En la Corrala se ha pasado de la culpabilización, de la búsqueda del error de cálculo individual, de la depresión y la soledad, a vivir el problema como una cuestión colectiva y política; a vivirlo como una injusticia del sistema. El empoderamiento consiste en entender que tu problema individual, en realidad, es un problema de amplios sectores y que te puedes apoyar en tus iguales para afrontarlo. Fraternidad, solidaridad y apoyo mutuo, como lo hemos llamado en el movimiento obrero de toda la vida. Es posible que para muchos militantes, ésta sea una cuestión obvia y fácil, pero en el contexto de una sociedad individualista y atomizada, socializar la carencia de vivienda (o de trabajo) es un proceso revolucionario. Con sus contradicciones y altibajos, la Corrala Utopía creó una comunidad donde éste era un eje central para una mayoría de vecinas.
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