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Veure’ns part d’un món

Cristina García

Salerno, 1930 – Barcelona, 1980) va néixer en el si d’una família antifeixista i va créixer dins un edifici construït al Cinquecento, els balcons interiors del qual eren escenari de trobades i complicitats veïnals. Amb 15 anys ja militava al Partito Comunista Italiano, i tal vegada un dels motius que va portar-la a estudiar filologia hispànica va ser l’admiració pels republicans espanyols.

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El marxismo praxeológico: Giulia Adinolfi y Manuel Sacristán -a propósito de una nota de Gregorio Morán-

Joaquín Miras Albarrán

El marxismo praxeológico: Giulia Adinolfi y Manuel Sacristán -a propósito de una nota de Gregorio Morán-

 

Joaquín Miras Albarrán

 

Acabo de leer en La Vanguardia el texto semanal, sabatino, de Gregorio Morán sobre Craxi. En un momento dado se refiere, de pasada, a la influencia de la cultura italiana en Cataluña, y se detiene en Giulia Adinolfi y Manolo Sacristán. Hace sobre ellos varias breves -y elogiosas- referencias a ambos. La primera, y sin ir más lejos, considerarlos el marxismo catalán, y, junto a otros, -cita Barral- causa del refinamiento cultural de la izquierda catalana. Eso es verdad. Las dos cosas: eran de Cataluña y ayudaron a que la cultura en Cataluña -en Barcelona, y hasta donde irradiara su influencia a través del partido-, el pensar, fuera mejor. Ellos fueron militantes del PSUC, partido de ámbito catalán. Se agradece que se indique eso, su compromiso con su sociedad, ahora que para ser catalán hay que proclamar el amor sin límites al pan con tomate. Añade luego otros dos matices, que son los que me gustaría comentar, y matizar. No sé, con todo, si mi opinión tendrá interés para alguien –“alguienes”- más que para los viejos del lugar. De hecho uno de los matices es lo que me ha llevado durante años a nunca sentirme capacitado para opinar, por falta de determinadas lecturas, y por lo escaso de los recuerdos sobre los que me baso, ecos de opiniones que solo son ecos de frases aisladas, y hora, que tengo ciertas lecturas hechas me da todavía más pereza entrar en el tema, por respeto en primer lugar a estos dos grandes maestros nuestros, en segundo lugar, porque no sé qué utilidad puede tener, pues su obra y su legado no son “frecuentados” –la ruptura es tan honda que para personas un poco más jóvenes que los viejos del lugar estos personajes son ya nombres sin cuerpo intelectual, iconos de personas de vida ejemplar, como mucho- y por último, porque, como muy bien sabe y ha experimentado Salvador López Arnal en carne propia, e pericoloso sporgersi a la finestra. Dice el periodista que sin la influencia de Giulia no se podría entender la interpretación de Gramsci que hacía Sacristán. Yo tengo una opinión –un barrunto- viejo, y es que había matices y hasta conceptos diferenciales. Seguramente una interpretación, la de Manolo –me permito lo que nunca me consiento, decir “Manolo” en lugar de Manuel sacristán- estaba fundamentada más desde la recepción analítica, menos referida a las culturas existentes, a la antropología del individuo, etc, (y se podría ver el distanciamiento sobre el historicismo de Gramsci), la insistencia más sobre el momento científico –que es la insistencia sobre la dirección externa, pues es el partido el que puede poner la ciencia- y la de Giulia más “croceana” y hegeliana, tal como lo era el marxismo italiano; el del hegeliano Labriola, que formó en el marxismo –que conocía- a Croce, y el de Gramsci y Togliatti, que eran universitarios de un país cuyo gran filósofo era Benedetto Croce, un gran hegeliano. Labriola, es el gran difusor del marxismo en Italia y su texto sobre el manifiesto no tiene desperdicio. Togliatti…tradujo 150 páginas de la Fenomenología del Espíritu. Esta otra lectura está más basada en la actividad que la cultura popular podía generar desde sus propios recursos. Más abocada a discutir contra los elementos culturales existentes retrógrados –“crítica”- y a propulsar los progresistas y a tratar de que los propios protagonistas, desde su cultura y su racionalidad práctica crearan nuevas prácticas y nuevas ideas: “marxismo cultural”, por decir algo…y sé que soy burdo con Sacristán. Sacristán aceptó y defendió la iniciativa del contrato laboral para funcionarios –esto va dentro de una vieja lucha de masas- no porque la ciencia científica se lo soplara al oído, no porque el comité universitario decidiera que dada la coyuntura internacional, y habida cuenta de la coyuntura económica y teniendo en cuenta la situación del régimen, y considerando que …esa era “la fetén” científica, sino porque en una asamblea de nivel estatal del movimiento de pnns celebrada en Granada esa había sido la propuesta surgida…

 

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