Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Homo omnis, una nueva criatura

Salvador López Arnal

Reseña de: Gaia Vince, Trascendencia. La evolución humana mediante el fuego, el lenguaje, la belleza y el tiempo, Vilassar de Dalt: Biblioteca Buridán, 2021, 354 páginas.

 

Es posible que consideren excesivamente simples –o necesarias de muchos matices– algunas afirmaciones de Gaia (nombre más que oportuno: «escritora interesada en la interacción entre los humanos y el entorno planetario») Vince como las siguientes: «Aunque algunas de las hambrunas del siglo XX las causaron unos políticos que defendían dogmas anticientíficos», «Los humanos ahora vivimos más y mejor que nunca», «nos hemos desviado de la senda evolutiva seguida por todos los demás animales y ahora mismo estamos a punto de convertirnos en algo más grande y más maravilloso», «Todavía nos peleamos, pero la proporción de la población que muere en una guerra se ha reducido», «Homni hace que las guerras globales sean menor probables, en parte debido a la amenaza nuclear», «la abolición de la esclavitud, el reconocimiento de los derechos de las mujeres, el cuidado de la salud universal son cosas que en su día parecían impensables pero que fueron impulsadas por unos cuantos individuos y que cambiaron la vida de millones de personas», «a medida que el entorno que nos ha creado está siendo transformado por nosotros, nos estamos convirtiendo en nuestra mayor trascendencia», «la cultura acumulativa humana aumenta en complejidad y diversidad a lo largo de las generaciones para gobernar soluciones cada vez más eficientes a los desafíos de la vida», «desde comienzos del siglo XIX, el bienestar para la gente ordinaria aumentó de manera significativa, principalmente debido a los avances científicos en agricultura y medicina. Hoy tenemos el suministro de comida más rápido, abundante y asequible de toda la historia humana», o que les sorprenda que Vince, tras citar un pasaje del Fedro, escriba: «escrito por Platón (un discípulo de Sócrates)». Pelillos a la mar, sin ninguna importancia. Trascendencia es un excelente (y muy erudito y actualizado) libro de divulgación científica seria, otro más de esta biblioteca imprescindible dirigida por Josep Sarret Grau, traductor del ensayo.

Trascendencia. La evolución humana mediante el fuego, el lenguaje, la belleza y el tiempo (estructurado en seis apartados –Génesis, Fuego, Palabra, Belleza y Tiempo– y catorce capítulos: 1. Concepción 2. Nacimiento. 3. Paisajismo. 4. Construyendo el cerebro. 5. Palancas culturales. 6. Historias. 7. Lenguaje. 8. Decir. 9. Pertenencia. 10. Baratijas y tesoros. 11. Constructores. 12. Relojes. 13. Razón. 14. Homni) es, en palabras de la autora, la notable historia de una evolución de le ha cuativado completamente. Todo se basa, sostiene, en una relación especial entre la evolución de nuestros genes, entorno y cultura (lo que llama la «tríada evolutiva humana»). Esta tríada, que se refuerza mutuamente y contribuye por igual, crea nuestra extraordinaria naturaleza, «una especie cuyos miembros poseen la habilidad no solo de ser simplemente objetos de un cosmos transformativo, sino también la de ser agentes de su propia transformación» (¡Casi la XI tesis sobre Feuerbach!).

Algunas, pocas, de las consideraciones centrales que Vince (que ha formado parte de la redacción de Nature y New Scientist, y colaborado en Scientific American) presenta y desarrolla en el libro:

1. Toda vida se forma a partir de la materia del universo, y nosotros los humanos somos fundamentalmente un microcosmos del gran cosmos. «El agua que circula por los ríos de nuestro planeta, igual que la sangre que circula por las venas y arterias de nuestro cuerpo, tiene su origen en los cometas».

2. La cultura humana (información aprendida expresada en nuestras herramientas, tecnologías y comportamientos) se basa en nuestra capacidad de aprende otros y en la expresar nosotros mismos este conocimiento. No somos, señala Vince, la única especie que ha desarrollado una cultura, «pero la nuestra es mucho más flexible: es acumulativa y evoluciona». La evolución cultural, que la autora considera acumulativa, ha demostrado ser un actor decisivo en la historia de la vida en la Tierra, «la evolución no la han impulsado exclusivamente los cambios en el entorno y los genes; la cultura también desempeña un papel», un papel que a diferencia de la evolución biológica no actúa sobre el individuo sino que «la selección de grupo es más importante que la selección individual». Es nuestra cultura colectiva, más que nuestra inteligencia individual, lo que nos hace inteligentes.

3. La extraordinaria evolución de nuestra especie ha sido impulsada por cuatro factores-motores clave: Fuego, Palabra, Belleza y Tiempo. El Tiempo, por ejemplo, pone el acento en nuestra búsqueda «de explicaciones racionales y objetivas de los procesos naturales».

4. Vince es marcadamente optimista en el ámbito gnoseológico. En su opinión, el encuentro entre las ciencias naturales y las ciencias sociales está empezando a resolver la paradoja central de por qué somos biológicamente tan similares y comportamentalmente tan diferentes. «Nos estamos observando a nosotros mimos con una mirada nueva y estamos reconociendo los profundos vínculos existentes entre nuestra biología, nuestra cultura y nuestro entorno».

Para Vince nos encontramos actualmente a las puertas de algo realmente excepcional: «la interrelación del entorno, la biología y la cultura humana está creando una nueva criatura a partir de nuestra hipercooperativa masa de humanidad». Nos estamos convirtiendo en un superorganismo trascendental, el Homo omnis, o simplemente Homni (una masa humana hipercooperativa). Para Vince, solo reconociendo y compartiendo nuestra humanidad compartida en nuestro único planeta viviente conseguiremos un Antropoceno bueno y amable.

Fuente: El Viejo Topo, febrero de 2022.

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