Un punto de encuentro para las alternativas sociales

Imágenes marxistas II. Antología de textos de Manuel Sacristán

Manuel Sacristán Luzón

Una cosa es estudiar y explicar el pensamiento de Marx; otra hacer marxismo hoy. Muchas cosas que enseñaban Althusser y Colletti hace cinco años (tal vez todas) se estudian más provechosamente como pensamiento (de tradición) marxista de uno y otro de esos autores que como pensamiento de Marx. Por lo demás, esta confusión entre el tratamiento filológico de un clásico y la continuación productiva de su legado es frecuente en las tradiciones en cabeza de las cuales hay un clásico que lo es no sólo en el sentido de paradigma de pensamiento teórico -en particular, científico- sino también en el de inspirador moral, práctico o poético.

Manuel Sacristán (1978)

La afirmación de que el marxismo no ha predicho nada desde 1917 no me convence: 1917 no fue predicho como predice una teoría científica. La teoría científica predice acontecimientos puntuales y repetibles. 1917 ocurrió una sola vez. Por otra parte, si 1917 fue predicho, entonces también la revolución china y la cubana, puesto que la imprecisión era la misma. El marxismo no es una ciencia, no es una teoría científica. No predice nada en el mismo sentido.

Manuel Sacristán

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Antologia de textos de Manuel Sacristán sobre la Escuela de Frankfurt

Manuel Sacristán Luzón

Nota SLA:

                Sobre la adscripción marxista de la Escuela de Frankfurt, este paso del coloquio de la conferencia “Sobre Lukács” de 1985 (ahora en M. Sacristán, Seis conferencias, op. cit). Comentaba aquí Sacristán: “Yo no sé por qué se sigue siendo tan generoso en meter la escuela de Frankfurt ahí, no hay porqué. Son otros, la escuela de Frankfurt son otros, son unos sociólogos dialécticos idealistas; Marcuse es otra caso claro, hay que separarlo del resto. Pero Adorno, Horkheimer, Habermas, ninguno de ellos, ni siquiera ellos, dicen que han sido marxistas”.

            Igualmente, de una de las carpetas de resúmenes depositada en Reserva de la UB, estas sucintas anotaciones a Antworten auf Herbert Marcuse [Respuestas a H. Marcuse]. Sacristán cita por la edición alemana de Suhrkamp Verlag de 1968.

            A. Jurgen Habermas Presentación.

1. p. 10. También Habermas usa laxamente “Theorie”. Por ejemplo: “(…) la teoría del hombre unidimensional” (p. 10).

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Venezuela, el socialismo del siglo XXI y nosotros, europeos

Francisco Fernández Buey

Venezuela, el socialismo del siglo XXI y nosotros, europeos

Francisco Fernández Buey

Rebelión

Hace unos años, cuando ya había desaparecido la Unión Soviética, vi un documental que me hizo repensar las largas discusiones que durante largos años habíamos tenido en Europa sobre la naturaleza del socialismo a propósito de lo que creíamos saber que estaba pasando Rusia, China, Cuba, Vietnam, etc. En el documental, un periodista, no recuerdo ahora si inglés o alemán, preguntaba a un viejo campesino de un país euro-asiático por qué en su pueblo se habían hecho comunistas al final de la primera guerra mundial.

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Imágenes Marxistas III. Antologia de Textos de Manuel Sacristan

Manuel Sacristán Luzón

             Ingrao no sólo sigue estando en su sitio, sino que, además, construye con mucho sentido de la realidad.

            De una carpeta de resúmenes de Reserva de la UB, anotaciones de Sacristán en torno a la obra de P. Kagi, La génesis del materialismo histórico. Karl Marx y la dinámica de la sociedad. Sacristán cita por la edición alemana: Genesis des historischen Materialismus. Karl Marx und die Dynamik der Gesellschaft, Europa Verlag, 1965.

            1. Sobre su método (p. 43) [Desde “Utilizo por de pronto proposiciones del prólogo a la Aportación a la crítica de la economía política..” hasta “… en la medida en que éste difiere de aquel otro texto”].

            2. “Afirmaremos: Marx encontró en Hegel una estimación de la ciencia empírica, pero al mismo tiempo un concepto de ciencia que abarca desde la ciencia empírica hasta la doctrina de las ideas, de modo que tenía que resultar difícil distinguir entre las ciencias. Posiblemente nos aclare esto más adelante el que Marx, al abandonar el modo especulativo de pensar, pudiera de todos modos recoger ideas hegelianas que sin ninguna duda pertenecen a la parte especulativa de la ciencia hegeliana” (p. 54).

            Aunque este honrado socialdemócrata piadoso yerra al referir esas afirmaciones a la dialéctica realmente practicada por Marx, la observación es de cierto interés para el pleito de Althusser.

            3. Expone el ateísmo de Marx no por Strauss ni por Feuerbach ya que, según observa, las correspondientes publicaciones de estos (Das Leben Jesu [La vida de Jesús], Das Wesen des Christentums [La esencia del cristianismo]) son anteriores al entusiasmo hegeliano de Marx joven; sino por influencia de Bruno Bauer (p. 78).

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Entrevista a José Gutiérrez sobre Manuel Sacristán

Salvador López Arnal

Entrevista a José Gutiérrez-Alvárez sobre Manuel Sacristán.

Salvador López Arnal

José Gutiérrez-Álvarez fue militante de la Liga Comunista Revolucionaria y ha publicado numerosos libros y artículos sobre la historia del movimiento obrero y sobre crítica de cine en revistas como Viento Sur o L’Avenç. Entre sus últimas publicaciones destacan: Memorias de un bolchevique andaluz (El Viejo Topo, Barcelona, 2005) y Elogio de la militancia. La historia de Joan Rodríguez, comunista del PSUC (El Viejo Topo, Barcelona, 2004). Actualmente es uno de los principales animadores de la Fundación Andreu Nin, y colabora en la edición electrónica de sinpermiso y en la revista El Viejo Topo.

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Imágenes Marxistas I. Antologia de textos de Manuel Sacristán

En “Entrevista con Naturaleza” (Ibídem,  pp. 179-190), Sacristán exponía este equilibrado punto de vista sobre las relaciones entre tecnología y ecologismo: “No hay antagonismo entre tecnología (en el sentido de técnicas de base científico-teórica) y ecologismo, sino entre tecnologías destructoras de las condiciones de vida de nuestra especie y tecnologías favorables a largo plazo a ésta. Creo que así hay que plantear las cosas, no con una mala mística de la naturaleza. Al fin y al cabo, no hay que olvidar que nosotros vivimos quizá gracias a que en un remoto pasado ciertos organismos que respiraban en una atmósfera cargada de CO2 polucionaron su ambiente con oxígeno. No se trata de adorar ignorantemente una naturaleza supuestamente inmutable y pura, buena en sí, sino de evitar que se vuelva invivible para nuestra especie. Ya como está es bastante dura. Y tampoco hay que olvidar que un cambio radical de tecnología es un cambio de modo de producción y, por lo tanto, de consumo, es decir, una revolución; y que por primera vez en la historia que conocemos hay que promover ese cambio tecnológico revolucionario consciente e intencionadamente”

Veinte años antes, en una conferencia de 1963 -“Studium generale para todos los días de la semana”, Intervenciones políticas, Icaria, Barcelona, 1985, pp. 47-48-, Sacristán ya había apuntado: “El filósofo alemán Georg Klaus, basándose en un célebre texto de una carta de Marx, ha trazado un interesante cuadro especulativo al respecto: imagínese que en una sociedad de este tipo irracional se renueva totalmente la técnica del proceso de producción mediante la automatización, etc. Quedan entonces liberadas enormes energías humanas que no tienen ya aplicación al trabajo mecánico y que, por tanto, sólo pueden desarrollarse económicamente y racionalmente accediendo al trabajo creador, a la administración de la sociedad. Pero esa dirección comunitaria está en contradicción con la estructura del dominio de clase que es propio de la sociedad en  que vivimos y que se toma en el ejemplo. Entonces, si no se produce una victoriosa reacción de los casualmente liberados del trabajo mecánico, la sociedad irracional tiene aún una salida irracional para preservar el poder de la case dominante: puede recurrir al gigantesco despilfarro de mantener a los antiguos trabajadores mecánicos en una situación de proletariado parasitario, alimentándoles, divirtiéndolos y lavándoles el cerebro gratuitamente a cambio de tenerles alejados de la dirección de la sociedad. Georg Klaus recuerda que en Roma se ha dado algo parecido… La técnica, pues, no puede cumplir por sí sola la otra racionalización, la seria, la socialización de la división del trabajo, que es el primer paso para su superación. Lo esencial para cumplir esa tarea es, naturalmente, suprimir la base de la irracionalidad, las instancias meramente mecánicas, inconscientes, no-humanas, que mueven hoy, la división del trabajo entre nosotros.”

C. La adhesión de buena parte de los trabajadores de los países industriales a los valores del crecimiento económico depredatorio y a la estructura jerárquica y despótica que, con formas diversas, organiza a menudo ese crecimiento, ha hecho caer a Rudolf Bahro (autor de otro de los principales intentos marxistas de elaborar la crisis) en lo que probablemente es la debilidad principal de su estudio La alternativa: proponer a los intelectuales como sujeto revolucionario, mientras concibe a la clase obrera (en los países del Este) como un pasivo peso cuya gravedad estabiliza a la burocracia que dirige allí con retraso la réplica del mundo material capitalista, retocada con algunos buenos rasgos colectivistas o comunitarios. Esa tesis de Bahro es inverosímil porque los intelectuales, igual los letrados que los técnicos, son un grupo social beneficiario del sistema en la medida en que éste se basa en la división fundamental entre trabajo manual y trabajo intelectual. La eficaz publicidad de los intelectuales que se creen críticos, difundida con diligencia por los medios de masas del sistema criticado, desde la televisión hasta los órganos de prensa más distinguidos, no puede esconder el hecho de que esa capa social es, en la producción y en el consumo, un apéndice de las clases dominantes igual en el Este que en el Oeste. Sus privilegios específicos, el lenguaje y la ciencia, facilitan que del grupo de los intelectuales se separen frecuentemente individuos que se sitúan del otro lado, con las clases explotadas y oprimidas. Pero eso no es ninguna novedad que confirme la tesis de Bahro.

3. A. “La situación política y ecológica en España y la manera de acercarse críticamente a esta situación desde una posición de izquierdas”, Pacifismo, ecología y política alternativa, Icaria, Barcelona, 1987, pp. 18-19.  3.B. “Una conversación con Wolfgang Harich y Manuel Sacristán”, Salvador López Arnal y Pere de la Fuente (eds), Acerca de Manuel Sacristán, Destino, Barcelona, 1996, pp. 135-136.  3. C.  “Comunicación Jornadas de Ecología y Política”, Pacifismo, ecología y política alternativa, op.cit. pp. 13-14.  

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Antologia de textos de Manuel Sacristan en torno a Catalunya España y el internacionalismo

Manuel Sacristán Luzón

Le dije a López Rodó “Cataluña tiene el complejo de haber perdido la guerra civil”. Replicó él sin ninguna vacilación. “Pues yo soy catalán y tengo la impresión clarísima de haberla ganado.”

                                                Salvador Pániker, Segunda Memoria

                

            (Anti-España, 2). ¡Ay, Dios mío!. Tengo miedo de haberme vuelto tan histérico para ciertas cosas que ya es que no me van a aguantar ni las paredes. Me basta con que se me junte, por un lado, en el rabillo del ojo el tremolar de la más inocente rojigualda, limitándose acaso a celebrar la cobertura de aguas de una obra, por otro, ya de frente a la pupila, un cartel de toros de una corrida en Castellón de la Plana todavía chorreando pegajosos y hasta obscenos goterones de engrudo blanquisucio y, en fin, para rematar, en el oído cuatro o cinco compases de El gato montés o de Marcial, tú eres el más grande, allá en la lejanía para que, literalmente, me prendan fuego cuerpo y alma a la vez en medio de la calle y clame a toda voz, no sé si al cielo, a la tierra o al infierno, como si fuese mi último suspiro “¡¡¡Odio España !!!” (Os juro, amigos, que no puedo más).

            Rafael Sánchez Ferlosio, Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, pp. 42-43.

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Sobre las contribuciones filosóficas de Manuel Sacristán en Horitzons y Nous Horitzons

Manuel Sacristán Luzón

*Para Toni Doménech y como a él le gusta: sin (pedir) permiso.

NH de 1960 se proponía llegar, sobre todo, a las organizaciones del partido, para promover su crecimiento intelectual, y a los intelectuales antifascistas, para darles constancia de la existencia de una intención cultural en el movimiento obrero marxista y para invitarles a una tarea que podía ser en parte común. No me atrevo a decir si se logró algo con ello.

                                                                       Manuel Sacristán (1977)

1. Un lógico y filósofo marxista que escribía en revistas del Partido.

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Varios textos de Manuel Sacristán

Manuel Sacristán Luzón

Anexo 1: Una carta de Sacristán al Ministerio de Educación traducida al catalán por Salvador Espriu.

Xavier Folch, compañero de militancia en el PSUC en los años sesenta, ha conservado un papel, traducido al catalán por Salvador Espriu, que fue escrito por Sacristán a instancias de unos estudiantes -entre ellos el mismo Folch- del incipiente movimiento universitario barcelonés de finales de los cincuenta. Pretendían dar respuesta con él a un artículo del entonces ministro franquista de Educación, Jesús Rubio.

            No he podido encontrar el original castellano del texto que lleva por título “La enfermedad nacional”. Presento a continuación una traducción castellana de la exquisita traducción de Salvador Espriu del original de Sacristán que ha contado con la generosa y competente ayuda de Carles Gil:

            “Bajo el título “La buena salud universitaria”, el ministro de Educación Nacional, don Jesús Rubio, publicó en La Hora un artículo en el que aseguraba que el estado de salud de la Universidad española era malo: lo explica de la manera siguiente: “Nuestros jóvenes universitarios, en contraste con lo que pasa en otros países, no son suficientemente aplicados”. Después de este diagnóstico y de su comentario (“Se precisa, por el propio equilibrio y por el equilibrio de la colectividad a la que pertenecen, que nuestro esfuerzo tenga una aplicación exacta…”), el núcleo del artículo queda redondeado con una promesa (“El resto le será otorgado por añadidura”), mezclada con una amenaza elegante: “…y no hay error más grave que el de intentar alcanzar directamente aquello que tan sólo por añadidura se puede conseguir”.

            Nosotros, los universitarios de Barcelona, muy especialmente afectados por la política y por las frases del señor Ministro, creemos que esa acusación no está fundamentada. Por el contrario, los funcionarios del Ministerio de Educación Nacional han repetido muchas veces que jamás se había estudiado en España con tanta aplicación como ahora. Es cierto que el testimonio de unos funcionarios no puede convencer de nada al ciudadano español actual, pero en este caso coincide con nuestra experiencia: muchos de nosotros hemos visitado en estos últimos años universidades extranjeras y hemos podido comprobar que nuestra inferioridad intelectual, respecto al estudiante europeo de nuestra edad y de nuestra misma especialidad, no consiste en una mayor aplicación por su parte. Por el contrario, es normal que el estudiante español sea, por decirlo así, más “erudito” que su colega extranjero: sabemos más cosas -datos, por ejemplo, o, títulos de obras, o nombres de cónsules romanos-, adquiridos con una paciente aplicación. Nuestra inferioridad proviene de otra fuente: del hecho de no conocer casi nunca el planteamiento actual de los grandes problemas ideológicos y científicos. Si no tenemos la suerte de encontrarnos con un profesor ajeno a los elaboradores de cuestionarios oficiales, o si alguna casualidad no nos ayuda a dirigir con buenas lecturas nuestro forzado autodidactismo, somos inevitablemente, con todas nuestras montañas de cosas con tanta aplicación aprendidas, unos rústicos provincianos en la cultura del siglo XX, unos provincianos a los que nadie ha mostrado donde radica la fuente, signo de estudio y de discusión, de la vida espiritual del mundo en que vivimos.

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Los otros trabajos lógico-filosóficos de Manuel Sacristán. El oficio de traductor y tareas complementarias

Manuel Sacristán Luzón

Nota: Una versión de este trabajo apareció publicado en el volumen: Salvador López Arnal, Albert Domin go y otros (eds), Donde no habita el olvido, Montesinos, Barcelona, 2005.

[17] Para una completa relación de las traducciones de Sacristán, véanse: Juan- Ramón Capella, “Aproximación a la bibliografía de Manuel Sacristán”, mientras tanto  nº 30-31, mayo 1987, pp. 197-223, y Juan-Ramón Capella, “Bibliografía de Manuel Sacristán Luzón: Addenda”, mientras tanto nº 63, 1995, pp. 155-159.

[18] Ahora en Manuel Sacristán Luzón, Escritos sobre El Capital (y textos afines). Barcelona, El Viejo Topo 2004 (con prólogo de Alfons Barceló y epílogo de Óscar Carpintero), pp. 37-41.

[19] Palabra y objeto y Desde un punto de vista lógico han sido reeditados recientemente por la editorial Paidós, este último ensayo con un nuevo (y muy elogioso) prólogo de Jesús Mosterín.

[20] Pueden consultarse en Reserva de la Universidad de Barcelona, fondo Manuel Sacristán Luzón (RUB-FMSL).

[21] Puede verse la carta de Sacristán en la nota del anejo 3 de este volumen.

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