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La Unión, o la feria de las hipocresías

Editorial de Radio Cittá Aperta del viernes 23 de febrero

Si la situación no fuese trágica sería para reírse. Más bien, para morirse de la risa.

El líder de un partido que se define “radical” como Franco Giordano (Rifondazione Comunista), hace días que  está repitiendo que el discurso de Massimo D´Alema en el Senado fue “el más a la izquierda que se podía esperar”. ¿Pero que discurso ha escuchado Giordano?. ¿Desde cuando la guerra, las misiones militares coloniales, la militarización de los territorios y el aumento de los presupuestos militares son políticas de izquierda?. El hecho de que el gobierno Bush no vea con buenos ojos el multilateralismo buscado por D´ Alema no significa que este último no sea sumiso a los intereses de Washington, sino sólo que en el otro lado del Atlántico gobierna una banda de chalados y peligrosos doctores Strangelove.

Solo una dosis enorme, excesiva, de hipocresía puede hacer llamar a los bombardeos, misiones de paz. Además de una buena dosis de cinismo, naturalmente.

Turigliatto y Rossi habían pedido para poder apoyar el documento sobre política exterior del Gobierno Prodi, solamente  aperturas de naturaleza simbólica que pudiesen de alguna manera satisfacer las peticiones de discontinuidad llegadas pocos días antes de la enorme y combativa manifestación de Vicenza. Massimo D´Alema, en un delirio de omnipotencia, ha creído, al contrario, necesario rebatir que la negación del permiso a la ampliación de la base de Vicenza habría representado un acto hostil en las relaciones con nuestros amigos de Washington. La cosa sorprendente no es el no voto de los dos senadores “disidentes”, sino el voto favorable de la llamada izquierda radical a un programa de política exterior  que contrasta con las aspiraciones y los objetivos de los movimientos que se oponen a la guerra.

El vergonzoso linchamiento lanzado por las secretarias del PdCI, Rifondazione y los Verdes contra los dos senadores –evidentemente demasiado dignos para  estar entre los asientos del Palazzo Madama (sede del Senado)- no podrá ocultar por mucho tiempo la impotencia y la subalternidad  de los tres partidos que después de haber llevado al montón millones de votos radicales en nombre del antiberlusconismo, ahora piden encima  que nos manifestemos para “defender el gobierno Prodi”. ¡Lo nunca visto! ¡Se pide a quién esta a punto de ser procesado por un tribunal neoliberal y fundado en la guerra que se manifieste para defender al verdugo! ¿No pretenderán que todos nos presentemos en el patíbulo con la sonrisa en los labios?.

Quién nos ha pedido paciencia y fidelidad en todos estos meses, a la espera de que la izquierda radical consiguiese influir no se sabe bien como a un ejecutivo alineado en defensa de los poderes fuertes, ahora se entrega esposado a un Prodi que pide –y obtendrá- manos libres para hacer la guerra y para las bases militares extranjeras, el Tren de Alta Velocidad y el recorte de las pensiones. Cuando se dice que lo menos malo –ósea el centro izquierda- prepara lo peor, no se dice una banalidad, sino una sacrosanta verdad.

Tenemos la sensación de que el slogan real de la manifestación convocada  para el domingo por la izquierda europea sea “gobernar, gobernar, gobernar”.Nosotros no estaremos. Preferimos ampliamente “resistir, resistir, resistir”.

Traducción: Carlos Gutiérrez

 

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