Pensamiento no jerárquico. Notas sobre una práctica universitaria. Contrahegemónica y autoafirmada
Jorge Iacobsonh
1. Preguntarse por las condiciones por las cuales se puede subjetivar, es decir, hacer con lo que han hecho de uno, es requisito para hacer habitable una situación que genera malestar.
2. En este sentido, este escrito se propone hablar sobre la universidad y las ciencias sociales.
3. La Universidad, en épocas de agotamiento de la potencia instituyente del Estado Nación, y bajo la vigencia instituyente del mercado, se ha convertido en un “galpón”, en el que subsisten viejas paredes e ideologías pero por el que el elemento circulante es la mercancía. Los papers-mercancías, los funcionarios de la ideología y la tecnociencia están a la orden del día.
4. Las ciencias sociales, cuyo único real es el mercado, tiene como contrapartida la subsistencia de ideologías progresistas que no tienen su real.
5. El malestar a la orden del día: impotencia ideológica, bajadas de línea gerenciales, pasantías flexibilizadoras, los compañeros en silencio, la ausencia de debates que impliquen decisiones, todos circulan en fragmentos, conversando sobre lo mucho o poco que le falta por recibirse, sobre becas, sobre algún libro, algún amigo que labura en una asamblea.
6. Por ello es pertinente preguntarse qué nos enlaza a nuestros compañeros (ya no como amigos, ya no como compañeros de ruta universitarios, ya no como compañeros ideológico-políticos) en tanto sujetos universitarios. La política siempre opera sobre un lazo, y la hegemonía es la que define las prácticas.
7. Si se suspende la eficacia de la hegemonía neoliberal sobre las prácticas, se puede decir que la política está en condiciones de transformar los lazos sociales.
8. A condición de que entendamos que no se trata meramente de una hegemonía ideológica (la cual, de paso, puede variar), sino sobre todo y primordialmente práctica.
9. Preguntarse qué nos puede unir como universitarios es preguntarse sobre las prácticas que los reúne. Partimos de la tesis que lo único que une colectivamente no son sentidos o ideologías, sino prácticas.
10. El a-lumnus (sin-luz) se preocupa por rendir, por no quedarse libre, por ser regular. Quien vea más de cerca estas palabras se dará cuenta de cuál es la práctica de los universitarios.
11. Siendo la competencia mercantil y la desocupación el horizonte inevitable ¿qué se puede hacer? Consejo: observar cómo los trabajadores que ocupan las fábricas abandonadas por sus dueños. Hay rasgos comunes de época: el capital no se queda con sus trabajadores, simplemente se va. El obstáculo deviene puramente político: esto lo vemos cuando la Municipalidad (de Rosario, de Munro, etc) vota en contra de los proyectos de municipalizacion de las iniciativas autogestivas, aunque no implique ningún costo (político, económico) pero tampoco ninguna ganancia. Incluso promueve las órdenes de desalojo. Prohibido mostrar que se puede hacer otra cosa. Lo prohibido son las prácticas contrahegemónicas.
12. Una práctica contrahegemónica en la universidad no tiene con qué autoafirmarse (salvo con la limitada ideología de la resistencia). Para autoafirmar una práctica hay que sustraerse a la regulación estatal-mercantil de nuestras prácticas.
13. Sustraerse no es aislarse, es generar otra universidad dentro de la universidad. No a imagen y diferencia de ella, lo cual implica seguir apoyado en reales ficticios (una universidad comprometida, con mejores ideas, con cátedras ultraradicalizadas). Para devenir-otra, la universidad (es decir, el conjunto colectivo de sus sujetos universitarios) tiene que preguntarse por los reales que exijan su práctica.
14. ¿A qué es fiel un real que es infiel al mercado y a la ideología? Es cuestión de pensarlo colectivamente.
15. Una práctica es fiel a la política emancipatoria cuando piensa las condiciones de emergencia de situaciones colectivas dignas de ser habitadas.
16. Una práctica universitaria fiel al real emancipatorio debe despojarse de las jerarquías que obstaculizan la capacidad de componerse a sí misma como tal.
17. Algunos obstáculos: – La primacía de la teoría sobre la práctica – La primacía del saber sobre lo real antes que de su pensamiento – El encorsetamiento pedagógico en los textos – La “cosmovisión académica”, una forma ideológica de impedir la atención a otros problemas que no sean los que subyacen en ella – La potencia del saber profesoral devenido en poder absoluto sobre los “sin luz” – El consumo acrítico de textos – El consumo pretendidamente crítico, presa de la ideología de los juicios – A seguir buscando
18. Una punta: Gilles Deleuze, en ¿Qué es la filosofía? Afirma que un concepto es un compuesto hecho de compuestos. Nos invita a crear conceptos, ya que lo que caracteriza al concepto no es su lugar en un sistema (el sistema o cosmovisión que lo hace inteligible). Lo que lo hace inteligible no está en ningún lado, salvo en la red de conceptos que se solidarizan estratégicamente. No hay átomos en el conocimiento, el pensamiento crea conceptos para asir un real problemático.
19. Depende de nosotros tratar los reales problemáticos, que dicho sea de paso, a la vez son hoy cada vez más existenciales: sufrimiento, soledad, desamparo, empobrecimiento de saberes, etc.
20. Marx: los filósofos se han encargado de interpretar de diversas maneras el mundo, de lo que se trata es de transformarlo. Quizá el pensamiento ya no es interpretación, es apuesta práctica
21: Marcos: no se trata de conquistar el mundo, sino de hacerlo de nuevo. Quizá no se trate de tomar el poder del mundo, sino de volverlo capaz de humanidad. Quizá la fuerza no se conquista, se la trabaja en colectivo.