección de recarga de febrero/marzo del 2007, han seguido produciéndose. En 1994 se detectaron las roturas de las soldaduras de la envolvente del núcleo del reactor, otro elemento importante relacionado con la seguridad del equipo. Se trata de otro problema que pone de manifiesto, una vez más, los fallos de diseño y fabricación de elementos importantes en este tipo de reactores antiguos. También ha habido varios defectos en otros componentes internos del reactor, mencionados en el informe del CSN del 2005. Todos estos elementos son considerados por el CSN componentes relacionados con la seguridad del reactor. Lo grave de estos problemas es que los agrietamientos de estos elementos del reactor son imparables y no han sido solucionados hasta la fecha.
Conocida como la «central de las mil y una grietas», su vida útil está ya más que agotada, como demuestran los graves problemas de agrietamiento por corrosión que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor y del resto del circuito primario. Problemas técnicos de gran calado, imposibles de solucionar, a los que se suman los continuos errores humanos en la operación de la central, que hacen que su Cultura de Seguridad pueda calificarse de muy deficiente.
Se ha hablado durante estos últimos días del informe emitido por el consejo nuclear. ¿Quiénes componen el consejo? ¿Qué atribuciones tiene?
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es un cuerpo técnico, teóricamente independiente de la industria nuclear, a la que regula y debe controlar, y del Gobierno, y que debe rendir cuentas ante el Parlamento. Según la Ley: “la Misión del Consejo de Seguridad Nuclear es proteger a los trabajadores, la población y el medio ambiente de los efectos nocivos de las radiaciones ionizantes, consiguiendo que las instalaciones nucleares y radiactivas sean operadas por los titulares de forma segura, y estableciendo las medidas de prevención y corrección frente a emergencias radiológicas, cualquiera que sea su origen”.
Es un órgano colegiado dirigido por 5 Consejeros, designados por los partidos políticos mayoritarios, y cuyo nombramiento debe pasar por la Comisión de Industria del Congreso. En la práctica, siempre se han repartido así: 2 por el PSOE, 2 por el PP, 1 por CiU.
La realidad es que es un organismo pronuclear, supeditado a los intereses de la industria nuclear y de las compañías eléctricas. No hay más que ver la lamentable actuación del CSN en 2004-2005 en el caso del accidente de Vandellós-2 (sobre el cual se creó una Comisión de investigación en el Congreso de los Diputados, a partir de que Greenpeace desvelara el escándalo) con la rotura del sistema de refrigeración de aguas esenciales; o la vergonzante actuación del CSN en el caso, también desvelado por Greenpeace, del escape radiactivo de Ascó-1 en 2007-2008; o más recientemente el dictamen del CSN sobre la prolongación del permiso de funcionamiento de Garoña.
Por no hablar del origen profesional (sector nuclear y compañías eléctricas, principalmente) y sus tendencias ideológicas en torno al átomo (pronucleares) de la mayor parte de los Consejeros actuales y pasados del CSN.
El informe del consejo nuclear parece apuntar que la central tiene posibilidades técnicas de seguir funcionando, que con las correspondientes correcciones puede pasar el control de seguridad. ¿Es así? ¿Se trata de un mero informe técnico? Por lo que sé Greenpace ha decidido que recurrirá a los tribunales el informe del CSN ya que este organismo habría vulnerado su propia normativa al no abrir un proceso de elaboración del informe a la participación pública.
El Consejo de Seguridad Nuclear emitió su informe sobre la prórroga de funcionamiento solicitada por Nuclenor para Garoña, cuya licencia de explotación vence el próximo 5 de julio.
Como era de esperar, dado el carácter pronuclear del CSN, y era un secreto a voces desde hace meses entre el lobby nuclear, este organismo ha aceptado conceder la prórroga pedida por Nuclenor, a pesar de que la central de Garoña ha incumplido varios de los requisitos que el CSN previamente les había exigido para prorrogarle la licencia: la substitución del cableado eléctrico y solventar los reiterados problemas de la ventilación de emergencia de la contención. Es decir, el examinado no ha cumplido ni siquiera con los mínimos requisitos técnicos exigidos por el examinador, y éste, en una lamentable decisión, política (de apoyo a la industria nuclear) y no técnica, decide hacer la vista gorda ante esos incumplimientos y darle el aprobado.
Además, el CSN ha minimizado el grave estado de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a elementos de la vasija del reactor y otros elementos del circuito primario, con un nivel de afectación que no tiene parangón con ninguna otra central del mismo tipo en Estados Unidos u otros países.
Creo que Greenpeace recurrirá ese dictamen…
Sí. Greenpeace recurrirá ese dictamen porque, a su entender, el CSN ha incumplido la ley en la realización de este informe por dos motivos: por no haber abierto este proceso a la participación pública y por no haber motivado sus conclusiones.
Por otra parte, es ridículo decir, como afirman en Nuclenor, que la central está mejor ahora que antes, o afirmar, respecto al diseño original de la planta: “Pero queda poco de aquello, casi todo se ha ido cambiando», obviando los graves problemas de agrietamiento por corrosión que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor (el barrilete, las penetraciones de las barras de control) y del resto del circuito primario, problema que no tiene solución y que empeora inexorablemente con el tiempo, como reconoció el propio Consejo de Seguridad Nuclear ante el Congreso de los Diputados.
Por si fuera poco, la central nuclear de Garoña no cumple ni siquiera con los mínimos requisitos que le había exigido el CSN con respecto a la prórroga solicitada. De hecho, Nuclenor ha pedido al CSN aplazar el cumplimiento de dos de los 10 puntos que el CSN les exigió: la renovación del cableado eléctrico y la mejora de la ventilación de emergencia en el edificio de contención, y ha propuesto realizarlos en las paradas de recarga de 2011 y 2013. También por estos incumplimientos el CSN debería haber informado negativamente la solicitud de prórroga de Nuclenor.
Pero, desde diversas instancias, incluidos los trabajadores de la central, se insiste en que la central es segura si se alarga su vida hasta 2011, que en este caso no es necesario instalar un nuevo sistema de tratamiento de gases radiactivos en caso de accidente.
Lo que está pasando es lamentable. Si ya el dictamen del CSN del pasado 5 de junio fue una vergüenza, como hemos visto, lo que ha sucedido posteriormente ha sido aún peor. El Ministro de Industria, Miguel Sebastián, recabó a posteriori nuevos informes del CSN sobre escenarios de prórroga a Garoña de 2, 4 y 6 años, que sorprendentemente fueron realizados por el CSN en un tiempo récord de 48 horas. En esos nuevos informes, el CSN rebajaba sus exigencias iniciales a Garoña, en caso de que continuara en operación por esos plazos más breves.
El programa del PSOE, ¿obliga al gobierno a cerrar Garona? El señor Felipe González, el asesor del señor Carlos Slim, ha asegurado que no es el caso, que tal como está redactado no les obliga en absoluto.
El PSOE incluyó en su programa electoral y de gobierno el compromiso de “sustituir de forma gradual la energía nuclear en España por energías seguras, limpias, y menos costosas, cerrando las centrales nucleares de forma ordenada en el tiempo al final de su vida útil, dando prioridad a la garantía de seguridad y con el máximo consenso social, potenciando el ahorro y la eficiencia energética y las energías renovables, la generación distribuida y las redes de transporte y distribución local”.
El pasado 12 de mayo, durante el Debate del Estado de la Nación, preguntado en concreto sobre si iba a ordenar el cierre de la central nuclear de Garoña al vencimiento de su permiso de explotación, el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respondió que sería coherente con sus convicciones y sus compromisos.
Actualmente se dan las condiciones para que el Gobierno socialista y su Presidente sean coherentes con su compromiso de abandonar la energía nuclear y ordenen el cierre inmediato y definitivo de la central: la escasa contribución energética de la central nuclear de Garoña está sobradamente compensada por la aportación de las energías renovables, sin Garoña, la seguridad del suministro eléctrico seguirá estando garantizada; su vida útil está agotada; existe además un amplio consenso social a favor de su cierre.
Por todo ello, Greenpeace considera que el Gobierno socialista debe anunciar sin más demora su decisión de cerrar definitivamente la central nuclear de Garoña el día 5 de julio de 2009, cuando vence su permiso de explotación, dado que no hay ningún obstáculo energético, técnico ni económico que lo impida.
Pero diversas voces señalan que la energía nuclear, en general, es insustituible para el suministro, que Garona sigue siendo necesaria
Más en detalle: sin la central nuclear de Garoña el suministro eléctrico seguirá estando totalmente garantizado. Un dato que lo demuestra es que en 2008 los intercambios internacionales de electricidad de España se saldaron con la exportación neta de una cantidad equivalente a tres veces la producción eléctrica de Garoña.
En efecto, la contribución energética de la central nuclear de Garoña es escasa (el 1,2% del total, en 2007) y está sobradamente compensada por la aportación de las energías renovables. En comparación, las energías renovables aportaron en 2007 un 23% del total de la electricidad generada (un 3% más que todas las centrales nucleares juntas). Simplemente el incremento de la producción de electricidad renovable en 2007 con respecto al 2006 supuso casi el doble de la aportación de la central nuclear de Garoña en 2007.
Tampoco hay obstáculos económicos para su cierre, pues esta central está ya más que amortizada desde hace años.
Entonces, ¿por qué las presiones para la prórroga?
Las presiones del lobby nuclear y de Nuclenor para evitar a toda costa el cierre de Garoña, sólo buscan satisfacer sus intereses económicos explotando una central nuclear obsoleta y peligrosa (pero sobradamente amortizada), sin importarles poner con ello en riesgo la salud de la población y el medio ambiente y obstaculizar la implantación de un sistema energético 100% renovable.
Numerosas organizaciones sociales, ecologistas, vecinales y políticas reclaman desde hace años el cierre de Garoña, petición hecha también desde instituciones como el Parlamento vasco, el Gobierno Vasco, el Parlamento de La Rioja, el Parlamento de Aragón, el Parlamento de Navarra y la Diputación Foral de Álava, entre otras.
En cuanto a las declaraciones de González.
A lo que se refiere Felipe González, el ex Presidente del Gobierno, es a que el programa electoral del PSOE habla de cerrar las nucleares “al final de su vida útil”, y que ese concepto, al no estar concretado numéricamente en el programa electoral del PSOE, puede ser interpretado como se quiera, según González. El Sr. González, como todo el lobby nuclear, quiere interpretarlo como que sea de 60 o más años. Pero en realidad la vida útil técnica de un reactor nuclear ronda los 25 años. Así viene a demostrarlo el que la vida media de los 117 reactores cerrados hasta ahora en el mundo ha sido de 22 años. En la práctica, al ser un concepto jurídicamente indeterminado, son los Gobiernos los que lo determinan. Así en Alemania, se ha fijado la vida útil en 32 años para cada reactor. Zapatero ha usado una cifra del propio CSN para fijarla en 40 años, como aseguró en una de sus recientes intervenciones en el Congreso. Por eso Zapatero ha hablado de que Garoña cerrará en 2011, al final de su vida útil.
Por otra parte, Felipe González siempre utiliza datos falsos o medias verdades para confundir al ciudadano en su campaña de defensa de la energía del átomo. Como el argumento manido, pero completamente falso, de que dependemos de forma importante de la importación de electricidad nuclear francesa. Convendría que alguien explicara al Sr. González que España es exportadora neta de electricidad desde hace años.
No creo que el señor González ignore un dato como ése
Por si acaso. Los intercambios internacionales de electricidad del sistema eléctrico español registraron en 2008 un saldo exportador de 11.221 Gigawatios-hora (GWh), un 95% superior al de 2007, según datos de Red Eléctrica Española (REE). En concreto, España exportó en 2008 una cantidad de electricidad equivalente a la producida por tres centrales nucleares como la de Garoña. La comparación de esa cantidad con la producción eléctrica media de Garoña en los últimos años (3.837 GWh en 2006; 3.478 GWh en 2007; 4.021 GWh en 2008), evidencia que nuestra capacidad de exportación de electricidad ya en 2008 era tres veces superior a la producción de electricidad anual de Garoña.
En tu opinión, ¿quiénes componen el lobby nuclear español?
En España quienes más pesan son las compañías eléctricas que operan centrales nucleares, pero hay que sumar los fabricantes de equipos nucleares, las ingenierías nucleares…. más el propio CSN. Y todos ellos apoyados por el Foro Nuclear, una organización financiada por empresas privadas y públicas del sector, que se encarga de la propaganda pronuclear, de difundir intoxicaciones y mentiras….
¿Habéis calculado el coste del desmantelamiento de una central como la de Garoña?
No. Es un proceso costoso, por lo que se sabe de la experiencia, muy limitada todavía, en el mundo.. En España el desmantelamiento de las centrales nucleares y demás instalaciones del ciclo nuclear y la gestión de los residuos radiactivos lo pagamos mayoritariamente los usuarios de la luz a través de la tarifa, no las compañías propietarias, que una vez cerradas las centrales nucleares transfieren el “muerto” a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA). La gestión de residuos radiactivos en España nos saldrá, sólo hasta el 2070 (después nadie se atreve a calcular) en más de 13.000 millones de euros.
¿Habéis pensando en el futuro de los trabajadores de la central? No parece que el futuro que les espera sea muy halagüeño. Ellos defienden su puesto de trabajo. En una situación de crisis como la que estamos viviendo, no se vislumbran pasajes maravillosos…
Según información de la propia Nuclenor, a la cual ha tenido acceso Greenpeace, la central nuclear de Garoña tiene una plantilla de 323 trabajadores fijos. Ni 600 ni 1.000, ni 1.600, como se ha dicho en otras informaciones. Esas cifras infladas son falsas.
Al igual que es falso el dato de que la industria nuclear genera en España 30.000 puestos de trabajo. Según datos de un estudio de Comisiones Obreras de 2006, el sector nuclear contaba en 2005 con 4.124 empleados de los cuales el 52,8% pertenecían a la plantilla fija de las centrales nucleares. Estas cifras de empleo en las centrales nucleares aumentaban a 10.930 durante el periodo de recarga de las centrales, de los cuales el 20% pertenecía a la plantilla de la central.
Por el contrario, las energías renovables sí son generadoras de gran cantidad de empleos estables y de calidad. Según datos de Comisiones Obreras, en un informe de febrero de 2008, en España el sector de las energías renovables generaba -ya a finales de 2007- 89.000 empleos directos (y 99.681 indirectos). En Alemania, en 2006 el sector de energías renovables dio empleo a 235.000 trabajadores, un incremento del 50% sobre los dos años anteriores
El sector de las energías renovables tiene una capacidad de creación de empleo muy superior al sector nuclear ya que, de todas las formas de producir energía, es la que crea menos puestos de trabajo.
Así, Iberdrola y Endesa pueden recolocar fácilmente a esos 323 trabajadores en otras de sus áreas de actividad, como las renovables.
No obstante, con el desmantelamiento de la central aumentarán los puestos de trabajo en la zona. El cierre de la planta no perjudicará al empleo porque el desmantelamiento de una central es un proceso largo y generador de puestos de trabajo.
Las organizaciones ecologistas pedimos además que el desmantelamiento de la central venga acompañado de un plan de desarrollo alternativo de la comarca financiado por la Administración central y autonómica.
Pero el comité de empresa de la central ha anunciado que acudirá al Parlamento europeo a reivindicar la renovación de Garona hasta 2019. ¿Están mal informados los trabajadores? ¿Alguien les está manipulando? ¿Defienden bien sus intereses?
Todo el mundo entiende que los trabajadores defiendan sus puestos de trabajo o negocien las mejores condiciones ante una eventual perdida de los mismos. Pero lo lógico es que lo hagan ante sus empleadores: en este caso Iberdrola y Endesa. Estas empresas, que tienen miles de trabajadores, pueden perfectamente recolocarles en otras áreas de actividad de las mismas, como hizo Unión Fenosa con los trabajadores de la central nuclear de Zorita cuando ésta se cerró en 2006. Recolocaciones u otras medidas. Pero no, los trabajadores y el comité de empresa de la central dejan en paz a Iberdrola y Endesa y en cambio van a protestar ante el Congreso de los Diputados o ante La Moncloa.
En realidad, todo forma parte de la campaña, muy bien orquestada, del lobby nuclear en defensa de sus intereses económicos. Para muestra lo siguiente. El pasado 23 de junio recibí, supongo que error, un mensaje de correo electrónico del Foro Nuclear que animaba a participar en la concentración del día siguiente de trabajadores de la Central Nuclear de Santa María de Garoña en las puertas del Congreso de los Diputados para apoyar la continuidad del funcionamiento de la central hasta el año 2019. Y decía el mensaje: “Os agradecemos que, en la medida de lo posible, acudáis a esta convocatoria y favorezcáis que las personas del sector acudan, ya que se trata de una medida de apoyo a la supervivencia, no solo a la central, sino del conjunto del sector nuclear español”. Más claro, agua.
Después de Garona, vendrán otras centrales. ¿Estáis por el cierre de todas las centrales nucleares españolas?
Sí. Greenpeace plantea que se ponga en marcha un plan de cierre progresivo pero urgente de las centrales nucleares, empezando inmediatamente por Garoña. Según nuestros cálculos, simplemente manteniendo el ritmo de instalación de potencia renovable de los últimos años, el parque nuclear español podría quedar totalmente clausurado en 2018, de forma progresiva a partir de ahora mismo con el cierre de Garoña.
¿Cuáles son entonces las fuentes energéticas que defendéis?
La viabilidad técnica y económica de un sistema de generación eléctrica basada al 100% en energías renovables, que nos permitiría luchar de forma eficaz contra el cambio climático al tiempo que se abandona la energía nuclear, es un hecho ya comprobado científicamente. En efecto, un informe del Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IIT) de la Universidad Pontificia Comillas, encargado por Greenpeace, ha demostrado que existen numerosas combinaciones de las distintas tecnologías renovables (solar termoeléctrica, eólica terrestre, eólica marina, biomasa, solar fotovoltaica, hidroeléctrica, energía de las olas y geotérmica) que permitirían satisfacer al 100% la demanda eléctrica peninsular, las 24 horas del día, los 365 días del año, a un coste menor que el de un sistema basado en las tecnologías convencionales.
El estudio ha tenido en cuenta tanto las limitaciones que surjan en el sistema como las distintas restricciones en cuanto a disponibilidad de recursos, ambientales, usos del suelo y acoplamiento temporal demanda-generación-transporte. En suma, la energía nuclear es prescindible.
Del citado estudio se deduce que por sus características de funcionamiento dentro del sistema eléctrico, las centrales nucleares son un gran obstáculo para el despliegue a gran escala de las energías renovables.
Ya en 2007, las energías renovables aportaron en España un 23% del total de la electricidad generada (un 3% más que todas las centrales nucleares juntas). La contribución de las renovables fue de 62.081 Gwh, un 9,61% (5.969 GWh) superior a la del año anterior.
Es imprescindible iniciar ya el diseño de sistemas en que se combinen las distintas tecnologías en un mix 100% renovable que nos permita en todo momento cubrir la demanda — y ya ha quedado demostrado que se trata de un objetivo posible. Por otra parte, existen márgenes importantísimos para el ahorro y la eficiencia energéticos — derivados de la gestión de la demanda y también de las nuevas tecnologías — que permiten imaginar un mundo con un menor consumo energético.
Sigue siendo la energía nuclear una energía cara y peligrosa, en tu opinión.
Sí. Es un desastre económico, que perdió hace tiempo la batalla de la competitividad económica en unos mercados energéticos cada vez más liberalizados. Y, de forma más reciente, ahí está para demostrarlo el fiasco nuclear de Finlandia, donde el buque insignia del tan publicitado “renacimiento” nuclear, el reactor Olkiluoto-3, está haciendo aguas por todos lados: oficialmente se admiten ya más de tres años de retraso sobre el calendario previsto (se dijo que estaría terminada en 2009, y como muy pronto lo estará en el 2012), sobrecostes multimillonarios (terminará costando entre 5.000 y 6.000 M€, cuando se afirmó inicialmente que su coste sería de 2.500 M€; ya se reconoce oficialmente un coste de más de 4.000 M€) y más de 2.000 defectos de diseño. Y eso que lleva sólo 3 años en construcción…
Actualmente, la energía nuclear proporciona un 6% de la energía primaria que se consume en el mundo, un porcentaje que lleva décadas disminuyendo paulatinamente. A pesar de esa escasa participación a nivel global, su utilización ha provocado ya una serie de graves problemas medioambientales, sociales y económicos de trascendencia internacional.
Esta energía no sólo no ha logrado resolver sus problemas de seguridad, sino que además ha dejado evidencias claras de su capacidad de generar catástrofes, como la de Chernóbil. Ha producido residuos radiactivos, que debido a su alto nivel de radiactividad, que se prolonga durante cientos de miles de años, y a su elevado potencial radio tóxico, suponen un importante problema ambiental y de salud pública, y también económico, que la industria atómica ha sido incapaz de resolver en sus más de 50 años de existencia. Por otro lado, sus pretendidos usos pacíficos han contribuido a la proliferación de armas nucleares.
Pero el señor Pedro Rivero, el presidente de la patronal eléctrica, acaba de declarar que el problema de los residuos radiactivos está resuelto, que la basura atómica “está perfectamente en las piscinas de las centrales”.
Eso es otra mentira del lobby nuclear, el problema de los residuos radiactivos no está resuelto en ningún lugar del mundo. Las piscinas de refrigeración del combustible nuclear gastado (que son residuos de alta radiactividad) de las centrales son una mera opción temporal de almacenamiento de este peligroso material, no es ninguna solución definitiva. Además, en sí mismo no es un sistema seguro: al necesitar refrigeración activa de forma continua, puede haber accidentes si este aporte de agua se interrumpe y el nivel de agua de la piscina baja de ciertos niveles. En cualquier caso: la existencia de almacenamientos temporales de residuos radiactivos, como las piscinas de las centrales, demuestra que la industria nuclear no ha sido capaz de encontrar una solución técnica satisfactoria al inmenso problema que suponen los residuos radiactivos que esta industria genera, y cuya peligrosidad permanecerá durante decenas de miles de años. Simplemente por esto, los residuos radiactivos son la prueba más clara de la insostenibilidad de la energía nuclear.
Además, en su funcionamiento rutinario, las centrales nucleares emiten al medio ambiente radiactividad: efluentes gaseosos radiactivos mediante la chimenea dedicada al efecto y efluentes líquidos radiactivos al mar, al embalse o al río del que depende para su refrigeración.
Finalmente., ¿qué opinión te merecen las posiciones nucleares de Patrick Moore, el fundador de Greenpeace? Moore ha declarado en su reciente visita a España invitado por el Foro Nuclear que la energía nuclear es, quizás, el mayor avance científico de toda la historia de la humanidad.
Patrick Moore fue efectivamente uno de los fundadores de Greenpeace en 1971, pero hace más de 25 años que dejó de ser parte de Greenpeace. Su postura era incompatible con Greenpeace y tuvo que marcharse de la organización. De forma poco coherente con sus planteamientos iniciales fundó una consultora ambiental que se ha dedicado desde entonces a defender, entre otras cosas, la matanza de focas, la tala a matarrasa de bosques primarios en Canadá, la energía nuclear como solución al cambio climático, al tiempo que, en otros foros, niega o minimiza, según convenga, la existencia de este problema. Pura contradicción, y un montón de mentiras, por parte de un ex ecologista que se pasó al bando de los que destruyen el medioambiente. Es lamentable que siga usando todavía, más de 25 años desde que se vio forzado a dejar Greenpeace, su condición de antiguo miembro de la organización para elevar su caché y conseguir charlas pagadas por los lobbies y/o grupos empresariales que impactan sobre el medio ambiente y luego tratan de lavar su imagen usando a este tipo de mercenario. Y más patético aún que el Foro Nuclear use a este tipo de personas que se han cambiado de chaqueta con el propósito de confundir a la gente sobre lo que piensan los grupos ecologistas.
Gracias. Gracias por tu tiempo y por tus precisas argumentaciones.