Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Voces y añadidos del autor a la traducción castellana por él coordinada del Diccionario de filosofía editado por Dagobert D. Runes (Más dos voces del suplemento de 1967 de la Enciclopedia Espasa)

Manuel Sacristán Luzón

Edición de Salvador López Arnal y José Sarrión

Estimados lectores, queridos amigos y amigas:

Seguimos con la serie de materiales de Manuel Sacristán Luzón (1925-1985) que estamos publicando en Espai Marx todos los viernes a lo largo de 2025, el año del primer centenario de su nacimiento (también de los 40 años de su prematuro fallecimiento). En esta ocasión, voces y añadidos suyos a la traducción castellana por él coordinada del Diccionario de Filosofía editado por Dagobert D. Runes.

Los materiales ya publicados, los futuros y las cuatro entradas de presentación pueden encontrarse pulsando la etiqueta «Centenario Sacristán» –https://espai-marx.net/?tag= que se encuentra además debajo de cada título de nuestras entradas.

Algunas informaciones:

Nuevos libros: Manuel Sacristán Luzón, Seis conferencias, Barcelona: El Viejo Topo, 2025 (reimpresión; prólogo de Francisco Fernández Buey; epílogo de Manolo Monereo).

Manuel Sacristán Luzón, La filosofía de la práctica. Textos marxistas seleccionados (Irrecuperable, 2025). Edición y prólogo de Miguel Manzanera Salavert, epílogo de Francisco Fernández Buey).

Manuel Sacristán Luzón, Socialismo y filosofía, Madrid: Los libros de la Catarata, 2025 (edición de Gonzalo Gallardo Blanco).

Manuel Sacristán Luzón, M.A.R.X. (Máximas, aforismos, reflexiones, con algunas variables libres), Barcelona: El Viejo Topo, 2025 (prólogo de Jorge Riechmann; epílogo de Enric Tello; edición y presentación de SLA).

Manuel Sacristán Luzón, Pacifismo, ecologismo y política alternativa (Barcelona: El Viejo Topo, en prensa).

Manuel Sacristán Luzón, Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales III (Barcelona: Montesinos, 2025; edición de SLA y José Sarrión Andaluz)

Ariel Petruccelli: Ecomunismo. Defender la vida: destruir el sistema, Buenos Aires: Ediciones IPS, 2025 (por ahora no se distribuye en España). «…Recogeré unas cuantas botellas lanzadas al mar por dos de los pensadores más formidables que yo haya podido leer, y que significativamente se cuentan entre los menos frecuentados: Manuel Sacristán y Bernard Charbonneau.»

Nuevos artículos:

Juan Dal Maso, «Manuel Sacristán y el marxismo del siglo XXI». https://www.laizquierdadiario.com/Manuel-Sacristan-y-el-marxismo-del-siglo-XXI.

Jordi Cuevas Gemar, «Sacristán: del ostracismo a los altares, o cómo beatificar al disidente sin tomarlo de verdad en serio» https://www.cronica-politica.es/sacristan-del-ostracismo-a-los-altares-o-como-beatificar-al-disidente-sin-tomarlo-de-verdad-en-serio/.

José Luis Moreno Pestaña: «Antonio Gramsci, Manuel Sacristán y la lucha contra la explotación cultural« https://journals.uniurb.it/index.php/igj/article/view/4812/4460

Jordi Sancho Galán, «Manuel Sacristán y el movimiento universitario» https://mientrastanto.org/247/ensayo/manuel-sacristan-y-el-movimiento-universitario/.

La revista Realitat publicó un número especial dedicado a Sacristán con artículos del propio Sacristán y de Víctor Ríos, Miguel Manzanera, José Sarrión, Lucía Aliagas Picazo, Enric Tello, José Luis Gordillo, Joan Pallissé, Jordi Mir y otros autores y autoras. https://www.realitat.cat/monografics/centenari-manuel-sacristan/.

Vídeo editado por Comunistes de Catalunya y la JCC: «Manuel Sacristán: Referent del marxisme ecològic i del comunisme verd.» https://www.youtube.com/watch?

El mientrastanto.e de junio publicó un extenso artículo de Enric Tello: «Manuel Sacristán: ¿el primer marxista ecológico europeo?» https://mientrastanto.org/245/ensayo/manuel-sacristan-el-primer-marxista-ecologico-europeo/.

El próximo número de Nuestra Bandera estará dedicado a la obra y vida de Sacristán. El Viejo Topo publicará un dossier sobre él en el número de septiembre.

La grabación completa del acto «La Universidad en el pensamiento de Manuel Sacristán y Paco Fernández Buey» celebrado el pasado 5 de mayo. https://neuronasrojas.profesionalespcm.org/2025/06/05/acto_univeridad_sacristan_fim/

Un nuevo enlace: el encuentro del pasado sábado 17 de mayo en Barcelona: «Manuel Sacristán, militante comunista» (Giaime Pala, José Luis Martín Ramos, S. López Arnal) Centre Cívic Fort Pienc, Barcelona, https://www.youtube.com/watch?v=zZ00JhJwho0. ACIM (Associació Catalana d’Investigacions Marxistes).

Un tercer enlace: Canal Red, «Sacristán hoy» (19 de junio). Coordinadora: Montserrat Galcerán. Participación de Mario Espinosa, Alicia Durán, Jorge Riechmann, José Sarrión y SLA. https://youtu.be/T2b6qUgBLdw?

Más enlaces de interés: vídeos del Seminario organizado el pasado 2 de junio en Salamanca:

MAÑANA: https://www.youtube.com/live/gxcFw9NxQws?si=OGjSWha2JX5yB-Ve

TARDE: https://www.youtube.com/live/ACXyG6r2gWE?si=xy4yGq2tqzzuL-jj

Nuevo artículo del incansable Víctor Ríos: «Manuel Sacristán, un pensamiento vivo y actual» https://www.eldiario.es/catalunya/opinions/manuel-sacristan-pensamiento-vivo-actual_129_12304153.html.

Próximas actividades:

1. 4 de octubre, nueva edición de la Fiesta Realitat, coorganizada por la Fundación Neus Català, Comunistes de Catalunya, la revista Realitat y la Joventut Comunista de Catalunya.

Durante todo el día, la plaça de les Treballadores (Trabajadoras) de la Harry Walker (Barcelona) se llenará de actividades diversas y para todos los públicos, como las Jornadas Neus Català (este año, enfocadas a la vida y legado de Manuel Sacristán), la Feria del Libro, un concierto y actividades para los y las más pequeñas y, como siempre, monólogos y conciertos por la tarde y ya entrada la noche….

2. I CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE MARXISMOS IBEROAMERICANOS. Universidad de Granada, 3-5 de noviembre de 2005. El I Congreso Internacional sobre Marxismos Iberoamericanos surge como iniciativa de IBERSURES, Instituto de Estudios Iberoamericanos y Culturas del Sur de la Universidad de Granada, con el propósito de constituir una cita anual permanente para la reflexión sobre los marxismos iberoamericanos. Esta primera edición coincide, además, con la efeméride del centenario del nacimiento de Manuel Sacristán (1925-1985), uno de los pensadores y militantes marxistas más importantes en nuestra lengua que ayudó significativamente a la introducción a ambos lados del Atlántico del marxismo occidental con sus traducciones y prólogos. Produjo una obra singular que nos permite hablar hoy de una tradición (o tradiciones) meridional del marxismo cuyas discusiones y problemáticas (aquí aglutinadas en tres bloques: marxismos desde el Sur, choques culturales y feminismos) nos siguen interpelando…

3. Simposio sobre Manuel Sacristán en Barcelona. Organizadores: Càtedra Ferrater Mora (Universitat de Girona) en coorganización con el Memorial Democrático de la Generalitat de Catalunya y en colaboración con la Fundación Neus Català. Fechas: miércoles 26 (tarde), jueves 27 (mañana y tarde) y viernes 28 de noviembre (mañana y tarde) en el Ateneu Barcelonès (Barcelona).

Buena semana, muchas gracias.

Índice
1. Presentación
2. Alienación o extrañación
3. Church, Alonzo
4. Antonio Gramsci
5. György Lukács
6. Karl Popper
7. Willard Van Orman Quine
8. Giambattista Vico
9. Martin Buber
10. Ludwig Wittgenstein

1. Presentación

Siempre tuvo Sacristán en alta consideración el Diccionario de Filosofía coordinado por Dagobert D. Runes. El mismo lo tradujo al castellano con la colaboración de Ana Doménec, Sara Estrada y J. C. García Borrón. También lo anotó y añadió nuevas voces.

Para la edición española en Grijalbo, en 1969, escribió la siguiente nota:

«La edición castellana del Diccionario de Filosofía dirigido por Dagobert D. Runes respeta todas sus características, en especial la gran importancia dada a las filosofías no europeas y a la lógica y a la teoría de la ciencia. Junto con la excepcional categoría de los redactores, ha sido precisamente la indicada característica lo que ha determinado la elección del texto, pues el criterio al que responde (el universalismo y la anteposición del interés por cuestiones realmente vivas y discutidas hoy al respeto arqueológico por viejos temas caducados) parece muy oportuno para el ámbito de la lengua castellana, especialmente para el europeo. Este criterio se refleja en la extensión de los artículos, como es natural tratándose de un diccionario. Y así se observará, por ejemplo que el artículo Lógica formal (firmado por una autoridad tan destacada como Alonzo Church) es 59 veces más extenso que el artículo Metafísica, o que el artículo Quanta, mecánica de los es ⅓ más largo que el artículo Eriúgena, J. S., etcétera.

Las únicas adaptaciones a que ha sido sometido el texto inglés son: a) breves complementos de información en algunos artículos (sustancialmente, bibliografía reciente y fechas de hechos posteriores a la edición americana), y b) el añadido de los siguientes artículos:

Alienación Naturaleza, filosofía de la
Church, Alonzo Pearson, Karl
Gramsci, Antonio Popper, Karl
Isidoro, San Quine, Willard Van Orman
Lukács, György Schaff, Adam
Lesniewski, Stalisnaw Scholz, Heinrich
Lukasiewicz, Jan Tarski, Alfred
Mach, Ernst Teilhard de Cahrdin, P.
Metafilosofía Vico, Giambattista
Mises, Richard von Zubiri, Xavier

Todos estos artículos van firmado con la sigla S.

Damos a continuación los artículos citados por Sacristán, más algunas entradas complementarias que también llevan su firma. En el índice solo hemos indicado los textos más extensos. Todos ellos son prueba, en nuestra opinión, de las numerosas teclas que tocaba el autor y de lo bien que interpretaba.

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2. Alienación o extrañación

Voz incluida en Papeles de filosofía, pp. 411-413.

Voces tomadas de la filosofía alemana. En la lengua alemana común significan la enajenación en sentido jurídico-económico (Entäusserung) y el desarraigo o la ausencia de comunicación y organicidad con el ambiente o con otras personas (Entfremdung).

En la filosofía hegeliana, a partir de la Fenomenología del Espíritu, alienación es la negación determinada (no la simple negación lógico-formal) del concepto, por la cual éste se exterioriza, se hace otro y mediante la negación (también determinada) de esa negación o retrocapción (G. Lukács) de la alienación se recupera enriquecido, más allá de la abstracción que era antes del proceso descrito. En esta filosofía la alienación es, pues, el modo del proceso de la realidad, del dinamismo de ésta.

Ambas cosas suponía, en cambio, el uso por el joven Hegel del concepto de positividad (Positivität), antecedente verosímil del de alienación. El joven Hegel habla de positividad a propósito de su teología crítica: la religión se desespiritualiza y decae, se convierte incluso en un mal, al objetivarse, al hacerse positiva. Lo mismo ocurre con todas las nociones del Espíritu. Este acento valorativo negativo y la consiguiente evocación de emociones recusatorias afectarán al posterior uso filosófico de «alienación».

Para Ludwig Feuerbach, alienación es la proyección que involuntariamente hace el hombre de productos de su propia actividad y su fantasía, para tomarlos luego como cosas en sí y someterse a ellos. La principal alienación a que atiende Feuerbach (1804-1872) es la religión.

Karl Marx (1818-1883) ha heredado el tema de la alienación de Hegel y de Feuerbach. Hasta el año 1844 aproximadamente (Manuscritos económico-filosóficos) lo trata según las líneas indicadas. Pero ya antes y luego en los citados manuscritos traspone el tema a un contexto de análisis histórico-social. Ello tiene dos consecuencias. Primera: aparecen otros términos como «Zersetzung» escisión o descomposición que tienen una función parecida a la de «alienación» pero se refieren a fenómenos precisamente históricos y más o menos fechables. «Escisión», por ejemplo, se refiere a la que Marx ve en el individuo de la sociedad burguesa; es una escisión entre las «ilusiones heroicas» de 1789, los Derechos de los Ciudadanos, la figura del ciudadano libre y guerrero que defiende con sacrificio propio la libertad, que pugna por la igualdad y proclama la fraternidad y el particular burgués de los Derechos del hombre, el egoísmo privatista, la propiedad privada de los medios de producción, la concurrencia sin barreras morales, el homo homini lupus de la sociedad mercantil. Segunda: la raíz de la alienación se busca ahora no en el terreno de la ideología, sino en la situación material del hombre. Lo primero y fundamentalmente alienado (en un sentido jurídico y material) en la sociedad capitalista es el trabajo asalariado. Sobre esta base quedan alienados (ya más en el sentido de Feuerbach) los productos de toda clase de trabajo, de la práctica humana en general, y señaladamente, las relaciones económicas-sociales, que acaban por erguirse frente al hombre como hechos de la naturaleza y se imponen así a la obnubilada conciencia de su propio productor. Como Marx piensa que por «naturaleza humana» (en sentido no ideológico) no debe entenderse sino ese sistema, o esa red, de relaciones económico-sociales resulta que la misma idea de naturaleza humana queda alienada o fetichizada. Así se generaliza el «fetichismo de la mercancía», el hecho básico de que el producto de la práctica humana, cuando se hace mercantil, esconde su origen humano y se contrapone al hombre como objeto natural con leyes propias y fatales (‘Fetichismo’ es también, como ‘escisión’, un término que añade Marx al léxico de la alienación). Por último, sobre la fetichización de la naturaleza humana alienada en esencia metafísica inmutable, se levanta la alienación de toda la cultura, que culmina en la religión. Este es un análisis concreto, no de toda alienación sino de la específicamente capitalista y de las formas concretas que toman en esa sociedad alienaciones de origen arcaico.

Pero en la noción marxiana de alienación se mantiene también el aspecto positivo que dio al concepto el Hegel clásico: la superación de la alienación no es para Marx la vuelta a un comunismo primitivo, premercantil, sino la búsqueda de uno nuevo que recoja el gran desarrollo de la capacidad productiva de la humanidad posibilitado por milenios de escisión, de división espontánea y violenta del trabajo, la fetichización de los productos de éste, de alienación.

Autores existencialistas y católicos, además de los marxistas, se interesan actualmente por el tema de la alienación.

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3. Church, Alonzo (1903-1995)

Lógico, matemático y filósofo norteamericano, nacido en 1903. Siguiendo la línea de investigación por K. Gödel, demostró en 1936 la indecibilidad del cálculo de predicados de primer orden, esto es: el hecho de que es imposible conseguir un procedimiento normado que, en un número finito de pasos u operaciones, permita resolver, dada una fórmula de ese cálculo, si esta es o no es demostrable en el mismo.

Su lógica de la conversión lambda es uno de los orígenes de la lógica combinatoria, una teoría destinada a tratar directamente las funciones sin tener que recurrir como hace la lógica de predicados clásica a su expresión indirecta por medio de variables.

A. Church, del que son la mayoría de los artículos de lógica y de filosofía de la matemática contenidos en este diccionario, entiende que la naturaleza de la teoría lógica en la línea semántica de Frege; pero su posición es menos platonizante que la de este. Podría decirse que Church tiende a lo que para la Edad Media se llama conceptualismo (Abelardo).

A. Church es el editor del Journal of Symbolic Logic. En él ha facilitado la bibliografía más completa de la lógica.

The calculi of lambda-conversion, edición de 1951; Introduction to mathematical logic, I, edición de 1956.

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Corporativo, Estado

Aunque propuestas en documentos pontificios anteriores, las corporaciones han sido propiamente la organización autoritaria de la producción en los Estados fascistas. Su principio ideológico es la eliminación de la lucha de clases mediante la integración de empresarios y obreros juntos por ramas de la producción, bajo la autoridad del Gobierno.

Dasein (al. Heidegger)

Modo de ser del hombre, consistente en la localización, esto es, en el hecho de que el estar-en-el-mundo es un rasgo estructural (un «existencial») de ese ser.

Dialéctico, Materialismo

Las «leyes» hegelianas de la dialéctica y la distinción entre materialismo histórico y materialismo dialéctico son puntos de la versión académica del marxismo. También doctrinas especiales del período de sistematización académica, como la doctrina del realismo socialista, que se encuentran hoy en una fase de discusión, protagonizada por escritores que contribuyeron de modo importante a formularlas, como G. Lukács.

Bibliografía. G. Lukács, Estética (1966-67); G. Della Volpe, Crítica del gusto, 1965; R. Havemann, Dialéctica sin dogma, 1967; A. Schaff, Filosofía del hombre, 1965; R. Garaudy, Dieu est mort. Etude sur Hegel, 1962; R. Garaudy, Marxisme du XXème Siècle, 1962.

Especulación

Término que originariamente significó «observación» (por ejemplo, astronómica) y hoy significa frecuentemente ejercicio del pensamiento sin control científico. En la Antigüedad, en la Edad Media y (menos universalmente) en la Moderna significó lo mismo que «teoría». Ferrater Mora hace de nuevo un uso positivo del término al proponer la noción de filosofía como «especulación racional».

Existencial, Filosofía

En la filosofía existencial europea los puntos de vista biológicos o pragmáticos no tienen una importancia considerable. El punto de vista básico es más bien de antropología filosófica. Pero la producción reciente de algunos filósofos (Heidegger, Sartre) comúnmente llamados existencialistas, no responde ya simplemente a esa observación.

4. Gramsci, Antonio (1891-1937)

(1891-1937) Político y filósofo italiano, fundador del Partido Comunista Italiano. Estudió lingüística y filología (sobre todo Glotología) en la Universidad de Turín, sin llegar a terminar la carrera, por su dedicación a la política. Colaborador en los periódicos socialistas Il Grido del Popolo y Avanti!. Fundador de la revista L’Ordine Nuovo, en la que se manifiesta la orientación comunista (leninista) de su pensamiento y el de otros conocidos políticos italianos (Palmiro Togliatti). Tras la fundación del PCI, delegado italiano en la III Internacional (Comintern), luego secretario general del PCI. Encarcelado en 1926, muere el 27 de abril de 1937, a los seis días de haber cumplido la condena que el fiscal había motivado con la frase: «Durante 20 años debemos impedir que funcione este cerebro». La obra de Gramsci consta de artículos periodísticos anteriores a su encarcelamiento y de una treintena de cuadernos de notas escritos en la cárcel («Quaderni del carcere»). Las cartas escritas por G. desde la cárcel fueron consideradas por Benedetto Croce como una nueva pieza clásica de la literatura italiana.

Gramsci propone un marxismo al que llama «filosofía de la práctica». Esta filosofía de la práctica no es un pragmatismo, sino un modo de pensar que historiza los problemas teóricos al concebirlos siempre como problemas de cultura y de la vida global de la humanidad: «Lo que interesa a la ciencia no es tanto […] la objetividad de lo real cuanto el hombre que elabora sus métodos […] que rectifica constantemente sus instrumentos materiales […] y lógicos (incluidos los matemáticos); lo que interesa es la cultura […], la relación del hombre con la realidad por la mediación de la tecnología. Incluso en la ciencia, buscar la realidad aparte de los hombres […] [no es sino] una paradoja». La filosofía ha de entenderse en la práctica de la humanidad, «concretamente, es decir, históricamente». Por eso el tema del hombre es «el problema primero y principal de la filosofía» de la práctica.

En la concepción marxista de Gramsci la cuestión «¿Qué es el hombre?», entendida como cuestión filosófica, no pregunta por la naturaleza biológica de la especie, sino por otra cosa que él formula del modo siguiente: «¿Qué puede llegar a ser el hombre? Esto es, si el hombre puede dominar su propio destino, si puede “hacerse”, si puede crearse una vida». Piensa Gramsci que todas las filosofías han fracasado hasta ahora en el tratamiento a esa pregunta porque han considerado al hombre reducido a su individualidad biológica. Pero la humanidad del individuo comporta elementos de tres tipos: primero, el individuo mismo, su singularidad biológica; segundo, «los otros»; tercero, «la naturaleza». El segundo y el tercer elementos son de especial complejidad: el individuo no entra en relación con los otros y con la naturaleza mecánicamente, sino «orgánicamente» (con los otros) y «no simplemente (con la naturaleza) por ser él mismo naturaleza, sino activamente, por medio del trabajo y de la técnica» (incluyendo en éste último concepto también los «instrumentos mentales», esto es, la ciencia y la filosofía). «[…] Esas relaciones […] son activas, conscientes, es decir, corresponden a un grado mayor o menor de inteligencia de ellas que tiene el hombre. Por eso puede decirse que uno cambia a sí mismo, se modifica, en la medida misma en que cambia y modifica todo el complejo de relaciones del cual él es el centro de anudamiento». Con eso última Gramsci su reelaboración del concepto de «naturaleza humana» de Karl Marx: «que la “naturaleza humana” es “el complejo de las relaciones sociales” [como ha escrito Marx] es la respuesta más satisfactoria, ya que incluye la idea de devenir […]. Puede también decirse que la naturaleza del hombre es la “historia”».

Los temas que en los filósofos marxistas de orientación tradicional o académica componen partes principales del «materialismo histórico» (o sea, los temas procedentes de la «filosofía de la naturaleza» romántica) no se presentan prácticamente en la obra de Gramsci. El pensamiento de éste presenta, en cambio, un punto de vacilación peculiar a propósito del tema de las ideologías. Gramsci ha percibido que la obra filosófica de Marx es sustancialmente una crítica de las ideologías. Pero, por otra parte, G. piensa que todo pensamiento relacionado con la práctica, como el marxismo, ha de incluir construcciones más o menos ideológicas, «mitos», como había escrito en sus artículos juveniles. En la edad madura, G. no se decide ya a emplear esa palabra, pero tampoco a desideologizar completamente su concepción del marxismo. En vez de eso, recurre a distinguir entre «ideologías históricamente orgánicas, que son necesarias para una determinada estructura, e ideologías arbitrarias, racionalistas, “queridas”. En cuanto históricamente necesarias, tienen una validez que es validez “psicológica”, porque “organizan” las masas humanas, forman el terreno en el cual luchan los hombres y adquieren consciencia de su posición, etc.».

Quaderni del Carcere, 6 vols., 1948 ss., ocho ediciones hasta 1966; Lettere dal carcere, 10.ª edición, 1955; nueva ed. ampliada 1965; 2.000 pagine di Gramsci, 3 vols., 1964 ss.

En la presentación de su edición de El orden y el tiempo (Mínima Trotta, 1998, pp. 28-29), observaba Albert Domingo Curto:

«El punto de vista que hay tras esa manera de entender al ser humano, como una unidad coherente de pensamiento y actividad individuales que se interrelaciona con un entorno múltiple y cambiante, y que a su vez es consecuencia directa del mismo, es el que Sacristán hace suyo desde las primeras lecturas de Gramsci. Resulta curioso que esa concepción, cuyo desarrollo entraña la elaboración interpretativa de planos muy distintos de la realidad y que va más allá de la mera explicación sociológica, se mueve en buena medida en la utilización de parámetros ideológicos. Es muy probable que el origen de un concepto tal debamos rastrearlo no tanto en los escritos de los clásicos del marxismo, sino en la obra de uno de los metafísicos más innovadores de la filosofía moderna. Se trata de G. W. Leibniz, de quien Gramsci solía citar en los Quaderni un aforismo que había sido, al parecer, lema de Benedetto Croce y que dice así: “quo magis speculativa, magis practica” [cuanto más especulativo, más práctico], en relación al pensamiento científico. En uno de los escritos académicos que Sacristán hubo de dedicarle, él mismo se refería al teórico de la armonía preestablecida como un “verdadero filósofo”, aludiendo a renglón seguido: “y un verdadero filósofo se caracteriza por la sistematicidad de su pensamiento, o al menos por su aspiración a la plena totalidad del mismo.” En el párrafo 56 de la Monadología, que es título apócrifo de una de las últimas obras escritas de Leibniz, en el segundo decenio del siglo XVIII, se puede leer algo bastante parecido a la descripción anterior gramsciana de “centro de anudamiento”. Es preciso recordar, sin embargo, que las motivaciones filosóficas que dieron lugar a conceptos semejantes son bien distintos y que, como señala el propio Leibniz en la presentación de su obra, esta “expone una metafísica de la substancia”. El texto en cuestión dice así: “[…] este enlace o acomodamiento de todas las cosas creadas a cada una y de cada una a todas las demás, hace que cada substancia simple tenga relaciones que expresan todas las demás, y que ella sea, por consiguiente, un espejo viviente y perpetuo del universo”.»

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Heidegger, Martin (1889-1976)

Desde el estudio De la esencia de la Verdad, Heidegger ha practicado una «conversión» al «reverso» de los temas de Ser y tiempo, que, además de justificar su oposición a que se considere su filosofía como un existencialismo, ha suscitado la idea de un «segundo» Heidegger cuya coherencia con el primero ha sido discutida. La principal doctrina de este segundo Heidegger es un renovado intento de destruir los conceptos de hombres y de Ser propios de la metafísica tradicional: no hay hombre por un lado y Ser por otro, sino que la mutua «apropiación» de ambos, o el ser el hombre la brecha por la que irrumpe el Ser, es el «acaecimiento» de la ontologicidad de los entes.

Obras principales de este período que están traducidas al castellano: Von Wesen der Wahrheit (De la esencia de la verdad), 1943; Platons Lehre von der Wahrheit mit einem Brief über den Humanismus (La doctrina platónica de la verdad y Carta sobre el humanismo), 1947; Einführung in die Metaphysik (Introducción a la metafísica), 1953; Was heisst Denken? (¿Qué significa pensar?), 1953; Was ist das – die Philosophie? (¿Qué es eso de la filosofía?), 1956; Der Satz vom Grund (El principio de razón), 1957.

Hermenéutica

En lógica: término propuesto por Beth (1962) para referirse a las consideraciones semánticas no formalizadas o sistemáticas.

Isidoro de Sevilla, San (apr. 560-635)

Autor de una obra enciclopédica, Originum sive etimologicarum libri viginti (Las Etimologías), uno de los principales vehículos de conservación de cultura antigua en los primeros siglos de la Edad Media.

Lesniewski, Stanilaw (1886-1939)

Lógico, matemático y filósofo polaco. Profesor en Varsovia. Además de desarrollar un sistema de lógica, L. ha propuesto una interpretación semántica anticonvencionalista y antipragmatista de la naturaleza de los formalismos lógicos. Su «prototética» es una teoría que incluye la lógica proposicional clásica, pero resulta más amplia que ella por la aplicación de sus métodos a otros conceptos; las teorías superiores de la «ontología» y la «mereología» hacen lo mismo respecto de la lógica de predicados y la de clase.

E. Luschei, The logical systems of Lesniewski, 1962.

Lógicas, Máquinas

También se da hoy el nombre de máquina lógicas a dispositivos (construidos o no) para resolver mecánicamente problemas lógicos (máquinas de Turing) o, en general, de interés teórico.

Por otra parte, hay una tradición de dispositivos mecánicos para la invención de la inferencia que se remonta a Ramon Llull (1235-1315).

5. Lukács, György (al. Georg Lukács) (1885-1971)

Filósofo y crítico húngaro marxista, nacido en 1885. Formado en la inspiración diltheyana de las «ciencias del Espíritu», sus obras Die Siele und Die Formen (El alma y sus formas), 1911, y Theorie des Romans (Teoría de la novela), 1916, se recibieron como considerables aportaciones al progreso de esa escuela filosófica y metodológica. La primera guerra mundial hace de Lukács un marxista, que interviene como comisario del pueblo para la educación en el gobierno socialista húngaro. Lukács se exilia (URSS, Alemania, URSS). Su primer libro marxista de importancia (recopilación de ensayos de temática unitaria) es Geschichte und Klassenbewusstein (Historia y consciencia de clase), 1923.

La obra de Lukács es obra de crítico literario, de estético o teórico del arte y de filosofía en general. Como crítico ha publicado influyentes estudios sobre la literatura alemana, la rusa y la húngara.

Como teórico del arte, Lukács es uno de los principales teóricos del «realismo». Siendo el arte un reflejo característico de la realidad distinto de la otra principal objetivación, la científica, y especialmente orientado a servir a la autoconsciencia de la humanidad, el realismo que se proponga interpretar la realidad humana en su sentido histórico se presenta como la vía indicada para realizar ese «misión del arte». Aún más: el arte verdadero se confunde con el verdadero realismo. El gusto artístico de Lukács, formado en la tradición del clasicismo alemán, le mantiene libre de exageraciones en la aplicación de esas ideas, y le mueve también a escribir «contra el realismo mal entendido». Está en curso de publicación una amplia Estética, construida según el método «genético-sistemático», en el cual ve Lukács lo esencial del marxismo: una interpretación de las formaciones culturales que, empezando por la descripción sistemática del objeto, tiende a descubrir su sentido en su génesis histórica. Lukács, erudito conocedor de la historia de la filosofía, contrapone ese método a la tradición ahistórica del kantismo.

Esta en curso la publicación de las Obras Completas de Lukács.

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Lulliana, Arte

El Arte de Llull tiene una directa intención misionera. Pero por su influencia en Leibniz, puede considerarse como una de las primeras manifestaciones de la tendencia calculística en lógica. De todos modos, la influencia de Llull en ese sentido, al igual que la de Leibniz, quedó perdida y fuera de la vía que conduce a la lógica simbólica.

Mach, Ernst (1838-1916)

Profesor de física y de filosofía en Viena de 1895 a 1901. Profesó en teoría del conocimiento tesis sensistas y fenomenistas. En teoría de la ciencia, Mach ha contribuido considerablemente al renacimiento del positivismo en el siglo XX. Para Mach las leyes científicas no son explicaciones causales ni genéticas, sino descripciones condensadas y útiles de los fenómenos, de acuerdo con un principio de «economía de pensamiento» y cuya justificación es pragmática. Con ese punto de vista, y como fruto de sus importantes investigaciones de historia de la ciencia, Mach ha aportado criterios para la comprensión de la estructura de las teorías científicas. Entre los grupos iniciadores del Círculo de Viena se encontraba el Verein Ernst Mach [Asociación E. M.], inspirado por su obra.

Die Geschichte und die Wurzel des Satzes von der Erhaltung der Arbeit [La historia y la raíz del principio de conservación del trabajo], 1872; Die Mechanik in ihrer Entwicklung historisch-kritisch dargestellt [Exposición histórico-crítica de la evolución de la mecánica], 1883; Die Principien der Wärmelehre, historisch-kritisch entwickelt [Exposición histórico-crítica de los principios de la termodinámica], 1896; Die Analyse der Empfindungen, 1900 (trad. castellana, Análisis de las sensaciones, 1925); Erkenntnis und Irrtum, 1905 (trad. castellana, Conocimiento y error, 1940).

Marx, Karl (1818-1883)

Sin completar MEGA, la mejor edición hoy asequible es: Karl Marx, Friedrich Engels, Werke, 26 vols., editados por el Institut für Marxismus-Leninismus del Comité Central del Partido Socialista Unificado de Alemania, según el texto preparado por el correspondiente Instituto soviético, Berlín, 1956 y ss.

Esta edición no contiene ni la tesis ni los Manuscritos económico-filosóficos de 1844, objeto de otras varias ediciones sueltas. Tampoco los Grundrisse, editados por la misma editorial en 1953.

Mediación

Ad (a): En la filosofía hegeliana, mediación es la negación de sí mismo con la cual un ente se aliena o exterioriza, tras de lo cual puede volver en sí mismo enriquecido con su despliegue o historia, o sea, concretado (antes de alienarse el concepto es abstracto o vacío).

En el marxismo, mediaciones son las formaciones intermedias a través de las cuales una sobreestructura se relaciona con su base económico-social; y, en general, las vías de esa relación a través de la cual la base fundamenta la sobrestructura institucional e ideológica.

Metafilosofía

Término utilizado por Morris Lazerowitz para designar el estudio de la estructura de las teorías filosóficas. Según Lazerowitz, esa estructura contiene tres niveles: uno subconsciente (las necesidades espirituales que satisface el filósofo), otro preconceptual (una innovación semántica en el uso del lenguaje filosófico) y otro consciente (la pseudoteoría resultante de esa innovación semántica).

M. Lazerowitz, Studies in Metaphilosophy, 1964.

Mises, Richard von (1883-1953)

Austríaco de nacimiento, profesor en Berlín, desde donde contribuyó a la constitución del Círculo de Viena y a la elaboración de las doctrinas neopositivistas. Luego profesor en Harvard, R. v. M ha formulado una de las interpretaciones principales del cálculo de probabilidades, basada en el concepto de frecuencia relativa.

Wahrscheinlichkeit, Statistik und Wahrheit, 1928 (trad. castellana: Probabilidad, estadística y verdad, 1948); Kleines Lehrbuch des Positivismus [Pequeño manual del positivismo], 1939.

Naturaleza, filosofía de

Especulación acerca de la naturaleza, que ocupó en la filosofía clásica y en la medieval el lugar de la física científica. En los siglos XVIII y XIX, corriente especulativa prerromántica y romántica, dominada por ideas vitalistas y evolucionistas. Goethe y los grandes filósofos idealistas, especialmente Schelling, son filósofos de la naturaleza, en ese sentido.

Nada

En Ser y tiempo de Heidegger, la subjetividad pura (J. Hippolyte) que se experiencia en el temple de la angustia.

Ortega y Gasset, José (1883-1955)

En las obras póstumas de Ortega se encuentra una reflexión de filosofía social, caracterizada por la idea de que las relaciones entre la persona y la sociedad están mediadas por relaciones interindividuales. También se encuentran ulteriores acentuaciones y precisiones de sus ideas acerca de la razón, la ciencia, etc.

Principales publicaciones póstumas: El hombre y la gente, 1957; Qué es filosofía, 1958; La idea de principio en Leibniz y la evolución de la teoría deductiva, 1958; Idea de teatro, 1958; Meditación del pueblo joven, 1958; Origen y epílogo de la filosofía, 1960; Pasado y porvenir para el hombre actual, 1962.

Pearson, Karl (1857-1936)

Profesor de mecánica en la Universidad de Londres. Precursor del empirismo lógico y, en general, de la moderna filosofía de la ciencia, por su concepto de explicación como descripción condensada y por su tesis de que la «gramática de la ciencia», la discursividad científica, es el criterio del sentido de las proposiciones.

The Grammar of Science, 1892 (trad. castellana, La gramática de la ciencia, 1909).

6. Popper, Karl R. (1902-1994)

Nacido en Viena en 1902, actualmente [1969] profesor en la London School of Economics. Aunque no se le puede considerar miembro del Círculo de Viena, sus trabajos han tenido una gran influencia en la evolución de esa escuela y, en general, en la de todo el empirismo lógico y la filosofía de la ciencia. Popper criticó tempranamente el principio de verificabilidad, concebido por los neopositivistas como criterio de sentido de las proposiciones. Insistió en que ninguna proposición está tan desprovista de conceptos generales como para ser directamente sometible a verificación empírico-sensible.

Frente al principio de verificabilidad propuso el de la falsabilidad (el poder ser puesta en falso por la experiencia), como criterio no del sentido de las proposiciones, sino del carácter científico de las proposiciones y de las teorías.

Su filosofía de la ciencia incluye también una recusación de la idea tradicional según la cual las teorías científicas se obtienen por abstracción e inducción a partir de la experiencia.

Popper ha escrito de filosofía social, sobre todo para oponerse al marxismo.

The Logic of Scientific Discovery, ed de 1959 (trad. castellana, La lógica de la investigación científica); The Open Society and Its Enemies, 1945 (trad. castellana, La sociedad abierta y sus enemigos); The Poverty of Historicism, 1957 (Trad. castellana La miseria del historicismo, 1961).

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7. Quine, Willard Van Orman (1908-2000)

Nacido en 1908.

Profesor en Harvard. Quine es autor de un sistema de fundamentación de la lógica y la matemática que se propone simplificar los sistemas principales (los del tipo Russell-Whitehead y los de tipo Zermelo) teniendo en cuenta las ventajas de unos y otros. Ha sido también el principal sistematizador de los métodos de la «deducción natural», iniciados por Jaskowski y G. Gentzen.

Además de la lógica positiva, Quine cultiva la filosofía de la lógica y de la ciencia. Ha discutido, en particular, las tesis convencionalistas: su opinión es que el convencionalismo ignora datos del problema que intenta resolver, pues la comprensión de una convención lingüística presupone en realidad una previa comprensión (acaso parcial) del problema que se intenta resolver convencionalmente.

Quine ha aplicado las técnicas de la lógica para estudiar la cuestión de «lo que hay». Un lenguaje compromete implícitamente al que lo usa a reconocer como entidades los valores a que puede referirse con pronombres (variables de individuo).

Mathematical Logic, ed de 1950; O sentido da nova logica, 1942 (trad castellana, El sentido de la nueva lógica, 1958); Methods of Logic, ed de 1959 (trad castellana, Los métodos de la lógica, 1962), From a Logical Point of View, 1953 (trad castellana, Desde un punto de vista lógico, 1962), Word and Object, 1960 (trad castellana, Palabra y objeto, 1967).

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Sartre, Jean Paul (1905-1980)

En sus últimas publicaciones concibe el existencialismo como una ideología de la época presente, cuyo saber real sería el marxismo.

Critique de la raison dialectique, I, 1960.

Schaff, Adam (1913-2006)

Filósofo marxista polaco nacido en 1913. Activo en el movimiento obrero desde 1932, profesor en la Universidad de Varsovia desde 1949. Sus temas son la teoría de la ciencia y la antropología filosófica.

En castellano: Sobre algunas cuestiones de la teoría marxista de la verdad, 1957; Filosofía del hombre, 1965; El marxismo y el individuo humano, 1967.

Scholz, Heinrich (1884-1956)

Profesor de teología en Breslau, 1917-1919. Profesor de filosofía y, por último, profesor de lógica e investigación de fundamentos en Münster desde 1943. Tras su jubilación escribió nuevamente teología. Scholz ha sido un filósofo de la lógica y un propagandista del valor educativo de ésta.

Su filosofía de la lógica es anticonvencionalista, antipositivista y platonizante según la tradición leibniziana. Una «metafísica como ciencia exacta» puede según él construirse con la lógica como «teoría de los mundos posibles».

Geschichte der Logik [Historia de la lógica], 1931; Metaphysik als strenge Wissenschaft [La metafísica como ciencia rigurosa], 1941.

Tarski, Alfred (1902-1983)

Lógico, matemático y filósofo de la ciencia, de origen polaco, nacido en 1902 hoy (1969) profesor de Berkeley, California. Ha publicado importantes trabajos de semántica y metalógica, así como aportaciones a la teoría de las lógicas multivaloradas y a la fundamentación de la matemática. Su influencia ha sido sobre todo grande en el progreso de la semántica.

Logic, Semantics, Metamathematics [Lógica, Semántica, Metamatemática] (recopilación de sus principales trabajos sobre esos temas), 1956. En castellano: Introducción a la lógica y a la metodología de las ciencias deductivas, 1951.

Teilhard de Chardin, Pierre (1881-1955)

Jesuita francés, paleontólogo y filósofo. Propugnador de un evolucionismo energista que culmina en una teología de tendencia mística.

Oeuvres, 1955 y ss. Varias traducciones castellanas: El fenómeno humano, 1958; La aparición del hombre, 1958; El medio divino, 1959; etc.

8. Vico, Giambattista (Nápoles, 1668-1744)

La filosofía de Vico, poco conocida en Europa hasta el siglo XIX, se considera hoy como una anticipación de ciertos temas del idealismo alemán, sobre todo del hegeliano. Vico se opone a la filosofía cartesiana: al racionalismo, con un historicismo; a la concepción pasiva del conocimiento, con la tesis de que la verdad plenamente cognoscible es la hecha por el hombre o, para Dios, toda verdad, porque hecha por Él: verum ipsum factum. Por esa doctrina se ve movido Vico a considerar que la historia es el único campo de conocimiento pleno, con comprensión. Su especulación sobre la historia, en la que cree descubrir características recurrencias providenciales, le sugiere la idea, también anticipadora del hegelianismo, de una historia ideal que da sentido a la empírica.

Tutte le opere di Giambattista Vico, 1957 ss; en castellano Una ciencia nueva sobre la naturaleza común de las naciones, 4 vols., traducción de la edición de 1730.

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Zubiri, Xavier (1898-1983)

Filósofo español nacido en 1898 en San Sebastián. Profesor en Madrid y Barcelona, abandonó pronto la carrera universitaria. Filósofo a la vez de formación clásica y científica moderna. Inicialmente su filosofía tendió a recoger temas heideggerianos y de la filosofía de la existencia, así como problemas de la ciencia natural y de la teología. Sus últimas obras están dedicadas al problema de la fundamentación de la ontología.

Naturaleza, Historia, Dios, 1944; Sobre la esencia, 1962; Cinco lecciones de filosofía, 1963.

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Dos años antes, Sacristán había escrito tres voces para el Suplemento de 1967 de la Enciclopedia Espasa. Damos aquí sus textos sobre Martin Buber y Wittgenstein. La tercera voz, sobre Russell, la incluimos en el material que dedicamos al filósofo y activista británico.

9. Martin Buber

Nacido en Viena en 1878 en el seno de una familia hebrea ilustrada, cultivadora del racionalismo que, desde la equiparación jurídica de los judíos de Renania bajo el régimen napoleónico, alimenta la esperanza de una convivencia plena y una integración en la vida cultural europea, Martin Buber recorre una brillante carrera en la universidad alemana. Pero, tras la llegada del nazismo al poder, el filósofo tiene que abandonar su cátedra de la Universidad de Frankfurt am Main (1938). El mismo año ocupa la cátedra de Filosofía Social de la Universidad hebrea de Jerusalén.

Desde antes de esa fecha es Buber el principal filósofo culturalmente hebreo de la época: al menos desde 1922 (fecha de publicación del Yo y Tú) o 1923 (Discursos sobre el judaísmo). Con esa misma anticipación había percibido el filósofo los peligros que amenazaban a su pueblo en Europa y había asumido una misión de defensa del judaísmo.

Suele admitirse que tanto su actividad práctica cuanto otros aspectos de sus esfuerzos su obra de teólogo, de crítico de la cultura y de filósofo social se alimentan de dos fuentes principales: la tradición racionalista o ilustrada familiar y el cultivo del misticismo hebraico jasidista. A eso cabría añadir: su familiaridad con la filosofía alemana de medio siglo (Husserl, Scheler, Heidegger) y su sensibilidad para con los problemas sociales de la época. Buber ha tenido en cuenta motivos del pensamiento de Marx mucho antes de que estos resultaran de recibo en los salones y las academias.

La teología es el campo en que el pensamiento de Buber manifiesta más sus raíces hebreas. Un tema central de su pensamiento teológico es el de «la verdadera fe». Este tema se presenta en una de sus principales obras bajo la forma de una enérgica contraposición entre la fe hebrea (emuna) y la fe cristiana (pístis). Según Buber la fe hebrea es una relación comunitaria (del pueblo elegido) con un Tú absoluto, apostrofado por la comunidad y responsable de ella; la relación misma es absoluta, sin condiciones ni dependencia respecto del individuo singular. En cambio, la fe cristiana es una relación subjetiva, individual, mediada por una conversión personal. En estos rasgos de la fe cristiana histórica se vislumbran, según Buber, elementos de deterioro de la humanidad: el individualismo, frente al cual Dios se yergue como entidad abstracta o concepto metafísico (como un Ello, no como un Tú inmediato, la relación con el cual determina la existencia misma del pueblo fiel); la cosificación consiguiente de la vida religiosa; la imposibilidad de llegar al «nosotros esencial», mediado por el Tú divino.

Como crítico de la cultura, Buber concentra su pensamiento en torno a la idea de la antropología filosófica. Ésta distinta de cualesquiera investigaciones científicas positivas acerca del hombre es también, sin duda, el tema capital de otros filósofos contemporáneos, como Max Scheller y el Heidegger de Ser y tiempo. Pero Buber no ve en la urgencia de una antropología filosófica una necesidad sistemática del saber, sino el signo de las épocas como la presente en las cuales el hombre está «a la intemperie», no tiene «aposento» en el mundo. En otras épocas, la antropología filosófica puede ser parte de la cosmología. No así en épocas de humanidad a la intemperie. La antropología filosófica o fundamental de Buber se basa en la aludida idea de la relación Yo-Tú que es el fundamento de su doctrina de la verdadera fe. El filósofo ha formulado esto, por ejemplo, en polémica con la fundamentación antropológica de la filosofía por el autor más importante de esta tendencia, el primer Heidegger. Frente al solipsismo inicial del sujeto «auténtico» o «propio» de Ser y tiempo, Buber escribe: «La vida humana toca con lo Absoluto gracias a su carácter dialógico, pues, a despecho de su singularidad, nunca el hombre, aunque se sumerja en su propio fondo, puede encontrar un ser que descanse del todo en sí mismo y, de este modo, le haga tocar con lo Absoluto; el hombre no puede hacerse enteramente hombre mediante su relación contigo mismo, sino gracias a su relación con otro “mismo”. Ya puede ser este tan limitado y condicionado como él; en la conciencia se experimenta lo incondicionado y lo ilimitado.»

En la filosofía social de Buber desempeñan un cierto papel conceptos de origen hegeliano y marxiano, como la idea de que la cosificación de lo personal, la perdida del tú y el yo en el ello, tiene que ver con el individualismo de la cultura moderna. Pero Buber se orienta hacia una perspectiva de «tercera vía» entre un individualismo y un colectivismo tal vez dibujado con trazos demasiados acusados y simplificadores.

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10. Ludwig Wittgenstein

(Viena 1889-Inglaterra 1951). Tras graduarse como ingeniero en Berlín, una primera estancia en Inglaterra le orienta hacia la fundamentación de la matemática y la lógica. Estudia con Russell en Cambridge. Vuelve a Austria, cae prisionero del ejército italiano en la guerra Europea. Luego prescinde de su riqueza personal y trabaja de maestro elemental en su patria. Tras una segunda visita a Cambridge, se establece allí en 1929. Llega a desempeñar una cátedra, a la que renuncia en 1947.

Discípulo y amigo de Russell, siempre en relación y nunca en completo acuerdo con el círculo neopositivista de Viena, Wittgenstein es, de todos los filósofos de tendencias neopositivistas y logicistas de la primera mitad del siglo, el que ha conseguido ejercer una influencia cultural y hasta moral más intensa (aunque no más extendida). Ya en su primera época (Tractatus Logico-philosophicus, 1921) Wittgenstein añade a una formulación que se ha hecho clásica de básicas tesis logicistas y positivistas un patetismo contenido que apunta a la otra faceta de esta complicada personalidad de lógico, matemático, apasionado de música religiosa y sediento de novelas policíacas.

El Tractatus Logico-philosophicus, escrito en un estilo que recuerda el de los tratados de geometría, enuncia las tesis principales del positivismo lógico: La tesis de la extensionalidad, según la cual el valor de una proposición compleja de un lenguaje admisible es función de los valores de las proposiciones simples que la componen; la tesis de la correspondencia pictorial entre la estructura de un tal lenguaje y la estructura del mundo, entendido como todo aquello que «es el caso»; la tesis de que la filosofía no puede ser más que el análisis de esas estructuras, y al final ni siquiera eso, con la consiguiente destrucción de las ilusiones de la metafísica; la tesis de la verificabilidad y la tautología, según la cual el criterio de sentido de las proposiciones es la verificabilidad (el sentido de una proposición coincide con las operaciones ejecutables o no materialmente que la confirmarían o refutarían), salvo por lo que hace a las proposiciones formales (lógicas y matemáticas), que no necesitan criterio alguno porque no dicen nada, son tautologías.

A pesar de que todas esas tesis eran compartidas, en mayor o menor medida, por los neopositivistas del Círculo de Viena, el Tractatus no entraba en la ortodoxia de éstos. Wittgenstein afirmaba, en efecto, que el isomorfismo de la estructura del lenguaje con la del mundo es un dato que sólo puede «indicarse», no «expresarse». No puede ser, por tanto, objeto de estudio, pues intentar estudiarlo equivaldría a querer salirse del lenguaje y del mundo. Como, por otra parte, no sólo las cuestiones morales o históricas, sino la misma lógica como teoría del discurso es un intento de salirse del lenguaje, resulta que todo lo interesante (filosóficamente) es inefable. La última tesis del Tractatus «De lo que no se puede hablar, hay que callar» tenía en sustancia el sentido de una proclama de misticismo.

En su período inglés y sin duda, germinalmente, ya antes Wittgenstein abandona la idea de que la construcción de los lenguajes «cristalinos» de las ciencias formales tenga alguna importancia para la comprensión de la verdadera operación lingüística o para el conocimiento del mundo. Ni tampoco para la crítica y destrucción de las ilusiones metafísicas, del planteamiento metafísico de falsos problemas, o pseudoproblemas. En el lugar de aquellas construcciones «cristalinas» hay que poner la comprensión del lenguaje real, del habla efectiva. Técnicas como la del «juego lingüístico» situaciones expresivas analizadas comportamentísticamente y semánticamente deben servir a todos aquellos fines, los del conocimiento, siempre en entredicho como en la época del Tractatus, y los prácticos, la destrucción de la tendencia a plantear problemas falsos.

Este último tema cobra para algunos lectores de Wittgenstein matices de terapéutica. Con esto, aunque poco explícitamente, Wittgenstein se convierte al final en un autor de importancia para la filosofía y la crítica de la cultura.

Esta tendencia llega a ser muy radical. Partiendo, por ejemplo, de la idea del habla real, del uso y el juego lingüísticos, se llega prontamente a conclusiones drásticas. Para el último Wittgenstein, toda la realidad del lenguaje está en el uso, y la única tarea que se plantea el análisis es la de entender los usos lingüísticos. No es tarea, por ejemplo, la de averiguar teóricamente «qué es lenguaje», qué es «lo común» a todo lenguaje. Pues no hay tal cosa común. Esto sería un clásico problema de generalización. Ni tampoco es tarea auténtica la de buscar explicación o justificación al lenguaje, como si el lenguaje no fuera una serie de hechos. Un hecho no tiene explicación: «Nuestro error consiste en buscar una explicación cuando tendríamos que considerar los hechos como “fenómenos originarios”. Esto es, cuando deberíamos decir: se está jugando ese juego lingüístico.» Ante el reconocimiento del hecho, desaparece así la necesidad de una justificación que no serviría más que para suscitar nuevos pseudoproblemas la moderna teoría del conocimiento y de la ciencia que vinieran a sumarse a los viejos pseudoproblemas de la metafísica.

Pese a ese final filosóficamente tan nihilista, y tan coincidente, por otra parte, con el misticismo conclusivo del Tractatus, la obra póstuma de Wittgenstein es muy rica, como lo fue la anterior, en agudas investigaciones lingüísticas, lógicas en sentido amplio y de fundamentación de la matemática.

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Un comentario en «Voces y añadidos del autor a la traducción castellana por él coordinada del Diccionario de filosofía editado por Dagobert D. Runes (Más dos voces del suplemento de 1967 de la Enciclopedia Espasa)»

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