Algunas reflexiones sobre los comunistas de aquí
Carlos Gutiérrez
Quisiera aclarar, que esta reflexión no pretende ser un reparto de culpas inmisericorde confeccionado por alguien que se considera superior o ajeno a la responsabilidad. Decía Julio Anguita que la culpa era un fraude, y lo importante es ser responsables de nuestros actos. Este que firma estas líneas ha sido militante de varias organizaciones de izquierda y comunistas, y es tan responsable como el que más del momento de insignificancia en el que vivimos los comunistas “de aquí”. Todo mi respeto y mi admiración para los que luchan por que los comunistas seamos capaces de salir de la insignificancia. Quiero hacer notar, también, que, de modo intencionado, no he escrito nada sobre las izquierdas independentistas, no creo ser el más indicado para hacer un balance sobre ellas. A quién no quiera perder demasiado tiempo en un texto, tal vez, demasiado largo, le remito al resumen- posiblemente lo más útil- con el que concluye esta reflexión.
En primer lugar, me parece que debo apuntar cuáles creo que son los problemas y las carencias que tenemos los comunistas en el Estado Español y las organizaciones existentes. Pienso que la principal carencia es que no se ha abordado ninguno de los debates clave (veo que la Rete dei Comunisti lleva tiempo debatiendo “lo importante”). Aquí, además, esta misma ausencia de debate sobre temas clave ha hecho que la cuestión del comunismo no sea algo que esté a la orden del día entre los trabajadores y los más desfavorecidos de la sociedad.
El mayor grupo organizado, el PCE, ni siquiera ha intentado afrontar seriamente los problemas y los errores del pasado y mucho menos ha emprendido la labor de averiguar cuál debería ser la forma política y organizativa de un partido comunista capaz de ser influyente en el siglo XXI. Su actividad se ha centrado más en recuperar la mayoría en IU, y así ser capaces de garantizar el acceso a las listas electorales de los miembros de un determinado sector del partido. La elección de una persona con un perfil político, a mi juicio, bajo -José Luis Centella- como secretario general del partido, es una buena muestra de que la “apuesta por la recuperación del PCE” es más una cortina de humo y un modo de cohesionar a un sector en la lucha por el poder, que una real voluntad de desarrollar una política nueva y autónoma. También la reciente elección de Maite Mola (PCE) como miembro de la dirección del Partido de la Izquierda Europea señala que la actual cúpula del PCE anda más preocupada en las peleas por espacios de poder en ámbitos estatales y europeos, que en el desarrollo político y organizativo del partido.
Siempre han existido corrientes críticas en el interior del PCE, pero la salida de Corriente Roja, pese a que cuantivamente no fue muy importante, si lo fue en cuanto a la firmeza en las posturas críticas (aunque también pienso que se erraba en las alternativas). De todos modos, creo que ni en la época de Corriente Roja ni en la actualidad, se han llegado a plantear las cosas en profundidad, o con la profundidad que estimo necesaria. El único debate que se pone y se ha puesto sobre la mesa, es el de si PCE dentro de IU o fuera de IU o si lo bueno sería presentar las siglas del partido a las elecciones. Ningún debate sobre como ha afectado la revolución pasiva del capital y cuál es su correlato en las organizaciones obreras, ningún debate sobre la necesidad de organización local pegada a los problemas locales, mínimo debate sobre que formas de sindicalismo y cuál debe de ser la postura del partido, y mucho menos, sobre sindicalismo metropolitano o nuevas formas organizativas para el partido. En resumen, un alejamiento cada vez mayor de los problemas reales y un enquistamiento ¿definitivo?, en las peleas internas por el poder en IU.
En cuanto a otras organizaciones que se consideran comunistas -tradición III Internacional- la que cuenta con un mayor número de militantes es el PCPE. En mi opinión, este partido -que cuenta (al igual que el PCE) con algunos militantes muy valiosos y luchadores- presenta características muy marcadas -para bien y para mal- por su propia naturaleza y por su historia. El hecho de haberse convertido, después de varias crisis y desafecciones, en una especie de reducto de resistentes del marxismo-leninismo, ha tenido como consecuencia que adolezca, a día de hoy, de la suficiente permeabilidad a los cambios sociales, a las nuevas formas de lucha, y que tenga muchas dificultades para convertirse en una organización más abierta. A pesar de eso, la actual dirección ha dado pasos bastante positivos en camino a una mayor valoración de aspectos no muy tenidos en cuenta en el ML tradicional (feminismo, por ejemplo). Pero la propia composición del partido, con fuertes sectores que defienden la ortodoxia marxista-leninista (entendida esta como pensamiento estaliniano) dificulta el avance. Curiosamente, esta insistencia en los planteamientos estalinianos es defendida fundamentalmente por sectores que han llegado al PCPE procedentes del PCE. Esta influencia, no mayoritaria pero si importante, de esta parte del partido bloquea en muchas ocasiones los intentos de la dirección en avanzar hacia ciertos grados (moderados) de modernización. Así que esto tiene como consecuencia, que en vez de discutir sobre problemas reales y que harían más avanzar las posiciones de los comunistas, el debate se centre sobre si tal o cuál postura se ajusta a la ortodoxia marxista-leninista y si su adopción por el partido le haría caer en el campo del revisionismo. Otra cuestión fundamental que me parece que dificulta el avance del PCPE es la aproximación fetichista a la cuestión del partido vanguardia. El esquema es muy sencillo (y compartido, curiosamente, por la ortodoxia troskista): construyamos el partido vanguardia del proletariado (tal como viene definido en “Que Hacer”) y ya está todo conseguido, si no nos desviamos de la linea “correcta” del marxismo-leninismo la victoria y el paraíso nos vendrán dados….
Además de estos dos partidos, hay algunos pequeños grupos que tienen una implantación estatal bastante escasa e irregular. Unión Proletaria proviene de una escisión del PCPE. Se trata de un grupo muy pequeño y que pretende defender de un modo verdadero la ortodoxia más pura del pensamiento ML en su versión más estaliniana. Ha sido un grupo dedicado durante mucho tiempo al debate y a la reflexión más que a la participación en la movilización. Sus debates se han centrado más en la historia del movimiento comunista y en los textos “canónicos” del marxismo-leninismo, que en buscar cuál debería ser el futuro de la alternativa comunista. También continúa existiendo el Partido Comunista de España-Marxista Leninista, que mantiene, en mi opinión, unos planteamientos bastante sectarios y cuyo principal campo de incidencia es en el movimiento republicano con su intento de dirigir Ciudadanos por la República.
Una característica común en los grupos y partidos comunistas de menor tamaño (PCPE, UP, PCE-ML) es que centran sus debates y sus análisis en buscar los culpables de los males del movimiento comunista y en bucear en la historia de este movimiento buscando su Thermidor particular. En la búsqueda del momento mágico de la traición que ha hecho que los comunistas semos tan irrelevantes en la actualidad. Son ya recurrentes las discusiones y las mociones en los congresos sobre el XX Congreso del PCUS y el acceso al poder de una dirección que abrió el camino al revisionismo. Pensándolo bien, es muy típico del modo de construir el pensamiento “ML clásico” el buscar un momento de traición que sea capaz -sin darle muchas vueltas- de explicarlo todo. Es evidente que dentro de este tipo de esquemas mentales y políticos es bastante complicado insertar reflexiones sobre nuevas formas de partido, sindicalismo alternativo, okupación, precariado o diversos movimientos sociales.
Otros agrupamientos anticapitalistas:
Corriente Roja fue el proyecto que suscitó mayores expectativas -por la pluralidad de su composición y por la pujanza de sus primeros momentos de vida. Se trata de una organización que ha sufrido un estancamiento numérico y de influencia bastante importante, y en la que tiene una gran importancia las posiciones del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) cuyo correspondiente italiano es el Partito di Alternativa Comunista. Los compañeros de la Rete conocen los debates y desencuentros que han tenido con el PDAC en el seno de la central sindical USB y la llamada “corriente clasista” que promueven los del PDAC en este sindicato alternativo.. Del trabajo de Corriente Roja en el Estado Español yo destacaría el apoyo y la participación en el sindicato Co.Bas y el acierto en el análisis al no depositar ninguna esperanza en los sindicatos mayoritarios. De todos modos, me parece que la importante influencia del componente troskista de CR la condiciona de una manera demasiado grande. El objetivo último del PRT es construir un partido revolucionario de vanguardia siguiendo el esquema leninista clásico y la recomposición del partido internacional (IV Internacional), todas sus decisiones se verán atravesadas por esos condicionamientos. En tanto en cuanto sean capaces de ser influyentes y tener un cierto control sobre CR, y sobre Co.Bas, seguirán animando el proyecto. Su exceso de maníqueismo en los análisis, y sus problemas de estilo en el trabajo con los movimientos sociales marcan negativamente la imagen de CR.
Izquierda Anticapitalista es el otro grupo de un tamaño apreciable. Su correspondiente italiano es Sinistra Crítica. IA es un proyecto político que proviene del troskismo (LCR-IA-Espacio Alternativo, Izquierda Anticapitalista) es la secuencia de esta organización. Se trata del partido que ha tenido una evolución hacia una mayor permeabilidad con los movimientos sociales y los nuevos espacios de lucha. Tienen una presencia-en Madrid- bastante importante en ámbitos universitarios y de reflexión. Por contra, su actuación en el movimiento obrero y sindical es aún bastante irrelevante. Además, los últimos cambios en su dirección, han puesto en primer plano a los exponentes más jóvenes de la organización. Aunque se definen como una agrupación plural y post-troskistas, presentan algunos tics propios del pasado, algunos comunes a todas las organizaciones de la izquierda, como el intento de hegemonizar algunos movimientos sociales, o la aversión hacia la tradición de la III Internacional. Es una organización también de pequeño tamaño y con una implantación estatal desigual, pero que no suele rehuir los espacios unitarios de debate y de lucha.
En las pasadas elecciones europeas, además de IU, se presentaron en solitario PCPE, Izquierda Anticapitalista y algún pequeño agrupamiento troskista. CR impulsó, junto algunos pequeños grupos independentistas, la candidatura llamada Iniciativa Internacionalista. El fin último de este agrupamiento era permitir la presentación a elecciones de la Izquierda Abertzale. El proceso previo de preparación, en el que se proclamó a diestro y siniestro que II iba a ser el inicio del camino hacía la consolidación de una organización con voluntad de perdurar en el tiempo, y la posterior desactivación inmediata del proceso, supuso un duro golpe para bastantes activistas que habían depositado sus esperanzas en este proceso unitario. No habría que confundir el legitimo apoyo a aquellos que ven negados sus derechos democráticos con dejarse instrumentalizar políticamente.
En las elecciones autonómicas catalanas, dos organizaciones- CR e IA- han sido las principales promotoras- junto a Lluita Internacionalista (una escisión esencialista del PRT), de la candidatura unitaria Des de Baix. Los resultados electorales han sido modestos, pero lo importante sería dar continuidad a los procesos unitarios y agregar a otros muchos sujetos. Creo que tanto IA como muchos componentes de Corriente Roja interpretan Des de Baix como un intento meramente electoral, por lo que hay que ser bastante escéptico con respecto a su continuidad y desarrollo.
Si hay una característica negativa común en estos agrupamientos anticapitalistas y en las organizaciones comunistas, es la falta de arraigo y de trabajo local o metropolitano. Las reuniones y la actuación se centran, casi siempre, en los grandes centros urbanos: Madrid, Barcelona, Sevillla…, mientras que la debilidad y la falta de perspectiva política de algunas direcciones hace que se menosprecie el trabajo en los pueblos y en los barrios, (mucho menos en los centros de trabajo), lo que produce una sensación de lejanía hacia esas “organizaciones revolucionarias” cuyos estados mayores se perciben como algo demasiado centralizado y ajeno a la realidad.
Con respecto a IU hay que señalar que su proceso de refundación está estancado, lo que, en mi opinión, quiere decir que ha fracasado. En Madrid, por ejemplo, ni siquiera ha arrancado. ¿Porqué no ha arrancado en Madrid? Como casi en todas las cuestiones políticas, esto se produce porqué la dirección madrileña de la organización no tiene ningún tipo de voluntad de que esto ocurra. Existen demasiados intereses que lo impiden. Una legión, o no tanto, de concejales, cargos de confianza, consejeros autonómicos lo impide. Demasiada gente viviendo de una organización que no puede permitirse el riesgo de abrirse a la sociedad. Al igual que en otros partidos -PP y PSOE- lo barones autonómicos son intocables. Si Anguita no pudo con Ángel Pérez parece evidente que Cayo Lara lo tiene bastante más difícil.
Lo peor de todo es que la experiencia es la que crea la conciencia, y el enésimo proceso fallido comienza a desanimar a los activistas que con gran entusiasmo asistieron, en gran número, a la Asamblea de lanzamiento de la Refundación. La refundación de IU, el maravilloso proceso de elaboración del Manifiesto Programa del PCE… ¿podemos permitirnos el fracaso de las Mesas de Convergencia?
El proyecto de las Mesas de Convergencia surge al calor, y como consecuencia, del fracaso del proceso de refundación de IU. Surge, también, como fruto de la evidencia de la necesidad de construir organización capaz de afrontar las agresiones del neoliberalismo capitaneado, a día de hoy, por el gobierno de Zapatero. Animan este proyecto algunos intelectuales ligados a IU como Manolo Monereo y Armando Fernández Steinko. Participan como principales impulsores gentes de IU Jaén (Javier Aguilera), sectores de la antigua Plataforma de Izquierdas Madrileña (Pedro Montes), gente ligada al PSUC viu o a EUiA en Catalunya (como Diosdado Toledano) o personas más ligadas a posturas socialdemócratas de izquierdas de Castilla la Mancha y de la organización ATTAC.
Lo cierto, y como elemento a valorar, es que más que ser reflejo del movimiento social real o de un fuerte reclamo de las bases, se trata de una idea de unos cuantos intelectuales y dirigentes políticos, y, por lo tanto, existe el grave riesgo de que todo quede en agua de borrajas.
El proyecto tiene como referente, fundamentalmente en la mente de Fernández Steinko, el proceso de Die Linke en Alemania: un intento de acumular, fuerzas mediante la agregaciòn, por una parte, de fuerzas más radicales, procedente de IU, junto a sectores realmente socialdemócratas procedentes del PSOE. Por desgracia, en nuestro país, no tenemos ningún Oskar Lafontaine ni se vislumbran sectores del PSOE dispuestos a romper por la izquierda. Intentar copiar el proceso de Die Linke sería un error más propio de los deseos que de las condiciones reales de la izquierda española.
El surgimiento de Equo como el enésimo proyecto electoralista de los verdes parece la novedad más importante en el panorama político. Es un nuevo intento de construir una marca electoral de rostro amable y que supere las adherencias radicales que aún pudieran quedar en Izquierda Unida. Habría que subrayar que los verdes y sus distintas marcas electorales, en general, casi nunca han desarrollado un trabajo político real y se han limitado a crear diversos partidos o conglomerados de partidos que tenían el único fin de conquistar el voto y acceder a las instituciones. Muy distinto ha sido el trabajo, real y sostenido en el tiempo, de organizaciones como Ecologistas en Acción. En principio, Equo, seria una aventura que no se edifica sobre una base sólida, sino que va a depender mucho del apoyo de ICV y de las maniobras que está llevando a cabo para recabar adhesiones entre el sector llamazarista de IU, con la salida de alguna diputada autonómica madrileña, para su causa.
A modo de resumen:
-El movimiento comunista español está notablemente fragmentado y no se vislumbra voluntad en las diversas organizaciones por recomponer sus partes.
-El debate sobre el comunismo no forma parte de la vida diaria de los trabajadores y los ciudadanos del Estado Español
-Existe una relación de mutua desconfianza entre partidos políticos de izquierda (incluidos los comunistas) y movimientos sociales (nuevos y no tan nuevos)
-La cuestión de las nacionalidades facilita algunas divisiones particulares en el movimiento comunista. La posición ante la cuestión nacional es muy diversa entre los comunistas del estado.
-No se ha abordado ningún debate serio – ni por parte de las organizaciones grandes ni de las pequeñas- ni sobre el pasado ni sobre el futuro de la perspectiva comunista.
-Se ha buscado más el propio Thermidor o el Thermidor internacional que desarrollar una discusión seria sobre errores y aciertos del comunismo en el siglo XX
-Los comunistas del PCE viven con mucha preocupación la posibilidad de la salida de las instituciones. Esto condiciona mucho su actuación dentro de IU. Esto también hace que su actividad sea principalmente institucional y no de calle.
-Los agrupamientos comunistas a la izquierda del PCE no han sabido superar su papel de guardianes de la ortodoxia y eso les ha condicionado en su relación con el movimiento real.
-No existe una única dirección en cuanto a que hacer en el movimiento sindical. El PCE continúa apoyando a la dirección de CC.OO y tiene pánico a expresar sus diferencias.
-El proceso de refundación de IU ha sido un fracaso. En algunas federaciones fundamentales, como Madrid, ni siquiera se ha empezado el camino.
-La propuesta de las Mesas de Convergencia constituye una prueba concluyente del fracaso de la refundación de IU. Estas Mesas vuelven a ser una propuesta “desde arriba” y que no se sustenta en el movimiento real.
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Las candidaturas alternativas a la izquierda de IU- estatales o autonómicas- han tenido un carácter siempre coyuntural y como soluciones de urgencia ante cada una de las correspondientes citas electorales. El hecho de que se haya “vendido” que se trataba de cosas muy solidas y con clara de voluntad de futuro, y que luego, esto no haya sido así, ha producido un importante rechazo por parte de militantes que se habían comprometido con esas candidaturas.
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Las salvajes políticas neoliberales practicadas por el PSOE tendrán como efecto un repunte electoral de IU. Este hecho no tiene nada que ver con que IU se haya refundado o haya dado pasos para construir tejido social crítico. Se trataría, únicamente, de el flujo y reflujo de votos entre PSOE e IU.
Algunas luces para la esperanza:
-Se percibe, cada vez con más fuerza, entre la militancia aún activa, una sensación de hartazgo ante las eternas divisiones y la debilidad de la izquierda. La expectación que causó la primera asamblea de refundación de IU y el interés suscitado por las Mesas de Convergencia- así lo demuestran. El problema es que, hasta el momento, todo ha quedado en un pistoletazo de salida glorioso y una posterior desaceleración muy decepcionante.
-Esta misma necesidad de “hacer algo” ante la hegemonía aplastante de la derecha, ha impulsado la creación de diversos instrumentos de contrainformación muy interesantes: Kaosenlared en Catalunya, Insurgente en Andalucía o Tele K en Madrid, son buen ejemplo. La noticia de la próxima salida de un diario en papel, La Voz de la Calle, realmente de izquierdas, es bastante ilusionante.
-Se han desarrollado y mantenido diversas candidaturas alternativas de izquierda en algunas nacionalidades. El caso de Catalunya y las CAV (Candidaturas Alternativas del Vallés) es el más significativo. En este orden de cosas debemos situar también los agrupamientos pertenecientes al SAT y a IU en Andalucía (caso Marinaleda). También hay algún tipo de experiencia similar en Madrid, pero se trata de proyectos aún en desarrollo.
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En el interior de partidos con un perfil clásico, como el PCPE, surgen cada vez más voces que reclaman la apertura del partido a las nuevas experiencias sociales y sindicales. Es muy posible que estos sectores más dinámicos sean capaces de vencer las resistencias de aquellos que se refugian en el papel de guardianes de las esencias ML.
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Los sindicatos alternativos son aún demasiado débiles, pero se están intentando diversas experiencias unitarias. Sólo será posible su desarrollo si se consigue dejar aún lado el sectarismo y una tendencia irrefrenable a pensar que “mi sindicato es el bueno”, y el resto deben de disolverse y apuntarse al mío. Las prisas y que cunda el desánimo ante la lentitud del proceso serían malos compañeros de viaje.
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La pasada Huelga General, las recientes movilizaciones contra la Reforma de los Pensiones, y otras movilizaciones han mostrado un panorama en el que, si bien no se producía un seguimiento masivo, si se percibían dos cuestiones muy importantes: la primera, la participación de bastantes jóvenes no organizados ni en partidos políticos ni en sindicatos. Y la segunda, la rabia y la voluntad firme de esos jóvenes de no callarse y de no aguantar más agresiones a sus vidas y a sus derechos sociales.
Carlos Gutiérrez (Espai Marx)