Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Paco en mientras tanto

Josep Torrell Jordana

Con Paco Fernández Buey nos conocimos en 1979, en el seminario de económicas y en el Comité Antinuclear de Cataluña. Paco me propuso si quería ayudar a la creación de mientras tanto: 5.000 pesetas. Dije que sí, ¡cómo no!

Fuimos tres de Comisiones Obreras a la presentación de la revista en el Centre de Treball i Documentació, en un día lluvioso y de granizos tormentosos. Luego, solía ayudar cuando había un número que enviar. Ya he contado que se hacía todo con trabajo voluntario. Cuando vivía en Igualada, colaboraba repartiendo en bicicleta ejemplares de la revista, ahorrando los gastos de correos.

La redacción estaba compuesta por Giulia Adinolfi, Rafael Argullol, Maria-José Aubet, Miguel Candel, Antoni Domènech, Paco Fernández Buey, Ramón Garrabou y Manuel Sacristán.

De 1992 en adelante, estuve ya en Barcelona y veía a Paco en cualquiera de los actos del CTD o de los antinucleares. También coincidíamos en un restaurante de Gracia, que frecuentábamos a veces en los días de envío de la revista. Pero mi militancia era el CANC: hice una veintena de charlas (o más) en Barcelona y ciudades de alrededores. Una vez se acercó un profesor y me dijo: «Eres del grupo de Manuel Sacristán». Me dejo atontado. Y el otro, sonriendo, añadió: «Tienes su mismo lenguaje». Tuve que darle la razón: leía y releía algunos artículos –de Paco, de Manuel, de Miguel Candel, etcétera— para aprender después a dar las charlas. Después vinieron los años de 1979 con Pershing II y los misiles de crucero de la OTAN, y los del CANC nos reconvertimos en pacifistas.

En 1988, Enric Tello me propuso integrarme en mientras tanto. Era algo que me colmaba tanto de alegría –era el lugar de los maestros del comunismo— que dije inmediatamente que sí. Aunque algunas personas me advirtieron de que uno de los redactores había dicho que yo no era más que un iletrado.

Entré en el número 33, con José Antonio Estévez Araujo, Josep González Calvet y Albert Recio (al que conocía del entierro de Manolo en Guils, de la Cerdanya). En la redacción, además de Paco, estaban Víctor Ríos (que habían entrado en la redacción en el nº 4), Juan-Ramón Capella (entra en el nº 5), Enric Tello (en el nº 12), Joaquim Sempere (en el nº 18, y desde el nº 20, asumió el trabajo de Neus), José Luis Gordillo (en el nº 34) y Antonio Izquierdo. Vera Sacristán había desaparecido (lamentablemente) en el número anterior. Como las cenas, a las que nunca dimos la importancia simbólica que tenían.

Por la redacción de la revista, desde las muertes de Giulia (1980) y Manolo (1985), habían pasado infinidad de personas: veintitrés hombres y nueve mujeres. Es harto evidente que no había mujeres en mientras tanto. A muchos de ellos no les conocí. A otros, un poco: Miguel Candel, Víctor Ríos, Ramón Garrabou (en la dirección del CTD) o Xavier Pedrol (que es quién me reescribe mis notas, llenas de erratas). Ahora lo pienso: ¿por qué se fueron? Cada uno tenía sus razones. Pero con su desaparición se detectaba un problema persistente en la redacción. Que no hemos sabido nunca solucionarlo (como ha sucedido con el asunto de la incorporación de las mujeres).

No sé desde cuando fue que yo asumí la tarea de escribir en un cuaderno el título de los artículos que se iban a publicar. En el nº 70, se decidió crear una estructura doble entre Consejo Editorial y Consejo de Redacción de esta entrega. A partir del nº 77 los envíos de la revista pasaron a ser gestionados por la editorial Icaria. En el nº 85 (invierno 2002), salió el último artículo de Paco, Sobre la desobediencia civil.

Poco después, en 2003, Paco rompió definitivamente con mientras tanto. Juan-Ramón montó un rifirrafe con la publicación del libro M.A.R.X. Máximas, aforismos y reflexiones con algunas variables libres, incitando a que alguien hiciera una reseña negativa. (Yo no estuve en la reunión.) Cuando Paco se enteró del follón –pues seguía en la revista, pero no iba ya a las reuniones— envió su firme resolución de que sacarán su nombre de mientras tanto. En el nº 90, Paco sa su nombre del consejo editorial.

Pero antes del 2000 cuando se produjo el primer distanciamiento de Paco con la redacción de mientras tanto, pero no estoy seguro.

Estábamos en la mesa inmensa de la sala de reuniones de CTD. Paco estaba frente a mí, y Juan-Ramón a su izquierda. Juan-Ramón inició la polémica por la publicación de un artículo de un tipo del Partido Comunista Portugués. Paco argumentó que si un texto valía la pena era lógico publicarlo aunque no se compartiera completamente su contenido. La función de la revista había de ser contribuir al debate en la izquierda. Entonces, empezó una serie de intervenciones (creo recordar que mayoritariamente del grupo de los filósofos del Derecho) que eran subliminalmente en contra de Paco. Paco se fue encrespando (yo tenía la cara de Paco y veía cómo se estaba cabreando por momentos). Entonces Quim Sempere, intervino tratando de entender la situación y preguntando por los motivos de la discusión. Juan-Ramón, con la cabeza inclinada, soltó un exabrupto insolente (pero en voz baja). Quim, creo, que ni se enteró. Pero Paco sí lo hizo. Dejó pasar unos momentos, para sosegarse, y después dijo: «Esto es inaceptable. Aquí os quedáis». Se levantó y se fue. No volvió jamás.

Entonces, Héctor C. Silveira, se dirigió hacia mí, tratando de encontrar respuestas sobre lo qué estaba ocurriendo. Recuerdo que más o menos mi razonamiento fue el siguiente: «Para publicar un artículo en la revista, en teoría, se requiere la aprobación de tres miembros de la redacción. Pero en la práctica no siempre los artículos que se publican se comparten con todos los miembros. A mí, al menos, no siempre me llegan los artículos antes de la publicación». Y para que quedara claro lo que acababa de decir, enumeré todos los artículos que yo no había conseguido leer hasta que el número había salido a la venta. El rostro alucinado de Héctor evidenciaron este día los problemas de lo que estaba pasando en mientras tanto.

Primero: la desaparición de Antoni DomènechJordi Guiu y Félix Ovejero Lucas con el articulo 13 tesis sobre el futuro de la izquierda (nº 26). Este artículo creó una cierta desconfianza porqué hizo patente un tipo de desacuerdos en el seno de la redacción, hasta entonces inexistentes. Creo que fue entonces cuando se implantó el criterio de que un texto tenía que ser aprobado, como mínimo, por tres redactores. (Pero, si ya había tres redactores, no había necesidad de pasárselo al conjunto de la redacción).

Eso generó ciertas tensiones. Recuerdo, por ejemplo, el texto Por una alternativa verde en Europa – Manifiesto ecosocialista (nº 41) publicado en 1990, del que se hizo una tirada más amplia que la habitual y que no se vendió. (Durante años, he tenido pesadillas: de alguien que me ordenaba que me deshiciera de aquellos ejemplares.) De locos.

Además afloraba un problema generacional: los miembros mayores (comunistas) y los miembros menores (en general, sin ningún vínculo con los comunistas). Digo «en general» porque yo seguía siendo comunista, por ejemplo.

Posiblemente –con los matices que se quiera-, por debajo de ambos problemas subyacía la nueva situación abierta en 1991 por el derrumbamiento de la URSS. En todo caso, el resultado en la redacción fue que Paco se marchara cabreado de mientras tanto y Víctor Ríos se fuera a Madrid con Julio Anguita.

Yo me que quedé en la redacción demediada porque ni sabía si Paco iba a volver (esto se vio mucho más tarde), y me debía también a los lazos de Quim Sempere, Albert Recio y, porque no decirlo también, de Juan-Ramón.

Han pasado muchos años. Paco murió (2012), la revista mientras tanto en papel pasó a mejor vida (2014), y la mientrastanto.org ha alcanzado el número 236, contando con los miembros de la revista anterior: José Antonio Estévez Araújo, Antonio Giménez, José Luis Gordillo, Antonio Madrid y Albert Recio.

No está mal, a pesar de los pesares. Aunque cuando estuvo Paco fue mucho mejor. O así lo siento yo.

[La historia de mientras tanto es una favor que me hecho mi amigo Xavier Pedrol, al que le agradezco infinitamente su apoyo.]

4-VII-2024

Un comentario en «Paco en mientras tanto»

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