Lucien Sève (1926-2020), filósofo comunista militante
Janine Guespin-Michel, Manuel Monleón
El 16 de septiembre los compañeros de El Seminario de El Capital de Sarriko inician un nuevo seminario presencial/online dedicado al libro Marxismo y teoría de la personalidad de Lucien Sève. Recuperamos con este motivo esta magnífica presentación de su figura publicada por Manuel Monleón y Janine Guespin-Michel tras el fallecimiento del filósofo comunista francés.
El pasado 23 de marzo, la covid-19 se llevaba al filósofo y militante comunista Lucien Sève a los noventa y tres años sin permitirle finalizar la última parte de la obra, a la que había consagrado los últimos dieciocho años de su vida. Con Sève «se va la última cabeza histórica significativa del marxismo comunista francés e internacional», ha dicho Wolfgang Fritz Haug (Haug, 2020).
Nacido en 1926, Lucien Sève cursa sus estudios en la École Normale Supérieure de la calle de Ulm, donde conoce, estudiante también, a Louis Althusser. Una duradera amistad con este no le impedirá más tarde criticar su visión del marxismo. A diferencia de Althusser, la tenaz represión política del período de la Guerra Fría impedirá a Sève desarrollar una trayectoria universitaria. Egresado brillante en 1949, el joven profesor de filosofía tiene una primera posición en el Liceo Francés de Bruselas. Allí, en un ciclo sobre cultura francesa contemporánea al que le invita la Embajada francesa, ante un público de eclesiásticos, militares y empresarios, Sève explica «por qué hay que pasar de Sartre a Marx» (Sève, 2018). En plena Guerra Fría, esto le cuesta el despido por «propaganda marxista-leninista». Para evitar su completa separación del cuerpo de enseñantes ha de adelantar su servicio militar a 1952, donde se le impone destino en un batallón disciplinario en Argelia. Estos hechos le cierran definitivamente la carrera universitaria. En 1950 se adhiere al PCF, donde militará activamente hasta 2010 desempeñando diferentes responsabilidades: concejal, responsable de Federación, miembro del Comité Central de 1961 a 1994 y director de la casa editora del partido, las Editions Sociales, de 1970 a 1982. Más de dos decenas de libros y 1.300 artículos recogen su extensa producción, dedicada al desarrollo innovador de distintos aspectos de la obra marxiana. El título de su última obra, Penser avec Marx aujourd’hui (Pensar con Marx hoy), resume lo que fue el eje de su vida, un estudio en profundidad de la obra de Marx en su relevancia para los problemas de hoy. Estudio realizado de primera mano, desde su conocimiento de la lengua alemana, extrayendo método y enseñanzas para ir más allá. Entre estas, la de no separar teoría y práctica —de ahí su vida militante— y la de escribir accesiblemente, para un público no reducido al académico. Entre sus libros, por ello, se cuentan obras teóricas y escritos de combate ideológico. El volumen I de Penser avec Marx aujourd’hui, titulado Marx et nous (2004), presenta su lectura programática de Marx. En el volumen II, L’«homme»? (2008), Sève recupera y actualiza los elementos de una teoría de la individualidad y de una antropología marxiana que, de manera pionera, había expuesto en Marxisme et théorie de la personnalité (1969), obra traducida a veinte idiomas y reeditada en numerosas ocasiones. El volumen III, La «philosophie»? (2014), expone la tesis central del Sève maduro: la presencia de «lo filosófico», bajo forma de pensamiento dialéctico-materialista, en toda la obra de Marx. Del tomo IV, titulado Le «communisme»? (2019), Sève ha podido publicar solo la primera parte, y ha quedado inacabado. Representa la culminación de una vida en la que la militancia comunista y la reflexión teórica han ido unidas y se han enriquecido mutuamente. Incluso en sus últimos años, con la conciencia del tiempo y la necesidad de acabar su obra mayor, Sève no ha dejado de ‘militar’, multiplicando conferencias, intervenciones, artículos y libros de actualidad, como Octobre 1917-Une lecture très critique de l’historiographie dominante (2017), Capitalexit ou catastrophe (2018), o Sauver le genre humain, pas seulement la planète (2011). Los cuatro tomos de Penser avec Marx aujourd’hui, la síntesis y reelaboración de sus preocupaciones mayores, no deben hacer olvidar el interés y la importancia de su obra anterior: el ya citado Marxisme et théorie de la personnalité, Une introduction à la philosophie marxiste (1980), Communisme, quel second souffle? (1990), Pour une critique de la raison bioéthique (1994), Aliénation et émancipation (2012) y otros a los que hacemos referencia en lo que sigue.
Una lectura de Marx
La obra de Marx constituye la dedicación de toda la vida de Sève, desde sus escritos más tempranos hasta la imponente summa en cuatro gruesos volúmenes que supone Penser avec Marx aujord’hui (2004-2019). No solo intérprete y autor en su estela, Sève ha sido también un importante editor de Marx, desde la edición de las obras de Marx y Engels en las Éditions Sociales hasta su colaboración en la versión francesa de la MEGA (la Marx-Engels Gesamtausgabe, la edicion histórico-crítica de las obras completas de Marx y Engels, en curso de publicación desde 1975), pasando por su importante selección de textos marxianos comentados filosóficamente (Sève, 2011).
La lectura de Marx por Sève ha evolucionado y ha ido perfilándose en el tiempo. En su obra madura, puede identificarse un número de preocupaciones centrales: poner de manifiesto la novedad histórica del filosofar marxiano; desarrollar la «red categorial» que Marx esboza en sus escritos, mostrando el carácter de «obra en construcción» de esa tarea; mostrar la fertilidad del pensamiento marxiano en el momento actual; y reivindicar la legitimidad de la idea de dialéctica materialista, su presencia y especificidad en Marx, y su relevancia para el pensamiento contemporáneo. Sève concurre con Marx en que «hay que salir de la filosofía de un salto», entendida «la filosofía» como el «discurso de la mala abstracción», la que consiste en tomar las idealizaciones por demiurgo de lo real, en tomar la deducción conceptual por la génesis de lo real (2014, 45-49); no hay vuelta atrás, y esa es la razón de que Marx no vuelva a producir textos filosóficos desde 1844. Sin embargo, Sève descubre la presencia continuada de «lo filosófico» en la obra de Marx, y especialmente en la de su madurez: en el conjunto de escritos pertenecientes al ciclo de El capital. La recusación de «la filosofía» va acompañada de una revalorización de «lo filosófico», entendido como crítica categorial de los materiales de las ciencias (de la economía política, en particular). La distinción entre el trabajo categorial, propio del filosofar, y el conceptual, propio de las ciencias, es fundamental en la obra de Sève. Las categorías son para él «conceptos universales de relación entre nosotros y el mundo, y tienen explícitamente una dimensión doble: ontológica y gnoseológica» (2005, 107; 2011, 42-3). Esta insistencia le permite escapar a la objeción criticista y, a un tiempo, ser un implacable crítico del idealismo contemporáneo, que denomina «idealismo cognitivo», o «idealismo gnoseológico», cuyo imperio absoluto en la cultura actual denuncia. «El paso decisivo operado por Marx desde el concepto hegeliano a una acepción materialista de categoría: en él está en juego, ni más ni menos, que el carácter crítico o no del pensamiento» (2014, 111). Ese paso es una de las vertientes que tiene el «vuelco» (Umstülpung) marxiano de la dialéctica hegeliana. Sève lo subraya: en ese vuelco (o puesta del derecho) no basta con la inversión de papeles entre lo material y lo ideal; es necesario todo un trabajo referente a los contenidos, trabajo precisamente categorial. Ahora bien, en su obra, lo que Marx nos ha dejado son solo indicios de ese trabajo, ejercido sobre los materiales concretos de la economía política, pero no sistematizado. Sève dedica una buena parte de La «Philosophie»? a explicitarlo, a poner de manifiesto la novedad de ese trabajo categorial marxiano, a catalogarlo y a desarrollarlo. Solo podemos destacar aquí su concepción de la relación fenómeno/esencia, su discusión de estos conceptos en Nietzsche, Husserl, su clasificación de las categorías en categorías del conocimiento («gnoseo-ontológicas»), de la práctica y del ser («onto-gnoseológicas»; por supuesto, «materia» entre estas). Si se ha rechazado la «filosofía» en el sentido sistemático-metafísico aludido, ha de hacerse lo mismo con «el materialismo» como filosofía, como metafísica (2014, 471). Recusación que, de nuevo, va sin embargo acompañada por una reivindicación enfática de la «actitud materialista», del «pensar en materialista» y una profunda discusión acerca de qué pueda ello significar (2014, cap. III). En polémica con el trascendentalismo kantiano y con el constructivismo social (según él, las formas del «idealismo cognitivo» dominantes en nuestro tiempo), Sève señala lo mucho que hay por hacer en el terreno de la gnoseología materialista, cuando «la cultura filosófica contemporánea está saturada de subjetivismo trascendental y traumatizada por la ridiculización del realismo ingenuo» (2014, 459). De las muy sugerentes ideas que avanza, nos parecen especialmente originales e importantes las dedicadas al problema de los diferentes «modos de ser» de lo real, ampliación materialista de la noción de «existencia» para dar cuenta de objetividades «ideales» culturales, matemáticas (2014, 410-426) y al problema de lo que denomina «gnoseogénesis» y «sujetogénesis», «la arqueogénesis natural del conocimiento y del sujeto cognitivo» (2014, 446): la explicación materialista de lo que sería el surgimiento, primero, de una relación de proto-conocimiento y, posteriormente, de las características de lo «sujetual» (2014, 435-9). Esta cuestión es la «cuestión de las cuestiones filosóficas: ¿puede darse cuenta de la génesis de un sujeto a partir de un mundo de objetos? Aquí está la última objeción del idealismo al materialismo: que este sería estructuralmente incapaz de explicarnos al sujeto» (2014, 445).
Una revolución antropológica y la cuestión de la personalidad
Nada más contrario a la caricatura del comunismo colectivista que una reivindicación teórica de la individualidad partiendo de Marx. Sève se propuso esto, tomando como base la «Tesis VI» sobre Feuerbach de Marx: «La esencia humana no es ningún abstracto inherente al individuo singular. En su efectividad real, es el conjunto de las relaciones sociales». Pensamiento enormemente rico desde un punto de vista heurístico, en el que «esencia humana» adquiere una significación diametralmente opuesta a la concepción habitual de «esencia» como atributo inmutable característico de cada individuo, de origen intrínseco. Aquí, por contra, es una propiedad dinámica surgida del mundo pasado y presente que encuentra y al que se enfrenta el individuo gracias a su actividad, lo que le confiere características a la vez universales y singulares. El individuo se desarrolla en su relación social. A partir de aquí, Sève construyó una antropología marxiana que fue desarrollando a lo largo de toda su vida, tanto en su obra teórica como en sus luchas militantes. Ya en 1964, desde esta posición, suministra los argumentos para la campaña política contra las reformas reaccionarias en la educación, basadas en la ideología de los «dones», planteadas en ese momento por el Gobierno (Sève, 1964). También desde ella se opone a algunas ideas actuales sobre la indistinción entre el humano y el animal. Si bien la especie humana es el producto de la evolución biológica, el «género humano» basa su evolución sobre el patrimonio construido, cuya transmisión está basada en los pilares del trabajo y el lenguaje, como ya argumentó el psicólogo soviético Lev Vygotsky, quien ha influido grandemente en Sève desde que este conoció su obra a fines de los años setenta. En Marxisme et théorie de la personnalité, Sève había mostrado cómo construir una concepción de la personalidad alejada tanto de la ideología dominante, que ve la persona determinada por su «naturaleza», como del sociologismo de un determinismo igual de estrecho, «social» esta vez, en el que algún marxismo ha caído a veces. Sève introduce la idea decisiva de actividad en la formación de la personalidad. El libro desató en su día muchos debates en el seno del PCF. Haug ha recordado la gran influencia que las ideas de Marxisme et théorie de la personnalité (recientemente reeditada en alemán) tuvieron en el pionero seminario feminista nucleado alrededor de Das Argument (Haug, 2020). El pensamiento de Sève no se ha detenido nunca, y a vuelto en numerosas ocasiones sobre estos temas. El libro colectivo Je, sur l’individualité (1987) continúa esta reflexión. Pero es sobre todo en L’«Homme»? donde, integrando ahora las ideas de Vygotsky, ha desarrollado su visión. «La “conciencia”, como demasiados autores continúan diciendo sin reparar en la trampa de esta abstracción especulativa, no es “la función del cerebro” —el cual, por sí mismo, no puede de ninguna manera engendrar el dominio de la herramienta, la lengua, o el pensamiento lógico, etcétera—, sino más bien la función de la hominización social, de la cual el cerebro es mediador neurológico necesario. En otras palabras, las funciones psíquicas superiores no van desde el cerebro al mundo social, sino, a la inversa, desde el mundo social al cerebro» (2014: 393). De esta tesis vygotskyana deriva la crítica de Sève a un cierto materialismo naturalista de nuestra época.Concepto central es el de alienación (Sève, 2012). Contra Althusser, que lo rechazó como residuo de humanismo burgués presente en el joven Marx, Sève muestra que este concepto ha perdurado hasta el Marx maduro de El capital cambiando su significado, que se convierte en «el conjunto de procesos por los que las potencias sociales de los hombres […] se separan de ellos para convertirse en formas autónomas que los subyugan» (SèVe, 1999).
En 1983 Mitterrand nombra a Lucien Sève miembro del Consejo Consultivo Nacional de Ética, del que es miembro hasta el año 2000. Esta participación supone una etapa importante en su reflexión sobre la individualidad. La seriedad de sus posiciones le valen la estima incluso de miembros alejados de él políticamente, como es el caso de Henri Atlan, con quien Sève redacta en 1995 un informe sobre La ética de la información científica. Tres libros se nutren de esta experiencia: Pour une critique de la raison bioéthique (1994), Qu’est-ce que la personne humaine?: bioéthique et démocratie (2006), y Pour une science de la biographie, suivi de Formes historiques d’individualité (2015).
El panorama de la reflexión antropológica de Sève en los últimos años hay que completarlo con mención a otras dos temáticas. Sève ha reflexionado sobre la «tercera vida», la vida que, bajo las condiciones actuales de longevidad, se abre tras la jubilación. Ha subrayado las enormes posibilidades que aparecen con un empleo creativo del tiempo libre para escapar a la alienación capitalista. En su caso, esta tercera vida ha durado más de treinta años en plena posesión de facultades fisicas y mentales, y solo ha sido interrumpida por la covid-19 (Sève, 2018). Por último, en diversas intervenciones Sève ha puesto el acento en la catástrofe antropológica que el modo de producción y de consumo propios del capitalismo está engendrando, a la que considera tan grave como la propia crisis ecológica; si esta pone en peligro a la especie humana, la crisis antropológica pone en peligro al género humano (SèVe, 2011b).
El filosofar y la dialéctica materialista
Sève hablaba de la dialéctica «con pasión e indignación». Pasión, porque era el tema al que más esfuerzo había dedicado en su vida; indignación por el desconocimiento, caricaturización y marginación que la dialéctica sufre en el universo cultural contemporáneo francófono (después de estar ‘de moda’ durante los años sesenta y setenta del s. XX). Sobre la dialéctica, la «forma más profunda de la razón», Sève ha polemizado en el pasado con Lefebvre, con Garaudy, con Althusser… En su obra de madurez la atención a la dialéctica es una constante. Sève toma nota de los peligros de una ontologización de la dialéctica, a pesar de lo cual su concepción de la dialéctica le permite reivindicar el alcance ontológico y la idea de una dialéctica de la naturaleza. La clave, como se ha dicho arriba, es su demarcación entre el trabajo categorial de «lo filosófico» y el conceptual de las ciencias. «La dialéctica es de un orden exclusivamente filosófico, pone en acción no conceptos científicos, sino categorías, no nos procura ningún saber directo sobre las realidades naturales o sociales, sino que constituye un modo de pensamiento según el cual informar lógicamente nuestros saberes sobre aquéllas» (2014, 559). Con esta cautela crítica Sève da sentido a la dialéctica de la naturaleza como discurso que hace referencia a características de lo real: las «negatividades naturales» que operan «en las cosas mismas» (2014, 566), que denomina la «dialecticidad» de lo real (2005, 115,123,126). Ha sido una preocupación constante de Sève en las dos últimas décadas mostrar que el pensamiento dialéctico, puesto a punto, es la cultura lógico-filosófica de la que tienen necesidad las ciencias (sociales o naturales) para pensar cuestiones de sentido que surgen de sus prácticas. En un esfuerzo casi único en el campo marxista, en 1998 Sève reune a biólogos y físicos de primer orden para hablar de dialéctica (Sève, 1998). El interés que despierta el volumen entre científicos naturales durante su gira de presentaciones desemboca en un seminario siguiente, en el que, en interacción con estos investigadores, Sève se adentra en tópicos de interés actual en esas disciplinas como la emergencia, la causación descendente (top-down), el reduccionismo, la naturaleza del determinismo, las consecuencias de las no-linealidades sobre el comportamiento de los sistemas… mostrando cómo entender categorías dialécticas tales como «salto cualitativo» o «contradicción» en un diálogo del que puedan beneficiarse tanto la reflexión científica como el filosofar materialista y dialéctico (Sève, 2005). La valentía de este ensayo es una muestra de la confianza de Sève en un proyecto de razón que integre como dimensiones propias los saberes científicos en orden a la emancipación humana, una muestra de su convencimiento de que tal razón es dialéctica.
El comunismo
La pertenencia al PCF ha marcado la vida de Lucien Sève desde su adhesión de joven, pasando por responsabilidades primero locales, luego nacionales cada vez más importantes, hasta sus responsabilidades en la dirección. Como director de la revista del PCF La Nouvelle Critique, Sève participa en episodios como la crítica a Garaudy asumiendo el rol de «filósofo del partido». En 1984 se unirá a los conocidos como «refundadores» en torno a Charles Fitterman, preconizando un cambio de estrategia del partido en el que se profundizase el empeño teórico y político hacia el comunismo. Abandonará el PCF en 2010, sin convertirse por ello en un «enemigo» y sin dejar de considerarse comunista. Esta larga experiencia militante ha nutrido su reflexión, y el cuarto volumen, inacabado, de su Penser avec Marx aujourd’hui, es la conclusión de un trabajo ya comenzado en Communisme, quel second souffle? y Commencer par les fins: la nouvelle question du communisme. En estas obras la idea fuerza es que el comunismo no ha sido ensayado aún en ningún lugar, porque los países que creyeron realizar una revolución comunista no estaban suficientemente desarrollados; los «presupuestos del comunismo» no se daban en ellos. En las reflexiones de sus últimos años, Sève considera contraria a las ideas de Marx la concepción de una evolución en dos etapas, socialista primero, seguida luego de una comunista situada en un futuro casi inalcanzable. Es imposible resumir los argumentos históricos y textuales de las setecientas páginas de Le «communisme»? al respecto. Partiendo de esa tesis, Sève plantea que el comunismo debe ser el objetivo político actual e inmediato de la lucha contra el capitalismo. Esta perspectiva debe informar la naturaleza de los partidos que se quieren comunistas. Nociones como «revolución proceso», que indica la ausencia de etapas, o como la de «reformas revolucionarias», las que persiguen rasgos del comunismo «desde ya» y permiten avanzar hacia el comunismo, forman parte de la elaboración de Sève en estas obras. Para él, esta perspectiva implica en el siglo XXI una organización autogestionaria y no jerárquica del partido, que sería un modelo de la sociedad por venir. El partido es necesario no para «dirigir», sino para finalizar el reagrupamiento mayoritario que se opera ya «desde abajo». Estas ideas, que la covid-19 ha impedido elaborar completamente en la última parte de su opus magnum, Sève las ha expuesto concisamente en Capitalexit ou catastrophe (2018) en forma de entrevista con su hijo Jean. La ovación en pie que recibió en su última participación en la fiesta de L’Humanité (2019) muestra la influencia que sus ideas tienen en numerosos comunistas.
***
La desaparición de Lucien Sève nos priva de un gran pensador comunista que siempre estuvo dispuesto a debatir, y lo hizo, con otros pensadores que no compartían sus puntos de vista, dentro y fuera de la tradición marxiana. Una coyuntura histórica de lucha de clases encarnizada le impidió alcanzar la notoriedad universitaria que habría merecido; quizá —como él dice en Marx et nous— ello le permitió ser más libre e independiente, escapar a las presiones editoriales y vaivenes de las modas y censuras ideológicas académicas, y profundizar en la obra marxiana. Nos deja una obra considerable, apasionada, pensada con rigor, escrita con voluntad de transformación, merecedora de atención y discusión.
Referencias
Guespin-Michel, J. (coord) (2005). Émergence, comple/ité et dialectique. Odile Jacob, Paris.
Haug, W. F. (2020). «Lucien Sève 1926-2020». Das Argument, 334, 1-5.
Sève, L. (1964). «Les “dons” n’existent pas». L’École et la Nation.
-(1998). «Nature, science, dialectique: un chantier à rouvrir». Pp. 23-247, en L. Sève (coord), Sciences et dialectique de la nature. La Dispute, Paris
-(1999). Commencer par les fins: la nouvelle question communiste. La Dispute, Paris.
-(2004-2019). Penser avec Mar/ aujourd’hui. La Dispute, Paris. Tome I, Mar/ et nous (2004). Tome II, L’«homme»? (2008). Tome III, La «philosophie»? (2014). Tome IV, Le «communisme»? (2019).
-(2005). «De quelle culture logico-philosophique la pensée du non-linéaire a-t-elle besoin?». Pp. 49-210 de Guespin-Michel (2005).
-(2011a). «De “la philosophie” au philosophique». Pp. 7-89 (introduction), en K. Marx, Écrits philosophiques (L. Sève ed.). Flammarion, Paris
-(2011b). «Sauver le genre humain, pas seulement la planète». Le Monde Diplomatique, n.o 692 (noviembre), 22-23.
-(2012). Aliénation et émancipation. Précédé de «Urgence de communisme», suivi de «Karl Mar/: 82 te/tes du Capital sur l’aliénation». La Dispute, Paris.
-(2018). Entrevista en el film de Marcel Rodriguez Les trois vies de Lucien Sève, philosophe. Métis Film. Fragmentos en: https:// www.youtube.com/watch?v=G-y38YD8uE0
* Janine Guespin-Michel es catedrática emérita de Microbiología de la Universidad de Rouen, participante en diversos seminarios de Lucien Sève, autora de varios libros (los más recientes Pratiques communistes et dynamiques émancipatrices. Des entreprises autogérées, maisons du peuple et actions enviromentales, y Manifeste pour une conception communiste de l’économie sociale et solidaire, ambos de 2020) y coordina en la actualidad un grupo de trabajo interdisciplinar sobre «complejidad y dialéctica» (La révolution du comple/e. Sciences, dialectique et rationalité, 2016).
** Manuel Monleón es miembro del Consejo de Redacción de Nuestra Bandera y director de la Fundación de Investigaciones Marxistas del País Valencià.
Fuente: Nuestra Bandera Número 249, Cuarto Trimestre 2020
