Conflicto en Oriente Medio. Potencial escalada bélica y previsibles consecuencias
Estos aciagos días en que los palestinos sufren un genocidio espantoso, en medio de un silencio tremendo, a manos de los israelíes, convertidos de víctimas en victimarios en pocas décadas y que los ya muy largos conflictos en Siria, Irak y ahora Yemen en el Mar Rojo, se están agudizando, hay cada vez más voces inconscientes en Occidente, que propugnan que «se de una lección a los iraníes», que son los que están apoyando a milicias en la región que están opuestas al dominio exclusivo y ya de larga data de Estados Unidos en la zona.
Se pide al gobierno más poderoso del planeta que «de una lección a los iraníes» y hay una considerable parte de senadores y congresistas estadounidenses y de la Unión Europea que respaldarían sin pensarlo esta opción.
Hasta el momento, los EE.UU. parece que no han optado por golpear directamente a los iraníes en su territorio y los israelíes, también obsesionados con eliminar el poder o la influencia que Iran ha alcanzado en la zona, apuntan por el mismo camino, aunque igualmente se han mantenido golpeando a lo que consideran son milicias de Oriente Medio, en Irak Siria o Yemen, que existen solo por el apoyo y la influencia iraní.
Esto me ha sugerido volver a revisar la situación en la zona y las consecuencias de una extensión del conflicto, que obligase a los iraníes, como ya han anunciado, que cualquier ataque a su territorio, será respondido con total dureza.
Veamos con algo de detalle, algunas informaciones que se alejan de los discursos fáciles del odio y de la dicotomía simplista del «yo soy bueno por naturaleza y mi enemigo es malo, también por naturaleza»
Decíamos ayer en alguna charla o documento, en términos generales y ya las cifras de detalle empiezan a importar poco, que el mundo está extrayendo entre 90 y 100 millones de barriles diarios de diferentes calidades.
Decíamos también, que de toda esta cantidad que se extrae, en realidad de petróleo disponible para exportar quedaba algo menos de la mitad, entre 40 y 45 millones de barriles diarios (40-45 Mbpd), ya que el resto lo están consumiendo ya los propios países productores, que dividíamos entre países productores que a pesar de todo, necesitan importar para cubrir su consumo y los 40-45 Mbpd es lo que los países productores-exportadores pueden ofrecer al mundo.
La cosa, entrando a los detalles es todavía mucho más compleja, porque, hay países productores que pueden estar exportando crudo y a la vez importando productos refinados derivados del petróleo por no tener capacidad propia de refino, incluso de países netamente importadores.
Pero en general, estas son las cifras gordas que deberían estar en nuestras mentes.
Este combustible fósil sabemos que alimenta el 33% de toda la energía primaria que el mundo consume, pero nada menos que el 95% del transporte mundial (terrestre, marítimo y aéreo).
Y también sabemos que de los 40-45 Mbpd que los extractores/exportadores pueden ofrecer al resto del mundo que necesita importar, nada menos que unos 17 Mbpd pasan por el Estrecho de Ormuz, donde se encuentran los principales extractores/productores con capacidad exportadora.
Esto es nada más y nada menos, que entre el 38 y el 43% de todo el petróleo que todos los importadores mundiales de este esencial producto para sus vidas y para sus transportes, están necesitando.
Todo ello, está pasando ahora por un estrecho o tremendo cuello de botella en Ormuz, entre Irán y Emiratos y Omán, cuya vía navegable tiene apenas dos o tres kilómetros, en cada vía de entrada o salida, por el que está transcurriendo una incesante cantidad de buques llevando hacia el mundo esos 17 millones de barriles diarios, tanto en forma de petróleo crudo como de productos ya refinados, asfaltos y bitumen, productos químicos derivados del petróleo y una considerable cantidad de gas natural licuado y líquidos combustibles del gas natural, que también sale de terminales y puertos de los países exportadores del Golfo Pérsico y entran constantemente también los mismos buques vacíos a volver a rellenar y otros llevan otras mercancías esenciales a los países del golfo Pérsico.
Pequeña guía para tratar de entender en qué situación estamos
Existe una herramienta muy útil, llamada «vesselfinder» o buscadores de barcos, que utilizaremos aquí para hacernos mejor una idea de la magnitud de un posible conflicto que conllevase alteraciones importantes y prolongadas de ese enorme flujo marítimo a través del Estrecho de Ormuz.
Daré unas pequeñas claves como ayuda para mejorar la búsqueda y entender mejor qué está pasando y circulando por el Estrecho de Ormuz y lo que se mueve dentro del Golfo Pérsico, todo el perfectamente al alcance de los sistemas militares iraníes.
Por tanto, si entramos en esta página y vamos hacia el golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz veremos una nube de barcos de todo tipo y condición, en pleno movimiento.
Este sistema es bastante completo y ofrece la localización de todos los barcos (que se atienen a los sistemas del conocido como Satellite AIS o Sistema de Identificación Automática por Satélite y aportan sus datos). El sistema diferencia muchos tipos de barco o buque, en función de si son de cargo de bienes o materiales, si son buques tanqueros o petroleros, generalmente con líquidos combustibles o derivados, si son de pasajeros simples o combinados con carga o con vehículos y un gran grupo de «otros» donde se encuentran desde los pesqueros, barcos de recreo, buques militares, remolcadores, dragadores u otros. Y finalmente muestra un grupo no despreciable, que cada vez aumenta más de «desconocidos» (unknown). La lista es la que se muestra en la tabla de más abajo:
Al entrar al sistema, si nos fijamos en concreto en el área posiblemente más delicada del mundo en sentido geoestratégico podemos observar la marea de movimientos de buques de todo tipo fluyendo.
Esta información se ofrece casi en tiempo real, con refrescos de la posición de los barcos a cada pocos minutos. Es un mapa muy dinámico de seguimiento
Para ayudar a la localización, solo hay que hacer «zoom» o ampliar el mapa en el sector deseado y luego pinchar en cada punto que señala el mapa.
Los indicadores en forma de flecha, informan generalmente de barcos en movimiento y la flecha suele indicar la dirección o sentido del mismo
Los puntos suelen identificar barcos estacionados, bien amarrados a puerto o fondeados en el mar, en muchos casos a la espera de acceso a los puertos, en verdaderos «parkings» o estacionamientos a la espera para poder cargar, como en el caso, por ejemplo, del puerto de Ras Laffan, en Qatar, como se muestra aquí
Los colores suelen identificar el tipo de barco o buque en relación con su actividad y función principal. Dado que la variedad de funciones excede la de los colores disponibles en una paleta normal, suelen agrupar los colores por funciones básicas.
Por ejemplo:
El color naranja suele ser un tanquero o un buque tanque o petrolero.
Los amarillos suelen ser buques de cargas diversas y no se excluye que transporten derivados del petróleo.
Una amplia disponibilidad de grises anuncia barcos de función o tipo desconocido o «unknown»
Los azules se identifican con servicios auxiliares varios, en general los del último grupo de la tabla 1.
Los verdes suelen identificar barcos de pasajeros.
Los morados suelen ser veleros o barcos de recreo, como se puede apreciar en las estructuras artificiales que ha creado Dubai en la zona y donde han construido cientos, quizá miles de chalets y se ven como una palmera desde el espacio (ver figura 3)
Los militares suelen aparecer en rojo y aquí seguramente hay que hacer una considerable notación: hay extremadamente pocos barcos o buques que aparezcan en este color y generalmente son los Search and Rescue ships (Barcos de identificación y control, como por ejemplo, los que detectan fugas de combustibles sobre el mar o los que acuden al rescate en casos de accidentes. Es obvio que la inmensa mayoría de los grupos de combate navales no llevan los sistemas de Identificación Automática activados por Satélite de los civiles y muchos menos los submarinos, ahora que aparecen noticias, por ejemplo, de un submarino israelí de la clase Delfín que algún medio ha anunciado está patrullando por el golfo.
Al pulsar sobre cada punto del mapa, pueden aparecer los datos del barco o buque con mayor o menor detalle, en función de lo que los armadores y dueños del sistema decidan ofrecer.
En los que se definen como «unknown», generalmente no aparece nada. Obviamente, debe haber muchos más barcos, buques y navíos militares de todo tipo y dimensión, desde los enormes portaaviones estadounidenses, hasta las pequeñas lanchas rápidas iraníes, que seguramente no ofrezcan sus datos y no tengan activado o dispongan del sistema de identificación automática por satélite.
Cada pinchazo a cada barco o navío suele indicar en una pestaña que aparece, si tiene el sistema AIS activado o no.
En algunos casos, con el sistema activado, los buques no ofrecen mucha información. En otros, sin embargo, pueden ofrecer la nacionalidad o bandera bajo la que viajan, el puerto de origen, el puerto de destino (hay veces, como el caso de los petroleros iraníes, que muestran el puerto de origen, pero no el de destino) y el tonelaje bruto (Gross Tonnage) y peso muerto (Deadweight), incluyendo el datos del año de construcción y el tamaño del mismo.
Mirando este mapa con detalle, se observa como el Golfo Pérsico es un enorme nudo de autopistas de entrada y salida, con rutas muy especificadas, lugares de estacionamiento, plataformas marinas estáticas de extracción de crudo o de gas y puertos de los países ribereños donde cargan los combustibles líquidos, refinados o sin refinar y donde descargan los bienes que estos países importan del exterior. Todo está muy regulado y controlado por todos los países ribereños, incluido Irán y desde luego, los EE.UU., que cuentan en la zona con bastante bases militares y centros de comando y control.
Irán domina todo el norte del Golfo Pérsico y señaladamente el norte del estrecho pasaje de Ormuz. Además de los puertos de carga de crudo y productos petrolíferos, como el de Bandar Abbas, justo en el cuello del Estrecho de Ormuz, Abadán, en la desembocadura del Chat-El Arab, junto a la frontera de Irak, puertos que fueron demolidos por Irak en la guerra que desató Irak contra Iran en 1980 y después reconstruidos, o el no muy lejano y bien metido al fondo del Golfo Pérsico Puerto del Imam Khomeini. Tienen también refinerías en estos grandes puertos, aunque disponen de otras refinerías en el interior, como en Teherán o en Isfahán.
En el lado sur del Golfo Pérsico se encuentran todos los demás países árabes en los que EE.UU. Ejerce un control considerable y posee bases militares en prácticamente todos ellos. Por orden desde el fondo del Golfo Pérsico, están Irak, con los puertos de Basora, Um Qasar y Fao.
Kuwait posee los puertos de Mina al-Ahmadi, cerca de la capital de Kuwait o Shuaiba.
Arabia Saudita dispone, como es obvio de una gran cantidad de puertos y refinerías, en las orillas del golfo Pérsico, siendo los más conocidos e importantes lo de Ras Tanura o Al Khafji,más cerca de Kuwait. Aunque este poderoso país tiene casi todos los grandes campos en el este del país cerca del Golfo Pérsico y por tanto, históricamente tiene la mayor parte de las refinerías y los puertos para la exportación en esa zona, ha construido un oleoducto de cierta capacidad para exportar también a través del Mar Rojo, que conecta con el puerto de Yambú desde el puerto del Golfo en Abqaiq. Ese oleoducto tiene una capacidad evasiva máxima por la que evitar el Estrecho de Ormuz de unos 5 millones de barriles diarios.
Mas hacia el exterior, están Barein, Qatar, Emiratos y finalmente Omán. Qatar es un gran productor de gas desde sus plantas de licuefacción, con metaneros que llevan al gas licuado al resto del mundo.
Lo que sí existen es una multitud de petroleros, sobre todo de tamaño mediano, que incluso teniendo el sistema de identificación activado, no ofrecen detalles ni de bandera o nacionalidad, ni de carga, ni origen ni destino.
Es obvio que estos buques no se les pasan por alto ni a la inteligencia estadounidenses, ni a la iraní, que desde el Estrecho mismo y prácticamente por medios visuales directos o bien por medio de sus múltiples lanchas rápidas hacen continuas incursiones y pueden identificar el barco la bandera o nacionalidad y eventualmente el origen y destino de la carga y el tipo de la misma.
El Golfo Pérsico es además un verdadero mercado persa de intercambios de combustibles en los bunkers tankers, donde trasiegan el petróleo y sobre todo sus derivados a placer entre buques de todo tipo, desde estas nodrizas fondeadas. Las crecientes sanciones de EEUU., cada vez más ineficaces, tanto para Irán como para Rusia hacen de estos mercadillos en alta mar o en tierra de nadie (a veces incluso en las propias narices de Gibraltar o de Malta o en medio del abarrotado Golfo Pérsico), un verdadero festival de la hipocresía y del cinismo. Todos sabemos a qué se juega y como en Casablanca, de vez en cuando tocamos el silbato y nos horrorizamos diciendo que en el casino de Rick se juega, mientras recogemos las ganancias del día de una ruleta viciada.
Evidentemente, todos los barcos situados en el Golfo Pérsico y no sólo los que están cercanos al Estrecho de Ormuz, están perfectamente al alcance del ejército iraní, de la misma manera que todos los barcos iraníes están al alcance del ejército de Estados Unidos y de algunos países del entorno, sobre todo Arabia Saudita.
Los medios de ataque con que cuentan los iraníes son muy diversos. Este país, a pesar de las sanciones extremas occidentales, que ya duran décadas, o quizá precisamente debido a las sanciones, ha sido capaz de desarrollar un sector militar que se considera uno de los 15 más poderosos del mundo. Han adquirido capacidades que hoy muchos países occidentales supuestamente avanzados como España, no poseen. Desde su capacidad para lanzar satélites, sus misiles balísticos de gran alcance, misiles de crucero, supuestamente armas hipersónicas, submarinos, variados vehículos aéreos no tripulados o drones, desde los de puro reconocimiento, hasta los de ojeo y eventualmente misiones suicidas, que han probado llegar a distancias cercanas a los 1000 Km y que se han hecho famosos a raíz de la guerra en Ucrania. Todo ello, por no hablar de su capacidad tecnológica para enriquecer uranio hasta los niveles que les apetece, con centrifugadoras de producción nacional.
Con estos sistemas de lanzamientos han conseguido alcanzar sin problemas bases militares en Irak o Siria a cientos de kilómetros, bastante precisión o han permitido a los hutíes golpear y dañar también a algunas refinerías e instalaciones petrolíferas sauditas hace algún que otro año, a pesar de la enorme cantidad de dinero que los sauditas invierten en asegurar sus defensas con los más sofisticados sistemas antiaéreos estadounidenses.
Disponen, por último, de multitud de minas submarinas y de torpedos de cierta capacidad y de una buena cantidad de lanchas muy ligeras y rápidas, armadas con lanzadores de cohetes, que aunque no tengan gran alcance, son muy versátiles y se pueden presentar en cualquier punto del Golfo Pérsico en minutos. Y que podrían complicar enormemente, si no bloquear completamente, el paso por el Estrecho de Ormuz, durante semanas o posiblemente meses. Algo que solamente harían en una situación de extrema necesidad y más que por amenaza existencial, por un criterio de «¡muera yo con todos los filisteos!», pudiendo convertir el Golfo Pérsico en un mar verdaderamente negro.
Y disponen, por último, de un ejército muy disciplinado, bien entrenado por años de guerras de agresión de otros hacia ellos y mucho más dispuesto al martirio que los solados occidentales, que vienen de años de confort y paz.
Con este panorama, no es de extrañar que incluso Estados Unidos, que es el país occidental que ahora menos necesita combustibles fósiles del Golfo Pérsico de entre todos sus aliados de la OTAN, se piensen seriamente la posibilidad de golpear directamente a Irán en su suelo, por el daño enorme que se pueden hacer unos a otros, pero sobre todo, por las consecuencias para todo el planeta.
La estrategia y la doctrina militar de Irán, no parece difícil de predecir. En realidad, este país presume de que no han atacado a nadie desde que se tiene noticia pero sí han sido atacados con fiereza, tanto desde los propios Estados Unidos que utilizaron al Sha de Persia como ariete contra su propio pueblo, como después, a través de varios intentos y sanciones y finalmente, forzando al Irak de Sadam Hussein a entrar en una guerra de mutuo desgaste, de la que solo salió beneficiado Occidente.
Minas submarinas
En estos momentos, Irán podría disponer de capacidad para cerrar el Estrecho de Ormuz en cuestión de minutos, sabiendo lo que esto significa. Es decir, solo lo harían con posterioridad a un ataque masivo que supusiese una verdadera amenaza existencial, como un ataque nuclear israelí en alguna instalación nuclear o militar iraní o un ataque masivo dentro de suelo iraní.
Cuando se pierde el miedo al mandamás
Los ataques a los «proxies» de Irán en Irak o en Siria, no parecen preocuparle demasiado a Irán. Disponen de tiempo, están obligando a Estados Unidos a muy costosos despliegues militares en la zona en el momento más inoportuno, los pueden reemplazar con bastante facilidad y han hecho perder el aura de unipolaridad y de invencibles y de que llegan a todas partes, cuando quieren, tanto a Israel como a Estados Unidos. Los últimos ataques de represalia estadounidenses en siria e Irak, anunciando a bombo y platillo el uso de los B1Lancer, sus bombarderos estratégicos y supersónicos que en su día tuvieron capacidad de portar armas nucleares, para responder a un golpe a sus bases en Jordania no ha intimidado lo más mínimo. Israel, otrora también impune, lleva cuatro meses que no puede evitar ser golpeada dentro de su territorio por lanzadores y misiles de corto alcance desde el sur del Líbano hacia las zonas ocupadas de Líbano por Israel y ha tenido que replegar ciudadanos de las granjas cercanas a la frontera. Esos sistemas están golpeando con cierta precisión los sistemas de vigilancia temprana que Israel tenía desplegados por toda su frontera, que hacían vigilancia remota para detectar acercamientos. Ahora muchos de ellos están destruidos y el ejército israelí debe utilizar medios humanos u otros medios satelitales para detectar aproximaciones.
El desbalance de medios termina poniendo en aprietos incluso a los muy poderosos, cuando para defender, por ejemplo, a Israel, hay que enviar dos portaviones junto con sus grupos de combate, porque tanto Hamás desde la martirizada Gaza como Hezbolá desde el sur del Líbano movilizan sus pequeñas y limitadas unidades de combate. Que para exterminar a los miembros de Hamás en Gaza haya que haber utilizado bombas equivalentes a dos o tres Hiroshimas y Hamás siga sin ser exterminada, dice mucho de las limitaciones del inmenso poder militar. Lo mismo cuando se ha tratado de Ucrania y el envío masivo de armamento y municiones a este país para defenderse de la invasión rusa, desde todos los países de la OTAN y se ha observado que esos países al final han dejado sus propias existencias al mínimo, en materia de seguridad nacional y que su capacidad fabril de producción de municiones (p.e. los populares obuses de 155 mm), es mucho menor de lo que se podría uno haber imaginado para el inmenso poder teórico con que cuenta la OTAN y sus dos años de intentos y envíos masivos de armamento.
Otras alternativas posibles de respuesta iraní, en caso de amenaza existencial
Hundir la flota
Los iraníes cuentan además con muchos otros medios para provocar una escalada, si ven un peligro existencial para su país o son descaradamente atacados.
Basta mirar y contar (aunque sean objetivos dinámicos y aparezcan o desparezcan durante el conteo al salir de ahí) los barcos con crudo y con gas en el golfo Pérsico. Yo he contabilizado unos 500 a ojo de buen cubero.
Los tipos más conocidos son los siguientes:
Con estos datos, y conociendo la bandera, la carga que han tenido en origen y los destinos, los iraníes pueden centrar sus operaciones de golpeo, en caso de necesidad, sobre los petroleros, que por mucha flota militar occidental que haya en el Golfo, son muy difíciles de proteger, como ya se está viendo en el Mar Rojo frente a Yemen. E Irán es muy diferente a Yemen en cuanto a capacidades de ataque.
El daño a la interrupción, sobre todo prolongada más allá de las cada vez más limitadas reservas estratégicas, del flujo de petróleo (y del gas) que necesita el Occidente, que está sancionando a Irán y que puede atacarlo en algún momento y que al mismo tiempo es muy dependiente del petróleo de esa zona, puede ser inmenso. Los grandes petroleros, que viajan a velocidades de muy pocos nudos y que muchas veces están fondeados en el Golfo son verdaderos patos mareados para un buen cazador.
Minar el Estrecho de Ormuz podría quizá despejarse en semanas o meses, pero si se hunde una flota con capacidad de transportar una buena parte de los 17 millones de barriles diarios y a los metaneros que transportan Gas Natural Licuado, que por ahí pasan gracias a todos los puntos naranjas (y algunos amarillos) del mapa de Vessel Finder, es un daño muy superior, del que posiblemente el consumista Occidente jamás lograría recuperarse, pues llevaría años, poder reparar (los que puedan ser reparables después de un ataque) o reemplazar esa flota con nuevos pedidos en los pocos astilleros del mundo capaces de producirlos hoy.
Con las bases de datos que a buen seguro tienen los iraníes, no haría falta ni siquiera golpear y dañar o hundir a los aproximadamente 500 buques petroleros o metaneros que circulan por el Golfo, sino solo a los de los países que se muestran abiertamente hostiles con Irán, como son los EE.UU. Y los de la OTAN y aliados. Las banderas de conveniencia (Liberia, Panamá, etc.) aquí pintarían poco y sería sobre todo el origen y destino de la carga, el responsable del flete y la verdadera propiedad que se esconde en las banderas de conveniencia.
Refinerías y tanques/depósitos de almacenamiento
Si alguien ha podido volar sobre el Golfo Pérsico por la noche, habrá visto el horror que se ve abajo de una zona totalmente iluminada y activa, sirviendo de forma continua, como decíamos, el 40% del petróleo exportable de todo el mundo. Es sorprendente, como hemos podido terminar de depender en todo el Occidente desarrollado de esta pequeña área, que Dick Cheney a la que se refería de esta forma ya en 1999 en el Instituto del Petróleo:
«Oil remains fundamentally a government business. While many regions of the world offer great oil opportunities, the Middle East with two thrids of the world’s oil and the lowest cost, is still where the prize ultimately lies, even tough companies are anxious for greater access there, progress continue to be slow».
Y de aquellos polvos, luego tuvimos los lodos de la invasión de Irak y de Siria y el asedio constante de Irán, que es el único país de esa zona donde «el progreso» sigue siendo lento –para los intereses de EEUU– como lo entendía el entonces Secretario (ministro) de Defensa de los EE.UU. Con Bush. El resto de los países del Golfo Pérsico, bien, todos a disposición de los EE.UU.
Así que el otro talón de Aquiles de la zona serían todas las refinerías de los países del Golfo Pérsico. Ya se vio el daño que podían hacer unos pocos misiles yemeníes sobre instalaciones sauditas.
Por supuesto, todo lo anterior, no implica que la mayor parte de la infraestructura petrolífera y gasística de Irán no quedase totalmente destruida, si Occidente, con EE.UU. a la cabeza o Israel, en un intento desesperado, deciden atacar a Irán. Nadie cree que Irán sobreviviese sin graves contratiempos a un conflicto de esa magnitud, pero eso complicaría incluso más el necesario suministro a Occidente, que todos sabemos utiliza el cinismo para seguir dotándose de petróleo y gas iraní por medios alternativos. Las alternativas a un golpe nuclear sobre instalaciones nucleares o militares iraníes, han estado sobre la mesa pública de algunos dirigentes israelíes.
Los «proxies» militares de Irán en Siria o Irak molestan mucho, pero los «proxies» energéticos de este país, en forma de barcos fantasma y de trasbordos piratas, les vienen bien a todos. Y también vería gravemente afectado el suministro de China, de India o de Pakistán, que son países todos ellos nucleares, que seguramente tendrían algo que decir si no lo están diciendo ya por canales más o menos diplomáticos.
Conclusión
Más vale no tocarlo. Mas nos vale a todos que no haya escalada y no se extienda el conflicto o se intente atacar directamente a Irán.
Los lectores que puedan estar interesados pueden calcular el daño que podrían sufrir sus propios países, si se diese un cierre del Estrecho de Ormuz y sobre todo, si quedase dañada o inutilizada una parte considerable de los petroleros y metaneros que ahora están circulando por el Golfo Pérsico, en función de cómo dependan del petróleo y del gas de esa zona.
Pueden ayudar algo los datos del último informe del Energy Institute de 2023 (antigua base de datos de BP), con datos de 2022, sobre países y regiones de las que se importa crudo con origen en los países del Golfo Pérsico y los destinos principales del mismo, como se muestran arriba, donde China la India, Japón y buena parte de Europa son las áreas más dependientes (siendo España uno de los países europeos mejor diversificados, no obstante).
Nótese el valor relativo de estas tablas, habida cuenta de la cantidad de crudo y productos refinados que se trasiegan fuera de los circuitos comerciales tradicionales. Por ejemplo, que no se liste a Irán entre los países exportadores, es una licencia para no perturbar a las mentes simples que creen todavía en las sanciones de este tipo de productos indispensables para el funcionamiento de la sociedad mundial actual.
En cuanto a las exportaciones de gas natural licuado (los gasoductos entre los principales exportadores e importadores por gasoducto, solo tenían una gran relevancia entre Rusia y Europa antes de la guerra de Ucrania o entre EE.UU. y sus vecinos Canadá y México.
Es curioso observar como solo tres países exportadores en el golfo, soportan el 25% del total de exportaciones mundiales de gas natural licuado como se especifica en la figura de más abajo.
Otra forma de ver las dependencias del gas licuado de los países exportadores del golfo Pérsico está en la pestaña de los movimientos comerciales del gas licuado en el mundo que ofrece también el Energy Institute. Si bien la dependencia de Europa es considerable, hay sobre todo una dependencia muy importante de países de Asía.
Aproximadamente un 24% de todo el gas licuado que se consume en el mundo sale del Golfo Pérsico, aunque Europa tenga una dependencia de su consumo de 2022 del 17% desde esa zona, pero porque sigue importando de forma indirecta mucho gas licuado de Rusia. Del orden de todo lo que importa desde el Golfo Pérsico. Y ello es posible porque desde EE.UU. se está suministrando gas licuado procedente del fracking en un 42% del consumo de 2022.
Esta situación no puede prolongarse mucho en el tiempo, si como se teme, el gas de fracking puede estar llegando a sus límites de exportación desde EEUU y si Rusia termina cerrando el grifo realmente, bien sea por decisión propia o porque así lo decide Occidente con las sanciones, solo faltaría que el Estrecho de Ormuz se cerrase y tendríamos la tormenta perfecta, también con el suministro del gas que Europa necesita para funcionar.
Esperemos, sí, que las cosas no vayan a peor en las tensiones de Oriente Medio. Por el bien de todos. Para ganar algo más de tiempo para ver qué hacemos en el futuro a más largo plazo.
Pedro Prieto
Febrero de 2024
Fuente El Salto, 8-2-2024 (https://www.elsaltodiario.com/colectivo-burbuja/conflicto-oriente-medio-potencial-escalada-belica-previsibles-consecuencias)