Ángel Pestaña Núñez. Semblanza de un anarcosindicalista
Maria-Cruz Santos
Resulta difícil hablar de la CNT anterior a 1936 y no mencionar a Pestaña. Lo fue todo en el sindicato anarquista, militante de base, delegado, periodista, Secretario Nacional, propagandista… Pocas decisiones de importancia se tomaron entre 1915 y 1932, y hasta 1936, en las que de una manera u otra no tropecemos con su nombre. Conoció a una gran mayoría de los líderes sindicalistas mundiales del momento, se le propuso ser ministro y formar parte de la primera Generalitat republicana. No aceptó, por sus principios, pero siempre se mostró abierto a hablar con todo el mundo. Llegados los años 20 era una figura de referencia.
Nació en León, sus primeros años los pasó recorriendo la Meseta Norte y, después de 5 años en Argelia, recalaría en Barcelona donde se establecería y de donde ya no se iría excepto pequeñas temporadas y por causa de fuerza mayor. Llegó a escribir en catalán aunque con frecuencia se le presenta como un líder leonés. Con mucho más prestigio en el resto de España que en Cataluña, después de la guerra, cuando ya se empezó a poder decir su nombre, y el de otros, en voz alta, era un nombre incómodo. Pesaban todavía viejos resentimientos y también cierta vergüenza. Quizás por ello se le olvida al hablar de la Alianza Obrera o de quienes impulsan el Frente Popular; su nombre no suele aparecer entre los promotores.
Creo que hay dos momentos clave en la vida de Pestaña fruto del azar que marcarían su evolución posterior: uno es su viaje a Rusia, determinante para la Confederación y al que no podemos por menos de referirnos. Lo haremos más adelante. El otro momento transcendental fue la forma fortuita en cómo llegó al anarquismo.
La primera vez que Ángel Pestaña oye hablar de anarquismo es en Bilbao, en la cárcel. Allí, nos explica, y sin que sepa muy bien el porqué, los anarquistas le hacen llegar un paquete con comida y esas cosas que se ponían a los presos años atrás. Dentro había una nota que le hablaba del anarquismo. Ya no abandonará esa militancia, ni aun cuando estaba dirigiendo el Partido Sindicalista. Y resulta llamativo ese paquete porque precisamente Bilbao nunca fue una plaza fuerte del anarcosindicalismo. Desde luego no hay duda de que ya existía en él un sentido innato de lo que era una injusticia y de que era necesario luchar para rectificarla. Cuando le llevan el paquete se encuentra en prisión por hablar de forma espontánea en un mitin en el que se reclamaba la jornada de 8 horas. Fue esta su primera vez en la cárcel. Salió sin que hubiera sido juzgado. Durante años intentó evitar el proceso, cambió de nombre a Ismael Nadal, seudónimo que utilizaría ocasionalmente en algún artículo, y sobre todo, le mantuvo fuera de España, en Francia primero y después 5 años en Argelia. Llegó a Barcelona en agosto de 1914, con 27 años.
Pocas ciudades y pocos momentos más interesantes que la Barcelona de aquellos años, especialmente para alguien como Pestaña con inquietudes anarquistas. Era la “Rosa de Fuego” donde la revolución no se prepara, por la sencilla razón de que está preparada siempre. Asoma á la calle todos los días: si no hay ambiente para su desarrollo, retrocede; si hay ambiente cuaja[1]. No podemos imaginar un lugar mejor para alguien como Pestaña. Una ciudad que los siguientes cuatro años viviría la efervescencia de la guerra sin padecer la destrucción que conlleva. Esos años iban a ser definitivos en su vida.
Sin apenas tiempo para instalarse ya se pone en contacto con los ambientes de la CNT. Desde Argel ha escrito algún artículo para Tierra y Libertad. Enseguida la visita y empieza a hacer paquetes de pedidos de libros. Acude al Centro Obrero y participará en sus sesiones y debates; pronto destaca. Y se apresura a visitar a Anselmo Lorenzo a quien ya le faltan pocas semanas para que fallezca. Otro paralelismo con Rusia, allí se encontrará con Kropotkin a quien apenas le queda ya medio año de vida.
Se puede decir que Pestaña llamaba la atención por su capacidad y desenvoltura. En menos de cuatro años ya alcanzó una posición de relevancia dentro del sindicato. Rápidamente su nombre irá asociado con el de Salvador Seguí, “El Noi del Sucre”, el dirigente con más prestigio del momento. En esa época también se los enfrenta y resulta habitual leer opiniones en las que se habla de Seguí como el sindicalista moderado mientras Pestaña era considerado un anarquista puro y radical. No comparto esa visión. Desde luego no sé en qué términos se expresaba Pestaña en reuniones y controversias pero su actuación no creo que se pueda considerar radical.
No es de un radical que acudiera a una reunión con el gobernador a principios de 1915, junto con otros cenetistas como Adolfo Bueso, a pesar de que el Comité de Defensa de los Obreros del que formaba parte, se negó a ir. En dicho Comité organizado a consecuencia del paro en la producción que hubo en Cataluña en los primeros meses de guerra, había tres tendencias, socialistas, societarios y anarquistas. Estos últimos no querían aceptar la negociación y querían ir directos a la revolución, Pestaña, supuestamente anarquista, y en nombre propio, acude al encuentro.
Tampoco actúa como un radical cuando en el mismo 1915 se convocará el Congreso de la Paz de El Ferrol. Un congreso al que se ha concedido poca atención probablemente por las condiciones de clandestinidad en que se desarrolla y la falta de fuentes. El Congreso que había de ser un Zimmerwald ibérico, acaba sentando las bases para la posterior organización estructural de la CNT. Pestaña acude como representante de la CNT catalana y de Solidaridad Obrera, como tal propone la reorganización de la CNT que permita a Solidaridad Obrera convertirse en diario. Y se aprueba.
Todo esto pasaba en abril y el 17 de junio publica en Solidaridad Obrera un artículo hablando de la “acción directa” en el que rechaza la interpretación que se le da de acto violento tantas veces oída. Son opiniones e intervenciones que cuesta imaginar en alguien radical.[2]
Antes de 1920 ya había ocupado casi todos los cargos de relevancia en la Confederación. En 1917 es Secretario de la CRT de Cataluña. Como Secretario regional convocará el transcendental Congreso de Sants. Los sucesos de ese año obligaron a retrasarlo al año siguiente. Mientras tanto ha de abandonar la Secretaría porque se le nombra Director de Solidaridad Obrera. Desde su nuevo cargo colaborará con el nuevo Secretario, Seguí, en la preparación de la reunión. Más adelante llegaría a Secretario Nacional y formaría parte del Comité Nacional en más de una ocasión pero es su paso por la dirección de la Soli lo que le convertiría en un referente y la actividad por la que más será recordado.
Ángel Pestaña llega al cargo de Director de la Soli en un momento crítico para el diario[3] y el buen nombre de la Confederación. A la CNT se la mezcla con el dinero alemán y por eso, ya a finales de 1916, Pestaña hacía el cierre del diario; finalmente el 14 de diciembre de 1917 recibe el encargo de dirigirlo. Su misión es limpiar el nombre de la CNT. Lo hace e incluso va más allá porque, en junio de 1918 publicará unas cartas del comisario de policía Bravo Portillo que demuestran su implicación en el hundimiento del barco “Joaquín Mumbrú” que llevaba mercancías con destino a Francia.[4] Bravo Portillo fue expulsado de la policía, dirigió una banda de pistoleros y moriría asesinado en septiembre de 1919. Esta publicación lo consagró definitivamente porque volvió la acusación de germanofilia a la policía y, además, en la figura de un agente cruel, chulesco y brutal. Se conseguían dos objetivos de golpe.
Durante su dirección Solidaridad Obrera aspiró a convertirse en un diario de referencia para la clase obrera a todos los niveles. Luchará por aumentar el número de páginas. Tras verse confirmado en el cargo después del Congreso de Sants, se publicará un suplemento dominical. Aumentar la extensión obliga a aumentar el precio y también se admite publicidad, incluso de vestidos y trajes de Primera Comunión. Una nueva prueba de su capacidad de pacto y adaptación. Pero lo más importante es que en esos años se introduce información política y del extranjero, hay información sobre cine y teatro. En resumen, se propone que el obrero no haya de ir a buscar información en la prensa burguesa.
En una Barcelona convulsa
La ciudad donde la revolución siempre está preparada, los años de la Primera Guerra Mundial se convierte en proveedora de todo tipo de materiales para las naciones en guerra. También es centro de espías y aventureros, de dinero fácil y de tolerancia para con las actividades poco legales e, incluso, criminales. Todo ello repercutiría en el movimiento obrero y la vida de los obreros en general.
La actividad económica se multiplicó y con ella aumentó la necesidad de mano de obra. Fueron años de fuerte inmigración que elevó la presión de la demanda de bienes básicos y de vivienda. Paralelamente la mayoría de bienes de consumo eran desviados a la exportación y España y Barcelona sufrieron carestías similares a las que padecieron los países contendientes. En esta situación las contradicciones de clase se volvían más evidentes y las posiciones se radicalizaban. Si los obreros aprovechaban la necesidad de mano de obra para mejorar sus condiciones laborales incluso con amenazas, la burguesía también echaba mano de sus posibilidades de presión y de la oportunidad que brindaba una ciudad donde no faltaban elementos dispuestos a hacer cualquier tipo de trabajo. De 1915 a 1920 las huelgas son innumerables. La CNT vivirá una época de inestabilidad porque con frecuencia volverá a la clandestinidad aunque no por períodos excesivamente largos lo que le permite abordar la ansiada estructuración y acometer acciones reivindicativas ambiciosas. Diríamos que las tres acciones más importantes son la Huelga general de 1916, la Huelga General de 1917 y la Huelga de la Canadiense. Las tres trascienden las reivindicaciones iniciales y buscan transformaciones de más alcance.
Unos de los objetivos que se busca con los dos primeros conflictos es la unidad de la clase obrera lo que en la práctica quería decir la unión con la UGT. En ambas ocasiones Pestaña desempeño un papel importante.
El éxito de la huelga de diciembre de 1916, abre la posibilidad de extender el acuerdo a un paro indefinido. En marzo se llegan a pactos en una reunión en Madrid a la que asisten por parte anarcosindicalista, Ángel Lacort, de Zaragoza, Salvador Seguí y Ángel Pestaña. Incluso se publica un manifiesto conjunto. Seguirá siendo uno de los principales negociadores sea con los republicanos como Marcelino Domingo, catalanistas como Macià o la UGT y formará parte del Comité de huelga. La huelga fue un fracaso pero un fracaso que solo en Barcelona costó 32 muertos, lo que ya da una pista del tratamiento que autoridad y clases burguesas daban a la “cuestión obrera”.
El fallo se debió en primer lugar a la descoordinación entre CNT y UGT y sobre todo a los distintos ritmos de funcionamiento. El movimiento se precipitó y las reacciones no se sincronizaron. Como consecuencia el Comité de huelga de la UGT fue encarcelado mientras en Barcelona el Comité de la CNT pudo huir. Ángel Pestaña pasó un mes en Albalate de Cinca, Aragón y luego regresó a Barcelona donde se enteró de que se le había dado por muerto y nadie le buscaba.
La huelga que ha quedado en el imaginario de todo el mundo, sin embargo, es la huelga de La Canadiense en febrero-marzo de 1919. El paro fue casi unánime y demostró la eficacia de la nueva herramienta de la que se había dotado la CRT de Catalunya en el Congreso de Sants, el Sindicato Único. Durante años se recordarían sobre todo las calles a oscuras que dejó la inactividad de todas las empresas eléctricas que operaban en Barcelona. También hubo otro factor que, en mi opinión, debió asustar tremendamente a autoridades y fuerzas conservadoras, no se sabía a ciencia cierta quien constituía el Comité de huelga, porque el Comité regional estaba en la cárcel y Pestaña estaba huido desde el 17 de enero. La justificación era la amenaza de una revolución bolchevique después de que la CNT hubiera adquirido 30.000 fusiles. No era cierto, Desde las páginas de la Soli Pestaña lo había desmentido y lo había vuelto a desmentir el 12 del mismo enero, en un mitin junto con Seguí. No importó. Probablemente la decisión se vio influenciada porque en aquellos días de enero, los disturbios catalanistas iban en aumento y hubo muertos en la Rambla. ¿Quién dirige entonces la huelga? Hay indicios de los que no nos vamos a ocupar porque Pestaña se ve obligado a seguir los acontecimientos aislado de sus compañeros.
Años de pistolas
Junto a las reivindicaciones obreras de tintes revolucionarios, esos años también estuvieron marcados por lo que hoy llamamos pistolerismo, el atentado personal ya sea a un obrero o a un patrón. En un segundo plano quedan los atentados con bombas que se diría que han desaparecido pero no es cierto.
El fenómeno se remonta al inicio de la guerra, antes del atentado contra el empresario Barret y sube de intensidad sobre todo después de la huelga de 1919. Las muertes afectan a empresarios y mucho más a los obreros. En sus memorias, Pestaña deja constancia de que los comités están al tanto de esos actos e, incluso, de que algún comité paga por ellos, aunque es algo clandestino dentro de la misma CNT. Desde luego Pestaña se arrepentirá de haberlos consentido y, en cierto sentido, alentado, porque si bien – aquí seguimos el razonamiento del autor – en un momento sirvieron de chantaje para conseguir mejores condiciones laborales, a la larga perjudicó a los sindicatos y acabó maleando a individuos que acabarían en la delincuencia pura y dura. La víctima más importante del terrorismo fue Salvador Seguí – que ya antes había sufrido atentados – y su amigo “Peronas”. Lo mismo ocurrió con Pestaña, excepto que él sobrevivió.
Hubo dos intentos de acabar con el líder sindicalista. El primero el 6 de diciembre de 1919[5]. El más importante fue el ocurrido el 22 de agosto de 1922 en Manresa que a punto estuvo de costarle la vida. El golpe tuvo dos consecuencias. La primera que al día siguiente hubo un paro general en Manresa, un paro unánime de todas las fuerzas políticas y sindicales lo que demuestra el hartazgo de la población por una situación que se había convertido en cotidiana y que llenaba de intranquilidad a la sociedad. En segundo lugar el delito tuvo un epílogo macabro porque los pistoleros hicieron guardia en el hospital para rematar el trabajo. La protesta de los médicos supuso que el gobierno de Sánchez Guerra tomara cartas en el asunto, fue el principio del fin de Martínez Anido y de la época del pistolerismo.
La estructuración del sindicato
Ya hemos hablado del Congreso de la Paz de El Ferrol que situamos en punto de salida para la nueva organización de la Confederación. Los decisivos, sin embargo fueron el Congreso de Sants y el de la Comedia.
Pienso que el más importante fue el de Sants aunque solo fuera de la región catalana porque en él vio la luz el instrumento que caracterizaría la CNT hasta 1936, el Sindicato Único.
Ya hemos avanzado que el Congreso estaba convocado para junio-julio de 1917, cuando Pestaña era Secretario de la Confederación catalana, lo que significa que su interés en el mismo era muy grande. Ahora como director de Solidaridad Obrera colaboró estrechamente con el equipo de Seguí haciendo publicidad antes, durante y después del encuentro y su compromiso con el sindicato único queda fuera de toda duda. Por último el Congreso le confirmará en su puesto de director de Solidaridad Obrera.
Así mismo es figura central en la convocatoria del Congreso de la Comedia. Desde 1911 la confederación no se había reunido y era de todo punto necesario que lo hiciera para poder dotarse de una estructura, como ya lo había hecho la regional catalana. Con la intención de prepararlo, Seguí y Pestaña van a Madrid a principios de septiembre de 1919. El Congreso tuvo lugar en Madrid, en diciembre. Pestaña acude a Madrid pero apenas asiste a las sesiones porque está enfermo. De todas maneras aún puede firmar en la iniciativa, fuera del orden del congreso, de pedir que la CNT declare el comunismo libertario como su fin último. Era una propuesta de 24 cenetistas que se aprueba en el último momento.
Antes se había decidido la adhesión provisional a la Tercera Internacional. Una decisión tremendamente polémica y que incluía el propósito de nombrar dos delegados que fueran a Rusia a llevar la adhesión..
El viaje a Rusia [6]
Uno de los dictámenes de la convención hacía referencia a las relaciones de la CNT con organizaciones similares de otros países. El dictamen de la comisión no se discutió excepto en un punto, las relaciones con la revolución bolchevique y la Tercera Internacional. Finalmente se acordó la adhesión a la Tercera Internacional y se designaron dos delegados Carbó y Quemades mientras que Ángel Pestaña fue elegido para ir a Francia. Que Pestaña llegara a Rusia fue una casualidad, como ya hemos apuntado, el resultado de una serie de hechos fortuitos que impidieron el desplazamiento de Carbó y Quemades y facilitaron su viaje.
Su estancia en la URSS coincidió con el II Congreso de la Tercera Internacional al que asistirá como representante de la CNT. Allí entrará en contacto con personas que encarnaban lo más combativo del movimiento obrero mundial. Pudo ver la Revolución de cerca y le provocará bastante rechazo y le cambiará algunos planteamientos.
De regreso se parará en Berlín y pondrá las bases para la fundación de una nueva internacional sindicalista: la IWA. Con él están, que sepamos, Alfred Souchy, Armand Borghi y Rudolf Rocker. Luego será tiempo de prisión repartido entre Italia y España. No saldrá hasta mayo de 1922, muy poco tiempo antes de que tenga lugar la Conferencia Nacional de Zaragoza. Allí presentará su famoso informe que decidirá la salida de la CNT de la Tercera Internacional. Nuevamente demostrará su talante posibilista lejos del radicalismo que se le atribuye, porque en las conclusiones pide que se siga dentro de la Tercera Internacional porque es el único medio de llegar a los obreros rusos, esto después de considerar que en Rusia la revolución está perdida y que el gobierno bolchevique pretende someter el movimiento obrero a sus necesidades políticas.
Escribirá cinco obras alrededor de su experiencia. En sus reflexiones no ahorra críticas hacia el anarquismo ruso por su indecisión e inoperancia en el momento de dirigir la revolución y dejarla en manos de los bolcheviques. Sin duda el viaje marcó un punto de inflexión en su evolución. Le hizo replantearse la función del anarquismo y su operatividad sobre todo en la organización de la sociedad surgida tras la caída de la sociedad de clases o capitalista.
La travesía de la Dictadura
Tan solo un año y tres meses después Primo de Rivera dio su golpe de estado y se inició una nueva etapa política, la Dictadura. En ese período Pestaña estuvo a punto de morir y el “Noi del Sucre” sucumbió en un atentado. La Dictadura no prohibió directamente la Confederación, se limitó a establecer unas reglas de juego inasumibles para los anarcosindicalistas y así fueron ellos los que se pasaron a la clandestinidad. Paralelamente, la otra gran sindical, la UGT, se avino a colaborar con el nuevo régimen y los Sindicatos Libres presentarían más reivindicaciones que las que eran de esperar tratándose como se trataba, de una organización surgida a la sombra de patronal y autoridades. Los 756.101 afiliados (hacía trampa, eran 699.369 los adherido y federados) que proclamó orgullosa la CNT de tener en 1919, disminuyeron ostensiblemente.
Los grupos radicales, que desde siempre habían existido, fortalecieron su posición y se enfrentaron al Comité Nacional que optaba por posiciones menos arriesgadas y se negaba a participar en algunas aventuras como los atentados de El Garraf. “Oficialmente” Pestaña parecía el líder indiscutido. Clausurada Solidaridad Obrera, funda, al poco, Solidaridad Proletaria, de corta vida. Habrá bastantes más periódicos en los que participó, más o menos directamente, en su creación, como Vida Sindical y otros. Solo, o colegiadamente, formó parte de la mayoría de Comités Nacionales hasta su expulsión en 1932. Y, sin embargo, su autoridad fue cada vez más discutida incluso por el sector sindicalista.
En esos años su figura hace un doble recorrido. Su prestigio crece más allá de los círculos obreros y, paralelamente, cada vez será más cuestionado dentro de las filas anarquistas. Ya hacía tiempo que los grupos radicales mostraban sus diferencias con la actuación cada vez más cercana al sindicalismo revolucionario que defendía Pestaña, entre otros. Las diferencias crecerán especialmente al negarse el Comité Nacional a participar en algunas de las rebeliones que hubo como la Sanjuanada[1]. Finalmente, en julio de 1927, fundarán la FAI. Cuando en enero la FAI imponga la “trabazón” a la CNT, Pestaña intentará sacar adelante la Unión de Militantes.
El nuevo proyecto será rechazado por las filas sindicalistas sobre todo porque presenta la posibilidad de que sindicatos que hayan aceptado la nueva legalidad, puedan seguir perteneciendo a la CNT. No solo eso, sino que propone que puedan ser miembros de la CNT obreros no manuales (largo debate que se arrastra desde la fundación) y, peor, que puedan pertenecer a formaciones políticas, siempre y cuando no mezclen el nombre de la CNT en sus actividades de partido. Contra esto se levanta sobre todo la sindical catalana con Peiró a la cabeza con quien sostendrá un intenso debate desde las páginas de Despertad mientras Peiró escribe desde Acción Social Obrera.
Después de mayo de 1924 empieza su colaboración en la prensa republicana que ya no abandonará. Al final de la Dictadura será colaborador habitual al menos de dos rotativos, La Campana de Gracia, de Barcelona y La Libertad de Madrid. En La Libertad también colabora Salvador Quemades. Y un detalle, también lo hace desde la cárcel. Como hemos señalado en esos años gana la confianza de fuerzas políticas republicanas. Posiblemente su giro hacia la moderación les haga pensar que se puede “conquistar” para la política. Así Sánchez Guerra cuando prepara su golpe de enero de 1929, se entrevista con él en París y llega a ofrecerle un ministerio que Pestaña rechaza[8]. Cuando se proclame la República, Maciá pasará tres horas intentando que acepte la Consejería de Acción Social con el mismo resultado[9]. Y una nueva paradoja, fue Peiró quien firmó en el Pacto de San Sebastián, aunque después retirara la firma. Lo cierto es que, más allá de cuanto escribe o dice, en esos años no se apartara de la ortodoxia cenetista en lo que hace a su comportamiento. Es difícil decir si fue así por falta de apoyos o porque no estaba emocionalmente preparado para la heterodoxia.
La transición de la Dictadura a la República
Aunque la Unión de Militantes no encontrara acogida, sí que la línea moderada de la CNT buscó un cierto “rearme” frente a la FAI y su teoría de la trabazón. El grupo “Solidaridad”, del que era miembro Pestaña, publica un manifiesto antecedente del “Manifiesto de los 30”, que se publicará al año siguiente. La redacción base es de Pestaña y en él se critica el anarquismo individualista, violento y destructivo y que opone al anarquismo societario y constructivo. En ese momento Pestaña vuelve a ser Secretario Nacional y ha sido él quien ha negociado la vuelta a la vida pública de la CNT con el general Mola.
Proclamada la República, se celebra el Congreso del Conservatorio que ya hacia tiempo que se venía preparando. En el encuentro se escenificará la profunda división entre la FAI y la CNT. Las riendas de la Confederación siguieron en manos del ala moderada, pero sabían que estaban en falso y sin vuelta atrás. Cuando en agosto se publique el “Manifiesto de los 30”, que busca reconducir la situación, lo que conseguirán es desencadenar una tormenta. Aunque el Manifiesto fue una obra colectiva, de todos es conocido que se hizo sobre una redacción base de Pestaña. Desde ese momento no habrá tregua hasta su expulsión en 1932 y más allá.
Las famosas tácticas de la gimnasia revolucionaria desarrolladas por la FAI entraban en colisión directa con las intenciones de Pestaña quien veía en la República la oportunidad de conseguir mejoras laborales. Pensaba que solo habían de plantearse huelgas con posibilidades de éxito para no hastiar a los obreros. La disminución de los militantes entre 1931 y 1936 después de un crecimiento exponencial, aunque momentáneo, al inicio de la República, pensamos que le da la razón.
Cuando lo expulsen fundará la Federación Sindicalista Libertaria. La incidencia sobre los obreros no respondió a las expectativas porque, además, la federación de Sabadell, también expulsada de la CNT, prefirió organizarse en los Sindicatos de Oposición. Paralelamente sigue escribiendo en la prensa republicana, incluso aumenta sus intervenciones. Más o menos entonces pasa a referirse a sí mismo como periodista y parece encontrarse más a gusto porque opinando sobre temas diversos de política su pluma se vuelve más ágil, más suelta Puede que sea este cúmulo de circunstancias las que le llevaron a dar el paso definitivo y fundar el Partido Sindicalista, el 7 de abril de 1934.
Desde su fundación, prácticamente, deja todas sus otras actividades para consagrarse a su organización. La mayor parte de los afiliados proceden de las filas del anarcosindicalismo si bien algunas figuras relevantes también se afiliaron, como Ricardo Baroja. Con todo, siempre fue un partido minoritario, cuando se le tuvo en cuenta fue por el prestigio del fundador pero al mismo tiempo este prestigio venía muy disminuido. Al salir de la CNT había dejado de ser la voz de una de las organizaciones más poderosas del Estado, algo que abría, y también cerraba, muchas puertas. Ya no será escuchado como antes, al tiempo que los frentes se le han multiplicado. Si, hasta el momento en que se supo su intención de fundar un partido, sus adversarios habían sido básicamente lo que de forma esquemática denominaremos la FAI, ahora también se ha situado frente a los que hasta ese momento fueron sus compañeros, muy especialmente Juan López que se convierte en uno de sus perseguidores y conseguirá que sea excluido de la Alianza Obrera.
La Alianza Obrera es una muestra paradigmática de como buena parte de su autoridad provenía de la CNT y cómo se diluye incluso antes de fundar el partido. La inmensa mayoría de trabajos atribuyen la idea original de la Alianza a Nin y Maurín y retrasan su organización a 1934. Sin embargo parece que la idea surge en febrero de 1933 en una Conferencia sobre el Paro Forzoso, constituyéndose ya en diciembre de ese año. La Alianza surge como una respuesta temprana, o no tan temprana, a la extensión del fascismo. Recordemos que en enero de 1933 Hitler acaba de subir al poder. De creer a Víctor Alba solo Nin, Maurín y Pestaña vieron la importancia de la unión de la clase obrera frente a la extensión del totalitarismo[10]. Pestaña ya hace una llamada en mayo:
En España no hay fascismo. Pero puede haberlo. Y si lo hubiese, y al manifestarse, o bien como medida profiláctica, necesitase la clase trabajadora constituir un organismo defensivo, una especie de alianza, de ‘entente’, de tacto de codos entre las fuerzas obreras de izquierda[11]
En octubre de 1933 volverá a insistir siempre relacionando fascismo con la necesidad de la unión obrera:
El fascismo es un movimiento de masas. Para evitarlo hay que oponerle otro movimiento de masas[12]
Incluso escribe sobre la estructura organizativa que ha de darse a la Alianza, 4 noviembre 1933. Sin embargo ahora su nombre es olvidado en los trabajos que se escriben sobre la Alianza.
Hay otros ejemplos de cómo se le ignora en aquel momento, ignorancia que se mantiene en el tiempo. Lo mismo ocurre con el Frente Popular. Es uno de los primeros políticos en reclamarlo con argumentos acordes a los que ha usado para la Alianza Obrera. Ya en el cuarto aniversario de la República reclama una coalición de fuerzas de izquierda, e incluso señala los puntos sobre los que habría de tener lugar y considera que La base de esta coalición ha de ser amplia como ya señalamos, pues ante el peligro común de una reacción de derechas es necesario olvidar rencores y diferencias [13]. Y no obstante en las primeras reuniones convocadas por los caballeristas en noviembre, no se llama al Partido Sindicalista. No será hasta enero y después de que Pestaña viaje a Madrid para entrevistarse con el Comité Ejecutivo del Partido Socialista, cuando el Partido Sindicalista sea tenido en cuenta en el Frente Popular.
Más adelante, ya en la guerra, hubo gestas atribuidas a la CNT que hay que poner en el haber del Partido Sindicalista. La más importante fue la toma del cuartel de San Andrés por el Capitán Eduardo Medrano, militar de profesión y vicepresidente del partido. Según Termes, la toma de dicho cuartel hizo imposible la victoria de los rebeldes.
El Partido Sindicalista
Indudablemente el Partido Sindicalista era la hechura de Pestaña. Mientras vivió fue el jefe indiscutible e indiscutido. Hubo colaboradores valiosos como Marín Civera, intelectual que, al principio se negó a entrar en el partido, pero que acabó siendo uno de sus puntales; el Capitán Eduardo Medrano, importante elemento sobre todo en los primeros momentos de la insurrección como ya queda apuntado, pero, indudablemente, él era el centro de la formación.
Él es el responsable del programa del partido. Un programa corto que empieza justificando su necesidad por “el fracaso de la economía, de la política y de la democracia burguesa”[14]. Fracaso por la contradicción que supone el aumento de la miseria y la infelicidad en un sistema capaz de producir cada vez más riquezas que pueden satisfacer todas las necesidades del ser humano. El eje del partido pivota alrededor de la economía:
La solución que trae el Partido Sindicalista puede condensarse en muy pocas palabras. Se resume así: No encontrará solución adecuada a ningún problema político si no se resuelven al mismo tiempo los problemas económicos mediante una mejor organización en la producción y la distribución de las riquezas y la toma del Poder económico y del poder político de las clases productoras[15]
Es un programa utilitario donde, como se ve, apenas hay doctrina y se dedica a lo que mejor sabe hacer, organizar. Así la economía se organizará alrededor de los Sindicatos y las cooperativas. En cuanto a la organización territorial y política adopta el federalismo de Proudhon y no dedica espacio a la justicia. Siempre, volvemos a repetir, con un desarrollo más normativo que doctrinal.
Elecciones y guerra
La primera vez que se presenta a unas elecciones coincide con el Frente Popular. Partido pequeño y singular en el panorama de partidos existentes en las democracias, sin “respaldo” exterior, como sería el caso del Partido Comunista, le cuesta hacerse un hueco y ha de disputar al milímetro los candidatos que se pueden presentar. Pestaña se presentará por Cádiz siendo el candidato más votado de todos cuantos se presentaron[16] lo que demuestra su enorme popularidad y la confianza que inspiraba.
Al estallar la guerra será el primero en protestar por la violencia en la retaguardia y pronto reclama disciplina en el ejército. Será nombrado Subcomisario de Guerra de la Zona Centro dirigida desde Albacete, precisamente el lugar en el que se concentraron las Brigadas Internacionales. Desde Albacete vivió la primera batalla de Madrid y organizó el abastecimiento de la capital enviando tropas (brigadistas) y suministros. En los andenes de la estación contrajo una bronquitis severa que acabó con su vida un año después. Militantes cenetistas nos dijeron que fue una consecuencia del atentado de 1922. Su hijo Eliseo nos lo desmintió. Quizás se mezclen las causas, quizás fue una bronquitis que agravó un pulmón delicado. En septiembre había reingresado en la CNT. Tenía 51 años, pocos para morir incluso en 1937.
Notas
[1] OSSORIO Y GALLARDO, Ángel: Barcelona, Julio de 1909. Declaraciones de un testigo.
[2] PESTAÑA, Ángel: “Acción directa”; Solidaridad Obrera, 17 junio 1915
[3] Como puede observarse, Solidaridad Obrera ya se ha convertido en diario, una propuesta de “El Congreso de la Paz de El Ferrol”
[4] No fue el único navío hundido. España fue el país neutral que más barcos mercantes perdió durante la Gran Guerra, un 20% del total de su flota.
[5] Entrevista a Pestaña de César Jalón publicada en El Liberal de Madrid el ¿17? Diciembre 1919
[6] He estudiado este apartado previamente en dos ocasiones:
SANTOS SANTOS, María-Cruz: La revolució russa i l’anarquisme català. La influencia d’Ángel Pestaña” dentro de Catalunya i la Restauració, Actes del Congrés Internacional d’Història, 1992
SANTOS SANTOS, María-Cruz: “Un viatge trascedental per la CNT. Pestaña a la Rússia revolucionària” a https://espai-marx.net/?cat=851 , 2020
[7] Paradójicamente Pestaña no forma parte de ese comité. Es Peiró el responsable en ese momento.
[8] Estas informaciones nos las dieron el Sr. Casasús y otros en una conversación que tuvimos en el Círculo Leridano de Barcelona el 4 de marzo de 1993
[9] «Un rumor»; La Libertad; nº 4486; Madrid, 8 agosto 1934; pág. 1
[10] ALBA, Víctor: La Alianza Obrera. Historia y análisis de una táctica de unidad en España; Madrid, 1978; pág. 119
[11] PESTAÑA, Ángel: «Sugerencias. Lo que más conviene»; La Libertad; Madrid, 4 mayo 1933
[12] PESTAÑA, Ángel: «Afirmaciones. Frente al fascismo»; Sindicalismo; Barcelona, 13 octubre 1933
[13] PESTAÑA, A. «Ante el cuarto aniversario»; El Sindicalista; 27 abril 1935 ; Barcelona
[14] ELORZA, Antonio: Trayectoria Sindicalista, 1974, pág. 766
[15] ídem, pág. 767. El subrayado es suyo
[16] En el sistema electoral de la Segunda República los votos eran personales, al candidato, no a la formación política.
Bibliografía
CASANOVA, Julián: Tierra y Libertad. 100 años de Anarquismo en España, 2010
DÍAZ HERRERA, Jesús: El liderazgo político de ángel pestaña. De la ortodoxia anarquista al positivismo libertario; 2015
GIMÉNEZ, Sergio: Ángel Pestaña, falangista. Anatomía de una mentira histórica, 2020
LERA, Ángel Mª de: Retrato de un anarquista, 1978
ROMERO SALVADÓ, Francisco J.: España 1914-1918. Entre la guerra y la revolución”; 2002
SANTOS, María-Cruz: Ángel Pestaña, Caballero de la Triste Figura, 2011
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VADILLO, Julián: Historia de la CNT, 2019
Barcelona, 2 de mayo de 2020
Portada: fotografía reproducida en Eduardo de Guzmán, Ángel Pestaña. Biografia y textos (1978).
Imágenes: Conversación sobre la Historia