Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Sobre Materiales, mientras tanto y Manuel Sacristán

Francisco Fernández Buey

El 25 de agosto de 2022 hizo diez años del fallecimiento de Francisco Fernández Buey. Se han organizado diversos actos de recuerdo y homenaje y, desde Espai Marx, cada semana a lo largo de 2022-2023 estamos publicando como nuestra pequeña aportación un texto suyo para apoyar estos actos y dar a conocer su obra. La selección y edición de todos estos textos corre a cargo de Salvador López Arnal.

Contenido: I. Notas para la reconstrucción de la historia de Materiales y de mientras tanto. II. El tema de la paz y el movimiento por la paz en el pensamiento de Manuel Sacristán y en la revista mientras tanto. III. Esquema intervención FIM. IV. Esquema para la intervención en una mesa redonda sobre la izquierda y el movimiento por la paz en homenaje a Manuel Sacristán.

No todos los apartados están completamente redactados.

 

I. Notas para la reconstrucción de la historia de Materiales y de mientras tanto

Esquema no fechado

1. La evolución de Materiales

. El debate de 1974-1975 en el PSUC.

. Otros proyectos paralelos de revistas en Barcelona y Madrid.

. Primera reunión del núcleo editor de Materiales: dificultades.

. Constitución del núcleo inicial de Materiales en Barcelona.

. Contactos en Madrid, Galicia, Andalucía y País Vasco.

. Orientación del primer número de la revista: editorial y artículos; las traducciones.

. La problemática universitaria y la polémica política interna al PSUC y al PCE.

. ¿Un Manifiesto hispánico?

. La situación de los miembros del colectivo en el PSUC-PCE hasta mayo de 1977: MSL, RG [Ramon Garrabou], JM [Jacobo Muñoz], PFB, RA [Rafael Argullol], AD [Antoni Domènech].

. Debate sobre Eurocomunismo y estado para n.º 4.

. La crisis latente a partir del n.º 7.

. Una antología y traducciones: del 7 al 12.

. Primeros problemas económicos y orientación de la editorial Materiales.

. La crisis: documentos y posiciones.

. Fin de Materiales.

2. El proyecto mientras tanto

. Delimitación del proyecto: primeras reuniones.

. El núcleo inicial.

. Dificultades ajenas al proyecto mismo.

. Editorial de mientras tanto n.º 1.

. Toma de posición en las elecciones con la extrema izquierda.

. Muerte de Giulia Adinolfi.

. Cambios en la redacción y ampliación del núcleo inicial.

. Reuniones del colectivo ampliado de mientras tanto.

. La mientrastantiada de Puigcerdà: giro pacifista.

. Continuación de la mientrastantiada.

. Editorial del n.º 7 a raíz del 23-F.

. Modificaciones en la redacción: n.º 13-16: nueva etapa.

. Regreso de MSL de Méjico: nueva mientrastantiada en casa de Álex → Se perfilan dos orientaciones en la revista.

. La discusión sobre el editorial del nº 22: repercusiones.

. Agosto de 1985.

 

II. El tema de la paz y el movimiento por la paz en el pensamiento de Manuel Sacristán y en la revista mientras tanto

Material para unas Jornadas de la FIM celebradas en Madrid en noviembre de 1985.

Documentación.

1. El tema de la paz, y más exactamente los problemas derivados de la cumbre de la OTAN en la que se tomó la decisión de instalar los euromisiles, apareció muy pronto en la reflexión de la revista. No así el motivo pacifista. La carta de la redacción del nº 1 (noviembre de 1979) incorporaba los motivos ecologista y feminista, pero ignoraba el asunto de la nuclearización militar y sus consecuencias económicas y sociales. Debe tenerse en cuenta que ese texto fue redactado durante el verano de 1979, algunos meses antes de la llamaba «doble decisión». Cierto es también que al criticar el «eurocomunismo» en 1977-1978 consideramos desacertada la idea de Santiago Carrillo según la cual el equilibrio del terror hacía imposible una nueva guerra librada con armas nucleares. Esa idea nos pareció siempre aceptación sin más de un punto de vista optimista injustificado. Pero por el momento no pasamos de ahí.

2. Ya en el número 2 (enero de 1980) la revista se hacía eco del cambio que se estaba produciendo a este respecto. Fue mérito de Miguel Candel llamar la atención acerca de esta problemática. Su artículo se titulaba: «Misiles, socialdemocracia e imperialismo, o el final de la distensión». Y la idea central del mismo es esta: cada paso adelante en la vía de la degeneración reformista va jalonado por una concesión al imperialismo en su faceta más directamente agresiva. Tesis que se ejemplificada allí con la actitud de la socialdemocracia del momento y señaladamente con la posición de la socialdemocracia alemana ante los euromisiles y la estrategia de la OTAN en Europa. Se aduce además por primera vez una argumentación que luego hemos mantenido siempre en la revista: la de que el imperialismo norteamericano trata –con la carrera armamentística– de sangrar económicamente a la Unión Soviética, mientras la socialdemocracia europea sigue, aunque con vacilaciones, esa misma estrategia. Candel escribía: «Pocos meses habrá habido en la historia de este siglo tan preñados de puntos de inflexión en las relaciones internacionales como diciembre de 1979.»

Debo decir que este artículo de Miguel Candel, además del mérito al que me he referido, tuvo la virtud de suscitar una discusión en el consejo de redacción sobre el tema de las relaciones internacionales –pocas veces abordado por el colectivo de la etapa de Materiales– y de afinar nuestro juicio acerca de la situación interna y el papel internacional de la Unión Soviética. Este era entonces un punto problemático en la redacción de la revista y lo ha seguido siendo posteriormente.

3. En mi ensayo sobre la crisis y los intentos de reformular el ideario comunista, aparecido en los números 3 y 4 (marzo y mayo del 80, respectivamente) el tema de la nuclearización militar estaba en lugar central. Digo allí que la cuestión nuclear en su variante militar y civil, que son además inescindibles, pasa a primer plano y denuncio el hecho de que en los años sesenta y setenta haya decaído la sensibilidad acerca del riesgo de guerra atómica. En ese momento (el artículo está escrito a principios de 1980) la resistencia opuesta en Europa occidental al rearme nuclear exigido por la OTAN me parecía escasa. Se trataba, por tanto, de llamar la atención en los ambientes comunistas acerca de la importancia y la urgencia que en ese momento tenía volver a recuperar el lugar central que había ocupado antes en la reflexión de la izquierda el tema de la posibilidad de guerra atómica, y me extendía en la refutación de la ingenuidad optimista al respecto. En la segunda parte de ese ensayo preveía que «tal vez de algunos de los movimientos [entonces existentes] pueda surgir un antimilitarismo pacifista, en cierto modo análogo al de la primera década de este siglo, antimilitarismo que sin duda acabará siendo uno de los componentes del programa alternativo».

4. En el número 4 de la revista (mayo de 1980) hay una intervención de MSL titulada precisamente «Contra la tercera guerra mundial» para que mientras tanto se adhiriera a la campaña por el desarme nuclear y publica la declaración sobre una zona no nuclear europea publicada por la Fundación Bertrand Russell por la paz. En ese mismo número se publica un artículo de V. Fisas sobre el militarismo soviético y una réplica de MSL. Se puede decir, por tanto, que en la primavera de 1980 la revista ha hecho suyo el motivo antimilitarista y pacifista de una forma ya muy explícita. El mismo número anuncia la publicación del texto de E. P. Thompson «Protesta y sobrevive». Queda por discutir, sin embargo, el lugar del motivo pacifista en un proyecto comunista marxista, cosa que sería objeto de discusión en el consejo de redacción de los meses siguientes.

Pero en la réplica de MSL al artículo de Fisas se anuncia con tanta claridad como fundamenta la necesidad de un replanteamiento sobre el tema de la violencia y el militarismo comunista propio de la tradición de la III Internacional. De esa réplica hay una cosa obvia: la prueba de la penetración del pensamiento de la derecha en la argumentación de Fisas acerca del militarismo soviético y la importancia de la contextualización histórica al tratar asuntos de política internacional reciente. La segunda cosa que interesa destacar es «el deseo de profundizar o radicalizar la posición antimilitarista o pacifista».

– Es tal vez hora de aplicar radicalmente al pensamiento revolucionario los criterios que se desprenden de la motivación antimilitarista y, con mayor razón, pacifista.

– Un fondo tradicional y hoy problemático del pensamiento de la izquierda revolucionaria: no poner en discusión otras manifestaciones de la violencia que solo por falta de estatalidad se mantienen dentro de límites que se podían llamar mini-militares.

5. El número 5 (septiembre) introduce el folleto de E. P. Thompson, «Protesta y sobrevive», que constituye la inspiración global del punto de vista mantenido por mientras tanto en el tema.

6. El número 6 (enero de 1981) concluye la publicación del folleto de Thompson.

7. El número 7 (marzo de 1981) incluye el artículo de Toni Domènech: «Comunistas y ecologistas en la lucha por la paz», donde se dan a conocer las posiciones de Horst Afheldt. Se presenta una polémica entre el punto de vista de E. P. Thompson y el de A., aunque no se da una discusión abierta sobre este tema.

En este mismo número hay un llamamiento de la revista a la unidad de las fuerzas revolucionarias. Por otra parte, la militancia de la mayoría se orienta hacia el CANC. Con anterioridad, la carta de la redacción comentando el V Congreso del PSUC representa una afirmación de que no hay que volver a entrar ahí.

8. El número 8 publica una conversación mantenida en el CTD entre W. Harich y M. Sacristán, en mayo de 1979, es decir, durante la preparación de la carta de la redacción del número 1 m.t. en la que se contiene algunas apreciación de MSL de interés ara el tema, que no fueron desarrolladas luego inmediatamente, pero que enlazan con la respuesta a V. Fisas. Decía del MSL:

«Pero lo principal es quizás el alimentar una concepción estratégica que salía ser despreciada bajo el rótulo de gandhismo. Pues conviene decir crudamente cosas bastante claras ya, principalmente que a estas alturas del siglo XX, ateniéndonos a los países industriales, esto es, sin pretender incluir en esta consideración a los pueblos que soportan en última instancia la opresión y la explotación imperialistas, ha sonado y hasta pasado ya la hora de reconocer que la capacidad revolucionaria. Cualitativamente transformadora, de las tradiciones más robustas del movimiento obrero ha resultado escasa. Por decirlo un tanto provocativamente, no se ve que la III Internacional (ni la IV, para el caso) se haya acercado a los objetivos doctrinales más que el gandhismo a los suyos. Pero, además, el aprovechamiento de experiencias de lo que para abreviar estoy llamando gandhismo no puede servir para dar forma a la necesaria revisión de las concepciones revolucionarias en un sentido que les añada consciencia de alternativa radical». [énfasis de FFB].

Más adelante, en el marco de la discusión, MSL aclara lo que llama «una cuestión de fondo», emblemáticamente planteada con la referencia a Gandhi: ¿hasta qué punto la problemática nueva es asimilable por un análisis marxista normal? De esa cuestión –responde MSL– uno puede contestar de dos maneras dependiendo de la política cultural que la parezca mejor para el movimiento socialista [énfasis de FFB]

– una culturalmente conservadora: recurrir al núcleo de la tradición marxista clásica (a la Harich).

– revisar la tradición propia en función de la aportación de otras y, sobre todo, de la realidad presente. Esta me parece mejor, porque es más superadora de la tendencia al enquistamiento dogmático o tradicionalista.

((Habría que añadir que, desde entonces, nos hemos movido entre las dos maneras, sin que todavía esté decidida la manera predominante, por lo menos en lo escrito)).

9. En el número 9 (octubre-noviembre de 1981) publicamos varios artículos relacionados con el movimiento por la paz, además del de J. Herbig, «Olor a chamusquina». En documentos publicamos el escrito de la sección española de la «Federación Mundial de Trabajadores científicos». Hay además dos notas explícitamente dedicadas al tema: MSL, sobre OTAN y J. R. Capella/FFB, «Parabellum». En este último se dan algunos pasos más en el planteamiento que la revista había hecho hasta entonces y hay que leerlo en consonancia con la discusión de Puigcerdà acerca del acercamiento de los grupos prosoviéticos o al movimiento por la paz globalmente considerado. En este «Parabellum» hay una afirmación importante para la polémica interna: «Las propias características de los países mal llamados de “socialismo realmente existente” hacen insufrible pensar en la configuración de un movimiento en favor de la paz y del desarme unilateral como movimiento prosoviético…»

También esto: la opción por la paz puede ser una de dos cosas: o un movimiento marginal destinado a ser barrido por el terrorismo de los estados que se preparan para la guerra, o bien un movimiento por un cambio de la civilización, un movimiento fundamentalmente moral… que sepa ampliar la desobediencia civil. En sus líneas generales el texto recoge el punto de vista entonces mayoritario en mt. Varios estábamos trabajando en los comités anti-OTAN con el objetivo de introducir la problemática general advertida en el movimiento europeo.

10. En el número 19 (diciembre de 1981) hay un balance de lo que ha sido la oposición a la OTAN y el movimiento pacifista en España (FFB) en la misma línea de «Parabellum», que concluye con un llamamiento a … Esto corresponde a una fase en la actual no se ha disentido todavía en la revista la orientación propia en tales temas. Hay una intento de organizar una asociación paralela a la B. Russell Peace Foundation, pero no cuaja por sectarismos varios. A partir de ese momento se produce una retirada.

11. El número 11 (abril) se hace eco de las primeras críticas desde la izquierda comunista a la posición de la revista en el tema de la paz y más en general del militarismo existente en ciertos sectores mal llamados pacifistas.

Cf. MSL, «Trompetas y tambores», donde se discute con GAMBA, MC y LCR.

* anacronismo de los esquemas mentales sobre la cuestión «guerra o paz».

* crítica de la creencia arcaica en la regeneración de la humanidad después de y gracias a una catástrofe.

* crítica de la idea de que no tiene sentido luchar directamente contra la guerra sino que hay que atacar primeros sus raíces.

* No, mis comandantes,

Por otra parte, el mismo número publica dos puntos de vista diferentes ante la problemática, el de Thompson y el de Harich, igualmente representativos de las posiciones entonces existentes. El editorial de MSL (escrito en marzo de 1982) es decisivo en la evolución siguiente sobre este asunto.

12. En el 12 (julio de 1982) continuamos informando sobre escritos europeos: artículo de M. Candel y de R. y Z. Medvedev (este último en polémica con E. P. Thompson), aunque es una opción distinta de la de Harich. Con el número 12 termina una etapaa de la redacción (quedan los desplazamientos de MSL, FFB y TDF), aumento del colectivo, etc. La discusión sobre el tema paz se aplaza por el momento.

13. En el 13 (noviembre del 82) hay una nota de Víctor Ríos, «Adiós a las armas», en la que se pronuncia a favor de una defensa alternativa no-violenta, con ocasión de la La Marcha Internacional no violenta por la desnuclearización.

14. En el 14 (febrero del 83) Alejandro Pérez plantea la necesidad de ampliar los objetivos del movimiento español por la paz en la línea de los movimientos europeos.

15. En el 15 (mayo de 1983) se publica el llamamiento de la campaña por la desnuclearización firmado por varias organizaciones barcelonesas. Hay además una nota de Victor Ríos y Enric Tello en la que se llama a los lectores de la revista a sumarse a las iniciativas del movimiento por la paz en España.

16/17 (agosto/noviembre de 1983), dedicado al centenario de K. Marx, con la entrevista a MSL publicada en Dialéctica de Puebla (México) y realizada en febrero de ese año. En la entrevista se extiende mucho MSL en el tema del análisis de las fuerzas productivo-destructivas y en las implicaciones ecológicas, etc, pero no hay apenas referencia al tema guerra/paz.

18 (marzo de 1984), hay una nota de MSL, «La polémica sobre el crecimiento tiene dos caras» que acaba así: «En el desánimo perceptible entre antiguos intelectuales de izquierda europeos está de moda separar por completo lo político de lo ético. Una discusión como la promovida por la Global Tomorrow Coalition muestra con sencillez que la política no es sino una ética (buena o mala) pública, colectiva. Por eso las cuestiones de política ecológica tienen dos caras, la descriptiva y la normativa, la científica y la ética o política».

[…]

22. El número 22 (febrero de 1985) sitúa en el centro del análisis de la carta de redacción el punto de vista antibelicista y antimilitarista de la revista al hacer balance de cinco años. Cuatro de los artículos de ese número están dedicados al motivo guerra/paz.

El artículo de MSL, «El fundamentalismo y los movimientos por la paz», aborda el tema de la relación entre los movimientos por la paz en Europa occidental y los movimientos de Europa oriental. El centro de la argumentación de MSL está en la idea de que hay que empezar de nuevo «con la convicción de que la especie humana tal vez no pueda sobrevivir si no cambian ciertas relaciones básicas entre los individuos y entre los partidos. Si no cambia la naturaleza de la política.» Esta es una idea repetida entre las preocupaciones del último MSL, a saber: la necesidad de una política alternativa, como fundamento de la nueva convergencia.

El artículo distingue entre fundamentalistas (los que creen que la lucha por la paz se tiene que plantear desde los fundamentos) y pragmáticos (los que piensan que se puede empezar atacando el mal por donde el síntoma es más visible). Repasa luego los argumentos del fundamentalismo en el Este y en el Oeste (todo el paleomarxismo occidental y buena parte del marxismo más reciente).

Declara a continuación que el pragmático sensato tiene que reconocer que el axioma de la fundamentación es verdadero: no se puede tener la «verdadera» paz sin abolir los fundamentos de la posibilidad de guerra. Señala, además, que el pragmatismo de los movimientos del oeste tiene por debajo otro fundamentalismo (ciertos valores que consideran fundamentales y directamente amenazados por otros modos de proceder); se admiten que las probabilidades de guerra son mucho más altas de las que parecen admitir los fundamentalistas de los varias ideologías.

23. El número 23 (mayo de 1985), incluye otros cuatro artículos con el mismo motivo e introduce el asunto de la política alternativa en las páginas de la revista. MSL continúa la reflexión del número anterior en «Los partidos marxistas y el movimiento por paz», que constituyó su último artículo en mientras tanto. Ese artículo fue escrito en abril de 1985. El artículo, breve, plantea las cosas así:

1º. El pasado doctrinal de las organizaciones marxistas no los predisponen para una lucha radical por la paz, ni siquiera para el antimilitarismo.

2º. Pero, por otra parte, las organizaciones marxistas radicales están peleando más firmemente, más y mejor que nadie, por la causa de la paz, aunque en algunos casos su pelea solo sea oblicua o secundariamente por la paz.

3º. La situación de los partidos marxistas se parece un poco a la de las confesiones cristianas en este punto: necesidad de rebajar las doctrinas para ponerse de acuerdo con una práctica que todos los movimientos consideran más esencial para ellos que algunas formulaciones de su pasado doctrinal.

4º. Es importante que las organizaciones marxistas radicales se mantengan dentro del frente por la paz, sin protagonismo que ahuyente a buenos luchadores, pero sin disimular la dignidad de su pasado de luchas por la libertad de los oprimidos ni su capacidad de enlazar la lucha por la paz con la emancipación social.

5º. Probablemente lo que haya que desear sea que los movimientos marxistas clásicos superen la escisión o desarmonía que hay entre su doctrina de la guerra y la práctica que hoy llevan a cabo, alimentando en algún grado el motivo pacifista y el motivo antimilitarista.

 

III. Esquema intervención FIM

Madrid, 1985

1. Quedarse en minoría de uno. Arrancar de la broma de Lukács según la cual si uno tiene razón y pese a ello no consigue convencer a los propios compañeros es que sirve poco para la política. Resonancias autobiográficas en los homenajes a Lukács por MSL (de El Ciervo y El País). No es ese el único rasgo que MSL compartía con Lukács; el lector atento seguramente habrá observado otro: el odio a la burguesía como clase, a los valores burgueses, junto a la tolerancia por el burgués individual inteligente. En cualquier caso, también en las horas bajas MSL tendía a pensar que la política no era lo suyo. Y ese sentimiento se fue haciendo más reiterativo a medida que las normas y valores burgueses infiltraron la actividad de las organizaciones comunistas, a medida que en las organizaciones que un día fueron de izquierda se hizo habitual conceder la existencia de un abismo entre la ética y la política.

Por suerte otro de los rasgos del carácter de MSL fue siempre el de crecerse ante las adversidades, el de hacerse fuerte en los momentos político-sociales de mayor dificultad para las clases subalternas, aunque eso significara en la mayor parte de los casos ir contra la corriente.

2. La política es la ética de lo colectivo, una ética pública (mt, 18, 3/84). Concepto clásico de la relación ética/política, predominantemente preburgués y abiertamente opuesto a los valores burgueses en dos puntos sobre todo: 1) la separación entre el ser público del individuo y una supuesta zona del individuo absolutamente privada; 2) el corte entre ética y política entendido como dos esferas absolutamente diferenciadas; el plano de la moralidad o de la idealidad moral y el plano de lo posible entendido como aceptación de la situación existente. La negativa a aceptar los principios burgueses de separación absoluta de planos es lo que está en el fondo de la discrepancia de MSL desde 1968 a la política comunista minoritaria:

* La falsedad del hoy y la primera autocrítica seria del leninismo (en la entrevista sobre Checoslovaquia).

* La actitud entreguista en la lucha de ideas, principalmente la aceptación de principios burgueses típicos como los mentados (en «La militancia de cristianos en el PCE», 1970).

* Su interés por la formulación bienintencionada del concepto de austeridad como ocasión transformadora (revolucionadora de relaciones de propiedad /conservadora de cultura, 1977.

* Su crítica de la actitud gubernamental ante el asunto OTAN. Su Liberación, noviembre de 1984. CITAR.

3 Rasgos de una continuidad en la actividad política.

* Veracidad: en la etapa de Laye, en los años de dirigente del PSUC, como impulsor de Veritat y de Nous Horitzons, en el momento de la crítica a la política del PC, en la consideración de una forma otra de hacer política.

* Autenticidad moral: afirmación constante de la finalidad, del objetivo emancipador, de la meta, del ideal (sobre todo en aquellos períodos en los que la meta parece estar más lejana).

* Radicalidad, en el sentido marxiano de ir a la raíz. De ahí:

a) Negativa al viejo vicio socialdemocrático de abrir abismos entre programa mínimo y programa máximo, ej. crítica del economicismo.

b) Tendencia a plantear la regeneración comunista en el plano más fundamental, no en el estratégico, programático u organizativo.

c) Elemento a adoptar en la reconsideración del programa comunista, en la línea de la crítica de las burocracias y en la crítica del Leviatán.

* Antiideologismo: en el sentido de reducir al mínimo los elementos ideológicos de la política comunista, extendiendo la palabra ideología en el sentido marxiano de «falsa conciencia». De ahí:

a) Afirmación tajante de la importancia de la ciencia en la fundamentación de la actividad político-moral; pero al mismo tiempo crítica del estructuralismo y de los irracionalismos como ideologías peligrosas para la actividad.

b) Afirmación tajante de los valores, del ideal, que no se deduce de la ciencia, sino que se apoya en ella en la medida en que lo hace plausible, racionalmente argumentable.

* Moderación dialéctica y aversión al lenguaje diplomático entre comunistas.

– por ejemplo, en la crítica del eurocomunismo.

– por ejemplo, en la crítica del izquierdismo de la abolición de la división del trabajo.

– en la polémica con Martínez Alier en 1977.

– en la propuesta de otra política, etc.

– en la polémica con V. Fisas.

«Dejar sosegada la casa de la izquierda».

«Podría hacer una lista de problemas psíquicos que me ha traído el PSUC, pero también se la podría hacer a mis padres o a mis maestros.»

4. Elementos de una evolución.

1. De 1956 a 1969.

2. De 1970 a 1974.

3. De 1974 a 1979.

4. De 1980 a 1985.

1969-1974: la lucha de ideas dentro del partido.

* La primera autocrítica seria del leninismo en el poder.

* Veremos cosas peores.

* El doble aldabonazo de 1968: método y subjetivismo / teorema y objetivismo.

* Crítica de las ideologías sesentas: la escolástica congestionada.

* Crisis: los años difíciles, dimisión de los cargos de dirección en el PSUC-PCE. Hasta la redacción del «Karl Marx» para la enciclopedia Salvat, en 1973, que es seguramente el momento de la superación de un estado depresivo que conduce a una fase de mucha actividad política; la lucha de ideas dentro del partido.

(1974): texto 1: de crítica a la política del PSUC.

* El camarada Bosc y la conferencia de enseñantes: anécdota (La panda de la infancia).

* Repercusión del golpe de Estado en Chile.

* Estudios ecológicos y antropológicos → cambio cultural, reorientación.

* «En medio no hay nada», en «Cuanto empieza la vista», sobre U. Meinhof, julio de 1974.

* No hay política revolucionaria sin solución de la cuestión de la violencia, junio de 1976, sobre el [?], nota a la Pequeña Antología.

(1977) [texto 2]: La crítica del eurocomunismo lleva implícito una política.

1979, mayo: conversación con W. Harich (recogido en mientras tanto, 8) en el contexto de la preparación de la carta de la redacción con que se abre la etapa de m.t.

Texto: añadir «conciencia de alternativa radical».

Una conversación con W. Harich y M. Sacristán, mientras tanto, 8, agosto de 1980 (pero la conversación es de mayo de 1979).

«Pero lo principal es quizás asimilar una concepción estratégica que solió ser despreciada bajo el rótulo de gandhismo. Pues conviene decir crudamente cosas bastante claras ya… aprovechando de experiencias de las que por abreviar estoy llamando gandhianas puede servir para dar forma a la necesaria revisión de las concepciones revolucionarias en un sentido que les añada consciencia alternativa radical. A la vista de los pobres y contradictorios resultados de una línea de actuación solo política, puramente leninista, me parece que eso se puede decir hoy sin temor a hacerse sospechoso de enfermedad mental. La cuestión de la credibilidad empieza a ser muy importante: conseguir, por ejemplo, que organismos sindicales cultivaran formas de vida cotidiana alternativas no sería tanto ni tan solo una manera de sostener moralmente a grupos de activistas, sino también un corolario del cambio que impone de conducta estratégica».

Más adelante precisa: «¿Hasta qué punto la problemática nueva es asimilable por un análisis marxista normal?… Hay una manera culturalmente conservadora: recurrir al núcleo de la tradición marxista clásica… Prefiero decir que hay que revisar la tradición propia en función de la aportación de otras, y sobre todo de la realidad presente. Gandhi es emblemático. Esta me parece mejor política cultural para el movimiento socialista, porque es más superadora de la tendencia al enquistamiento dogmático o tradicionalista».

[Los énfasis son de FFB]

y formas de actuación no violenta: en referencia a las centrales nucleares, por ejemplo.

Notar que su gandhismo no está dicho sobre el tema de la violencia, sino más en general, en el marco de la crítica de la cultura y en oposición al marxismo conservador de H., al leninismo.

1979, noviembre: discusión de la redacción de m.t.; los tres colores. Vindicación al CANC.

1980, mayo: incorporación del motivo pacifista y antimilitarista (m.t.). Polémica con V. Fisas.

Réplica a la comunicación de Vicenç Fisas (sobre el caso del militarismo soviético). Mientras tanto, 4, mayo-junio de 1980.

«La justa motivación antimilitarista o pacifista suele contar con una certeza moral, la de que no se debe aceptar, acaso por respeto de su constancia histórica, el mal moral por excelencia, que es el matar, sobre todo el matar institucionalizado; ahora bien, para gentes de izquierda revolucionaria se puede añadir a esa fundamento moral otro que se desprende de la experiencia de revoluciones coronadas por el éxito militar y luego ahogadas en las consecuencias de ese éxito, las cuales hacen de cada una de esas revoluciones una vuelta más de la monótona noria que es nuestro pasado conocido. Por eso es tal vez ya hora de aplicar radicalmente al pensamiento revolucionario los criterios que se desprenden de la motivación antimilitarista y, con mayor razón, de la pacifista».

De ahí pasa a considerar: «Un fondo tradicional y hoy problemático del pensamiento de la izquierda revolucionaria: poner en discusión otras manifestaciones de la no violencia que solo por falta de estatalidad se mantienen dentro de los límites que se podría llamar mini-militares. Si se trata de escarmentar en revolución ajena entonces hay que aplicar la enseñanza también a las fuerzas que aspiran a repetir el cuento, aún en el caso de que sus finalidades o su tradición coincidan con las nuestras o sean afines a ellas. Y, desde luego, a nosotros mismos.»

[Los énfasis son de FFB]

Crítica a continuación el reduccionismo etológico según el cual es necesaria la violencia de los individuos (como cosa natural y fatal),. Lo que hace enigmático el por qué todos estamos de acuerdo en que es necesaria una revolución cultural, una humanidad cambiada y no solo la abolición de unas instituciones jurídicas y económicas.

Contra la tercera guerra mundial

Mientras tanto, 4, mayo-junio de 1980.

. Caracteriza políticamente la situación como: tendencia del gobierno de Moscú a dejar de seguir admitiendo su inferioridad militar y geopolítica respecto del norteamericano, y por la decisión de este de reafirmar su superioridad sobre la URSS.

. De ahí agudización del peligro de guerra generalizada y cierta reacción defensiva de instituciones y grupos.

. Informa sobre la campaña del centro para el desarme de la ONU, elogia la buena información y señala la imposibilidad en que se halla de profundizar en el análisis causal de los males sociales y políticos, de los mecanismos profundos que alimentan el rearme; indica que la mera exposición de hechos puede tener el efecto contrario del buscado; un embotamiento fatalista ante informaciones cuantitativas.

. Informa también de la campaña por el desarme nuclear y la fundación Russell por la paz; indica que este es un camino más definido políticamente para promover la resistencia contra la reanimación de la Guerra Fría (establecer una zona europea no-nuclear); adelanta la publicación en m. t. del folleto de E. P. Thompson Protesta y sobrevive.

1981, febrero: Sobre el V Congreso del PSUC.

1981, marzo: editorial n.º 7 de m. t. y discusión sobre el estado y conciencia obrera.

Trabajo en los comités anti-OTAN.

1982, abril: discusión con la izquierda leninista sobre pacifismo y antimilitarismo. «Trompetas y tambores», mientras tanto 11, abril de 1982.

«Tampoco los argumentos negativos contra el pacifismo, presuntamente surgidos por el análisis de clase, tienen solidez. La idea de que no tiene sentido luchar directamente contra la guerra, sino que hay que atacar primero sus raíces, las sociedad de clases, es, en primer lugar, el mismo error de método que llevò a ignorar durante mucho tiempo cuestiones como la de la mujer; y en segundo lugar, ha sido siempre una inconsecuencia, mezcla de insensibilidad e hipocresía al estilo del maximalismo socialdemócrata, pues de ser verdad que lo único que hay que hacer es atacar directamente y solo la raíz de los males del capitalismo, no se entendería como es que la concepción marxiana propone la actividad política organizada, y no solo la espontánea de la clase obrera o la acción revolucionaria.

El pacifismo nació y subsiste como anti-belicismo: los que quieren la paz internacional no se contradicen por sostener la lucha social en todas sus formas, desde las que tiene en el Vallès hasta las que toma en El Salvador.

Sin embargo, aunque no hay contradicción sí que hay problema para precisar como practicar el pacifismo, la lucha contra la guerra, en las condiciones contemporáneas nuestras. La solución del problema se tiene que orientar mediante dos supuestos (ya indicados) que son suficientemente sólidos: que las luchas de las clases explotadas y los pueblos oprimidos atacan a la raíz del riesgo de guerra que ha acosado a la humanidad durante la mayor parte de la historia documentada, la historia de las sociedades clasistas; y que una guerra mundial entre los dos bloques que puede estar relacionada con luchas de emancipación atacaría hoy a la subsistencia de la especie, y en el mejor de los casos, acarrearía sufrimientos indecidibles y desembocaría probablemente en un embrutecimiento general bajo una tiranía sin fisuras.»

[Los énfasis son de FFB]

1983, México: Entrevista para Dialéctica, de Puebla: resumen del punto de vista de la revista y reconsideración acerca de la crisis del PCE: el exhibicionismo autodestructivo.

1985, febrero: Si no cambia la naturaleza de la política… (En «El fundamentalismo y los movimientos por la paz», m.t. 22).

. La convicción de que es necesario empezar de nuevo, de que la especie humana tal vez no pueda sobrevivir si no cambia ciertas relaciones básicas entre los individuos y entre los grupos, si no cambia la naturaleza de la política: la sospecha de que con las concepciones tradicionales de las relaciones políticas entre los individuos y entre los pueblos son posibles desastres de gran envergadura es un estado de ánimo común a los movimientos por la paz del Oeste y a los movimientos por la libertad del Centro y del Este de Europa. Tal vez es el fundamento más vivo de la posible «nueva convergencia».

. La nueva convergencia es busca de un nuevo mundo político debería reunir no solo a movimientos característicamente europeos, sino también a los que en otros lugares de la tierra pelean contra opresiones tan fundamentales y contra sufrimientos tan monstruosos en la vida cotidiana de los individuos.

. La diferencia entre quienes creen que la lucha por la paz se tiene que plantear desde los fundamentos y los que piensan que se puede empezar atacando el mal por donde el síntoma es más visible (fundamentalistas y pragmáticos).

Fundamentalismo: solo tiene sentido luchar por la paz esencial, auténtica, basada en la supresión de las causas de una guerra posibles

(posición típica en Carta 77, etc, pero también de la derecha conservadora y fascista de Occidente y de todo el paleomarxismo occidental, aunque pongan a Satanás en otro sitio).

El pragmático sensato no tiene más remedio que reconocer que el axioma de los fundamentalistas es verdadero; no se puede tener la verdadera paz sin abolir los fundamentos de la posibilidad de guerra. De ahí el interés de la investigación de las causas de los conflictos y de los modos de dirimirlos sin violencia institucional (sobre todo la militar).

Por debajo de la idea que hay en los movimientos por la paz en Europa occiental según la cual hay qe hacer de nuevo el mundo político existe otro fundamentalismo, una diferencia de jerarquía de valores.

***

«Los partidos marxistas y el movimiento por la paz». mientras tanto 23, mayo de 1985

. El pasado doctrinal de estas organizaciones no las predispone para una lucha radical por la paz, ni siquiera para el antimilitarismo; transposición de la frase de Marx de que la violencia es la partera de la historia al plano institucional y militar.

. Las organizaciones marxistas radicales están peleando enérgicamente, más y mejor que nadie por la causa de la paz. En algunos casos su pelea es solo oblicua o secundariamente por la paz, pero esto tiene escasa importancia.

. Es muy importante que las organizaciones marxistas radicales se mantengan dentro del frente por la paz (dada la confusa situación ideológica de hoy), sin protagonismo que ahuyente, pero sin disimular la dignidad de su pasado.

 

IV. Esquema para la intervención en una mesa redonda sobre la izquierda y el movimiento por la paz en homenaje a Manuel Sacristán

Esquema no fechado.

Premisa: Puesto que este encuentro se ha planteado como un debate sobre la izquierda y el movimiento por la paz en homenaje a Manuel Sacristán, estará justificado, creo, el que mi intervención se centre en la evolución acerca de los problemas de la paz y el movimiento por la paz en la revista mientras tanto, como sabéis inspirado desde sus comienzos por MSL. Quisiera decir en seguida que el punto de vista de MSL a este respecto era una posición abierta y que eran y son varias las cuestiones motivo de reflexión y discusión en el colectivo de mientras tanto. Probablemente en este tema más que en ningún otro de los abordados habitualmente por la revista hemos tenido discrepancias con las organizaciones marxistas existentes, con el PCE, con el PCC, con el MC y con la LCR principalmente. Aunque esas diferencias se han mantenido siempre en el marco más general de una coincidencia en la lucha, no quiere ocultarlas, y este me parece, además, un buen momento para iniciar un diálogo, que será también una controversia.

Para empezar quisiera declarar dos cosas con toda franqueza: 1) que en este punto la revista como colectivo se ha ido alejando progresivamente de la doctrina marxista acerca de la fuerza y la paz, y 2) que, precisamente, por eso la profundidad de la revisión que hemos iniciado era incoativa en el momento de la muerte de MSL y el colectivo de redacción no tiene una opinión unánime. O para decirlo con más precisión: en el colectivo de redacción de la revista hay distintas opiniones acerca de los puntos de esa revisión y acerca de los planos en que debe hacerse. Como mientras tanto no es sino un proyecto político-cultural comunista abierto, tenemos la intención de ir publicando los resultados de esa reflexión que, por lo demás, consideramos muy vinculada a los debates actualmente en curso en el movimiento por a paz:

a) Gandhismo como provocación: 1979, en el debate con Harich.

b) Crítica del leninismo en el tema de la fuerza.

c) Adopción de un punto de vista antimilitarista. Influencias: E. P. Thompson

d) Desarrollo de los dos puntos de vista implicados en a):

– recoger las diferencias de lo clásicos para la problemática actual.

– partir de los problemas nuevos y aceptar las sugerencias complementarias de otros pensamientos (antimilitarismo, pacifismo no marxista, etc)

e) Crítica del fundamentalismo: no, mi comandante. Crítica del peligro reformista o irracionalista anti-marxtsa.

[Nota: Respecto del PCE: exhibicionismo autodestructivo. «Incluso me atrevería a decir que la más grave de todas las torpezas del PCE no ha sido ninguna de aquellas por las que yo le dejé sino la extraña pasión autocrítica sin salida, neurótica, por una explosión de exhibicionismo autodestructivo». Entrevista, febrero de 1985]

Hay algunos puntos en los que el colectivo de redacción de mientras tanto disiente de la mayor parte de las organizaciones de la izquierda revolucionaria:

1) La estimación de la dimensión de la derrota de la clase obrera en España en estos últimos años, y sus consecuencias psicosociales.

2) La estimación de las posibilidades de tercera fuerza mundial, con todo lo que eso supone para un pensamiento emancipatorio que lo sea a la vez de clase y de especie.

3) La estimación de la revisión del marxismo que es necesaria para explicar los problemas nuevos y actuar en consecuencia hoy.

4) La estimación del papel actual de los nacionalismos en Europa y más particularmente en el estado español, sobre todo de los nacionalismos radicales, autodefinidos de izquierda, y en consecuencia la función que eso tiene en la resistencia de hoy y en la posible alianza de mañana.

5) La forma de entender las relaciones entre los movimientos y las organizaciones políticas revolucionarias. En esto el colectivo de mientras tanto es radicalmente marxista: Manifiesto Comunista, no leninista.

[En letra manuscrita del autor, en el margen:

Ejes para diálogo con los nacionalistas como perspectiva. Tensión moral/seguidismo nacionalista y oportunista].

¡¡Texto pendiente!!

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