Eisenstein en el siglo XXI
Josep Torrell Jordana
a Juan Manuel García Ferrer y Rafael Miret,
porque escribir significa tener los libros.
Entre 1964 y 1971, en la Unión Soviética se publicarón las Sobranie sochinenii v shesti tomakh: esto es, las obras selectas de Sergei M. Eisenstein. Fue como una estupefacción porque estas Obras revelaban a Eisenstein como un autor de la estética y la teoría de las artes (y no sólo un cineasta).
En 1967 empezó en Francia la edición de los Obras bajo la dirección de Jacques Aumont. Pero el reflujo de Mayo 1968 arrambó con este proyecto. En 1975 se clausuró la edición: no era rentable.
En los años 1981-1983, la editorial Marsilio Editrice de Venecia, bajo la dirección de Piero Montani, empezó a publicar las Opere Scelte de Eisenstein que habia sido editadas en ruso: Il Montagio, 1923-1940; Stili di regía, 1932; La regía, 1932-1935; Teoria generale del montaggio, 1937; La natura non indiferente, 1945-1947; y Il colore, 1946-1948.
También incluyó Il movimento expresivo, 1920-1947; Memorie, la mia arte nella vita (1946-1948) y Il Metodo, volumen I (1935-1948).
Sin embargo, existe una edición de Método distinta de la que ha empezado a publicar Marsillio: Sergei Eisenstein: Metod, edición y comentarios de Oksana Bulgakowa, 4 volúmenes de unas 1660 páginas. Se trata de una edición que incluye todo lo que pueda ser publicado.
En castellano se han publicado: Teoría Y Técnica Cinematográficas (Rialp, Madrid, 1957 y siguientes), Yo. Memorias inmorales (Siglo XXI, Buenos Aires, 1989-1991), pero sólo la primera parte se publicó en España.
En su conjunto todo lo editado en varias lenguas constituye una auténtica conmoción porque daba a Einsenstein una nueva vida como pensador, con su figura metodológica más allá del valor intrínseco de sus películas.
En el plano de la publicación de libros, el peso italiano es de gran importancia. En francés se empezó la traducción de la edición rusa, pero se interrumpió: no interesaba. Por suerte, publicaron Au-delà des étoiles, (Union Général d’Editions, Paris, 1974), que contiene los artículos de los años 1923-1947. Los ingleses y los alemanes tienen una obra pero con otros criterios. En castellano, Miguel Bilbatua tradujó Cine soviético de vanguardia. Teoría y lenguaje (Alberto Corazón, Editor, Madrid, 1971), en que incluyó cinco artículos de Eisentein, entre ellos Montaje de Atracciones (aunque cortado). En italiano salió Teoria del cinema rivoluzionario (Feltrinelli, Milán, 1975) editada por Paolo Bertetto que, agrupaba catorce escritos por Eisenstein. Pero el marxismo críptico (de aquellos años) hizo que el libro de Beretto no fuera casi citado.
Dicho simplemente: hay dos Eisensten: el anterior y el posterior a la publicación de sus obras. Con la corrección adicional –que fue Oksana Bulgakowa quien nos lo advirtió— que el Fondo Eisenstein de Moscú hay aún miles de documentos personales (textos, escritos personales y, por supuesto, dibujos).
Antes del fin del siglo veinte
Eisenstein tuvo suerte con las dos personas que hicieron su biografía: una jovencísima norteamericana (perdidamente enamorada de él) y su amigo Víktor Shklovski (1893-1984), que estuvo a su lado en los inicios,1 y más tarde escribió Su majestad, Eisenstein (1973). El libro está traducido en italiano, Su Maestà Ejsenstejn. Biografia di un protagonista (Ghirli, Milán, 2021). Con el título Eisenstein está en castellano en Arte y Literatura, La Habana, 1985; y, en traducción de Joaquín Jordá en Anagrama, Barcelona, 1973. Pero la edición de Jordá se queda en la mitad del texto original. Se quedan fuera muchos de los acertados comentarios de Shklovski.
Aunque existe una versión del libro de Marie Seton (1910-1985), Sergei M. Eisenstein, una biografía (FCE, México, 1986), el texto más recomendable es el de Barthélemy Amengual (1919-2006), Que viva Eisenstein ! (L’Age d’homme, Lausanne, 1981). Este es un libro poco leído: tiene 726 páginas.
Empieza el libro con una breve biografía; sigue un exhaustivo Eisenstein como el teórico, el escritor, el pedagogo y el artista. En la segunda parte, «El devenir del montaje», aporta los escritos (en particular los 1923) y, de aquí, empieza el análisis minucioso y pormenorizado de todas sus películas.
Amengual, al comienzo de su texto, define a Eisenstein como «un teorizador no teórico». El párrafo tiene su enjundia: porque implica un claro conocimiento de su obra; pero, al mismo tiempo, está definiendo –aunque sea inconscientemente— su propio carácter: alguien que ha hablado casi siempre de cine sin aludir casi nunca a lo teórico (puesto que él no era un teorizador almidonado). Al contrario, era un crítico que ayudo a otros a ver el cine con argumentaciones positivas (algo que muchos especialistas en Eisenstein recuerdan con cariño).
Amengual estudio las películas y sus obras sobre ellas; por esto, ¡Que viva Eisenstein ! es un punto de referencia: un antes y un después.2 Además Amengual juega con todos los estilos de la escritura: a veces, el epígrafe va más allá del contenido contenido de su tema.
La publicación de las obras selectas del autor y el texto de Barthélemy Amengual impuso cierto sentido de la realidad en quiénes seguían trabajando con la obra eisensteniana.
En 1980-2010, los escritos sobre Eisenstein son muy limitados. Por supuesto, siguieron publicándose libros sobre el autor, pero –con la excepción de Jesús González Requena: S.M. Eisenstein: Lo que solicita ser escrito (Cátedra, Madrid, 1992)— no se comentan aquí porqué no aportan nada a la obra.
Existen, sin embargo, dos obras importantes: las de Jacques Aumont y François Albera, ambos centrados en la difusión de textos inéditos de Eisenstein.
Jacques Aumont (Aviñón, 1942) fue uno de los primeros traductores de las Obras de Eisenstein en Francia. Era ingeniero y pasó al cine traduciendo precisamente a Eisenstein en 1967. Su libro Montage Eisenstein se publicó en 1978 y se agotó hace tiempo.3 Sigue siendo el libro más citado en todas partes. El montaje es su tema central. A partir de ahí articula los conceptos que utilizaba Eisenstein, en particular los de los años 1928 y 1929, su mejor período teórico.
Al final del escrito, a modo de (imposible) conclusión Aumont, tras redefinir a «Eisenstein como fundador de un sistema teórico», señala que «el sistema eisensteiniano es de naturaleza particular; es un sistema que no es en realidad conceptualizado; no es que no haya conceptos eisenstenianos, pero estos conceptos serían como flotantes, por arriba de un suelo o un terreno fijado, que tan solo podría validar el sistema. La teoría de lo cinematográfico que Eisenstein está intentando proporcionar es, por lo menos, incapaz de anclarse en los conceptos fijos y delimitados; tiene necesidad de una relativa libertad conceptual, aunque la noción de montaje que es el epicentro no puede ser parada o fijada, sino sólo relacionada a ciertos fenómenos, que a su vez designa».
De hecho Aumont está proponiendo (avant la lettere) lo que diría Amengual: el teorizador no teórico. Aunque Aumont y Amengual, en sus escritos, son muy diferentes entre sí: el uno, con la argumentación basada en la epistemología científica; el otro, por su razonamiento discursivo basado en un leguaje mucho más comprensivo.
François Albera (Ginebra, 1948) es quizá uno del mejores traductores en francés de Eisenstein (con la colaboración del ruso Naum Kleiman). Desde la publicación de Eisenstein et le constructivisme russe: dramaturgie de la forme (L’Age d’homme, Lausanne, 1990) sigue un mismo criterio: cada texto lleva un texto inédito del cinesta del que está hablando. Así su re-traducción del artículo Stuttgard de Eisenstein, con una versión original en alemán que no se había publicado nunca. Está editando también los escritos de Eisenstein que no se habían en francés: Eisenstein, le mouvement de l’art (1986), Cinematisme (2009) o el artículo desconocido de «A.I. 28. Attraction intellectuele» (Einsenstein dans le texte, Cinémas, vol. 11).4
Sergei Eisenstein: A Biography (traducción de Anne Dwyer, PotemkinPress, San Francisco, 2001) es un libro maldito (y, por lo tanto, muy recomendable). A Oksana Bulgakova (Nikopol, Ucranía, 1966) se le ocurrió que Eisenstein podía tener un diario íntimo. Lo pidió y se lo entregaron. Otros habían husmeado dicho fondo, pero no había ninguno que lo hubiera dicho en público. Así que su libro, editado en alemán en 1987, fue excepcional… y maldito (por todos aquellos que habían inventado cosas sobre Eisenstein y se veian ahora fuera de lugar).
En el libro se pueden encontrar la sexualidad de Eisenstein, sus contactos semanales con los científicos Lev Vygotsky, Alexander Luria y Nicholas Marr, su decisión de dejar el cine, etcétera. Es decir: acontecimientos que tienen un relieve fundamental en la vida de Eisenstein, pero que nadie había estudiado nunca.
Además, ella es rusa y los libros que se ocupan allí de la obra son muchos y tratan de objetos muy interesantes de Eisenstein. Esto es algo que configura una sensación de vértigo. ¿Cómo podemos escribir sobre Eisenstein si desconocemos qué están haciendo los estudiosos en Rusia? Así, por ejemplo, parece que tienen un completo y documentado listado de casi todos los libros que leyó Eisenstein, lo cual tiene un valor incalculable… para los que hablan el ruso.
El primer libro confeccionado por diversos autores fue Sergej Ejzenstejn: oltre el cinema a cura de Piero Montani (Biennal di Venezia, Pordenone, 1991). Lo mejor es la calidad y el elenco de autores, que son los más célebres que se ocupan hoy de Eisenstein.
Esta dividido en tres partes. Primera parte: Contextos (Jacques Aumont, Oksana Bulgakowa, François Albera, Valentina Valentini, Jurij Tsivian, Leonid Kozlov y Hakan Lövgren, entre otros). Segunda parte: Cine y teoría de las artes (David Bordwell, Antonio Costa, Giovanna Grignaffini, Ronald Levaco, Maurizo Del Ministro, Hans-Joachim Schlegel, Omar Calabrase). Tercera parte: Estética (Naum Kleiman, Marie-Claire Ropars-Wuilleumier, Paolo Bertetto, Maurizio Grande, Sandro Bernardi, Arun Khopkar). En su conjunto, son 33 versiones diferentes que aúnan diversos enfoques sobre un autor más allá del cine. En ellos, trazan la relación entre Eisenstein y otros artistas (señaladamente Brecht). El libro tiene 422 páginas y su edición es mucho más alta de lo normal (libro de regalo).
A partir del nuevo siglo
En el año 2001 se publicó Eisenstein. L’ancien et le nouveau (Publications de la Sorbonne, París, 2001), que contaba con las conferencias de los asistentes a un congreso. Son importante las intervenciones de Wanda Srauven, Antonio Costa, Olga Bulgakova, Rolf Kloefper y Dominique Chateau (que expone qué versión tenía Eisenstein acerca de la dialéctica marxista).
Otro libro que ha subrayado la línea general en los studios sobre Eisenstein, es claramente la de un autor que ha leído las Obras publicadas por Marsilio editore: Ejzenstejn. Il cinema, le arti, il montaggio (Einaudi, Torino, 2011) de Antonio Somaini (Nueva York, 1968).
Este libro consta de doce capítulos, que van de menos a más. Los primeros –hasta los dibujos y la estancia en México— son cinco (113 páginas). México y los dibujos mexicanos ocupan los dos capítulos siguientes (71 páginas). Y de aquí en adelante (221 páginas) recoge todo lo que hay que saber por haber leído bien las obras que había que leer. Es una visión muy atinada de Eisenstein: Somaini es hoy uno es uno de los autores más instruidos en el tema y también el traductor de los inéditos de Eisenstein junto a François Albera.
Publicado un año antes, uno de los escritos más citados (y útiles) es Les Écrits mexicains de S.M. Eisenstein de Steven Bernas (L’Harmattan, Paris, 2010).
En 2016 se publicó Eisenstein: leçons mexicaines (Presses Universitaires de Paris-Ouest, Paris, 2016) de Laucence Schifani (nacida en 1947) y Antonio Somaini, un libro que recoge muy correctamente las leçons mexicaines para comparar su importancia en la obra de Eisentein y, al mismo tiempo, sus coincidencias con autores que en aquellos años escogieron separarse de la sociedad capitalista. Tienen 17 apartados diferentes. Hay que destacar los capítulos de Anna Ackerman, Térésa Faucon, Nicolas Droid o Massimo Olivero.
También se ha publicado El genio de Eisentien un libro de Paulino Viota (Athnaica, Madrid, 2023) que es un resumen de sus clases sobre Eisentien.
Anexo
Einsenstein en las cumbres abismales
Decía Paco Fernández Buey que cuando uno va a explicar algo conviene borrar toda la pizarra (para evitar anteriores discusiones). Esto es así, por ejemplo, para Sergei Eisenstein.
Pero en el caso de Eisenstein esto deja cierto mal sabor de boca. Por lo menos para mí. He sido traductor y sé lo que es traducir. Pero sé también que los traductores podemos crear errores que sumen a un autor a las cumbres abismales.
Jay Leyda (1910-1988) tradujo a Eisenstein los artículos teóricos más importantes al inglés; así salieron Senses of Cinema (1942), Form of Cinema (1949) y Film Essays and a Lecture by Sergei Eisenstein (1971).
Leyda fue compañero de Eisenstein, alumno en el VGIK y participó en El prado de Bezhin (prohibida). Éste escogió los escritos que debía de publicar. Leyda conocía bien el ruso y, sobre todo, comprendía el lenguaje de Eisenstein. Por esto, las primeras traducciones al inglés fueran siempre valoradas como excelentes… hasta cierto punto.
Traduttore…
Pero traducir los originales que estaban en inglés a otros idiomas se presentó como un trabajo arduo. Muchas formulaciones se perdían en el vertido del inglés a otro idioma, y dejaron caer los conceptos de Eisenstein en unas cumbres abismales, donde el sentido se va diluyendo.
Las traducciones argentinas de Isabel Carbello de El sentido del cine (1968) y María Luisa Puga de La forma del cine (1985) quedaron constreñidas por diversos errores. La editorial Siglo XXI, al publicar los libros en España, adecentó las ediciones de errores gramaticales (es cierto: lo he comprobado), pero dejo los errores de fondo. Es rigurosamente cierto que El sentido del cine y La forma del cine han activado la reflexión de los adeptos al cine, aunque los teóricos a la virulé han hecho un hueco ante estos libros defectuosos.
Leí Teoría y Técnica Cinematográficas (Rialp, Madrid, 1957) traducida por María de Quadras, y no encontré fallos (pero hay que saber que yo no habló ruso y tampoco inglés correcto).
En Alemania creo que no hay edición de las hechas por Leyda. En italiano (Forma e técnica del film, Einaudi, Milán, 1964) y en francés (Le Film, sa forme, son sens, Chistian Bougois, París, 1976), aunque parece que sólo tuvieron una primera edición, por cuestión de derechos norteamericanos.
Por lo demás, la edición francesa no era una traducción del original inglés, sino una traducción del ruso. El equipo de traducción de Armand Panigel tradujo el texto comparando con le Leyda. Entonces empezaron a verse puntos oscuros en las obras de Leyda: párrafos añadidos (para hacer comprensible el escrito), párrafos suprimidos, y párrafos que habían cambiado en las versiones rusas disponibles. En la versión francesa no culpó a Jay Leyda, sino que se advirtió un problema mucho más grave: el que aparecía cuando se intentaba traducir a Eisenstein.
Ocurre lo mismo con el libro Reflexiones de un cineasta (1945), publicado con errores desde la propia publicación rusa por parte de la Ediciones en Lenguas Extranjeras. Por poner un ejemplo, se tradujo «long shot» (plano general de conjunto) por «long take» (toma larga), a pesar de la revisión de Rotislav Jurenev.5 El resultado fue que no se entendía nada. Muy pronto, las gentes de lenguas eslavas hicieron públicos que la publicación del texto de Eisenstein era ilegible. En casi todos los países existen ediciones de Reflexiones de un cineasta, pero generalmente nunca se citan.
Después se tradujo también Hacia una teoría del montaje en traducción de José García Vázquez (dos volúmenes, Paidós, Barcelona, 2001). Tardé un poco en ver los errores que cubren del libro. Yo había comprado los volúmenes de las Opere Scelte de Sergej Ejzesnstejn que vendían, a bajo precio, en Venecia. Un día, buscaba en castellano algo que había leído en Teorie generale del montaggio. No lo encontré, porque el traductor había traducido «plano» por «secuencia». De este modo, había arruinado Hacia una teoría del montaje, y, encima, arruinado a Michael Glenny y Richard Taylor que aparecen como los editores del libro.
El otoño de las quimeras
Eisenstein es ya un clásico de la historia de las artes. Es un tanto anacrónico que un país como el nuestro no tenga unas obras completas bien editadas. A las clásicas El sentido del cine (1942), Reflexiones de un cineasta (1945), La forma del cine (1949) y Film Essays and a Lecture by Sergei Eisenstein (1971), se añaden, a partir de 1968, Il movimento expresivo (1920-1924); Au-delà des étoiles (1923-1937); Il Montagio (1923-1940); La regía (1932-1935); Stili di regía (1932); Teoria generale del montaggio (1937); La natura non indiferente (1945-1947); Il colore (1946-1948); Yo. Memorias inmorales, I-II (1946-1948); Metod, dos volúmenes (1935-1948); Notes pour une histoire générale du cinéma (1946-1948) y los textos aparecidos como Cinématisme (1980); Eisenstein, le mouvement de l’art, (1986); Walt Disney (1991); MLB, plongée dans le sein maternel (1999); Charlie Chaplin (1999), Les Écrits mexicains de S. M. Eisenstein (1931-1932) y Notes pour une histoire générale du cinéma (2014). Etcétera.
Lo que sucede es que estos escritos –publicados o no— están en ruso. Hay pocos publicados en inglés, en francés y en italiano. Noël Burch al final de un escrito, dijo: «las actitudes de Eisenstein hacía el arte [cine], y su dialéctica científica rigurosa ofrecen una fuente de inagotable de inspiración para los jóvenes cineastas de hoy del mañana» (en Itinerarios, Zinebi, Bilbao, 1985). Quizás. Quizás.
Futuro de indicativo: ¿Qué haréis, vosotros?
¿Qué podríais hacer, vosotras y vosotros, los hijos y las hijas del siglo XXI? Porque nuestra generación, dicho claramente, ya somos viejos, estamos en el crespúsculo de nuestras existencias. Haremos que lo que podamos, sin duda. Pero no somos los corazones del futuro.
¿Qué hacer, pues, vosotros?
Hay que ver y leer a Eisenstein como un clásico inter-disciplinar: tanto los escritos como las películas. Todo junto.
Hay que olvidar nuestro pasado. Eisenstein no es el único. Jaime Gil de Biedma dijo en 1962 que «De todas las historias de la Historia / sin duda la más triste es la de España, / porque termina mal». Olvidemos lo pasado: ningún hombre puede cruzar el mismo río dos veces, porque ni el hombre ni el agua serán los mismos, dijo Heráclito.
Si puedes estudiar, sácate una carrera. Cualquiera. También convendría que fueses de izquierdas, aunque no sabemos cómo será, en este siglo XXI, ser de izquierdas y ni siquiera sabemos desde dónde estarán los focos de lucha que animarán a ser rojos. En cualquier caso, Eisenstein era un personaje de izquierdas y su teoría consistía en hacer del cine un método de incidir en el discernimiento de los trabadores.
Habréis de saber muy bien la gramática castellana. También su literatura. De Miguel de Cervantes y Teresa de Cepeda (Santa Teresa) hasta Manuel Vázquez Montalbán y Juan Goytisolo, pasando por Ramón María del Valle Inclán y Recuento de Luis Goytisolo.
Siendo Eisenstein un cineasta, habría que considerar la cine. Desde el siglo XXI, los anuncios publicitarios y las películas norteamericanas suelen llevar planos de Eisenstein, pero su comunicación esta versada hacia el consumismo y la idea de que no hay salida salvo en el capitalismo desencadenado. Es amargo, sí. Quiza valdría la pena retener algunos cineastas como Alain Resnais y Theo Angelopoulos. Y también una película materialista como Vampir-Cuadecuc (1970) de Pere Portabella.
Hay que ver las películas de Eisenstein. Todas. Luego, selecciona una. No importa cuál. Verla varias veces: hay «células de montaje» (o sea, planos) que te llamarán de pronto la atención. Entonces sigue tú turbación, vuelves a ver sus películas y sus obras.
Sin embargo, estas obras no están en castellano.
Habrá que traducidas. Pero esto no es un buen trabajo. Es necesario que seas consciente de ello. Por lo demás, aquí, ha habido traductores excelentes. Manuel Sacristán, Octavi Pellissa o Josep Elias eran traductores, por ejemplo.
Hay que aprender ruso. Y, por supuesto, ir a Rusia.
En 1932, Eisenstein empezó a escribir sus escritos. Lo hizo en privado: porque había la censura estaliniana, que le impedía hacerlo de otra forma. En 1964, dieciséis años después de su muerte, empezaron a publicarse por primera vez sus obras. Estamos a tiempo: no ha pasado aún ni el centenario de su primera edición en ruso. Hay tiempo.
Para ello, hay que aprender de los italianos. Que un editor publique con dinero público las Obras de S.M. Eisenstein.
Tendría que ser una edición con notas exhaustivas, para que quienes lo lean tengan los aperos suficientes para comprender y emplear.
Luego, puede ser que Eisenstein siga siendo un autor maldito (quizá otro revolucionario sin revolución): será una adversidad que hemos de aceptar (como Bertolt Brecht). La historia avanza dialécticamente por su lado peor, dijo Marx, y lo más sólido se desvanece en el aire. A lo mejor quizá esto sea solamente un manojo de deseos inalcanzables. Aunque también habría que recordar que eso es algo que permite vivir. A pesas de los pesares.
[Xavier Pedrol ha sido el corrector de muchas formas que hacían totalmente ilegibles el artículo. Juan García Ferrer y Rafael Miret han sido los amigos que han buscado mis libros de Eisenstein entre numerosas cajas selladas en casa de Màrius Lou. A los cuatro les agradezco su esfuerzo.]
2-XII-2015
Notas
2 Es castellano se publicó Sergei M. Eisenstein. El Acorazado Potemkin. Bronesosets Potemkin, de Barthélemy Amengual, Paidós, Barcelona, 1999.
3 Lo reeditó más tarde Images modernes, París, 2004.
4 En España se publicó François Alberà (ed.): Los formalistas rusos y el cine, traducción José Ángel Alcalde, Paidós, Barcelon, 1998.
5 Veáse Ronald Levaco: «La trascurata teoria della mise-en-Scene de Ejzenstejn» en Pietro Montani (ed.): Sergej Ejzenstejn: oltre il cinema, Biennale di Venezia, Venezia, 1991, pág. 177