1ª sesión del seminario Compromiso moral y pasión intelectual. Introducción a la obra de Manuel Sacristán (7/10/2020)
El día 7 de octubre de 2020 inauguramos un nuevo seminario sobre la obra de Manuel Sacristán. Ofrecemos a continuación la grabación en audio de la primera sesión, recordando que es posible incorporarse todavía a la próxima escribiendo a nuestra dirección contacto@espai-marx.net.
Notas de Salvador López Arnal sobre la sesión:
1. Los apuntes que estáis (estamos) leyendo son del curso 1959-1960, el primero que impartió en Económicas. La facultad se llamaba entonces de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales.
2. Son idénticos en este punto, salvo error por mi parte (hablo de memoria, no lo he comprobado), a los apuntes de 1956-57, el primer curso que imparte en la Facultad de Filosofía cuando regresa de Münster, del Instituto de Lógica y Fundamentos de la Ciencia.
3. Sacristán fue durante 19 años profesor universitario: 3 en la Facultad de Filosofía, 15 en Económicas y 1 curso en la UNAM (México). Fue expulsado por motivos políticos desde 1965 hasta 1976. En 1972-1973, pudo impartir un curso de Teoría general del método, con un “truco” ideado por Alfons Barceló y otros amigos (Creo que le cambiaron el nombre: Sacristà Lizó por Sacristán Luzón).
4. Fue siempre PNN [Profesor No Numerario] menos el último curso, después de ser nombrado catedrático extraordinario en 1984 (tras la primera negativa) durante el primer gobierno PSOE.
5. ¿Por qué su traslado Económicas? Por presiones del arzobispado barcelonés (según recuerdo de M. Rosa Borràs: Kant no se podía explicar al modo ilustrado), presiones que acaso pretendieron su expulsión. Tal vez también por sugerencias de profesores conservadores de la propia Facultad. Víctor Méndez Baiges lo explica muy bien en La tradición de la intradición. Historias de la filosofía española entre 1843 y 1973, Madrid, Tecnos, 2021 (en prensa) (Libro, por cierto, absolutamente recomendable. Entre lo mejor que he leído sobre el tema).
6. Sacristán obtuvo de doctorado en 1959 con su tesis sobre Heidegger: Las ideas gnoseológicas de Heidegger. Otros profesores, aún no doctores, consiguieron estabilizar su situación muy pronto.
7. Cuando vuelve de Alemania en 1956 (renunció a una plaza de profesor contratado en el Instituto de Lógica de Münster, un centro de vanguardia en asuntos de lógica y epistemología en aquellos momentos, por incorporarse a la lucha antifranquista) tiene dos grandes intereses filosóficos: el marxismo, la tradición marxista (teoría y praxis), y las corrientes de la filosofía de la ciencia de la época. Digamos toda la tradición analítica.
7.1. En Münster conoce, aunque no llega a darle clases (está enfermo), creo que coincide con él en seminarios, a alguien que siempre consideró un maestro suyo: Heinrich Scholz.
7.1.1. Está por hacer un estudio sobre la influencia de Scholz en Sacristán.
7.1.1.1. Escribió un artículo largo sobre él después de su fallecimiento a finales de 1956. Lo publicó en Convivium, la revista que fundó Jaume Bofill, un tomista muy informado, maestro de Canals. Está recogido en Papeles de filosofía: “Lógica formal y filosofía en la obra de Heinrich Scholz”.
7.2. No debería olvidarse la influencia que ejerció Ettore Casari, un marxista y lógico italiano, sobre él. Lo conoció en Münster. Véanse los documentales de Xavier Juncosa, “Integral Sacristán”, Mataró: El Viejo Topo, 2006 (Tengo a vuestra disposición la entrevista completa con Casari. No he llegado a conocerle).
7.2.1. Casari publicó unos Lineamenti que acaso ejercieron un papel similar al que ejerció Introducción a la lógica y al análisis formal en nuestro país (es de 1964).
7.2.1.1. Sobre el libro de lógica de Sacristán: SLA et alii (eds), Donde no habita el olvido, Vilassar de Dalt: Montesinos, 2005. Contiene dos magníficos textos: uno de Luis Vega, la conferencia inaugural de las jornadas, y otro de Paula Olmos.
7.2.1.1. Escribió otro manual de lógica: Lógica elemental por encargo de Labor, que no lo publicó finalmente. Conjetura: por presiones del Ministerio de Educación o de algún director general. Tal vez, Robles Piquer, el cuñado de Fraga. Sacristán había sido expulsado recientemente de la universidad.
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Sacristán consigue una beca en 1954 y parte a estudiar lógica y epistemología al Instituto de lógica de Münster. ¿Por qué esa elección? Lo ignoro, no he logrado saberlo. Para alguien como él, licenciado en Derecho y Filosofía, tal vez lo más razonable hubiera sido ir a estudiar Filosofía del Derecho en Alemania. ¿Tenía antes aficiones lógicas? Por lo que sabemos de su biblioteca de juventud (Albert Domingo lo ha estudiado), no parece que esa fuera su preocupación básica.
En cualquier caso, antes de su marcha a Alemania, Sacristán tiene más o menos el siguiente bagaje: a) Ha sido esencial en dos revistas barcelonesas: Qvadrante y Laye; b) Ha escrito un libro (tengo copia) que no se ha editado:»Una historia sinóptica de la filosofía» (me lo facilitó el embajador de España en Viena en su momento, un amigo suyo de juventud, Pocholo llamaban, Jesús Núñez); c) tiene claras aficiones teatrales (El pasillo (1953), es obra suya), cinematográficas (varios guiones con Castellet y ha dirigido una película, un mediometraje, que no he conseguido encontrar) y crítico-teatrales (baste pensar en los artículos de Laye, recogidos parcialmente en Lecturas); d) está puesto o muy puesto en griego clásico, latín, francés y alemán (no conoce entonces, espero no equivocarme, ni el inglés ni el italiano); e) en noviembre de 1954 presenta el esquema de tu tesis doctoral (decidido por tanto mucho antes de finalizar sus estudios de posgrado), f) Conoce bien la obra de Ortega; g) Ha leído el Ser y tiempo de Heidegger; h) Ha empezado a estudiar clásicos de la epistemología contemporánea (Russell, Reichenbach) y conoce las grandes teorías físicas de aquellos años (teoría de la relatividad, mecánica cuántica); i) tiene una buena formación en filosofía clásica (en 1956, se publica su traducción de El Banquete). j) En su momento, ha leído mucho a Unamuno (ha escrito sobre él).
Es un resumen, me olvido cosas probablemente.
En cualquier caso, de cara al seminario y la lectura de los textos de 1959, contiene destacar entonces -me repito- dos marcadas influencias: marxismo y, digamos, filosofía contemporánea de la ciencia (y también de la teoría del conocimiento clásica). Sin olvidar, por otra parte, su originalidad, su singularidad, su capacidad para pensar siempre con cabeza propia.
No estaría de más preguntarse cuál era la situación de la filosofía española (y barcelonesa) en aquellos años para captar mejor las reflexiones metafilosóficas de Sacristán y cómo él mismo pensó y escribió sobre ella.
Una bibliografía mínima sobre el primer punto podría ser esta: Víctor Méndez Baiges, La tradición de la intradición. Historias de la filosofía española entre 1843 y 1973, Madrid, Tecnos, 2021, en prensa (lo he citado antes). También Francisco Vázquez García, La filosofía española: Herederos y pretendientes. Una lectura sociológica (1963-1990), Madrid: Abada editores, 2009, Juan Carlos García Borrón, España siglo XX. Recuerdos de un observador atento, Barcelona: Ediciones del Serbal, 2004, y José Luis Moreno Pestaña, La norma de la filosofía. La configuración del patrón filosófico español tras las Guerra Civil, Madrid: Biblioteca Nueva, 2013.
El primero de los libros citados se publicará en 2021. Puedo asegurar y aseguro (perdonad la broma estúpida) que es la mejor historia de la filosofía española (con diferencia) que yo he leído nunca. La parte dedicada a Sacristán es, también con diferencia (y no es falsa modestia en lo que a mí concierne), está entre lo mejor que se ha escrito nunca sobre él.
Sacristán escribió en los años cincuenta varias cosas para Laye sobre asuntos metafilosíoficos. Una es de 1951 y no la incluyó en Panfletos y Materiales. Incluyó un texto de 1953: «Nota acerca de la constitución de la nueva filosofía», un texto irónico donde habla del remurimiento filosófico (está en el volumen 2 de PyM, Papeles de filosofía, pp. 7-12) y «Entre sol y sol III», Laye 19, 1952. La primera parte está dedicada a Mirabent, un catedrático de Estética al que luego dedicaría un artículo.
No habría que olvidar en el asunto que estamos comentado el texto «Homenaje a Ortega» que escribió en 1953, en el penúltimo número de Laye. Esta en Papeles de filosofía.
Sobre sus reflexiones metafilosóficas, aparte de su texto del verano de 1967 «Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores», hay un texto anterior, de 1963, que, en mi opinión, está entre sus mejores cosas: por su argumentación, por el motivo, por sus pasos finales, por los temas que toca de pasada, por la pulsión poliética que lo mueve, etc: “Studium generale para todos los días de la semana”.
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