¿Qué hacer cuando hay que optar entre dos derechas, una de ellas instalada 28 años en el poder?
Víctor Cascos
En el edificio de la Asamblea de Extremadura se encuentra una dependencia cuya urgente visita recomiendo a varios colegas parlamentarios: la Biblioteca. Y en la misma sería bueno que consultaran el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, acudir a la “A”, deslizar el dedo por la páginas dejando rápidamente atrás las palabras “absorber”, “absortar”- y detenerse, eso sí, en el siguiente verbo de la Lengua Castellana, a veces tan maltratado por políticos y periodistas, “Abstener”. Dice así: del latín abstinere. Contener o refrenar, apartar. 2 Privarse de algo. 3. No participar en algo a que se tiene derecho.
Izquierda Unida de Extremadura, sus militantes, en primer lugar, y su Consejo Político Regional en último, han decidido que sus tres diputados deben abstenerse en la elección del nuevo Presidente de la Junta de Extremadura. Apartarnos (1), por tanto, del PP y del PSOE, los únicos partidos que merced a un reglamento bipartidista pueden presentar candidato; privarnos (2) de elegir entre lo mismo y lo mismo y no participar (3) en algo a lo que tenemos derecho: no participar en el reparto de cargos, prebendas, consejerías y direcciones generales que desde el PSOE se nos ofrecía; no participar en los cantos de sirena del candidato del PP, de quien podemos decir, adaptando aquellas memorables palabras de un Aznar que hablaba catalán en la intimidad, que el señor “Monago” habla marxismo en la intimidad. Claro que, situarse a la izquierda del PSOE en Extremadura no es demasiado complicado, pues el PSOE lleva instalado en la derecha desde hace ya mucho tiempo. ¿Saben que partido ha privatizado servicios públicos en Extremadura? El PSOE. ¿Y amparado a empresarios sin escrúpulos? El PSOE. ¿Y modificado una Ley del Suelo para favorecer un complejo turístico de lujo que un juez había declarado ilegal? El PSOE, con la ayuda, en este último caso, del Partido Popular.
Pinza no, tenaza, la que han practicado los dos monarcas más católicos de la Historia de Extremadura. Don Vara II y Don Monago I. ¿Qué no habrán pactado estos dos entre 2007 y 2011? Estatuto de Autonomía, Ley de Educación, Ley del Suelo, Ley de Cajas.
Nos dice el PSOE que tenemos la obligación de votarles a ellos para frenar a la derecha. ¡Bien! Pero ¿qué hacemos cuando hay que optar entre dos derechas? Y qué hacer cuando una de ellas lleva instalada en el poder 28 años, practicando un clientelismo y un caciquismo asfixiante, amparando un régimen de poder donde los altos cargos de la administración se nombran a dedo, donde el personal de libre designación y las sinecuras crecen y crecen, donde la crítica o la denuncia se responden con represión y arbitrariedad, donde se montan oposiciones “a dedo”, donde el reino de las adjudicaciones “sin concurso ni publicidad” son el pan de cada día, donde existe el complemento 30 para que cualquier alto cargo de la Junta de Extremadura, al dejar esta e incorporarse a su puesto de trabajo en la administración, siga cobrando un plus que para sí quisieran los precarios, los humillados, los parados, los jóvenes sin trabajo y los jodidos de esta tierra. El socialismo no llega ni en coche oficial ni en las prebendas y privilegios de que se han gozado quienes hoy se reclaman de una izquierda – guay – esa izquierda que sin rubor aprueba reformas laborales y pensionazos, rebaja el sueldo de los funcionarios y entrega varios millones de euros a la gran banca, mientras corre solícita detrás de multinacionales y grandes empresas a ver qué migajas puede recoger. Esa izquierda guay que, junto a la derecha, acaba de rechazar en el Senado una iniciativa del BNG para la “dación en pago”.
El PSOE, que gobierna con el PP en el País Vasco, con UPN –escisión del PP– en Navarra, con Coalición Canaria, en las Islas, que tiene pactos con las derechas regionalistas, que gobierna, sí, que gobierna en bastantes municipios con el PP- ese PSOE que práctica toda clase de pactos con tal de mantener el poder parece que quiere convencernos a Izquierda Unida que estamos obligados a darles nuestros votos, hagan lo que hagan, se comporten como se comporten.
Somos su señuelo para aparentar un barniz de progresismo, pero, digámoslo con claridad, Izquierda Unida de Extremadura ha preferido no caer en la trampa, porque “la pinza” es el instrumento que utilizan determinados sectores de opinión para defender a una izquierda que practica políticas de derechas y de paso mantener y preservar en lo esencial el régimen bipartidista: el PP es de derechas, el PSOE es de izquierdas. Y conviene que los ciudadanos no lleguen a la conclusión de que PP y PSOE son las dos caras de un mismo sistema, los liberales y los conservadores, Cánovas y Sagasta, Vara y Monago. Entre Cánovas y Sagasta había matices, cierto, pero ninguno de los dos cuestionaba el modelo económico y social de la Restauración. Y ni Vara ni Monago, ni Zapatero ni Rajoy cuestionan hoy en España lo esencial de la segunda Restauración.