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Carta de Clausura del Instituto Lukács

Instituto Lukács

Hace unos días se publicó en facebook una carta anunciando el cierre del Instituto Lukács, de Brasil (https://www.institutolukacs.com.br), y explicando las razones del mismo (https://www.facebook.com/institutolukacsdivulgacao/posts/749269948960801

Tras 8 años de existencia, el Instituto Lukács anuncia su cierre. En la última asamblea constituida virtualmente en los días 10, 11 y 12 de octubre de 2020, la mayoría de los miembros presentes en ella optó por disolverlo.

El Instituto Lukács nació demasiado grande para existir en este mundo en que la lógica de la mercancía dicta los caminos de la razón. El IL nació en un escenario económico y político en el que la crisis del capital se agudizaba y resaltaba el agotamiento del modelo de gestión “social desarrollista” del Estado brasileño, puesto en práctica por el Partido de los Trabajadores. Por otro lado, sin desconocer las mediaciones, no existía prácticamente un movimiento obrero activo y la izquierda revolucionaria sobrevivía como era posible dentro de la crisis teórica del marxismo, viéndose cada vez más alejada tanto de los espacios de formación de los movimientos de masas como de las propias organizaciones de la clase trabajadora. Dichos elementos también contaban con la inexistencia de espacios para publicaciones basadas en las teorías de Marx, Lukács y Mészáros, fundamentalmente, y la necesidad de difundir la teoría revolucionaria a precios asequibles para estudiantes y trabajadores.

Fue en esta coyuntura que fue creado el Instituto Lukács, con una tarea hercúlea frente a la “etapa histórica de profundización de la crisis estructural del capital”, a saber, “la constitución de mediaciones fundamentales para el proceso de difusión y socialización del legado revolucionario producido por los clásicos del marxismo”.  Esta tarea esencial implicaba “la necesidad fundamental de desarrollar una cultura para combatir la perspectiva reformista de la tradición marxiana”.

Desde su nacimiento, el IL tuvo como punto de partida teórico la centralidad ontológica del trabajo como fundamento del ser social. En el campo político, sostuvimos que el proletariado sería el portador de la condición histórica que puede revolucionar radicalmente la sociedad, ya que es la clase productora del contenido material de la riqueza. Así, debe extraer del complejo del trabajo las “condiciones fundamentales para la superación del sistema del capital” y para la construcción de una sociedad libre y asociada, creando un sistema social basado en la igualdad sustantiva y la autodeterminación de los individuos.

El Instituto Lukács surgió con la intención de librar una lucha ideológica en la sociedad brasileña y latinoamericana, para exponer los límites del camino parlamentario y recolocar en el debate político-teórico las bases ontológicas de la superación de la propiedad privada y el patriarcado. Esta cultura de combate se hizo explícita en el Manifiesto de Fundación, en la crítica contra “las posiciones reformistas, que favorecen la lucha de posiciones dentro de la sociedad burguesa y que hacen del parlamento el espacio preferencial de conquistas para la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora”.

Para los fundadores del IL, estaba claro que “el cretinismo parlamentario, que se refugia en la pseudo-distinción entre gobierno y Estado como mecanismo de defensa de un gobierno nacional-popular, serviría sólo para las siempre necesarias reformas sociales “que crean nuevos patrones de expropiación de la riqueza social producida por la clase trabajadora”.

Finalmente, el IL surgió como un instrumento para la publicación de “textos y materiales articulados con la lucha revolucionaria por la superación del capital y sus diferentes manifestaciones ideológicas, como el posmodernismo y el neoliberalismo”. Para ello, era fundamental contar con una formación teórico-política interna entre los miembros, a fin de defender una línea editorial basada en “una ontología fundada en una comprensión dialéctica y materialista del mundo”, contrapuesta “a cualquier explicación fragmentada de la realidad y que recurre a los preceptos trascendentes, propios de las manifestaciones religiosas e idealistas que dominan la subjetividad humana en tiempos de crisis estructural del capital”.

Con todo, el Manifiesto de Fundación no logró consolidar una orientación teórica y política que, con el tiempo, sumara el trabajo colectivo y voluntario necesario para el fortalecimiento del Instituto Lukács. Fue entonces cuando surgieron propuestas que contemplaban la formación y profundización político-teórica colectivas. Se creó un espacio para la publicación de ensayos y discusiones políticas en el espacio web del IL y se reconfiguró la Asamblea General para garantizar la reflexión teórica colectiva.

Pasaron los años. Los estudios propuestos en las asambleas no se realizaron de manera satisfactoria y el debate político interno se hizo cada vez más escaso, dando lugar a la aparición de crecientes divergencias en cuanto a la intervención política coyuntural y electoral entre sus integrantes. El número de miembros se fue reduciendo debido a diferentes elecciones personales, siendo la mayoría de las salidas, durante estos 8 años, relacionadas con la falta de alineación teórica o con la ausencia de alineación política.

El IL, como se ha explicado, surgió para ser mucho más que una editorial, aunque ser una editorial dispuesta a orientar el debate ideológico revolucionario, en la coyuntura actual, y con precios asequibles a los lectores, sea una tarea necesaria y grandiosa. Sin embargo, la ausencia de formación y de profundización político-teórica colectivas impidió una concepción común y consolidada en torno a las actividades colectivas voluntarias realizadas. El éxito editorial del proyecto encubrió estos problemas durante mucho tiempo, creando una gran confusión sobre las causas y consecuencias de la crisis interna que vivíamos, que había estado obstaculizando efectivamente la preservación de la propuesta original del Instituto Lukács. Rápidamente, los esfuerzos relacionados con el mantenimiento y fortalecimiento del espíritu colectivo dieron paso al predominio de la actividad de lanzamiento de títulos, sin la construcción colectiva de estrategias equivalentes para la distribución de los libros para que pudieran llegar a un mayor número de lectores.

La continuidad del Instituto, en los moldes en que fue concebido, se fue comprometiendo progresivamente, provocando un enfriamiento de nuestra capacidad de trabajo voluntariado colectivo. La disminución de la producción interna, provocada también por los retiros de miembros, se ha convertido en uno de los graves problemas para la concepción original del IL. Los problemas fueron aumentando y el progresivo desvanecimiento de la convergencia teórica y de la concepción del trabajo colectivo original acabó transformándose en un desgaste creciente de las relaciones personales dentro del núcleo-Maceió, su órgano más activo desde sus inicios. El éxito editorial del IL en la publicación de grandes clásicos del marxismo y las obras de sus miembros no estuvo acompañado de la formación teórica y política de sus miembros, generando un gran desgaste interno.

La mayoría de los asistentes a la asamblea concluyeron que sería imposible “reformar” el IL, ya que la coyuntura en la que fue creado y la forma en que pudo lograr sus objetivos tienen raíces profundas; revelan las contradicciones que las organizaciones con principios revolucionarios no han podido superar en el contexto de la profundización de la crisis del capital. Por estos motivos, por mayoría, los miembros del Instituto Lukács decidieron, con gran pesar, finalizar su ciclo de actividades, preservar su legado de 54 publicaciones, en 8 años, y de organización independiente, bajo los principios del autogobierno y el trabajo voluntario del colectivo de miembros, ajenos a la lógica del lucro. Así, queremos evitar que el IL tenga el mismo fin que arruinó a otras editoriales e instituciones de la izquierda brasileña impulsadas por principios revolucionarios.

Creemos que este cierre del IL favorece la profundización de la reflexión sobre la verdadera naturaleza de la crisis político-teórica del marxismo, desplegándose en debates sobre la posibilidad de constituir organismos que puedan, de manera duradera, alinearse con los fundamentos ontológicos del ser social necesario para la verdadera superación del capital y del trabajo alienado.

Estaremos en funcionamiento hasta, como máximo, el mes de mayo de 2021, con una Junta transitoria, cuyo objetivo es concluir la publicación de los últimos títulos en 2020, la distribución y el destino del stock restante de libros y proporcionar las demás medidas necesarias para el cierre del Instituto Lukács. Agradecemos el apoyo permanente recibido de los lectores. Existen y pueden surgir otras experiencias. La nuestra acaba aquí, llena de aciertos y errores a superar en el futuro histórico.

Instituto Lukács
Maceió, octubre de 2020

Traducción de Gerard Marín

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