La representación del conflicto trabajo-capital en los primeros años del cine estadounidense
Carlos Valmaseda
Si bien nuestra intención en la serie de artículos que vamos presentando es centrarnos en la historia del cine militante país por país, en el caso de Estados Unidos vamos a incluir una especie de preliminar para reflejar un fenómeno que, aunque no es exclusivo de los EEUU, dado el gran nivel de producción ya desde sus primeros años, fue especialmente significativo: una representación relativamente abundante en su filmografía del conflicto trabajo-capital y de los movimientos políticos, sindicales y sociales implicados.
En la obra que hemos seguido fundamentalmente para redactar estas líneas, el trabajo de Steve J. Ross Working-class Hollywood, dicho autor identifica al menos 605 películas hechas entre 1905 y abril de 1907 que pueden ser clasificadas con peliculas sobre la clase obrera. Hay que tener en cuenta que en esta época la producción anual, por lo general de películas de una sola bobina, era de unas 4.000-5.000 películas anuales solo en este país. De este bloque formarían un subconjunto aquellas que pertenecen a lo que él denomina ‘género capital-trabajo’. Él considera que de estas se realizaron al menos 274. De las 244 que pudo determinar su perspectiva política, considera que un 46% (112) eran liberales en el sentido estadounidense del término, lo que quizá podríamos también denominar reformistas; un 34% (82), conservadoras; un 9% (22) anti-autoritarias; un 7% (17), populistas y un 4% (11), radicales (p. 57)
Como comentábamos en alguna entrada anterior, no es extraña esta abundancia de películas sobre la clase trabajadora. No en vano, constituían el grueso de sus espectadores. La reducción de las horas de trabajo y el aumento de la población urbana permiten la consolidación de salas de cine, los conocidos ‘nickleodeons’, en los que una población de inmigración reciente que aún no conoce bien el idioma puede pasar unas horas de ocio sin necesidad de dominarlo. De esta forma, los trabajadores acuden en masa al cine. En 1910, 26 millones de personas, cerca del 30 por ciento de la población del país, acude a los cines cada semana. En 1920, serán ya 50 millones, la mitad de la población.
El ‘género’ capital-trabajo
Ross considera que podemos hablar de las películas sobre el conflicto trabajo-capital como un auténtico género. Como en cualquier otro, esto significa que el público tiene alguna idea previa de qué es lo que puede esperar. Las películas del género capital-trabajo eran un subconjunto de las películas en las que se representaba a la clase trabajadora, con la particularidad de que exploraban las luchas entre sindicatos, huelguistas, capitalistas, la policía, el gobierno y sus tropas. Otra característica es que, en lugar de centrarse en sectores de los trabajadores no organizados, como lo eran en general mujeres y niños, las tramas suelen centrarse en hombres adultos trabajando en los sectores industriales más organizados: minas, fundiciones, ferrocarriles, etc. También las actividades de determinadas organizaciones políticas: socialistas, anarquistas, nihilistas y comunistas.
Reflejaban la diversidad de esos tiempos de la historia estadounidense que podemos condensar en cinco visiones principales: la conservadora y patronal, la reformista o liberal, la populista, la anti-autoritaria y, finalmente, la radical.
Desde la perspectiva que tenemos hoy, puede parecer extraño que las productoras comerciales considerasen si quiera la creación de este género, aún fuese para la propaganda desde un punto de vista de la burguesía dominante, pero no debemos olvidar que buena parte de los grandes magnates de la industria eran judíos que procedían de ambientes obreros, y el cine de los primeros tiempos hubo una presencia muy notable de lo que podríamos considerar ‘outsiders’: minorias étnicas, muchas mujeres en puestos de responsabilidad (directoras, guionistas, productoras…). Por poner un ejemplo quizá un peculiar porque acabó descabalgado del mundo de las grandes productoras, William Fox, Wilhelm Fried de nombre real, el Fox de la Twentieth Century Fox, se consideraba en su juventud un «talking Socialist» e insistía en que nunca había olvidado las lecciones que había aprendido de líderes radicales en el Lower Est Side de Nueva York en el que creció. En 1933 en el libro Upton Sinclair Presents William Fox, en el que colaboraba con el famoso escritor ‘radical’ estadounidense, decía Fox que en su juventud «Estaba convencido de que el sistema entonces en funcionamiento estaba mal, y que el sistema social del mundo adecuado debería ser socialista. Despreciaba el capital y el capitalismo». Naturalmente, todo tiene un límite, y prácticamente todas las películas con una visión radical fueron realizadas por pequeñas compañías independientes. Pero veámos ahora una muestra de cada una de estas grandes visiones del conflicto capital-trabajo.
Visión conservadora y gubernamental
Las películas con esta visión presentan la actividad de los trabajadores, sindicatos o radicales de la peor manera posible, sin explicar nunca la causa de las huelgas o el descontento obrero. La trama solía seguir un patrón similar: un líder sindical, un agitador forastero, lleva a los trabajadores previamente felices a la locura hasta convertirlos en una muchedumbre enfurecida. Las huelgas invariablemente se vuelven violentas y se queman fábricas o la casa del amo. Al final, se evita el desastre gracias a las calmadas palabras de este, el repentino descubrimiento de los motivos ocultos del agitador, o el uso de una fuerza externa (la policía, el ejército o la policia privada) para restaurar el orden.
Algunos ejemplos de estas películas ordenadas por la fecha de producción pueden ser:
The Nihilists [Los nihilistas] (1905), The Voice of the Violin [La voz del violín] (1909), The Iconoclast [El iconoclasta] (1910), The Dynamiters [Los dinamiteros] (1911), Tim Mahoney, The Scab [Tim Mahoney, el esquirol] (1911), The Strike at the ‘Little Jonny’ Mine [La huelga en la mina ‘Little Jonny’] (1911), The Strike at the Mines [La huelga en las minas] (1911), The agitator [El agitador] (1912), A Million dollars [Un millón de dólares] (1913), A poor relation [Una pobre relación] (1914), The Strike [La huelga] (1914), Playing Dead [Haciéndose el muerto] (1915), o Bill joins the WWWs [Bill se une al WWW, un guiño para referirse al sindicato revolucionario IWW] (1915),
Presentamos como muestra una de estas películas que todavía se conservan, aunque no sea la más representativa sobre el conflicto laboral. Se trata de The Voice of the Violin (1909), en la que vemos como un desengaño amoroso lleva a un profesor de música a la revolución anarquista dinamitera con un lema bien simple acompañado del gesto correspondiente, que se repite varias veces a lo largo del corto: «No high; No low; All equal!». A destacar los barrocos ritos y ropajes anarquistas y la firma con sangre de su compromiso revolucionario:
Podemos incluir aquí un conjunto de películas sobre el mundo laboral encargadas o realizadas a medias entre las productoras cinematográficas y la patronal. Su objetivo es presentar un ‘modelo’ de comportamiento para convertirse en un auténtico estadounidense y triunfar en la vida y cómo es la patronal la que en realidad se preocupa por las condiciones de seguridad en el trabajo. Alguna de ellas son: The Workman’s Lesson [La lección del trabajador] (1912), The Crime of Carelessness [El crimen de la falta de cuidado] (1912), An American in the Making [La formación de un estadounidense](1913), The Miner’s Lesson [La lección del minero] (1914) o Sanitation in Mining Villages [Saneamiento en las aldeas mineras] (1915)
Presentamos un par de películas de muestra. Ambas insisten en la cuestión de la seguridad en el trabajo, insistiendo siempre en que es el patrón o el encargado el que insiste a los obreros ignorantes o negligentes en la necesidad de seguir las medidas de seguridad. En el segundo, The Crime of Carelessness [El crimen de la falta de cuidado] vemos que, aunque el empresario tiene parte de culpa por no dejar libres las salidas de incendio, en realidad el responsable de la tragedia es un obrero descuidado. ¿Por qué estas dos películas en este mismo año? Porque un año antes se había producido una de las mayores tragedias laborales en la historia del país hasta el momento: el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist de Nueva York en el que habían muerto 146 trabajadores, en su mayoría mujeres jóvenes inmigrantes de origen italiano y judío, y agravado por la imposibilidad de que las trabajadoras saliesen de la fábrica pues todas las salidas de incendio estaban bloqueadas para impedir que los trabajadores saliesen para tomarse un respiro. Obviamente estas películas eran un intento por demostrar la inocencia de la patronal y su interés por la mejora de las condiciones de seguridad en el trabajo.
Visión liberal
Como hemos indicado anteriormente, la mayor parte de las películas sobre el conflicto capital-trabajo adoptan un punto de vista liberal o reformista. Criticaban a los capitalistas avariciosos, condenaban la explotación de los trabajadores y hacían un llamamiento a la cooperación entre ambos, abogando por el reformismo, no el radicalismo, como el mejor método para resolver las disputas laborales. De esta forma, por ejemplo, no era extraño presentar con una imagen positiva posturas similares a las del principal sindicato reformista estadounidense, la AFL.
Entre las películas más destacadas encontramos: The Right to Labor [El derecho al trabajo] (1909), The struggle [La lucha] (1913), The better man [El mejor hombre] (1914), The blacklist [La lista negra] (1916), The Bruiser [El matón] (1916) o The Valley of the Moon (1914) –basado en el relato homónimo de Jack London– o The Royal Pauper [El pobre real] (1917). Algunas de ellas tenían un cierto contenido feminista, como The Girl Strike Leader [La dirigente de la huelga] (1910), The Long Strike [La larga huelga](1911), The High Road [El buen camino] (1915), o Her Bitter Cup [Su copa amarga] (1916)
Dos de las más curiosas son The Dawn of Freedom [El alba de la libertad] (1916) en la que el héroe vuelve a la vida para luchar por los derechos de los trabajadores tras 150 años de animación suspendida, y Spirit of the Conqueror [Espíritu del Conquistador] (1914) en que el protagonista que debe resolver el conflicto entre el capital y el trabajo es ni más ni menos que Napoleón reencarnado…
Sin duda una de las más interesantes es The Blacklist, dirigida por William C. de Mille, con un cine muy diferente al de su hermano Cecil –era yerno del intelectual progresista Henry George–. La película tiene como base argumental otra de las grandes tragedias de las luchas del movimiento obrero estadounidense de la época, la masacre de Ludlow de 1914, cuando tropas de la Guardia Nacional de Colorado y matones de la patronal asaltaron un campamento de mineros en huelga asesinando además de a varios mineros a mujeres y niños. En la película los propietarios de la mina crean «un estado de práctica esclavitud», elaboran listas negras de los trabajadores descontentos y gobiernan mediante el uso de guardias armados. Se ve también cómo se dispara a huelguistas inocentes y cómo sus tiendas son quemadas por matones de la compañía.
No hemos podido localizar ninguna copia de la película, por lo que presentamos otros dos ejemplos de cine liberal. El primero, sobre una huelga en una pequeña fundición. The Girl at the Cupola [La chica en el horno de fundición] (1913) y el segundo sobre la explotación de un grupo de trabajadores madereros, Toil and Tyranny [Trabajo duro y tiranía] (episodio 12 de la serie de Pathé Who Pays? [¿Quién paga?]) (1915)
Visión populista
El populismo es una tradición política estadounidense especialmente relevante a finales del siglo XIX y principios del XX representada en partidos como el Partido Populista o en organizaciones obreras como Los Caballeros del Trabajo. Desde su punto de vista el mundo se dividía en dos clases: productores, entre los que se incluían también los propietarios de las empresas, y no productores, que vivían de parasitar a los primeros: monopolistas, propietarios absentistas, banqueros, especuladores… En general, se limitaban a reflejar la injusticia de la situación, pero sin ofrecer ninguna alternativa. Los trabajadores suelen ser representados resignados a su destino.
Han quedado numerosas muestras de películas reflejando esta visión del mundo, por lo que ofreceremos solo un par de ellas aunque se pueden ver el resto siguiendo el enlace a los títulos. Son muestras de cine populista: The Kleptomaniac [La cleptómana] (1905) de Edwin S. Porter, donde vemos la diferencia de trato judicial entre una mujer rica que roba en unos grandes almacenes y una madre desesperada que roba un poco de comida, The Usurer [El usurero] (1910), Children who Labor (1912), sobre las duras condiciones de trabajo de los niños a principios del siglo XX, o From the Submerged [De los sumergidos](1912)
Pero sin duda la figura más destacada del cine populista es D.W. Griffith. Aunque solemos asociarlo al cine claramente racista de El nacimiento de una nación, a lo largo de su carrera, y especialmente en sus primeros años, Griffith realizó numerosas películas en las que solía presentar en montaje alterno la situación de clase trabajadora explotada y de sus explotadores. Y no debemos olvidar que en el origen de Intolerancia se encuentra uno de sus fragmentos que podemos asociar a este punto de vista: The Mother and the Law.
Para no extendernos demasiado ofreceremos solo dos ejemplos de este director: The song of the shirt [La canción de la camisa] (1908), sobre las duras condiciones laborales de las costureras que trabajaban a domicilio, a merced de la decisión de sus empleadores sobre la calidad de su trabajo, y A Corner in Wheat [El acaparamiento de trigo] (1909), en el que vemos, como un antecedente de la famosa escena de Único testigo, cómo el acaparador acaba sepultado por su propia mercancía.
Anti-autoritario
La mayor parte de las películas que hemos presentado hasta ahora son melodramas, una de las formas más comunes de presentar las dificultades de la vida cotidiana y el conflicto laboral y político. Pero no debemos olvidar que existía una abundante producción cómica, y que buena parte de ella tenía un cierto contenido crítico. Si no de oposición directa al capitalismo, sí de burla de sus autoridades. De hecho, esta burla de alguna de ellas, especialmente de la policía, muy probablemente hubiese sido imposible que se aceptase en un formato más serio. No debemos olvidar también que muchos de los principales actores y directores de la época tenían orígenes muy humildes, y no siempre los olvidaron cuando consiguieron fortuna y posición. La actriz cómica más popular del cine mudo, Mabel Normand, hizo campaña por el Partido Socialista en 1913, y parece incluso que tenía simpatías por el principal sindicato revolucionario de esos años en EEUU, los wobblies, como era conocido el IWW. Simpatías compartidas con sus compañeros de Keystone Mack Sennett y Charles Chaplin. En varias de sus películas solían aparecer sus siglas en alguna pared, como podemos ver en esta escena de Fatal Mallet [El mazo fatal] (1914) protagonizada por los tres:
Sería muy extenso por su ambigüedad el listado de las películas que podemos considerar antiautoritarias, pero Ross en su obra presenta las siguientes: The Coal Heavers [Los estibadores de carbón](1904), The Coal Strike [La huelga de carbón](1905), The Coal Trust and the Winter Sun [El trust del carbon y el Sol de invierno], Witness Mochefeller [Testigo Mochefeller] o The Egg Trust [El trust del huevo, en el que se forma un trust para acaparar todos los huevos del mundo](1910)
Especial atención merece la obra de Chaplin, sobre la que no podemos extendernos. Por citar alguna de sus obras que podríamos enmarcar en esta tendencia, especialmente en sus primeros años, podemos destacar Making a Living [Ganándonse la vida, su primera aparición en las pantallas] (1914), Work [Trabajo] (1915, Essanay), The Pawnshop [La casa de empeños] (1916), The Floorwalker [El jefe de departamento] (1916), The Count [El recuento] (1916) o The Rink [La pista de patinaje] (1916). Como muestra presentamos una de ellas, Work, en la que una familia de clase media está más preocupada por la posibilidad de que Chaplin les robe que no por el desastroso trabajo que está realizando:
Visión radical
Llegamos por fin a aquellas películas que presentan una visión radical de la relación entre capital y trabajo. En esta entrada nos vamos a limitar a aquellas realizadas por una productora ‘normal’, dejando para nuestra próxima entrada aquellas realizadas por un colectivo, de manera que podamos hablar de cine militante.
Aunque naturalmente eran muy diversas entre sí, podemos considerar películas radicales a aquellas que proponían el socialismo u otra variante radical como solución a los males del capitalismo, o ofrecían una dura crítica del capitalismo en su conjunto, no de capitalistas individuales.
Ciertamente, no fueron muchos, pero hubo un cierto número de cineastas que quisieron ofrecer una visión positiva de los socialistas, sus luchas y objetivos. Entre ellos se encontraban directores (Ashley Miller, Augustus Thomas), guionistas (Julian Lamothe), y actores o actrices (Francis X. Conlan, Frank Keenan, Charlie Chaplin, Viola Barry) que se consideraban socialistas o simpatizaban abiertamente.
Por desgracia no he podido localizar ninguna copia de estas películas, si es que se han conservado, pero ofreceremos al menos un listado y el comentario de alguna de las más interesantes. Según el listado de Ross, serían estas:
A Martyr to His Cause [Un mártir de su causa] (1912), From Dusk to Dawn [De la oscuridad al amanecer] (1913), Why [¿Por qué?] (1913), What Is to Be Done? [¿Qué hacer?] (1914), The Jungle [La jungla] (1914), Money [Dinero] (1914), The Lost Paradise [El paraíso perdido] (1914), The Eternal City [La ciudad eterna] (1914), The Rights of Man [Los derechos del hombre] (1915), The Strike at Coaldale [La huelga en Coaldale] (1916) y Dust [Polvo] (1916).
Una de las más destacadas por su elaboración, A Martyr to His Cause, la presentaremos en nuestra próxima entrada pues al estar realizada por el sindicato AFL podemos considerarla cine militante. Lo mismo sucede con From Dusk to Dawn puesto que, aunque realizada por una productora, contó con la colaboración e impulso del Partido Socialista y la consideraremos también cine militante.
De las restantes, quizá la más interesante sea The jungle, adaptación para la pantalla de la novela de mismo título de Upton Sinclair, publicada en 1906. De hecho, el propio autor sale en la película, interpretando el papel de un orador inspirado en la figura del político Eugene V. Debs.
La película narra la vida de una familia emigrante lituana y las duras condiciones de la industria cárnica del Chicago de la época. Jurgis, su protagonista, se convierte al socialismo, pierde a su familia y termina trabajando y viviendo en una comunidad rural cooperativa de carácter socialista en la que hombres y mujeres viven en igualdad.
Bibliografía utilizada
Steven J. Ross. Working-Class Hollywood: Silent Film and the Shaping of Class in America. Princeton University Press, 1998
Del mismo autor hay una página web educativa en la que se presenta una versión muy reducida de esta obra, con ejercicios: Visualizing Ideology: Labor vs. Capital in the Age of Silent Films
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