Un punto de encuentro para las alternativas sociales

La vigencia del pensamiento de Marx y la necesidad de avanzar metodológicamente. Entrevista con R. Fineschi

Roberto Fineschi (RF), María Fernanda Ortega (MF) y Aarón Arévalo (AA)

Entrevista publicada en el libro Invitación al pensamiento crítico: dialogando sobre Marx en el siglo XXI, coordinado por Luis Villegas, Roberto Escorcia y Fernanda Ortega y publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Xochimilco) de México en 2020. Se puede descargar gratuitamente en el enlace a la fuente que ofrecemos al final de esta entrada.

AA: Esta entrevista se ha propuesto con el objetivo principal de despertar interés entre los estudiantes por rescatar las obras de Marx y promover su lectura. En general, en los planes de estudio de Ciencias Sociales, y especialmente de Economía, se ha dejado de lado o se ha disminuido el estudio de este pensador. Por ello, y con la creencia de que es importante en la actualidad rescatar sus ideas y categorías fundamentales para entender el modo de producción capitalista, buscamos promover una relectura, una reconstrucción y una crítica de la obra de este autor.

MF: Frente a lo que dice mi compañero, los estudiantes tenemos un paradigma oscuro acerca de la obra de Marx, pues nuestro acercamiento no es el mejor. En este sentido, te pregunto ¿a mí, como estudiante, qué me enseña Marx en la actualidad?

RF: La teoría de Marx es básicamente una de las pocas que tiene explicaciones para muchísimos fenómenos en la sociedad contemporánea. Es muy poderosa en este sentido. Las crisis y los conflictos sociales, por ejemplo, en la mayoría de las teorías ortodoxas son considerados como incidentes y no tienen una explicación orgánica; mientras que en la teoría de Marx, por el contrario, tal explicación existe. Esto ayuda a entender el presente.

MF: Frente a lo que acabas de decir, nos preguntamos si, una vez superado el contexto histórico en que Marx escribió sus obras, las categorías analíticas propias del autor pierden relevancia, y si tú piensas que sea necesaria una relectura y una reconstrucción de su obra.

RF: Creo que algunas interpretaciones tradicionales de la teoría de Marx reducen la capacidad explicativa de la misma, no porque estén equivocadas necesariamente, sino porque se enfocan en las transformaciones propias de la revolución industrial, o porque, por ejemplo, conectan absolutamente el papel político y el análisis económico al periodo histórico. Esta es una lectura muy común, pero en mi opinión se puede ir más allá de ella y de los posicionamientos extremos históricos, y en su lugar, observar cómo se dan las transformaciones en el proceso de trabajo que Marx describió y que hoy continúan desarrollándose: el carácter cooperativo, la parcialización, la transformación del trabajador en un apéndice de la máquina y también la exclusión del trabajo vivo del proceso mecánico.

Estos fenómenos son más fundamentales hoy que en su tiempo. Para abordarlos ahora es posible una lectura más precisa de los manuscritos originales del segundo libro de El Capital y, en particular, de los correspondientes al tercero. En este último, por ejemplo, se desarrollan categorías que podemos utilizar para interpretar el mundo de las finanzas, recuperando la idea de Marx según la cual una tendencia fundamental es la financiarización del capital.

Ahora bien, en todo ello no debemos dogmatizar su pensamiento creyendo que lo que está en sus libros necesariamente es totalmente correcto y está terminado. El punto es ver cómo sus categorías, en la medida que funcionan, se pueden utilizar como fundamento para el análisis. Lograr una combinación interpretativa requiere de un desarrollo que considere todo lo que sucedió después del siglo XIX. El punto, al respecto, es que lo que sucedió después no fue tal cual la teoría de Marx, por lo tanto, partiendo de las categorías abstractas del capital, tenemos que bajar metodológicamente a un momento más concreto e interpretar el mundo efectivamente.

AA: En algunas entrevistas que hemos realizado, la propuesta se enfoca en el mismo punto: no tratar a la teoría de Marx como un dogma, sino partir de ella y de las categorías que están en un nivel muy abstracto para entender el modo de producción capitalista en su expresión actual. En ese contexto, ¿la teoría de Marx podría ayudar a explicar las crisis que se han presentado en la actualidad, por ejemplo la de 2008, o como muchos profesores y estudiantes piensan, el autor solamente escribió para una época específica del modo de producción capitalista y hoy su análisis es obsoleto?

RF: Tal como señalé anteriormente, creo que la teoría de Marx tiene un poder explicativo epocal, es decir, que reconstruye y explica las tendencias fundamentales del modo de producción capitalista no de largo, sino de larguísimo plazo, tales como el crecimiento de la fuerza productiva o la integración mundial de la humanidad como sujeto efectivo y no sólo como idea abstracta. Respecto a esto último, Marx indicó cómo en la sociedad capitalista el ser humano es un sujeto efectivo, es decir, éste existe como un hecho. Mi interpretación es opuesta a la tradicional que coloca a su teoría en el periodo de la revolución industrial. Al contrario, creo que tal teoría funciona porque describe un plazo larguísimo.

Un elemento fundamental es reconocer que la teoría de Marx se encuentra a un nivel de abstracción muy alto por lo que no se puede aplicar de forma inmediata. Así, para explicar la crisis actual, por ejemplo, necesitamos tomar a Marx en serio e ir más allá de su planteamiento. No más allá en el sentido de que no funcione, sino en el de pensar que debemos hacer lo que él no pudo, o sea, desarrollar su teoría hasta niveles de abstracción más concretos, incluso los asuntos que él no pudo tratar porque era un trabajo gigantesco el que se había planteado y porque el capitalismo, en ese tiempo, prácticamente no estaba desarrollado, por lo que no podía ser teorizado en su totalidad.

Una analogía es posible: el que yo estudie medicina no significa que puedo curarte o que entiendo todas las enfermedades que existen en el mundo; tengo instrumentos para hacerlo, pues conozco, por ejemplo, la anatomía general, pero no puedo fabricar vacunas, entonces son necesarios otros desarrollos a partir de mis conocimientos. Así, creo que el asunto para los investigadores y los estudiantes de Marx es hacer algo similar: utilizar su teoría para desarrollarla. Esto significa que, por ejemplo, bajar del nivel de abstracción para desarrollar la teoría del capital accionario, como argumentaba antes, nos obliga, a su vez, a estructurar la teoría del Estado, de los Estados, del mercado internacional, etcétera.

AA: Sí, lo que señalas es una tarea que debemos llevar a cabo en un contexto caracterizado por las crisis y los diferentes cambios (aunque no en las relaciones materiales ni sociales de reproducción). Nosotros, como estudiantes, queremos reflexionar sobre el establecimiento de un modo de producción alternativo desde un punto de vista teórico y también teniendo en cuenta cómo llevarlo a la práctica. En este sentido, ¿qué piensas acerca de la construcción de una sociedad diferente?

RF: Esto es un problema muy grande porque, básicamente, cuando Marx intentó tomar posiciones políticas o hacer revisiones políticas, fracasó la mayoría de las veces. La clase obrera inglesa tenía que ser el sujeto pero esto no pasó; la comuna francesa que utilizó como modelo o como idea para el plan de organización tampoco funcionó. La manera en que el proyecto de cambio fue planteado en los países socialistas es también un punto muy complicado. Frente a ello, no puede olvidarse que lo que Marx hizo fue desarrollar una teoría del modo de producción capitalista. El autor describió tendencias de largo plazo como la socialización y la colectivización de la propiedad a través del capital accionario o, como decía anteriormente, de la creación de la humanidad como proceso integrado.

¿Cómo transformar este proceso objetivo en un sujeto político? Esta es una cuestión que a mi parecer no se resuelve fácil ni rápidamente, porque los sujetos políticos se colocan en el ámbito de las figuras, no de las formas.[1] Marx trató el tema, pero las formas no son sujetos políticos como tales. Él mismo se percató de la distancia entre los niveles analíticos de abstracción y de que sus categorías funcionaban en el nivel teórico, pero no en el político. Esto era así porque no había desarrollado los niveles intermedios y, al momento de intentar hacer política, partió de la evidencia empírica, esto es, de las figuras que tenía enfrente, como el obrero. Ahora bien, estas figuras y su funcionamiento implican al Estado, a los Estados, al mercado mundial, etcétera, puntos que, en realidad, no culminaron en su teoría. Entonces, yo pienso que estudiar y desarrollar la teoría es un trabajo político que debemos hacer.

MF: Entonces, con respecto a lo anterior, ¿quiénes podrían ser los actores sociales que promuevan una transformación en las relaciones capitalistas?

AA: Se ha planteado, por un lado, que existe una diversidad de sujetos en potencia que pueden promover una transformación social, y por otro, que aunque puedan existir varios sujetos de transformación, el que va a llevar la batuta será el obrero. ¿Cuál es tu opinión? ¿Quién sería el actor transformador?, ¿existe?

RF: El punto es que reconocemos a los sujetos, abstractamente, gracias a las categorías que sugiere Marx. Es decir, los sujetos tienen que ser “subsumidos” a la organización del capital. Ahora bien, éstos pueden ser subsumidos en diferentes niveles, es decir, puede tratarse de una forma más directa, más inmediata. De hecho, Marx en los Grundrisse hablaba de la predominancia del modo de producción capitalista y reconoce la presencia de modos de producción no capitalistas, sin que ello implique la negación del modo de producción capitalista.

La subsunción, en mi opinión, se reconoce básicamente a través del modo en que se organiza el proceso de trabajo, especialmente en la generación de la plusvalía relativa, que incluye la dimensión cooperativa, la parcialización del proceso laboral y la transformación del trabajador en un apéndice de la máquina. Esto no necesariamente se realiza en una fábrica, pues una persona que trabaja en un centro de atención telefónica, que tiene un software que llama por ella y que le indica lo que debe decir, también forma parte, en cuanto apéndice, del proceso que como objetivo tiene la valorización del capital. Éste sólo es un ejemplo para expresar cuántos y qué tan distintos pueden ser los sujetos subsumidos a la lógica del capital.

Hay, por lo menos, dos elementos que deben tenerse en cuenta al momento de hablar de estos múltiples sujetos. Por un lado, esta configuración del trabajo conlleva al aislamiento de los trabajadores, uno del otro; las computadoras, por ejemplo, separan la unidad. Hubo un periodo en la oficina en que todos los trabajadores se veían y se reconocían como miembros de la misma corporación. Hoy esto ya no es así necesariamente. Por otro lado, el problema está en un terreno ideológico porque, por señalar un caso, en Italia hay muchos migrantes que hacen los trabajos más pobres; ellos son objetivamente trabajadores, puesto que su actividad es funcionalmente idéntica a la que realizan otros trabajadores en las oficinas y en las fábricas; sin embargo, la ideología del capital pone el asunto en términos de una contraposición racial: «¡Los migrantes toman tu trabajo, destruyen tu cultura!» Yo creo que la ideología de la “nación” o del pueblo es un poco conservadora y se ha utilizado para beneficio de los intereses del capital. Honestamente no tengo una respuesta precisa a la pregunta que me formulas. En mi opinión, se puede desarrollar el pensamiento para que se incorporen los elementos que están ya presentes de forma tanto práctica como teórica y, a partir de ello, avanzar en la identificación y creación de sujetos políticamente efectivos.

AA: Sabemos que Marx no escribió sobre un país en específico, sino acerca del modo de producción capitalista, pero por nuestra historia de desarrollo nos surge el interés sobre la situación de América Latina. En esta región hay una diversidad de culturas, de sociedades, de generaciones políticas, todas ellas diferentes a las propias de los países desarrollados, entonces te preguntamos si una visión que se funde en el trabajo de este teórico podría ser de utilidad para entender estas diferentes formas que aquí se presentan.

RF: Desafortunadamente no sé mucho de América Latina, no conozco bastante para contestar esta pregunta. Aun así, pienso que se podría hablar de cómo las viejas teorías del colonialismo se actualizan a la luz de la mayor integración de los países que una vez fueron colonias.

Al final, mi respuesta es la misma: este tema está a un nivel de abstracción que no se encuentra como tal en los textos de Marx. Es cierto que él escribió sobre India, sobre China, y que existen escritos acerca de la cuestión colonial respecto a los países más atrasados, no obstante, creo que el planteamiento abstracto de la teoría del capital no permite contestar la pregunta de forma inmediata. Es posible que, para tratar esta región, tengamos que bajarnos al nivel de abstracción donde existe el imperialismo. Todas estas complicaciones no se pueden dejar fuera de la teoría para entender el desenvolvimiento de una nación. Es necesario trabajar con las categorías en diferentes niveles de abstracción, y ese es el papel de los estudiantes.

MF: Finalmente, queremos preguntarte si tienes algún mensaje para todos los alumnos interesados en estudiar a Marx tanto en el nivel licenciatura como en posgrado.

RF: Que lo estudien, puesto que es el único pensador que tiene explicaciones para el desenvolvimiento histórico del modo de producción capitalista, y su teoría constituye potencialmente la explicación de los eventos que suceden ahora. El problema con los niveles de abstracción es situarse en un nivel donde se pueda hacer algo para contrastar y utilizar la teoría.

 

[1] Fineschi distingue entre figuras históricas y formas teóricas postulando que las primeras corresponden a las expresiones concretas e históricas que pueden asumir las segundas: «para mostrar concretamente cómo las categorías formales de cooperación interna, de ser-parte y ser-apéndice hasta la sustitución por el autómata/robot se derivan lógicamente a través de la producción capitalista, Marx utiliza la cooperación simple, la manufactura y la gran industria como ejemplos de las «figuras» concretas en las cuales estos procesos se han presentado históricamente. Mediante estas figuras históricas, aquellas formas teóricas han ingresado en la producción capitalista» (Fineschi, 2008. Un nuovo Marx: filologia e interpretazione dopo la nuova edizione storico-critica. MEGA2. Roma: Carocci). Un punto importante es que las formas no se agotan en una figura, sino que pueden corresponderse con diversas figuras según tiempo y espacio [Nota de los coordinadores].

Fuente: https://marxdialecticalstudies.blogspot.com/2021/03/la-vigencia-del-pensamiento-de-marx-y.html

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