Y con él llegó el escándalo. Marx y El Capital 150 años después
Eddy Sánchez Iglesias
Precisar el objeto de análisis de este texto, requiere definir como se abordará el mismo. El análisis del Capital propuesto, comprende la economía de Marx desde la filosofía de la ciencia -el análisis filosófico de la economía-, marco en el que se desarrollará el siguiente comentario.
Marx parte del Capital para poder afrontar su “crítica a la economía política”; lo que nos lleva a que durante estas páginas, partiremos de la crítica a la economía política, para entender, porque Marx nos habla de “el capital”.
De lo aparente a lo esencial, para pasar de lo abstracto a lo concreto. El método de Marx
Para Marx la realidad se da de manera inmediata a través de sus manifestaciones exteriores, pero el conocimiento de estas no es todavía científico. El conocimiento científico (esencia) implica su búsqueda detrás de las formas externas (apariencia). Partiendo de esta percepción de los fenómenos de la realidad, el pensamiento de Marx elabora todo el material proporcionado por esta percepción mediante la abstracción. Apariencia-esencia como unidad dialéctica de la manifestación del paso de lo abstracto a lo concreto.
El Capital comienza con el análisis de la mercancía como esencia económica de la sociedad capitalista. Pero este comienzo es abstracto, cuyo desarrollo reproduce la estructura interna del capitalismo a través del resultado de una investigación que permite a Marx, la asimilación crítica del objeto: la crítica a la economía política. El comienzo de la exposición supone la explicación de la cosa, el objeto; Marx necesita el paso de lo abstracto -el capital-, para poder abordar lo concreto –la compresión científica del modo de producción capitalista-.
Estructura del objeto. La economía política
Economía política como las relaciones de producción dadas en un modo de producción concreto, histórico, determinado, el modo de producción capitalista. Marx concreta este objeto de estudio a través de sus dos manifestaciones.
Primero. La economía política parte de la concepción de la existencia de hechos y fenómenos económicos dados y homogéneos, accesibles a la mirada y la observación directa, lo que determina que su aprehensión no dependa de la construcción teórica previa de un concepto. De ahí el reproche de la ortodoxia a Marx, la de producir “conceptos no operativos”, al excluir la medida de su objeto; ejemplo: la plusvalía.
Segundo. Esta concepción de los hechos económicos remite a una concepción ideológica que cumple la función de teoría. La existencia de hechos y fenómenos económicos dados y homogéneos implica una relación determinada con los hombres que producen, distribuyen y consumen, relación que concreta la segunda implicación teórica del objeto de la economía política. La economía política relaciona los hechos económicos con las necesidades humanas como su origen. En la esfera de las necesidades, los hechos económicos son pensados en su esencia económica como basados en sujetos “prisioneros de la necesidad”: en el homo oeconomicus.
La visión de la economía política descansa en la existencia de la idea del fenómeno económico dado, que descansa, a su vez, sobre la existencia de sujetos cuya actividad de productores en la división del trabajo tiene por fin, el de la producción de bienes de consumo destinados a satisfacer las necesidades de estos mismos sujetos. Esta relación lineal se eleva como objeto declarado de la economía política, conformando una visión ideológica de afrontar las condiciones capitalistas de producción como las únicas condiciones de producción, históricamente determinadas y eternas en su existencia.
El análisis de Marx y su aportación
La economía política parte de una conceptualización de los fenómenos económicos como dependientes de la causalidad mecánica. La concepción de fenómeno económico lleva aparejado su carácter de homogéneo, lo que determina su propiedad de dato, como esencia material que se concreta en causalidad lineal, que impacta en el sujeto, haciendo de la inflación una información objetiva (dato) que se convierte en señal, para una decisión (racional por tanto) que concreta al sujeto como consumidor. La teoría de Marx se construye en oposición frontal a esta concepción, no por pretender convertirse en su “inversión” sino porque es diferente.
Marx nos presenta a los fenómenos económicos no en la infinidad de un espacio homogéneo e inmutable, sino en un estado particular determinado por su estructura global. Marx define lo económico por su concepto, es decir por el concepto de esa estructura global, definida como modo de producción, en tanto que ella determina a ese estado particular de la relación productiva, en la que se insertan los fenómenos económicos. La estructura (modo de producción) que determina los fenómenos económicos asume su concreción por la relación dialéctica siguiente: unidad de fuerzas productivas-relaciones de producción. La unidad de la exposición teórica de Marx trae tres consecuencias teóricas importantes dentro del marco de la economía política.
Primera. Lo económico no puede poseer la cualidad de un dato, debido a que su identificación requiere el concepto de estructura económica, que remite a su vez al concepto de modo de producción, puesto que su identificación supone, por tanto, la construcción de su concepto. El concepto de lo económico debe ser construido para cada modo de producción.
Segunda. La posibilidad de medida y de intervención del instrumento matemático no está excluida de lo económico sino que está sometida a él. La formalización matemática sólo puede existir subordinada a la formalización conceptual arriba señalada.
Tercera. Si los fenómenos económicos están determinados por su estructura, es imposible que se les pueda aplicar el concepto de causalidad lineal. Se precisa otro concepto, relación de causalidad requerida por una nueva definición del objeto de la economía, es decir, la determinación por una estructura.
La crítica al objeto de la economía política. El carácter histórico de la economía política determinante del carácter finito del Capital
La crítica de la economía política realizada por Marx no puede poner en discusión su objeto sin poner también en duda la economía política misma. La crítica de Marx es, por lo tanto, radical, al someter la discusión no sólo el objeto de la economía política, sino la economía políticamisma como objeto. La consecuencia de la labor científica de Marx es la no existencia de la economía política como estado natural, conclusión que se concreta en una obra inmensa llamada El Capital, y que no parece hablar, desde el principio hasta el fin, sino de economía política.
El carácter histórico del modo de producción capitalista marca el propio carácter finito del Capital como obra; la superación del capitalismo lleva a extinción del Capital como marco científico para el nuevo objeto, que no es otro, que la extinción del capitalismo y su sustitución por otro modo de producción. La crítica a la economía política se eleva como concreción de la propuesta de Marx, la de fundamentar y formular racionalmente un proyecto de transformación de la sociedad de carácter anticapitalista.