Un libro de referencia
Salvador López Arnal
Enric Prat, Moviéndose por la Paz. De Pax Christi a las movilizaciones contra la guerra. Editorial Hacer, Barcelona, 2006. Prólogo de Francisco Fernández Buey, 329 páginas.
“Este libro es sin duda la aproximación más completa a la historia del movimiento por la paz que se ha editado hasta ahora en España”. Con estas ajustadas y merecidas palabras inicia Francisco Fernández Buey el prólogo que ha escrito para este excelente ensayo de Enric Prat cuyo tema central es la reciente historia de los movimiento por la paz en Catalunya desde los años cincuenta del siglo pasado hasta prácticamente la actualidad. Y, como es sabido, en todo este período ha habido de todo en el ámbito nacional e internacional: acuerdos sobre bases americanas (y temas anexos), guerra fría entre bloques, accidentes nucleares militares, incorporación a la OTAN, masivos movimientos ciudadanos antiotánicos, disolución por liquidación del Pacto de Varsovia, movimientos anti-mili, guerras en Europa, destrucción de federaciones, guerras en Mesopotamia, eliminación de la conscripción obligatoria en nuestro país, guerrillas revolucionarias. Largo etcétera.
No era tarea fácil el trabajo de Enric Prat, historiador, activista prudente, de y con principios y miembro asesor de la revistas Viento Sur y Sin Permiso. Entre otros factores que podrían enumerarse, la enorme, diversa y casi inabarcable información en algunos temas, junto con la escasez de datos sobre algunos períodos y actuaciones; la casi inexistencia de estudios previos de tipo general; la fuerte vinculación del autor con parte de los movimientos analizados durante un largo período de su admirable actividad militante, hacían que el estudio, la investigación de Prat pudiera adentrarse por direcciones enmarañadas. No ha sido el caso. Estamos ante un excelente libro histórico (y de historia reciente que en ocasiones es la más complicada), con investigaciones sociológicas anexas, que sin duda merece ser (y será) un libro de referencia en los estudios sobre los movimientos por la paz en Catalunya y también en España.
Sabemos la importancia histórica, política y cultural del tema. En lo que respecta a Catalunya, por concretar y no cometer errores, aunque afirmaciones similares podrían realizarse respecto a otros territorios españoles, las recientes manifestaciones por la paz han sido hasta el momento las movilizaciones ciudadanas más masivas conocidas, las intervenciones sociales que más han recordado la importante resistencia popular contra la permanencia en la OTAN y la inadmisible y estudiada manipulación gubernamental anexa. Y no sólo aquí. No exagera un neutrino Enric Prat cuando afirma que “el movimiento contra la guerra de Irak del año 2003 será recordado como uno de los más extensos e internacionales que han existido en la historia de la humanidad” (p. 1). Fueron años, además, en que el movimiento español por la paz conseguía señalar por el dedo de la acusación razonada e informada las características autoritarias (por decirlo suavemente, muy suavemente) del Ejército español y denunciaba lo que suponía para muchos jóvenes servir (en el sentido literal del término) durante años en una institución como aquélla.
Moviéndose por la Paz. De Pax Christi a las movilizaciones contra la guerra está dividido en 11 apretados capítulos. Los temas tratados son las cuestiones esenciales del período movimientos antimilitaristas durante la transición, oposición a la entrada y permanencia de España en la OTAN, feminismo antimilitarista (uno de los capítulos, en mi opinión, más destacables y novedosos del ensayo), las movilizaciones contra las guerras del golfo,.. El lector puede encontrar un resumen de los temas estudiados en las páginas 15-18 de la Introducción. Pero el autor transita también con detalle por temas y derivadas menos conocidos: por los movimientos no violentos que existieron durante el franquismo, por las campañas internacionales contra el uso de armas ligeras, por lo factores que conllevaron un reflujo del movimiento en algunos momentos, por las campañas contra los presupuestos militares reales (que en España ascendieron realmente en 2004 a 15.185 millones de euros, más del 10% del Presupuestos generales del Estado), etc.
El autor señala tres motivos centrales en la realización de su estudio: disponer de una “panorámica completa de uno de los movimientos sociales más importantes de la historia contemporánea en Catalunya” (p. 6); conseguir que las aportaciones teóricas y organizativas generadas por el movimiento “sean recuperadas e incorporadas a la memoria colectiva y en las obras de síntesis de historia contemporánea de Catalunya” (p. 7) y, en tercer lugar, que la investigación “aporte informaciones y análisis que sean útiles para la reflexión teórica sobre los movimientos sociales” (p. 7). El primero y el tercero están conseguidos; el segundo es de justicia.
Prat ha tenido el cuidado de no tergiversar nunca por exageración el número de los participantes en tal o cual movimiento o manifestación, ha evitado cualquier revisión histórica en función de perspectivas o puntos actualmente, sólo actualmente, indiscutidos, y ha escrito pensando siempre en el lector o lectora joven, o no muy puesto en el tema, sin suponer conocimientos o información que acaso no tuviera hasta ese momento. Ese cuidado ha sido seguramente la razón por la que Prat ha preferido situar al final del volumen (páginas 297-329), con acierto editorial desde mi punto de vista, las documentadas e imprescindibles 480 notas de su ensayo, algunas de ellas con autonomía propia, casi breves artículos consideradas en sí mismas.
Prat ha conseguido además lo que sólo alcanzan algunas destacadas investigaciones sociales y políticas: que personas vinculadas a los movimientos estudiados, que ciudadanos/as que han vivido intensamente la época analizada, no sólo se reconozcan en el estudio sino que aprendan, amplíen sus elementos de análisis, el grado de comprensión de los temas estudiados, y que vuelvan a pensar con sosiego temas o tesis asentadas. Es mi caso, por ejemplo.
Además del encomiable e inusual trabajo sociológico que Prat ha realizado entre destacados participantes del movimiento (la izquierda, en ocasiones, tiende a ser poco empírica, no se sabe si porque empírico suena a empirista, que debe ser tan malo como ser neopositivista, o porque los dichosos datos suelen ser muy molestos para la defensa de determinadas conjeturas), y del que, según ha anunciado, dará cuenta detallada en próximas publicaciones, hay una virtud intelectual que Prat ha mostrado en las páginas de su estudio. Mejor dicho, dos. Una, esencial, la modestia, el esfuerzo por aprender, por estudiar, aun cuando, como era su caso, sabía mucho por experiencia política directa, y la segunda, la ausencia de cualquier síntoma de sectarismo político, cultural, ideológico. No hay ningún franja del movimiento, contrario a la guerra, por minoritario que éste fuera, activo en Catalunya, que quede olvidado en algún archivo inalcanzable. Todos aquellos (y todas desde luego) que se esforzaron activamente por combatir la militarización de nuestras sociedades, las guerras y sus nefastas secuelas de muerte y destrucción, desde ópticas muy diversas, tienen su presencia en este estudio. Y, desde luego, sin una valoración política que mal dirija la lectura. Prat, por ejemplo, describe ajustadamente, con respeto y reconocimiento, los inicios del movimiento por la paz en Catalunya, movimientos iniciales que estuvieron protagonizados en muchas ocasiones por ciudadanos y grupos de orientación cristiana, y defiende con excelentes razones la denominación de movimiento por la paz para hablar de los movimientos estudiados, frente a otras denominaciones como “movimiento pacifista o “movimientos antimilitaristas”, porque con ella “se abarcan multitud de organizaciones, acciones y campañas” (p. 10) y “porque aunque muchas personas se definan como pacifistas o antimilitaristas, bastante grupos y activistas no se han sentido identificados con estas identidades “ (p. 10).
Como señaló el autor el día de la exitosa presentación de su ensayo en el Museo de Historia de Catalunya, el título sugerido por otro historiador y filósofo, por Jordi Mir Garcia, apunta en la dirección correcta: moviéndose, moviéndonos, en presente y con inclusión, por algo tan esencial para la vida de las comunidades como es la paz, la ausencia de guerras de exterminio, aquí, cerca o lejos de aquí, donde sea.
Estamos, pues, no sólo ante un libro de referencia sino ante un libro necesario que parece finalizar de forma algo abrupta: “En el movimiento por paz de los años ochenta se produjo una transferencia de activistas hacia otros movimientos sociales, que no sólo implicó una transferencia numérica de efectivos, sin también de sus conocimientos, experiencia y capacidades de organización, acción, comunicación y elaboración, contribuyendo de esta manera al desarrollo de ONG y grupos ecologistas” (p. 278). Es un agradable y conocido, truco de escritor. Se señalan aquí nuevos ámbitos de estudio en los que muy probablemente, con certeza sin se me permite, Enric Prat sea una de las personas que está en mejores condiciones para regalarlos otra magnífica investigación con no menos excelentes resultados.
Salvador López Arnal