Liberarse de la prisión de la política económica
Los Estados en la Eurozona necesitan recuperar campo de acción económico.
Conversación con Oskar Lafontaine
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ha anunciado un gran plan de inversiones. ¿Está en este momento todo en orden en Europa?
Eso sería magnífico. Sin embargo la Comisión ha hecho con frecuencia esas promesas. Pero ella pertenece a los que dictan en Europa el curso político. En este sentido tales anuncios no son creíbles y no se pueden tomar en serio.
Se encontrarán el próximo fin de semana en París, para discutir sobre una alternativa al euro. ¿Qué resulta falso en el sistema monetario?
El euro está construido sobre una base falsa, como se ha demostrado en los últimos años. No se adecua a todas las economías europeas, las que poseen diferentes tradiciones económicas y sociales. Favorece a la economía exportadora alemana y produce desempleo masivo en el Sur de Europa. Eso sucede porque la aplicación de los clásicos instrumentos de control coyuntural, como la depreciación monetaria o una política doméstica expansiva, es imposible en el Eurosistema. Sería importantísimo, que cada Estado pudiera financiar inversiones nuevamente a través de su banco central, pero actualmente esto está prohibido.
Esto significa que en usted aún se aferra a la reforma del Eurosistema, a una estrategia como la que perseguía el gobierno de izquierdas de Syriza hasta el 13 de julio del pasado año.
El primer paso sería muy sencillo. Se debería dar –y esto lo sostiene un conjunto completo de economistas- a Estados como Grecia, Portugal o tal vez también España la posibilidad de pasar al sistema de tipos de cambio del Sistema Monetario Europeo II (EWS II), en el cual se encuentra actualmente Dinamarca.[1] Como es sabido la economía danesa se ha desarrollado mucho mejor que muchas otras economías nacionales, porque el país no está encerrado en la jaula político-económica, de la cual no pueden escaparse hasta ahora los estados que padecen la eurocrisis.
¿Por qué cree usted que ha llegado el momento de plantear estas reivindicaciones? ¿Por qué, por ejemplo, los partidos de izquierdas no han planteado esas reivindicaciones en las últimas elecciones europeas?
Es difícil discutir cuestiones monetarias durante las contiendas electorales. Me gusta siempre citar a Henry Ford: “Si los hombres comprendieran el sistema monetario, tendríamos una revolución antes de mañana temprano”. Sin embargo se habría debido iniciar esa discusión hace años. Ya quedó claro en el momento de la introducción del Eurosistema: Alemania especialmente practica desde hace muchos años un dumping salarial, si no se hace nada para la coordinación de los costes salariales unitarios el euro volaría en pedazos.
La estrategia de Alexis Tsipras pretendía ante todo disminuir el dominio alemán mediante su alianza con François Hollande en Francia y Matteo Renzi en Italia. ¿Qué fuerzas deben reformar el sistema Euro?
Hollande había hecho referencia a promesas en esa dirección durante las elecciones presidenciales, pero después de las elecciones cambió de opinión. Renzi es, de todos modos, un conservador que hasta ahora no ha entendido porque la industria italiana pierde siempre grandes cuotas de mercado. En este momento Grecia, Portugal y tal vez también España deberían aliarse para conseguir que algunos Estados puedan pasar a ser miembros del Sistema Monetario Europeo II en un plazo determinado.
¿Qué posibilidades considera usted que existen de que Die Linke defienda las reivindicaciones mencionadas en la contienda electoral?
En Alemania es muy importante acabar con el dumping salarial. Sería una claro avance para toda Europa. Por lo tanto nuestra campaña debería concentrarse en ese punto. Nosotros sólo podemos participar en un gobierno si acaba con el dumping salarial y la política de recortes en Europa. Aparte de eso debemos trabajar con miras a otro sistema monetario europeo que no sólo beneficie a Alemania sino también a los otros Estados.
El ex-ministro griego de finanzas Yannis Varoufakis ha anunciado la constitución de un movimiento democrático paneuropeo. ¿Se ha incorporado usted a esa organización?
Coincido con Varoufakis que Europa debe ser democratizada. Todo lo que se aporte en ese sentido merece ser apoyado. Sin embargo, en oposición a Varoufakis, me concentro en la cuestión: ¿Dónde existe a corto plazo una posibilidad realizable para cambiar realmente algo? Mientras la mayoría neoliberal en Europa todavía persistirá y la participación de la izquierda en el gobierno en Alemania todavía no asoma en el horizonte, podrían Grecia, Portugal o también España intentar recuperar su propio campo de acción económica. Ello significa que deben tener la posibilidad de devaluar su moneda junto a un aumento del gasto público para reactivar su economía y financiar sus inversiones mediante un banco central autónomo.
21.01.2016: »Aus dem wirtschaftspolitischen Käfig befreien« (Tageszeitung junge Welt)31/1/16 0:04
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[1] El Sistema Monetario Europeo II (EMS, sus siglas en inglés, EWS, siglas en alemán), al que, por ejemplo, pertenece la corona danesa . Los tipos de cambio se mueven dentro de unas bandas de fluctuación definidas. Las autoridades monetarias se comprometen a mantener la cotización de su divisa dentro de los márgenes establecidos.