Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Por un mundo rural sustentable: aproximación histórica a la propuesta de una renta básica universal

Gabriel Jover Avellà

Durante este primer cuarto del siglo XXI estamos asistiendo a una sucesión de crisis financieras, un incremento de la desigualdad económica a escala planetaria y una profunda crisis ambiental, climática y energética al mismo tiempo, que amenazan la civilización tal como la hemos conocido hasta la fecha. Los cambios tecnológicos y los procesos de liberalización de los mercados ponen en solfa el mundo del trabajo y el pacto social en la distribución de rentas posterior a la Segunda Guerra Mundial. Y el ‘capital fósil’ desatado con la I Revolución Industrial, es responsable de una parte, de un cambio climático sin precedentes (causado por la actividad humana, de ahí el nombre de Antropoceno), 1 y de otra, el agotamiento de las reservas energéticas (carbón, petróleo, gas) conduce a la humanidad a una crisis energética de dimensiones desconocidas.2

Para hacer frente a estos desafíos sociales, económicos y ambientales un amplio abanico de movimientos y científicos sociales reclaman la instauración de una Renta Básica Universal. Es decir un ingreso mínimo para toda la ciudadanía, con carácter incondicional, que permita transitar estas profundas transformaciones sin dejar a nadie fuera de una red de protección social y económica. La discusión sobre la naturaleza y viabilidad de esta renta tiene un largo recorrido, con argumentos a favor y en contra.3

En el mundo rural la crisis tiene unos rasgos propios dentro de la dimensión socioecológica global. La Revolución Verde (el paquete tecnológico industrial aplicado a la agricultura: fertilizantes químicos, plaguicidas, pesticidas, etc.) provocó un desacoplamiento entre las actividades agrícolas, ganaderas y forestales que está en el origen de muchos de los problemas del sistema agroindustrial global actual: despoblamiento rural (La España vacía), pérdida de biodiversidad, contaminación de los acuíferos, caída de las rentas agrarias, disfunciones de los regímenes alimentarios, etc. 4 Todos estos conflictos están interrelacionados y exigen respuestas de carácter global. La profundidad y complejidad de la transición de estos sectores hacia un mundo agroalimentario más sustentable y saludable ha generado también un debate sobre la necesidad de una Renta Básica Universal dirigida al mundo rural.5 Las implicaciones de esta propuesta no son menores y han sido incorporadas a la discusión de la nueva PA..6 La discusión sobre una RBU rural también ha emergido en los medios de comunicación en los últimos años, como uno de los posibles instrumentos para transitar hacia este cambio global.

El 21 de noviembre de 2017 el Diario Heraldo de Aragón anunciaba que La Diputación General de Aragón aprobaría una renta básica para fijar la población rural, especialmente en los pueblos pequeños7. En una entrevista publicada en El Períódico el antropólogo Gustavo Duch (01/24/2017) se manifestaba a favor de una renta básica para mantener la población rural y preservar los servicios que proporciona al conjunto de la sociedad, desde los alimentos hasta los servicios ambientals8. Dos años después un alcalde y candidato al senado del PSOE también pedía una RBU para garantizar la población rural y cuidar de los campos y paisajes rurals9. El 23 de noviembre de 2019 el diario El País daba cuenta de los experimentos de RBU rurales en todo el mundo, 10 poco después lo hacía el Confidencial11, y un año después se añadía La Vanguardia (edición del 13.07.2020). Proyectos de ensayo de esta RBUr han presentado y se están testando todo el mundo, generalmente en pequeñas comunidades rurales indígenas y monitorizadas por los gobiernos y organizaciones no governamentals.12

Para Lucía Argüelles, profesora del Departamento de Economía de la UOC, la RBU adquiere funciones específicas en el contexto agroforestal y rural. 13 Por un lado garantiza a los pequeños y medianos agricultores, unos ingresos mínimos (un colchón social) que les permitiría hacer frente a las recurrentes adversidades que asolan los campos ((tormentas, granizadas, caída de los precios) que los hace cada vez más vulnerables. En segundo lugar, remuneraría aquellos servicios ambientales que el manejo de los cultivos y sistemas agroforestales procuran gratuitamente a las sociedades; permitiría al campesinado negociar en unas mejores condiciones económicas (precios, seguros) con las grandes empresas comercializadoras y transformadoras del sector agrario, 14 y mejoraría la calidad de los alimentos y la soberanía alimentaria. 15 En estos momentos, las discusiones más intensas del llamado Pilar I de la PAC tienen como puntos de fricción la condicionalidad en las ayudas directas a los agricultores que favorezcan la fijación de la población rural, el relevo en las explotaciones, y unos ‘targets’ que prioricen la sustentabilidad ambiental, la seguridad alimentaria y la mitigación de el cambio climático. 16

Sin embargo, esta propuesta de un ingreso universal e incondicional no es nueva. Apareció también en el último tercio del siglo XVIII, en un contexto similar al actual. Entonces el conflicto confrontaba las demandas populares de libertad, fraternidad e igualdad (que adoptaron también reivindicaciones feministas 17 y antiesclavistas 18) y las fuerzas reaccionarias que temían perder sus privilegios.19 En aquella etapa, los conflictos sociales también tenían lugar en un contexto contradictorio donde el bienestar de los humanos iba de la mano de un salto cualitativo en el progreso tecnológico: la liberación del capital fósil, que desencadenaba las fuerzas productivas (destructivas) del carbón y la máquina de vapor: la Primera revolución Industrial.20 Muchos de los que luchaban por la libertad y la igualdad veían como su ‘mundo del trabajo’, urbano y rural, era profundamente modificado, y sus saberes eran aniquilados por nuevas jerarquías y disciplinas laborales industrials.21 También en el mundo de la ciencia se enfrentaron aquellos que empujaban la total mercantilización plena de la naturaleza como palanca para ‘liberar’ (privatizar) las fuerzas productivas (destructivas), 22 y aquellos en tres que querían mantener las ‘paces con el planeta’ de donde provenían la mayor parte de los recursos necesarios para la vida de la humanidad.23

Thomas Paine (1737-1809) fue uno de esos activistas que consideraba que la libertad debía ser sostenida por una mayor justicia social.24 En 1797 aquel revolucionario norteamericano se dirigió al directorio de la República Francesa con una propuesta de ‘Justicia Agraria ‘, para reforzar uno de los nuevos derechos de los hombres que la República Francesa había tenido el valor de añadir al de la libertad: la igualdad.25 un principio que no admitía gradaciones en las cosas a las que se aplicaba. Sin embargo, añadía, a menudo este principio es menospreciado, y violentado. Y en parte, la violación de este derecho tenía que ver con otro de los derechos creados por la civilización, el derecho de propiedad individual. Thomas Paine argumentaba que el derecho de propiedad tenía una doble naturaleza. Por un lado, era un derecho natural que procedía del creador del universo, y que confería a la humanidad acceso a la tierra, el aire y el agua. Este conjunto de bienes eran propiedad natural, común a todas las personas. Pero, sobre este la civilización había construido otro derecho artificial, creado por los hombres, que conllevaba la adquisición de un derecho de propiedad individual sobre la tierra.

En el estado natural la tierra era propiedad común de toda la humanidad, así todo los humanos nacían propietarios. El aprovechamiento de los recursos tenía un carácter extensivo, como las economías recolectoras y pastorales de los indios norteamericanos o de otros pueblos pastores y ganaderos. En ese estado había mucha tierra para alimentar las poblaciones. La civilización, la práctica de la agricultura, incrementó la riqueza y la densidad de población, y posibilitaba los avances en muchos campos. Pero la civilización tenía su demonio: la desigualdad, el encogimiento de los derechos comunes sobre la tierra. Ahora bien, la transformación de las tierras naturales en tierras cultivadas, la introducción de mejoras y ésta no ‘propiedad agraria’ pertenecía a los propietarios de aquella tierra. Pero no les pertenecía la tierra, que en el fondo era propiedad de toda la comunidad. Los propietarios individuales poseían las mejoras introducidas en la tierra, pero no la tierra. Si bien el valor de las mejoras excedía el valor natural de la tierra, no podía absorber el valor originario común a toda la humanidad. Por eso, decía, no se deben confundir los derechos individuales de propiedad de los cultivadores, con aquellos otros derechos naturales de toda la humanidad.

It is only by tracing things to their origen that we can gain rightful ideas of them, and it is by gaining such ideas that we, discover the boundary that divides right from wrong, and teaches every man to know his own. I have entitled this tract “Agrarian Justice” to distinguish it from “Agrarian law”.

De este modo, era justo que el propietario de la tierra cultivada pudiera vender sus derechos, cederlos en herencia o hipotecarlos, pero siempre lo haría a partir de las mejoras introducidas, no podía hacerlo con la posesión común del derecho natural sobre la tierra. Y había que idear un sistema para compensar esa pérdida de derechos de la humanidad sobre la tierra cultivada en la que ya no tendría acceso. Por decirlo de una manera coloquial, la propuesta parecería una especie de enfiteusis al revés, la humanidad dispondría de todos los derechos sobre la tierra, y aquellos que hubieran explotado (mejorado) una parte de ella y la dispusieran como ‘propiedad privada’ en virtud de las mejoras hechas, deberían pagar un canon al resto de la humanidad. Estos ingresos constituyeron un:

‘national fund, out of which there shall be paid to every person, when arrived at the age to twenty-one years, the sum of fifteen pounds sterling, as a compensation in part, for the loss of his or her natural inheritance, by the introduction of the system of landed property: and also the sum of them ten pounds per annum, during life, to envery person now living, of the age of fifty years, and to all others as they shall arrive at that age.

I have already establishieed the principle, namely, that the earth, in its natural uncultivated State was, and ever would have continued to be, the common property of the human race; that is that State, every person would have ben born to property; and that System of landed property, by its inseparable connection with cultivation, and with what is called civilization life, has absorbed the property of all those whom it dispossessed, without providing, as ought to have been done, an indemnificatio for that loss.

Thomas Paine, no se quedaba sólo en esta sutil distinción entre la propiedad natural o común y la propiedad privada fruto de la introducción de las mejoras de cultivo. A continuación desarrollaba un sistema de impuestos para garantizar el alimento de ese fondo y de aquellas rentas que deberían pagar a todos los ciudadanos del país.

It is proposed that the paiment, as already stated, be made to every person, rich or poor. It is best to make it so, to prevent individious distinctitions.

Así pues, hoy, más de 225 años de aquella ‘doble revolución’ de la que hablaba Eric Hobsbawm26, somos herederos de aquellos conflictos. Por un lado la lucha por extender y profundizar los derechos de la igualdad, la libertad y la fraternidad, y por otro la necesidad de hacer ‘las paces con el planeta’. Hoy como ayer, movimientos sociales rurales y urbanos piden una nueva justicia agraria en el contexto de la crisis socioecológica global. La magnitud del cambio exige disponer de alguna otra red de seguridad social más, como hemos visto durante la COVId19 (ERTE o Ingreso mínimo vital), para afrontar los desafíos de la transición socioecológica. 27 Tal vez, repensar y actualizar aquella propuesta de Thomas Paine no sería ocioso. Estudiar los conflictos del pasado y recuperar algunas de las propuestas descartadas entonces no es una tarea inútil y puede ayudarnos a encontrar soluciones para los problemas de hoy, desde la praxis moral y de la acción colectiva.

 

Bibliografia

  1. Jason W. Moore Anthropocene or Capitalocene? Nature, history and the Crisi of Capitalism, Oakland, Kairos PM Press, 2016.
  2. Joaquim Sempere Las cenizas de Prometo. Transición energética y socialismo, Barcelona, Pasado y Presente, 2018.
  3. Vegeu els debats mantinguts a la Revista Sin Permiso, https://www.sinpermiso.info/tematica/Renta-B%C3%A1sica
  4. Vegeu per exemple M. González de Molina et alia, Historia de la agricultura espanyola desde una perspectiva biofísica, 1900-2010, Madrid, MAPA, Serie estudios (nº183), 2019.
  5. Para una discusión sobre las especificidades de la RBU en su faceta rural y sustentable véase: MacNeill, Timothy, and Amber Vibert. “Universal Basic Income and the Natural Environment: Theory and Policy.” Basic Income Studies 14.1 (2019). Mulvale, J. P. (2019). Social-Ecological Transformation and the Necessity of Universal Basic Income. Social Alternativas, 38 (2); Malmaeus, M., Alfredsson, E., & Birnbaum, S. (2020). Basic Income and Social Sustainability in Post-Growth Economías. Basic Income Studies, 1 (ahead-of-print). PINTO, Jorge “Environmentalism, ecologismo, and Basic Income” Basic Income Studies, 2020, 1.ahead-of-print.
  6. Arc2020 Heinrich Böll Stiftung, Brussels https://www.arc2020.eu/will-the-cap-post-2020-be-fairer/
  7. https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2017/11/18/la-dga-probara-si-una-renta-basica-ayuda-fijar-poblacion-medio-rural-1208591-300.html
  8. https://www.elperiodico.com/es/opinion/20160615/una-renta-basica-agraria-5207342
  9. https://www.lavozdegalicia.es/noticia/lugo/pedrafita-do-cebreiro/2019/04/19/psoe-propone-renta-basica-viven-zonas-rurales-cuidan/00031555692964266745540.htm
  10. https://elpais.com/economia/2019/11/23/actualidad/1574533506_194791.html
  11. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2020-03-04/renta-basica-social-alaska-finlandia-ingresos_2479827/
  12. https://www.elsaltodiario.com/agroecologia/una-revolucion-rural i https://www.elsaltodiario.com/soberania-alimentaria/renta-basica-medio-rural-soberania-alimentaria-
  13. https://www.eldiario.es/ultima-llamada/aprovechamos-discutir-renta-basica-agraria_132_6021695.htmlhttp://economia-empresa.blogs.uoc.edu/author/luciarguelles/
  14. Sobre la seguridad alimentaria, el relevo generacional y la independencia económica de las explotaciones campesinas europeas, así como el tránsito hacia una agricultura ecológica, véase O’Donoghue, C., & Howley, P. (2012). The Single Farm Payment: a basic income for farmers ?, Basic Income Studies, 7(1), Guy Standing: Why Basic Income’s Emancipatory Value Exceeds Its Monetary Value – https://doi.org/10.1515/bis-2015-0021
  15. https://www.elsaltodiario.com/soberania-alimentaria/renta-basica-medio-rural-soberania-alimentaria-, Victor M. Toledo i Narciso Barrera-Bassós La memòria biocultural. La importància ecològica de las sabidurías tradicionales, Barcelona, Icaria, 2008
  16. Una primera estimación del coste de una RBU rural por la UE se encuentra en Jens-Eberhard Jahn “A Basic Income for Rural Areas? A proposal for a strategic realignment of agricultural, social and structure policy within the EU ” https://basicincome.org/bien/pdf/munich2012/Jahn.pdf
  17. Véase un introducción a esta cuestión a Amartya Sen Development as a Fredom, Oxofrod, Oxford University Press, capítulo 8. Véase también: Mary Wollstonecraft A Vindication of the Rights of Woman and A Vindication of the Rights of Men, Oxford, Oxford University Press, Claire Tomalin Vida y muerte de Mary Wollstonecraft, Barcelona, El Viejo Topo, 2011; Laura Manzanera Olympe de Gouges. La cronista maldita de la Revolución Francesa, Barcelona, El Viejo Topo,
  18. Florence Gauthier Triomphe et mort de la Révolution des Droits de l’home et du citoyen, París, Syllepese Editrice, 2014;
  19. Josep Fontana Capitalismo y democracia 1756-1848: como empezo este engaño, Barcelona, Crítica, 2019.
  20. Andreas Mmalm, Fossil Capital: The Rise of Steam-Power and the Roots of Global Warming, london, verso, 2016.
  21. Julius Van Daal, La cólera de Ludd. La lucha de clases en Inglaterra al alba de la Revolución Industrial, Madrid, Logroño, Pepitas de calabza, 2015.
  22. Karl Polanyi La Gran transformción. La crítica del liberalismo económico, Ediciones de la Piqueta, 1989
  23. Jean-Luc Chappey i Julien Vincent, ‘A Republican ecology? Citizenship, nature and the French Revolution (1795-1799), Past and Presnet, nº 243 (may 2019)
  24. Para un estudio reciente sobre los orígenes históricos de esta propuesta véase: Alberto Tena camporeses, Los orígenes revolucionarios de la lava básica. Textos de Thomas Paine y Thomas Spence del último tercio del siglo XVIII, Postmetrópolis Editorial, 2021. Una primera reseña en https://www.sinpermiso.info/textos/epilogo-al-libro-los-origenes-revolucionarios-de-la -Renta-basica-universal
  25. Las citas que siguen son extraídas de Thoma Paine Agrarian Justice, versión CPSIA www.ICGtesting.com (1797), otra edición del texto se puede encontrar en Thomas Paine Common Sense, Penguin Books (Great Ideas) New York, 2005, pp. 79-102.
  26. Prefacio de Las revoluciones burguesas (I), Barccelona, Editorial Labor, 19796 p.11.
  27. Mulvale, J. P. (2019). Social-Ecological Transformation and the Necessity of Universal Basic Income. Social Alternatives, 38(2); Malmaeus, M., Alfredsson, E., & Birnbaum, S. (2020). Basic Income and Social Sustainability in Post-Growth Economies. Basic Income Studies, 1(ahead-of-print). PINTO, Jorge “Environmentalism, Ecologism, and Basic Income” Basic Income Studies, 2020, 1.ahead-of-print.

Fuente: Prosperidad sostenible (https://www.revoprosper.org/2021/07/26/por-un-mundo-rural-sustentable-aproximacion-historica-a-la-propuesta-de-una-renta-basica-universal/)

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