La Organización de las Naciones Unidas cumple 80 años
Vijay Prashad
Queridas amigas y amigos,
Saludos desde las oficinas del Instituto Tricontinental de Investigación Social.
Solo existe un tratado en el mundo que, a pesar de sus limitaciones, une a las naciones: la Carta de la ONU. Representantes de 50 naciones la redactaron y ratificaron en 1945, a las que se sumaron otras en los años siguientes. La Carta establece únicamente las reglas de comportamiento para las naciones. No crea, ni puede crear, un mundo nuevo. Depende de cada nación vivir de acuerdo con la Carta o morir sin ella.
La Carta aún se mantiene incompleta. Fue necesario complementarla con la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, y aún así hubo disputas: los derechos políticos y civiles terminaron por separarse de los derechos sociales y económicos. Las profundas divisiones en las visiones políticas generaron fracturas en el sistema de la ONU que le han impedido enfrentar de manera eficaz los problemas del mundo.
Hoy la ONU cumple 80 años. Es casi un milagro que haya sobrevivido tanto tiempo. La Sociedad de las Naciones, fundada en 1920, apenas resistió 18 años de paz relativa (hasta que la Segunda Guerra Mundial comenzó en China en 1937).

La ONU es tan fuerte como la comunidad de naciones que la componen. Si la comunidad es débil, la ONU es débil. Como cuerpo independiente, no puede esperarse que vuele como un ángel y susurre al oído de los beligerantes para detenerlos. La ONU solo puede pitar, como árbitro en un juego cuyas reglas son rutinariamente violadas por los estados más poderosos. Ofrece un saco de boxeo conveniente para todos los bandos del espectro político: se le culpa si las crisis no se resuelven y si los esfuerzos de ayuda son insuficientes. ¿Puede la ONU detener el genocidio israelí en Gaza? Funcionarixs de la ONU han hecho declaraciones contundentes durante el genocidio, con el secretario general António Guterres afirmando que «Gaza es un campo de exterminio, la población civil está en un bucle de muerte sin fin» (8 de abril de 2025) y que la hambruna en Gaza «no es un misterio, es un desastre provocado por el hombre, una acusación moral y un fracaso de la humanidad misma» (22 de agosto de 2025). Estas son palabras poderosas, pero no han servido de nada, lo que pone en tela de juicio la eficacia de la propia ONU.

La ONU no es un cuerpo único, se compone de dos mitades. La cara más visible es el Consejo de Seguridad (CSNU), que funciona como su brazo ejecutivo. El CSNU está compuesto por 15 países: cinco son miembros permanentes (China, Francia, Rusia, el Reino Unido y Estados Unidos) y los demás son elegidos por períodos de dos años. Los cinco miembros permanentes (conocidos como los P5) tienen poder de veto sobre las decisiones del Consejo. Si alguno de los P5 no está de acuerdo con una resolución, pueden hundirla ejerciendo su veto. Cada vez que se ha presentado ante el CSNU una resolución que pide un alto al fuego, Estados Unidos ha ejercido su veto para rechazar incluso esa medida tibia (desde 1972, Estados Unidos ha vetado más de 45 resoluciones del CSNU sobre la ocupación israelí de Palestina). El Consejo sustituye a la Asamblea General de la ONU (AGNU), cuyos 193 miembros pueden aprobar resoluciones que intentan marcar la pauta de la opinión mundial, pero que a menudo son ignoradas. Desde el inicio del genocidio, por ejemplo, la AGNU ha aprobado cinco resoluciones clave en las que se pide un alto al fuego (la primera en octubre de 2023 y la quinta en junio de 2025). Pero la AGNU no tiene ningún poder real en el sistema de la ONU.

La otra mitad de la ONU está compuesta por sus innumerables agencias, cada una creada para lidiar con una u otra crisis de la era moderna. Algunas son anteriores a la propia ONU, como la Organización Internacional del Trabajo (OIT), creada en 1919 e incorporada al sistema de la ONU en 1946 como su primer organismo especializado. Otras le seguirían, como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que aboga por los derechos de lxs niñxs, y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que promueve la tolerancia y el respeto por las culturas del mundo. A lo largo de las décadas, se han creado agencias para abogar y proporcionar ayuda a las personas refugiadas, para garantizar que la energía nuclear se utilice con fines pacíficos y no bélicos, para mejorar las telecomunicaciones globales y para ampliar la asistencia para el desarrollo. Su mandato es impresionante, aunque los resultados son más modestos. Los magros fondos de los Estados del mundo son una limitación (en 2022, el gasto total de la ONU fue de 67.500 millones de dólares, en comparación con más de 2 billones de dólares gastados en el comercio de armas). Esta subfinanciación crónica se debe en gran medida a que las potencias mundiales no se ponen de acuerdo sobre la dirección de la ONU y sus agencias. Sin embargo, sin ellas, el sufrimiento en el mundo no sería ni registrado y menos atendido. El sistema de la ONU se ha convertido en la organización humanitaria del mundo en gran parte porque la austeridad neoliberal y la guerra han destruido la capacidad individual de la mayoría de los países para hacer este trabajo por sí mismos y porque las organizaciones no gubernamentales son demasiado pequeñas para llenar significativamente el vacío.

- Trasladar la Secretaría de la ONU al Sur Global. Casi todos los organismos de la ONU tienen su sede en Europa o en Estados Unidos, donde también se encuentra la propia Secretaría General. Ocasionalmente han surgido propuestas para trasladar el UNICEF, el Fondo de Población de la ONU y ONU Mujeres a Nairobi (Kenia), que ya alberga el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y ONU-Hábitat. Ha llegado el momento de que la Secretaría deje Nueva York y se instale en el Sur Global, y no solo para impedir que Washington utilice la negativa de visados como forma de castigo a lxs funcionarixs de la ONU que critican el poder estadounidense o israelí. Luego de que Estados Unidos impidiera la entrada de funcionarixs palestinxs a la Asamblea General de la ONU, ya se han escuchado llamados a trasladar la reunión de la AGNU a Ginebra. ¿Por qué no abandonar Estados Unidos de forma permanente?
- Aumentar el financiamiento del Sur Global hacia la ONU. En la actualidad, los mayores contribuyentes al sistema de la ONU son Estados Unidos (22 %) y China (20 %), mientras que siete estrechos aliados de Estados Unidos contribuyen con un 28 % (Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Corea del Sur). El Sur Global, sin contar a China, contribuye con aproximadamente el 26 % al presupuesto de la ONU. Si se incluye a China, su contribución es del 46 %, casi la mitad del presupuesto total. Es hora de que China se convierta en el mayor contribuyente de la ONU, superando a Estados Unidos, que utiliza su financiación como un arma contra la organización.
- Aumentar los fondos de ayuda dentro de los Estados. Los países deberían destinar más recursos a aliviar el sufrimiento humano que a pagar a lxs grandes acreedorxs. La ONU no debería ser el principal organismo de asistencia para quienes la necesitan. Como hemos mostrado, varios países del continente africano gastan más en el servicio de la deuda que en educación y sanidad. Al no poder proporcionar estas funciones esenciales, acaban dependiendo de la ONU a través de la UNICEF, la UNESCO y la OMS. Los Estados deberían desarrollar su propia capacidad en lugar de depender de esta asistencia.
- Reducir el comercio global de armas. Las guerras no solo se libran por dominación, sino también por las ganancias de los traficantes de armas. Las exportaciones internacionales anuales de armas se acercan a los 150.000 millones de dólares, y Estados Unidos y los países de Europa Occidental representan el 73 % de las ventas entre 2020 y 2024. Solo en 2023, los 100 principales fabricantes de armas obtuvieron 632.000 millones de dólares (en gran medida mediante ventas de empresas estadounidenses al ejército de Estados Unidos). Mientras tanto, el presupuesto total de mantenimiento de la paz de la ONU es de solo 5.600 millones de dólares y el 92 % de los cascos azules provienen del Sur Global. El Norte Global gana dinero con la guerra, mientras que el Sur Global envía a sus soldados y policías para intentar prevenir conflictos.
- Fortalecer las estructuras regionales de paz y desarrollo. Para dispersar parte del poder del Consejo de Seguridad de la ONU, es necesario fortalecer los mecanismos regionales de paz y desarrollo, como la Unión Africana, y dar prioridad a sus puntos de vista. Si no hay miembros permanentes en el Consejo de Seguridad provenientes de África, del mundo árabe o América Latina, ¿por qué estas regiones deben seguir sometidas al veto que ejerce el P5? Si el poder de resolver disputas se transfiriera en mayor medida a las estructuras regionales, la autoridad absoluta del Consejo podría diluirse en parte.

Con el genocidio mostrándose implacable, otra oleada de barcos con activistas solidarios, la Freedom Flotilla, [Flotilla de la Libertad, también llamada Flotilla Sumud] intenta llegar a Gaza. En uno de esos barcos viaja Ayoub Habraoui, miembro del partido Vía Democrática de los Trabajadores de Marruecos y representante de la Asamblea Internacional de los Pueblos. Me envió este mensaje:
Lo que ocurre en Gaza no es una guerra convencional: es un genocidio en cámara lenta que se desarrolla ante los ojos del mundo. Me uno porque la hambruna deliberada se utiliza como arma para quebrar la voluntad de un pueblo indefenso, al que se le niega medicina, alimento y agua, mientras lxs niñxs mueren en los brazos de sus madres. Me uno porque la humanidad es indivisible. Quien acepte un asedio hoy, aceptará la injusticia en cualquier lugar mañana. El silencio es complicidad con el crimen, y la indiferencia es una traición a los valores mismos que decimos defender. Esta flotilla es más que unos barcos, es un grito de conciencia global que proclama: No al asedio de poblaciones enteras, no a matar de hambre a lxs inocentes, no al genocidio. Puede que nos detengan, pero el solo hecho de zarpar es ya una declaración: Gaza no está sola. Todxs somos testigxs de la verdad y voces contra la muerte lenta.
Cordialmente,
Vijay
Fuente: Instituto Tricontinental de Investigación Social, Boletín 36 (2025), 4 de septiembre de 2025 (https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/boletin-organizacion-de-las-naciones-unidas-80-anos/)
Imagen de portada: Per Krohg (Noruega), Sin título (Mural for Peace [Mural por la paz]), 1952.
todo lo que sea cultura es fundamental para la vida, y así hacer que la humanidad cambie de rumbo para el bienestar general de nuestra humanidad. que viva la libertad del pueblo palestino , hay que hacer algo para detener el genocidio en gaza.