Regalo de un maestro
Salvador López Arnal
Reseña de: Luis Vega Reñón (editor), La teoría de la argumentación en sus textos. Antología. Lima: Palestra editores, 2022, 458 páginas.
La finalidad y los destinatarios del libro: al no haber apenas publicaciones anteriores de este género filosófico, se pretende cubrir una laguna abierta y «servir de complemento informativo, analítico y crítico a los estudiantes, en particular, y a todos los interesados, en general, no solo en estos estudios, sino en la suerte y salud de nuestro discurso público” (es decir, a todos, dada la finalidad política de primera magnitud que se señala). Lo que pueden esperar los lectores y usuarios de esta antología, señala el editor, «es que los ayude a ser no tanto más sabios sino más lúcidos.” No es cualquier cosa.
Libro apto para todos los públicos: no hay que tener ningún conocimiento especializado en el ámbito de la lógica formal o disciplinas afines para poder adentrarse en este regalo, en esta magnífica antología compuesta por dieciséis textos sobre teoría de la argumentación, algunos de ellos traducidos por el propio editor, Luis Vega Reñón, recientemente fallecido, uno de nuestros grandes filósofos, un verdadero maestro de todos aquellos que, en nuestro país o en otros países hermanos, estén interesados por la teoría de la argumentación, por la lógica informal (también por la formal), por el pensamiento crítico y por la historia de la argumentación.
Un breve apunte sobre él. Luis Vega Reñón ha sido catedrático emérito de la UNED y ha sido profesor visitante de, entre otras, la Universidad de Cambridge (Reino Unido), de la UNAM y UAM (México), de la Universidad de Córdoba y UBA (Argentina), de la Universidad Diego Portales (Chile), etc. Fue fundador y director de la revista Revista Iberoamericana de Argumentación, y entre sus publicaciones sobre historia y teoría de la argumentación cabe destacar La trama de la argumentación (1999), Si de argumentar se trata (2003, el capítulo IV de este ensayo inolvidable se incluye en la antología), Compendio de lógica, argumentación y retórica (coed. Paula Olmos) (2011), Introducción a la teoría de la argumentación (2015), Lógica para ciudadanos (2017) y La naturaleza de las falacias (2021).
Componen la antología un prefacio del editor, los 16 escritos que señalábamos (el primero, de C. Vaz Ferreira es de 1910; el último, de Hugo Mercier, es de 2016), todos ellos ensayos fundacionales, inaugurales o representativos de la teoría moderna actual de al argumentación, una bibliografía compilada y un excelente índice analítico. Entre los autores incluidos: Charles L. Hamblin, Wayne Brockriede, Deborah Orr, Daniel H. Cohen, Ralph H. Johnson, Anthony Blair, David A. Frank, Robert J. Fogelin, Carlos Pereda Failache.
Tomo pie en el prefacio del editor para destacar algunas consideraciones. La teoría de la argumentación es un campo de estudios relativamente joven (en el que confluyen lingüistas, lógicos, retóricos, sociopsicólogos, filósofos): «su eclosión y sus primeros desarrollos tuvieron lugar durante la segunda mistad del s. XX”. En su relativa madurez, es un ámbito de investigación que «se encuentra reconocido y consolidado en los medios académicos interesados en la investigación, análisis y evaluación del discurso”. Los escritos incorporados a la antología «no solo han contribuido a las señas de identidad del estudio de la argumentación, sino que aún pueden suscitar ulteriores problemas e inspirar nuevas revisiones e investigaciones.” En la cultura de habla hispana, añade Vega Reñón, concurre además otra razón poderosa. «Los primeros pasos dentro de este campo se han dado principalmente en inglés y francés. El español, en este como en otros ámbitos culturales y académicos, no ha sido un lenguaje muy frecuentado o cultivado”. Para salir de esta situación, el autor y su discípula Paula Olmos publicaron en 2011 su Compendio de lógica, argumentación y retórica, un ensayo que trataba de normalizar lingüística y conceptualmente en nuestro idioma «las ideas y los planteamientos teóricos propios en este campo”. Por un sendero similar transita la antología que comentamos, editada en Perú, en la editorial Palestra, colección Derecho & Argumentación (son miembros del consejo editorial de la colección Susan Haack y Manuel Atienza Rodríguez).
Amparándose en una reflexión de Erik Krabbe (1982): «¿Qué es la teoría de la argumentación? Entiendo que es un campo […] en el que se han de desarrollar las teorías de la argumentación”, Vega Reñón señala que esta antología acata la sentencia: «la teoría de la argumentación” da nombre al ancho campo de estudio de la argumentación, un ámbito que «se presta más a las ideas y programas para tener en cuenta que a unos sistemas cabales y clausos… O dicho conforme al lema aristotélico que preside la Revista Iberoamericana de Argumentación, la teoría de la argumentación es el saber que buscamos” (formulación muy similar a la que usó Sacristán, el socrático busco con vosotros, en la presentación de una colección que dirigió en los años sesenta para la Editorial Ariel).
Finalmente, como se ha indicado, no son abstrusos y sofisticados asuntos académicos los que aquí se ventilan. Cuatro botones de muestra: 1. Robert J. Fogelin: «Aun así, ¿qué debemos decir acerca de los desacuerdos profundos? Podemos insistir en que no todo desacuerdo es profundo, en que, incluso existiendo desacuerdos profundos, las personas pueden argumentar bien o mal. Al final, sin embargo, debemos decir la verdad: existen desacuerdos, a veces sobre cuestiones importantes que, por su naturaleza, no están sujetos a resolución racional”. 2. David A. Frank, «Como afirman Perelman y Olbrechts-Tyteca en la penúltima frase de The New Rethoric: “La justificación de la posibilidad de una comunidad humana en el campo de la acción no puede basarse en una realidad o una verdad objetiva, [por lo que] la teoría de la argumentación contribuirá a elaborarla” (p. 514). Esta teoría de la argumentación debería estar en el corazón de cualquier sistema auténtico de argumentación o visión de la democracia participativa. Hay una humildad arraigada en la obra de Perelman y Olbrechts-Tyteca, en la medida en que no sostiene verdades trascendentes. Esta actitud de humildad se complementa con la fe en la capacidad de los seres humanos para tomar decisiones buenas, si no absolutas. Cuando se lee a la luz adecuada, The New Rhetoric sigue siendo un clásico, que ofrece una visión profunda del significado y la experiencia de los argumentos.» 3. Frans H. Van Eemeren: «Algunas de las cuestiones centrales son si un contexto político requiere reglas adicionales, si requiere una formulación específica de las reglas generales, y si es necesario y está justificado reconocer determinadas restricciones a la aplicabilidad de las reglas generales para la discusión crítica. Otras cuestiones más concretas son, por ejemplo, cómo se emplean los distintos esquemas argumentativos en contextos políticos, cómo se han de analizar y evaluar los argumentos pragmáticos en esos contextos, y cuáles son las técnicas dialécticas y retóricas que emplean determinados políticos para convencer a su audiencia.” 4. Deborah Orr. «La lección que se desprende de esto para quienes se dedican a la lógica informal, ya sea desarrollando teoría, escribiendo textos o enseñando, es que para que se desarrolle todo el espectro del pensamiento humano debemos reconocer colectivamente la validez de los modos de pensamiento distintos de la cepa masculina dominante y fomentar activamente su desarrollo. Esto exige, entre otras cosas, entender a los pensadores como algo más que mentes desencarnadas. Son más bien personas con herramientas afectivas y empáticas útiles para contribuir en la vida intelectual. Es a estas herramientas y a sus usos y límites a los que la lógica informal debe ahora dirigir su atención”.
En síntesis: apto y necesario para todos los públicos, para lectura y consulta.
Fuente: El Viejo Topo, octubre de 2022 (versión parcial).