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2ª sesión del seminario Compromiso moral y pasión intelectual. Introducción a la obra de Manuel Sacristán (21/10/2020)

En octubre de 2020 inauguramos un nuevo seminario sobre la obra de Manuel Sacristán. Ofrecemos a continuación la grabación en audio de la segunda sesión, recordando que es posible incorporarse todavía a la próxima escribiendo a nuestra dirección contacto@espai-marx.net.

Notas de Salvador López Arnal sobre la sesión:

1. El texto de ayer, publicado en 1968 pero escrito en 1967, fue respondido por Gustavo Bueno en 1970 (aunque su ensayo está escrito en 1968). El libro fue publicado en Ciencia Nueva.

1.1. Ciencia Nueva era una editorial próxima al PCE, llevada por sus amigos Alberto Corazón y Alberto Méndez. Amistad, sobre todo, con este último, con quien se carteó y con quien tradujo textos de Dubcek (del italiano).

1.2. Es el autor de Los girasoles ciegos. Un error mío: no localizarle para los documentales «Integral Sacristán». No supe cómo dar con él.

2. Se ha hablado mucho (yo mismo intervine en la Complutense sobre el tema hace un año) de la polémica Bueno-Sacristán. No hubo tal, no hubo propiamente polémica. Sacristán nunca respondió a la crítica de Bueno.

2.1. ¿La leyó? Sí. ¿Qué pensaba? Según testimonios de gente muy próxima, que era una respuesta «excesiva» con la que no coincidía.

3. ¿Por qué escribió ese texto Sacristán estando como estaba en otros asuntos (seguramente, por las fechas, en la Antología de Gramsci o traduciendo textos de Lukács, Hasenjaeger o Lukács). Probablemente porque la petición venía de la dirección de Nova Terra, una editorial ligada al mundo cristiano próximo al mundo obrero. Alfonso Carlos Comín era uno de sus miembros. Sacristán cuidó mucho en aquellos años (con críticas incluidas, Materiales número 1) las relaciones con el mundo cristiano socialista.

4. Antecedentes-complementos del texto que discutimos: su artículo de 1958 sobre la filosofía en la posguerra; su conferencia de 1963: «Studium generales para todos los días de la semana» (para mí, uno de sus mejores escritos), y dos textos breves que escribió para revistas de estudiantes. Uno en 1966, otro en 1968 (están en vuestras manos).

5. Un paso esencial, desde su punto de vista filosófico (con implicaciones vitales en su caso, en su «vivir bien»), es cuando se refiere a Bernal (el tercer marxista, junto a Gramsci y Mao, en su artículo de 1958): «Hace ya más de treinta años que un científico y filósofo inglés procedente de dos de esas tradiciones críticas [analítica, marxista], J. D. Bernal, describió con pocas palabras lo que imponen de derecho a una cultura universitaria sin trampas premeditadas los resultados de esos doscientos años de crítica. Modernizando su formulación [no conozco la de Bernal] puede hoy decirse: hay, que aprender a vivir intelectual y moralmente sin una imagen o “concepción” redonda y completa del “mundo”, o del “ser”, o del “Ser”. O del “Ser” tachado».

Aparte de la buenísima ironía (Ser, ser, ser tachado) y de la belleza del paso, esencial para entender su filosofar y su forma de entender la vida y el compromiso político y ético (o poliético como diría años después su amigo y discípulo Francisco Fernández Buey).

 

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