Un punto de encuentro para las alternativas sociales

La infame y criminal duda del señor X, una variable despejada

Salvador López Arnal

Un paso esencial de las (meditadas) declaraciones del que fuera, y acaso siga siendo, asesor de Carlos Slim: “Tuve una sola oportunidad en mi vida de dar una orden para liquidar a toda la cúpula de ETA. Antes de la caída de Bidart (…) No sé cuánto tiempo antes, quizá en 1990 ó 1989, llegó hasta mí una información, que tenía que llegar hasta mí por las implicaciones que tenía. No se trataba de unas operaciones ordinarias de la lucha contra el terrorismo: nuestra gente había detectado -no digo quiénes- el lugar y el día de una reunión de la cúpula de ETA en el sur de Francia. (…) pero la posibilidad que teníamos de detenerlos era cero, estaban fuera de nuestro territorio. (…) En aquel momento sólo cabía la posibilidad de volarlos a todos juntos en la casa en la que se iban a reunir. (…) no te explico toda la literatura, pero el hecho descarnado era: existe la posibilidad de volarlos a todos y descabezarlos. La decisión es sí o no. Lo simplifico, dije: no. Y añado a esto: todavía no sé si hice lo correcto. No te estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales. No, no es verdad. Una de las cosas que me torturó durante las 24 horas siguientes fue cuántos asesinatos de personas inocentes podría haber ahorrado en los próximos cuatro o cinco años. Esa es la literatura. El resultado es que dije que no” [1]. ¡No te estoy planteando el problema de que yo nunca lo haría por razones morales; no, no es verdad!, tal cual, directo al corazón de sus tinieblas. Sin rectificaciones ni matizaciones posteriores, asumiendo implícitamente que está hablando de “guerra sucia”, de terrorismo de Estado, y que nuestro señor X se ubicaba en la cabeza de la rama criminal de mercenarios, como máximo responsable de las “cloacas del Estado” y de sus actuaciones [2]. Variable desvelada.

Y, como siempre, dándoselas además, sin que sea imposible, por otra parte, que se trate de una impostura estudiada, de una nueva impostura para impresionar al personal y centrar de nuevo los focos políticos y mediáticos en un ego políticamente sin límites. ¿Su intencionalidad de fondo? ¿Por qué ahora y tan a las claras? No importa en demasía. Echar leña al fuego de siempre, jugar ofensivamente en primera línea, desviar atención y preocupaciones. La estrategia diseñada concierne al PSOE, al señor de la variable despejada y a los diversos intereses que puede representar en estos momentos. Ninguno de ellos recomendable.

No es éste el punto, no es éste el pantano maloliente que deberíamos recorrer. La cuestión es: ¿cómo es posible que alguien que se las dio de antifranquista, que hablaba de la Tercera República, que conversaba, lenguaje y tono profundos, con Fernando Claudín sobre la necesaria renovación de la tradición socialista, que apoyaba como el que más el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, que ese alguien, digo, se convirtiera apenas cuatro o cinco años más tarde en el mandarín de una salvaje reconversión industrial, en el responsable de un criminal aparato terrorista de Estado, en líder del cambio de opinión ciudadana sobre la permanencia en la alianza militar atlántica, en difusor y defensor de los nudos más salvajes del capitalismo, alguien que afirmó, feliz de haberse conocido a sí mismo, preferir ser asesinado en el metro de Nueva York, que desde luego él nunca cogería, que morir de aburrimiento en Moscú, alguien que cantó las excelencias neoliberales de cazar ratones sea cual fuera el procedimiento, admitiendo una corrupción aléfica en gobierno e instituciones, un personaje así, un señor X asesor de una de las principales fortunas del mundo, fuera durante más de una década un referente de izquierdas para la opinión pública española, un líder querido y admirado por millones de trabajadores españoles que sigue siendo recordado, contemplado y oído con enorme admiración? ¿Qué pasó, qué ocurrió para que una operación así diseñada tuviera el anclaje que tuvo y que, en parte, sigue teniendo?

Éste es el punto, éste es uno de los vértices, y ésta es una de las razones de la derrota, del pesimismo, la desconfianza generalizada y la desorganización de las clases populares españolas. Una mezcla nada creativa de Schröder, Craxi, Peres y Andrés Pérez no sólo dirigió el país durante 14 años sino que se convirtió en el principal líder de la izquierda española. Cuando razonables y prudentes dirigentes de Izquierda Unida, y de otras fuerzas de izquierda comunista, afirmaban y explicaban la barbarie que significaban los GAL y la claudicación del “socialismo” español realmente existente algunas voces poderosas e influyentes los tachaban de locos, antiespañoles y de proetarras para provocar su silencio. No lo consiguieron. Bueno es ahora recordarlo en su honor.

Notas:

[1] http://www.kaosenlared.net/noticia/guerra-sucia-estado-espanol-felipe-gonzalez-reaviva-sombra-senor-x-gal

[2] Por si hubiera alguna duda al respecto, el asesor de Slim, el amigo de Peres, Craxi y Carlos Andrés Pérez, señala en la entrevista que fue Barrionuevo, su ministro del Interior, quien dio instrucciones para poner fin al secuestro de Segundo Marey, lo cual, innecesario es decirlo, implica poder político directo sobre la banda ilegal que secuestró y torturó a Marey.

[3] Ni que decir tiene que, años después, en sus 14 años de gobierno, no hubo ni un sólo gesto a favor del Frente POLISARIO, organización que nunca fue reconocida por España como representante legal del pueblo saharaui. La Sudáfrica de Nelson Mandela, por ejemplo, sí reconoció la República Árabe Saharaui Democrática.

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