Entrevista al escritor Petros Márkaris: No se puede crear una Europa unisex
Andrés Mourenza
En Orientalismo, Edward Said habla de la dificultad de los pueblos orientales para hacer que su voz se oiga. ¿Nos ocurre lo mismo a los países del Sur de Europa, incapaces de evitar que nos cuelguen los sanbenitos de vagos y corruptos?
Las características de una persona o de una nación raramente son creados por ella, sino impuestas por otros. La gente del Norte y de Centroeuropa ha creado una imagen del Sur que no tiene por qué coincidir con la realidad. Pero las imágenes pueden tener más fuerza que la realidad.
¿Cómo se puede acabar con esa imagen que se tiene del Sur de Europa en el Norte?
Sólo hay un modo de contrarrestar esta actitud y es que los intelectuales, escritores y artistas del Sur se unan y alcen la voz para explicar que nuestra cultura es diferente a la del Norte de Europa. Y de esta manera se podrá comenzar a ser más convincente. De otro modo, seguirán insistiendo en que somos vagos, corruptos… La corrupción está en todos lados. Existe en todos los países.
En su libro dice que buena parte de la culpa de la crisis griega es doméstica.
La sociedad y los gobiernos griegos tienen gran responsabilidad por haber utilizado mal el dinero. Pero el tratamiento contra la crisis no lo estamos administrando nosotros, sino que se nos está imponiendo por gente que dice saber cómo curar nuestro problema. Y si el tratamiento no funciona, la culpa es del médico, no del paciente. Cada vez estoy más convencido de que, a pesar de nuestros fallos, el tratamiento es erróneo. En Portugal, España, Grecia, Irlanda, la crisis surgió por diferentes motivos y, sin embargo, se están aplicando las mismas recetas y por eso falla.
¿Por qué?
Porque no tiene en cuenta que las razones de la crisis fueron diferentes en cada país. Los portugueses han hecho todo lo que les han dicho pero continúan sufriendo y, aún así, les exigen más medidas de ajuste. Cuando aplicas un tratamiento debes dar una esperanza, sino hay perspectiva de mejoría es inútil. Sólo nos dicen que tenemos que sufrir más y más y más.
El gobierno de Andonis Samarás asegura que las medidas de austeridad que se aprobarán en breve serán las últimas…
Desde 2010, todo gobierno griego ha dicho: “Éstas son las últimas medidas” y siempre hay más y más. Al inicio de la crisis, Zapatero, como el resto de gobernantes europeos, decía “No somos Grecia”. Porque subestimaron el problema, pensaban que era una crisis puramente griega y no es así. Esta crisis se debe a que el euro se creó y se maneja de una forma errónea. Había Europa antes del euro. Había mercado común antes del euro. Pero no estoy tan seguro de que siga habiendo Europa después del euro. Porque se están construyendo dos bloques en Europa, el del Sur, y el del norte-centro, y son adversarios, sino enemigos.
¿Se han perdido los valores europeos?
Cada país europeo siempre ha tenido su propia historia y cultura pero había una serie de valores comúnmente compartidos por todos. Me temo que la moneda común ha echado a un lado los valores comunes. Parece que en Europa ahora todo tenga que estar relacionado con el euro. Se ha identificado Europa con el euro y eso es incorrecto.
Esta pérdida de valores ocurre de forma paralela a la pérdida de los valores que antes tenía la sociedad griega y que usted atribuye a la cultura de la pobreza. Durante casi toda su historia, Grecia fue un país pobre, pero se manejaba bien con su pobreza. Había un alto nivel cultural. Gran música, gran literatura, incluso la música popular era de un gran nivel. El problema es que no teníamos cultura de la riqueza, no supimos qué hacer con la riqueza cuando nos llegó. Es lo que ocurre al hacer pasar a un paciente alimentado por vía intravenosa y ponerlo de repente delante de un banquete de chuletas de cordero. Ahora a los griegos se nos aplicarán nuevas medidas de austeridad, habrá más sufrimiento pero no hay una perspectiva de que esto vaya a acabar. Nadie es capaz de decir si en un año o dos años la situación mejorará. Al principio, la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) dijo que, en 2013 Grecia podrá retornar a los mercados… Eso es algo que tampoco entiendo: ¿por qué mi bienestar debe depender de los mercados? Y lo mismo se preguntan los griegos y los españoles. Hemos creado un mundo muy perverso.
¿Cómo vive estos cambios la sociedad griega?
A nivel europeo todos hablan sobre dinero, nadie habla de la sociedad, de lo que le está ocurriendo. Tenemos un desempleo juvenil del 52 % y no se trata de estadísticas, sino de personas que sufren. Y cuando la gente sufre opta por los extremos. Es un momento crítico. En Grecia el partido neonazi (Amanecer Dorado) está obteniendo un apoyo cada vez mayor. Si esto continua, Amanecer Dorado logrará 35 ó 40 diputados (actualmente tiene 18). Esta gente existe desde hace 20 años, pero nadie les hacía caso. En dos años han logrado un gran poder, que es muy peligroso, pero a nadie de los que mandan parece importarle.
¿Tendrá que luchar el comisario Jaritos contra los neonazis o mirará hacia otro lado, como se le acusa de hacer a la Policía griega?
En la novela que estoy escribiendo, Jaritos tendrá problemas con los neonazis.
Los partidos tradicionales de Grecia, el socialdemócrata PASOK y el conservador Nueva Democracia, e incluso el Partido Comunista (el mayor de la izquierda griega hasta ahora) se están hundiendo. ¿A qué se debe?
A que no saben cómo manejar la situación y a que se aferran a viejos tratamiento. Y lo peor es que no hay otros partidos que los reemplacen.
Bueno, SYRIZA, el partido de la izquierda radical, ha experimentado un crecimiento espectacular.
Sí, pero SYRIZA es un partido protesta. Lo que dicen no se puede aplicar. Dicen que harán todo lo contrario a lo que les ordenan los europeos a la vez que permanecerán en la UE. Es imposible. Hace falta un programa. No hay programas en ningún partido: unos hacen lo que les pide la troika y los otros se oponen a lo que dice la troika. Pero nada más. Por eso la situación es tan desesperada. Porque, igual que la UE, los partidos políticos griegos no ofrecen perspectivas de futuro.
Otro nuevo elemento que ha entrado a la política griega es la figura del tecnócrata como gobernante.
Es una muestra del fracaso de los políticos y del sistema político.
Contra el que se han rebelado movimientos como el de los indignados, también existente en Grecia.
El problema es que los movimientos espontáneos tienen una vida breve, porque no hay un poder detrás de ellos que los apoye y los organice en su resistencia.
Es algo que algunos pensadores atribuyen al cacareado fin de las ideologías…
Está relacionado con ello y también está relacionado con un fracaso general de la izquierda a partir de 1989. Nunca apoyé los regímenes socialistas pero éstos servían para equilibrar el capitalismo, hacían de balanza. Y este equilibrio no existe ya. Este fracaso está también relacionado con una mentalidad que se ha ido desarrollando, especialmente entre la juventud: “La madre Europa se ocupará de todo, por tanto no necesitamos ninguna ideología política, ni ninguna organización política”. Y eso lo estamos pagando, especialmente los jóvenes, porque mi generación sabía cómo resistir y luchar.
¿Ya no se sabe luchar?
Las generaciones jóvenes han puesto todas sus esperanzas en Europa y la Unión Europea y ahora que la UE es incapaz de resolver los problemas, se encuentran perdidos. La UE les ha hecho completamente apolíticos. Obviamente hay excepciones, pero la mayoría está perdida y desesperada. Por ello el peligro de reacciones violentas es mayor. Y se trata de una violencia espontánea y por tanto incontrolable.
Dibuja usted una imagen muy negra.
Un gran escritor alemán, Heiner Müller, decía: “El optismo es simple falta de información”.Sólo hay una esperanza, que los países del sur de Europa comprendan que deben mantenerse unidos. Estamos bajo ataque y cuando se está bajo ataque hay que construir frentes comunes. El norte y el centro de Europa se preguntan por qué deben dar su dinero al Sur, cuando podrían usar esos préstamos en sus países. Para ser francos, si los griegos estuviésemos en su posición haríamos lo mismo. Tengo 75 años y no he visto en mi vida que un rico quisiese compartir algo voluntariamente con un pobre. Y por eso, la parte que más sufre debe construir coaliciones comunes. Nadie está entendiendo lo que nos estamos jugando. Porque no se dan cuenta tampoco de que están aplicando el tratamiento incorrecto.
¿Por qué no se dan cuenta?
Cuando los holandeses, fineses y alemanes vienen a Grecia, o a España, de vacaciones, dicen: ¡Qué bonita costa, qué mar tan azul! Lo que no entienden es que este mar azul y esta bonita costa están relacionados con una cultura antigua. No ven ni entienden nuestra cultura. No digo que nuestra cultura sea mejor o peor, sino que es diferente. No puedes esperar que los griegos, los italianos o los españoles actúen como alemanes. Es imposible. Igual que es imposible para los alemanes actuar como nosotros. La Unión Europea fue creada en la diversidad. No se puede crear una Europa unisex.
¿Se está intentando?
Ya nadie parece querer aceptar la diversidad europea. Quieren aplicar una política unificada en diferentes países, sociedades y mentalidades y culturas. No funcionará. Porque no tiene en cuenta las culturas. Yo no tengo problema con el euro pero el euro es una moneda, no es un medio cultural. Es solo una divisa. No podemos construir una unión de una moneda, necesitamos más que eso. Creo que el último europeo consciente de ello fue Jacques Delors. Después de él todo fue mal.
¿Falta educación?
Sí. Cuando empiezan a recortar, en todos lados, incluso en Alemania, lo primero que recortan es en Educación y en Cultura. Lo que significa que no les preocupan estas cosas.
Pero, aún así, en Grecia, sigue habiendo un panorama cultural muy activo.
Sí, estoy realmente sorprendido de que los griegos aún llenan los teatros, que están sufriendo la crisis menos que otras instituciones. Ahora se ve realmente cuánto aman los griegos el teatro.
¿No es eso esperanzador?
Sí, lo es.
Publicado en Mediterraneosur: http://www.mediterraneosur.es/
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