Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Una vida sencilla y feliz

Antonio Ruiz

Perfect Days: dirigida por Wim Wenders; con guion de Takuma Takasaki y Wim Wenders. Protagonistas: Kōji Yakusho, Tokio Emoto, Arisa Nakano, Aoi Yamada, Yumi Asō, Sayuri Ishikawa, Tomokazu Miura, Min Tanaka. 123 minutos. Producción: Japón y Alemania. Idioma original: japonés.

En la primera mitad de los años cuarenta nacen en Alemania tres personas que con el tiempo representarán el cine de posguerra de su país y nos llegó a España al principio de los setenta: Werner Herzog (Aguirre, la ira de Dios-1972), Rainer W Fassbinder (Las amargas lágrimas de Petra von Kant-1972) del que hemos comentado recientemente la hermosa descripción que de él realiza Fernandez Buey, y un tercero nacido el mismo año; Wim Wenders (El amigo americano-1977), director de la película estrenada hoy. Todos ellos tienen su peculiar estilo de cine y representan, a mi entender, una nueva época del cine alemán, manteniendo los cánones cinematográficos de su cultura con una visión más universal.

Perfect Days, con dirección y guion de Wenders es una película sencilla y cotidiana y puede parecer, en su primera mitad, incluso monótona, pero tiene sentido en conjunto para la idea que su director quiere exponer. Según este, su origen era un documental de encargo pero realizando el guion en el medio nipón lo convirtió en un largometraje de ficción. Se nota la influencia del cine japonés realizado por sus directores más representativos, sobre todo de Yasujiro OZU (Cuentos de Tokio-1953) en el ritmo, medio, tomas escénicas, pero ubicando la acción en 2023.

Wenders centra la acción en un personaje central de vida sencilla y feliz con su rutina laboral y personal en la capital nipona actual. Con la aparición de cada nuevo personaje nos va mostrando el tejido social y las diferencias con el silencioso protagonista, todo, de forma cotidiana y sensible hasta ir formándonos un criterio de conjunto y acercamiento a lo que el relato nos quiere exponer.

Lo importante de la historia al final es que sin datos ajenos a la cotidianidad vivida durante el desarrollo fílmico cada cual tiene su criterio y valoración de lo que el creador quiere decir. No todos tendremos la misma por ser subjetividades distintas pero vivimos en un mundo común. El personaje se ve forzado a crear su submundo para no perecer como ser.

Recuerdo otra película de este director que en su momento me impresionó el personaje principal: París, Texas-1984. Es otra historia diferente, pero al final he pensado en ella por ver cierta relación en lo que tuvo que superar el personaje japonés en su pasado vivido, años antes.

Técnicamente bien realizada y medio escénico natural y directo. También alguna cosa que no me cuadra, pero es recomendable por contener arte cinematográfico.

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